20-04-10 13:24 | #5130159 -> 5129198 |
Por:terrer-48 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Querido contador de cuentos: para nombrar a Paco el ton... mejor que lo nombraremos como "Paco el sillero" . Sobrenombre que le venia del oficio o trabajo que su padre tenia en el pueblo. Persona como tu dices entrañable y muy querida en Terrer. Cuando se murieron sus padres lo recogieron en el manicomio de las delicias. Un entrañable recuerdo para "Paco el sillero". Saludos. | |
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20-04-10 13:58 | #5130402 -> 5130159 |
Por:cablod ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Aunque creo que yo soy más joven, tambien guardo recuerdos de Paco, sobre todo porque era el mejor aficionado del equipo de fútbol del pueblo, no fallaba ningún partido y conocía a todos los jugadores, a los viejos y a los jóvenes. Ya podía llover o hacer un calor de narices que allí estaba él, y te veía por la calle y siempre te preguntaba por el próximo partido. Un recuerdo entrañable para Paco. | |
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20-04-10 18:06 | #5132004 -> 5130402 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Gracias por las aportaciones. Desde ahora le llamaré Paco el sillero. | |
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20-04-10 19:16 | #5132540 -> 5132004 |
Por:Rabade ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Más sobre Paco, el hijo del sillero: Viviendo en el sector de Delicias, solía acudir con mi padre a visitar a Paco. En efecto, estaba depositado, mal depositado a mi entender, en lo que fuese Manicomio Provincial, al final de la calle Andrés Vicente. Y Paco se alegraba enormemente de aquellas visitas, más que por mí, por mi padre, a quién le apreciaba mucho.Paco tenía una disfunción cerebral, posiblemente por falta de oxígeno durante el parto, pero era encantador.Sabía que tenía un hermano, creo que policía,y estaba esperando a que se jubilase para ir con él a vivir. Lo que no sabía Paco es que su hermano, el policía, se había muerto de repente y nunca iba a ir a su encuentro.Sin embargo, Paco le esperaba con orgullo y estaba convencido de que cualquier día aparecería por aquel internado de dolor. Nunca sucedió. A Paco le hacían gracia los enfermos mentales. Él sabía que no era como ellos.Que no tenía nada en común. Está claro, y cualquiera puede entenderlo, que estaba en el sitio equivocado. Mi recuerdo entrañable para él. Fue muy buena persona y siempre le tuve un gran respeto.Personas como él quedan pocas. | |
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20-04-10 20:31 | #5133099 -> 5132540 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Mchas gracias, Rábade, por haber contado ésto. Yo no sabía dónde había estado. Al final, tu padre y tú hicísteis lo que había que hacer. | |
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27-04-10 10:13 | #5183254 -> 5133099 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos PERICO, el alguacil. Yo, de niño, a Perico le tenía, si no miedo, por lo menos, respeto. Para mí era la “autoridad”. Cuando Perico tocaba tres veces con su trompetilla, es que era “oficial”, según decía mi madre. Y había que salir de casa corriendo a escuchar el bando. “De orden del Sr. Alcalde, se hace saber . . . .” Y todo el mundo escuchaba el bando en posición de firmes. Daría algo por disponer de alguno de aquellos bandos. Otras veces, cuando sólo tocaba una vez, era de aviso. Por ejemplo: que había sardinas frescas, palometa y cualquier otro pescado en la tienda del Teodoro, o de la Consolación Guillén, o de quien tuviera. O cualquier otra noticia que fuera de interés en el pueblo. Perico sabía todo lo que pasaba en el pueblo. Cuando no estaba de servicio, Perico siempre iba rodeado de los niños del pueblo. Tenía una especial atracción para todos nosotros. Y nos contaba historias. Recuerdo que en una ocasión nos contaba, sentado en la puerta de su casa, en las escuelas viejas, que, cuando se muriese, él quería ir al infierno y no al cielo. Y, al preguntarle nosotros el por qué, nos contestaba sonriéndose que el infierno estaría lleno de “cupletistas” y de “gachises” . Nosotros, entonces, no sabíamos de qué se trataba y él lo dejaba así como si no quisiera explicárnoslo. Además, allí se bebía whisky y se bailaba “apretao”, no como en el baile del pueblo, contaba. Y él quería ir allí, para siempre. En cambio, en el cielo, todo el día en misa. Vaya aburrimiento. Y a todos nosotros nos parecía de lo más razonable lo que decía Perico. Un día, para las ferias de Calatayud, me llevaron mis padres, como a todos, a los caballitos , a los autos de choque y a comernos un merengue o un carquiñón. Al atardecer, cuando ya me iba con mi abuela al coche del pueblo ( mis padres se quedaban a ver una revista en el Capitol), al pasar por el Pavón ví un letrero que ponía que “la cupletista actuará a las 7 y a las 10”. Toda la acera y los alrededores estaban llenos de hombres. Y me acordé de Perico. Mi abuela, cuando le pregunté qué era una cupletista, me sacó de la acera del Pavón, me llevó por el centro de Paseo y me dijo que no era “cosa de chicos”. Vamos, que me quedé sin saberlo. Y durante ese tiempo, tuve por Perico una admiración especial. ¡Qué tío, el Perico!. Durante el tiempo en que fui niño, nunca entendí por qué Perico quería ir al infierno, cuando el cura nos decía que lo que había que hacer es ir al cielo. Luego, de mayor, al recordarlo, llegaba a la conclusión de que Perico era un sabio. Otras veces, nos contaba historias de sus andanzas por ahí, que él había corrido mucho, decía. He visto en el Foro una foto en la que aparece Perico, ya mayor, aunque conservando su pose, igual que cuando pregonaba. Y esa foto me llevó a mi niñez. Cada vez que le recuerdo, me lo imagino en “su infierno” especial, bailando “apretao” con una “gachí chipén”, que es lo que él quería. O bebiéndose un whisky de golpe y sin hielo, con un “chester” entre los dedos, como los hombres, que decía él. Y tan contento. Desde que Perico se fue, ya no son igual los bandos. Ahora, hasta los cuelgan en Internet. Perico, si lo viera, se volvería a morir. Ni tampoco la publicidad de las tiendas en Terrer tendrán ya el eco de los pregones de Perico. Un abrazo, Perico. | |
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27-04-10 13:40 | #5184559 -> 5183254 |
Por:Rabade ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Entrañable lo que cuentas. Como sabes, era mutilado de guerra y tenía el cuerpo lleno de metralla. Durante mucho tiempo fue el encargado de ir hasta una caseta que existía junto a "los pozos", para dar el agua a la fuente de Bajo el Olmo durante un par de horas.Me gusta esas cosas que cuentas. Me gustaría que escribieras algo del tío Negrito. También fue entrañable con su pequeña tienda de chucherías.Salía muy poco de casa. | |
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27-04-10 14:03 | #5184730 -> 5183254 |
Por:cablod ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos yo creo que era el tío Negrete y su mujer la Basilisa, que vendía Celtas por unidades, en mi época con una peseta te deban tres Celtas. También vendían los famosos mixtos, que no se realmente si es con "x" o con "s", que frotábamos contra las paredes y hacían chispas. La Basilisa nos hacía bajar de las tapias con su gangosa voz advirtiéndonos que nos íbamos a caer. En fin, realmente muy buenos recuerdos junto con la pastelería que estaba al lado en la calle que va al barranco desde la plaza de San Juan. | |
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27-04-10 17:31 | #5186287 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos No frecuentaba yo mucho esa tienda; pero voy a preguntarle a mi memoria a ver qué recuerda. Un saludo. | |
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27-04-10 19:13 | #5187162 -> 5183254 |
Por:jonusco ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Perico era un santo. ¡Anda que no me coló veces para entrar al cine!. Daba consejos como si fuera un padre (aunque tuviera muchas veces cara de pocos amigos), siempre por nuestro bien. | |
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27-04-10 19:19 | #5187210 -> 5183254 |
Por:Rabade ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Mixtos, con x.Creo que se llamaba Sr.Clemente, aunque le decían tío Negrito. Tenía un hijo de tranviario en Barcelona.Respecto a lo que dice Contador de Cuentos, la pastelería estaba enfrente de la casa de Antonio Cortés. Se llamaba Cármen Muñoz y era hermana de Vicenta Muñoz, que tenía la fonda de la Azucarera.Su hija,(de Vicenta), Pilar, se casó con Pepito Chueca, el de las bicis junto al Bar Remacha, debajo de la casa de Carmen (hija del Tempranillo). Carmen Muñoz no tuvo obrador. Compraba los pasteles en Calatayud y los vendía en Terrer con cierto éxito de negocio. | |
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27-04-10 19:24 | #5187240 -> 5183254 |
Por:jonusco ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos El tío "negrito" (Clemente Parral) y su mujer Basilisa, tenían más paciencia que un santo. Anda que no les hacíamos rabiar "Clemente Parral coge la caña y vete a pescar",..... Siempre estaban dispuestos a servirte, fueras a la hora que fueras, te vendían los cigarrilos o las chucherías. Clemente era digno de ver cuando jugaba a las cartas, pues tenía un gesto muy característico de él, moviendo los labios hacia delante y hacia atrás, como haciendo pucheros. Perico y Clemente, allá donde esteis siempre tendré un recuerdo muy especial para vosotros. | |
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04-05-10 10:13 | #5231138 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos LA ESCUELA.- En aquellos tiempos había escuela en el pueblo para los chicos y para las chicas, independientemente, y los maestros eran D. Emeterio y Dª Concha; pero de esta escuela tengo poco que contar porque yo no iba a ella. Mi escuela era la de la Azucarera, que también había para los chicos y para las chicas, también independientemente, y los maestros eran D. José y Dª Clementina. A esta escuela íbamos juntos los hijos/as de los obreros y empleados de la Azucarera, desde los hijos del peón más humilde a los del Director. También venían los de la estación y los del cuartel. Los que vivíamos en el pueblo hacíamos cuatro viajes al día, lo que, en épocas de lluvia y frío, tenía su mérito. Y no faltábamos a clase, en general, cosa que en las del pueblo era más habitual, en función de la época. Para unos niños pequeños , como éramos cuando empezamos, el camino tenía sus peligros: pasar la carretera ( aunque, la verdad, con muchísimo menos tráfico), pasar el puente del río, pasar las barreras del tren y andar enredando por las vías hasta llegar a la escuela ( el Sr. Vela, el guardabarreras, nos reñía casi siempre). Por esta razón, los más pequeños íbamos al cuidado de alguna chica mayor vecina nuestra. No nos hacían mucho caso, que yo recuerde, ni nos dejábamos; pero nuestras madres se quedaban más tranquilas. La escuela de los chicos tenía sólo una planta y estaba en la parte más cercana al chalet del Director de la Fábrica. La de las chicas tenía dos plantas, ellas estaban en la planta primera y la planta baja, habitualmente, estaba vacía y se utilizaba para hacer trabajos manuales, dibujos principalmente, eso sí, conjuntamente los chicos y las chicas. Aneja a escuela de las chicas estaba la casa de los maestros. En la foto que aparece en el Foro, la parte más cercana al fotógrafo es la escuela de los chicos. En la parte de atrás estaban los frontones y demás aparatos. En aquellos tiempos no teníamos mucho dinero para libros. En la escuela nos daban el “Para mi hijo”, de Mateo Bustamante, la Enciclopedia de Grado Medio y, los mayores, de Grado Superior donde se encontraba todo el saber que necesitábamos. Además, D. José, el maestro, nos daba unos cuadernos escritos a mano por él mismo, con temas específicos: historia de España, ciencias, etc. que compartíamos de dos en dos, ya que así estaban distribuidos los pupitres. D. José, además, dibujaba muy bien y nos pintaba en el encerado dibujos con tizas de colores, que era todo un lujo. De vez en cuando, nos tocaba hacer a nosotros algún dibujo y, entonces, nos juntábamos los seleccionados en la sala grande debajo de la escuela de las chicas. Allí bajaban también las chicas a las que tocaba dibujar. Y luego se ponían todos los dibujos en un panel a final de curso para que los vieran los padres. Las chicas, además, hacían labores. Recuerdo que siempre estaban a vueltas con las mantelerías y demás. A mí me gustaba mucho estar en la escuela cuando era invierno y encendían la calefacción. El maestro nos dejaba poner las manos encima del radiador para calentárnoslas: era un lujazo que en el pueblo no teníamos (entonces era bastante habitual el tener sabañones en las manos, por el frío). Sólo había radiadores en las casas de la fábrica y alguna casa elegante del pueblo. De vez en cuando, ocurría algún percance: un rasguño, una caída, un coscorrón. Entonces D. José nos llevaba al botiquín de la fábrica. Era emocionante poder pasar por la portería (el Sr. Martín nos preguntaba qué nos habíamos hecho) a donde pensábamos que iríamos a trabajar algún día. D. Roberto, el médico, nos curaba cariñosamente y nos daba un par de terrones de azúcar, uno blanco y otro, marrón. Un recuerdo para D. Roberto, persona extraordinaria, de la que guardo el mejor de los recuerdos. Antes de terminar el curso, D. José nos preguntaba quién quería ir a Zarauz ese verano. Y nos daba una relación de las cosas que había que llevar: calzoncillos, camisetas, calcetines, pantalones, pasta y cepillo de dientes (gran novedad) y demás. Ya desde entonces, los que íbamos estábamos soñando con el día y, si habíamos ido alguna vez, contábamos nuestras aventuras a los que iban por primera vez, haciéndonos los hombrecillos. A final de curso, se hacía una especie de “examen” oral en conjunto, al que asistían, además de nuestras madres (los padres estaban trabajando), el Director de la Fábrica y algún inspector del Grupo Ebro. Y nos poníamos guapos todos. Cuando terminaba el acto, nos regalaban algún obsequio que, previamente, habíamos pedido al maestro, generalmente un libro. Aún encontré en mi casa de Terrer alguno de aquellos libros de entonces: Un libro de Fábulas (no sé por qué se me ocurriría pedir eso), una Enciclopedia de Grado Superior ( que hojeo cada vez que voy a Terrer, más que nada por recordar). Allí se quedan, que no me los quiero llevar porque pienso que esos libros son de mi casa de Terrer. Y, lo más importante: de vez en cuando, alguno de los mayores eran llamados para entrar de aprendices en la fábrica. Era la mayor ilusión tanto para nosotros como para nuestros padres, que veían solucionado nuestro porvenir. Los que nos quedábamos en la escuela, los veíamos con gran envidia, al mediodía, cuando salían de la fábrica a comer con los hombres. Ese era nuestro sueño, que algunos han visto cumplido. Y otros, no. La vida, posteriormente, nos dispersó y cada uno fue buscando y encontrado su destino. No conservo fotos de la escuela de entonces y, por eso, no puedo ponerla en el Foro, aunque los estoy viendo con su carita de niños/as. Los de esa generación, salvo honrosas excepciones, hemos llegado tarde al mundo de Internet; pero, en nombre y recuerdo de los que no entran en el Foro, pondré algunos de los nombres de los de entonces, según me van viniendo a la memoria para no seleccionar: Tomás Puertas y su hermana (Angelines, creo) ; Félix Chávarri; Jesús, Tere y Ricardo Escolano; Eugenio y Ramón Romeo ; los hermanos Mansilla: Merceditas, Angel y Jesús; Gregorio Vela; los Dastis; Pepe Lavilla; Joaquín Mérida; Fernando, Carmen y Ramón Ibáñez; Pedro y José Peiro; Pedro y Carmelo García; Berti, José Ramón y Blanca Miranda; Pili y Feli Montañés; las hermanas Grimal; Mari Carmen ( la hija del Sr. Bruno); Pilar (Piti) y Carlos Alberto Martín; Carmina Millán; Marisol Malo; Argita y Asun Pelegrín; Mari Carmen (la mujer de Tomás); Celia Basterra , su hermano Javier y el pequeño: Basterrica; Mari Tere Fernández y su hermano Pepito ( hijos de los maestros); José Manuel y Narciso Ibáñez; Ramón Serrano ( Ramoncito, entonces); José María Palazón; Gisela y Adelaida ( hijas del Director de la Fábrica); los gemelos Raúl y Félix y más que se me olvidan, a los que pido disculpas. Creo que todos hemos pasado ya la edad de merecer y la mayoría hemos desaparecido del mapa de Terrer; pero de todos ellos mantengo el recuerdo de una lejana época, feliz para nosotros, que, en mi caso, me resisto a borrar. | |
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04-05-10 13:54 | #5232295 -> 5183254 |
Por:Rabade ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Me dice José Ramón Miranda que te diga que la parte baja de la clase de las niñas era Párvulos.También, que junto al libro que la Empresa regalaba a fin de curso iba adjunta una planilla que decía: "La Compañía de Alcoholes al alumno Fulano de Tal por su aplicación y buen comportamiento". La calefacción la encendía el señor Quiques.Raúl y Féliz eran hijos de un sargento de la G.C. El director eras Don Walter Pulkart etc. Dice José Ramón que te dé recuerdos. Saludos de tu amiga Rábade. | |
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04-05-10 15:53 | #5233017 -> 5183254 |
Por:Malvino53 ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Durante mi paso por la Escuela de Maestria de Calatayud, coincidi con dos hermanos gemelos de Terrer. Estos estaban en mecanica, mientras yo hacia electricidad. Creo que coincidimos en 1º y 2º, despues yo me marche y ya no he vuelto a saber de ellos. Por desgracia han pasado tantos años, que no puedo recordar sus nombres, quizas fueran estos Raul y Felix que el contador menciona. Lo que si creo recordar es que eran como dos gotas de agua. Pero de esta ya han pasado casi 40 años. | |
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04-05-10 16:44 | #5233374 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Para él un abrazo. El se acordará mejor que yo de todo porque, aparte de ser más joven,vivió más tiempo que yo en Terrer. Y le dices que me acuerdo mucho de toda su familia. | |
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04-05-10 16:46 | #5233399 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Seguro que serían ellos, Malvino. Y sí que han pasado cuarenta años y, de lo que yo cuento, más todavía. | |
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04-05-10 19:06 | #5234430 -> 5183254 |
Por:Rabade ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Uno de ellos, Félix,si no estoy mal informado, fue corredor ciclista y creo que participó en varias Vueltas a España como ciclista profesional. | |
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04-05-10 22:03 | #5236096 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Gracias por todos los recuerdos de aquella época. Yo tampoco me acordaba; pero, al nombrarlos tú, he comenzado a ponerles cara. ¡Qué tiempos!. Un abrazo. | |
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11-05-10 10:07 | #5285662 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos LA IGLESIA.- En la época de los 50, la vida pública de Terrer giraba en torno a la iglesia, a los actos religiosos, a las fiestas religiosas. Y no es que, de golpe, nos hubiéramos vuelto todos acérrimos de la religión, sino que no había otras alternativas. Casi todo lo que nos gustaba hacer era “pecado”. Comenzaré por decir que, a mí, lo que más gustaba de la iglesia eran “las cantoras”. Yo las recuerdo magníficas y, aunque cantaban bastantes cosas en un latín propio (salve regina, etc.), recuerdo muchas otras de las canciones de entonces que, cuando me estoy afeitando y de buen humor, los domingos por la mañana, canto desafinadamente: “Perdona a tu pueblo, señor”, “Cantemos al amor de los amores” y otros. Mi hija pequeña me dice siempre: Papá, ya estás otra vez. Para Semana Santa no se podía cantar, ni tocar las campanas, incluso, tapaban las imágenes de los santos y vírgenes con un manto morado. Para tocar a los Oficios, los monaguillos recorríamos el pueblo tres veces tocando con las palmetas y las carracas y cantando: “A los oficios divinos, primer toque” y el segundo y el tercero. De todos los actos que se realizaban con muchísimo público, recuerdo, especialmente, dos: El denominado “Sermón de la ofetada”, que había que levantarse a las 4 ó 5 de la mañana y el cura, en el púlpito, decía ofendidísimo que el soldado de turno “le arreó una terrible ofetada”, (lo recuerdo perfectamente). Y todo el mundo, enmudecido. Y algunas mujeres, hasta lloraban. La subida al calvario ( que después he repetido muchísimas más veces, cada vez que estoy en Terrer por Semana Santa). En aquellos tiempos, el tío Astuto cogía una cruz y el Victoriano tocaba el tambor. Y todo el pueblo, detrás. En mi mente de niño quedó grabada esta imagen. Nunca jamás oiré unos toques de tambor como los que tocaba el Victoriano, acompasados, con un ritmo lento y triste. Seguro que ahora es otra cosa mucho más brillante y muy espectacular ; pero, para mí, no habrá otro tañido de tambor tan impactante como el de aquel hombre. Un recuerdo emocionado para él. Luego venía Mayo. Las Flores de Mayo. ¡Qué bonito todo! Las chicas jóvenes y las mujeres, con sus mantillas, iban todas las tardes a Las Flores. Para nosotros, los niños, era una especie de espectáculo. También acudían algunos de los jóvenes, que tenían novia, para “festejar” por la carretera hasta la antigua casa de Rufino y volver, todos arreglados, como de fiesta. Y San Isidro y San Pascual. De esta fiesta no hablo porque, en los tiempos actuales, se ha superado con creces a la de entonces. Y las comuniones. También entonces, quien más quien menos, echaba su casa por la ventana (dentro de un orden, claro. Sin comparación con los tiempos de ahora). Y todavía me queda una pregunta que nunca me respondieron entonces: ¿por qué a los niños les vestían de marineros o de San Antonio?. Menos mal que a mí no me vistieron así, según veo en la foto de rigor que hay en mi casa. Pero mi caso no era, ni mucho menos, lo normal. Seguían San Antonio, La Virgen del Carmen, Santiago (ésta, con su verbena en el casino). Y las novenas: era famosa la que hacían las señoras, amigas de la Pepita, de Madrid, que venía al pueblo en verano y hacían la novena de San Antonio en la casa que tenía al lado de la acequia del molino ( ya no existe). Lo sé por mi madre, que también iba. En verano se ralentizaba todo porque había que recoger las cosechas: la siega, la trilla, las verduras, las frutas en sus distintas variedades ( cerezas, ciruelas, peras, manzanas, etc). Y los actos religiosos estaban menos concurridos. Y ya en invierno, el mes de las fiestas, Diciembre: Santa Bárbara, Santa Lucía, La Navidad. Las fiestas eran más o menos rumbosas según habían ido las cosechas y la fruta. Las de Navidad no eran fiestas de tanto nivel como ahora (al menos en mi casa): un poco de turrón y a dormir. En todo caso, ir a la misa del gallo. Mi padre, que iba a la Azucarera y estaba en campaña, casi siempre trabajaba de noche. En aquellos tiempos, a los que me refiero, las ceremonias y los rituales de la iglesia tenían gran ostentación. Era antes del Concilio Vaticano II. Incluso había misas de tres curas ( de terno, que se decía). En los días de fiesta especiales intervenían tres curas ( presbítero, diácono y subdiácono) , con gran pompa y solemnidad y, si había música, los músicos cantaban la misa en latín, en el latín que se sabían. Como el pueblo no sabíamos latín, daba un halo de misterio. En medio de la misa, el subdiácono generalmente, se quitaba la casulla y subía al púlpito y nos echaba un sermón que vayan Vds. a saber. No recuerdo ninguno; pero me gustaría recordar algo. Sólo sé que descendía empapado en sudor y surgía un murmullo de admiración entre la gente. Mayor misterio entrañaban los funerales de tres curas, que los había. Todos los curas vestidos de casullas negras, con un catafalco enorme que ponían delante del altar mayor, a cuyos lados se hallaban unos ciriales con cirios encendidos con su luz mortecina. Y los curas cantando en latín unos cantos tristísimos: “Liberame domine de morte aeterna in die illa tremenda, quando coeli movendi sunt et terra . . . . “ ( En un viaje muy posterior a Silos, me compré un disco de música gregoriana. Y al escuchar la misa de difuntos, se me pone la carne de gallina. Por eso me lo sé). En aquellas circunstancias, los muertos se hubieran vuelto a morir de haberlo escuchado y a los vivos nos entraba un llanto. . . . ¿Y de los curas, qué? Yo recuerdo muy lejanamente a Mosén Juan, muy mayor y con el pelo muy blanco. Murió en el 47, según se leía en su tumba en el cementerio. A Mosén Virgilio, del que ya se ha hablado en este foro. A D. Plácido, que era el coadjutor. Era muy bajito y estaba siempre fumando caldo de gallina. Cuando murió D. Virgilio, vino D. Eusebio, de buen recuerdo. Pero a quien recuerdo más es a D. Luis, D. Luis Puente Planas, persona que vino a revolucionar todo el concepto que había en el pueblo sobre lo que era un cura y los temas de la iglesia. Jugaba al fútbol con nosotros ( era un gran defensa central). Se bañaba con nosotros también en las piscinas de la fábrica. No sé qué me daba ver al cura en bañador y con chicas por allí. Tenía una moto con la que recorría a toda marcha toda la comarca, con gran escándalo para muchos/as. Y tenía en su casa un transistor, desde el que se escuchaban canciones en “ varios idiomas extranjeros”, con gran sorpresa para nosotros, que nunca las habíamos escuchado. Hasta se fue a Madrid a ver un partido de fútbol de la Copa de Europa del Madrid contra el Manchester, con Di Stéfano y demás figuras de entonces. Era un héroe para nosotros, por lo menos para mí. Un buen día se marchó a Brasil. Ya no supe más de él. Desde estas líneas, un recuerdo imborrable. Mejor no recordar al Sr. Tejada que, para mí, hace tiempo que dejó de tener el respeto que se debía entonces a un cura. Finalmente, recuerdo a D. José, muy buena gente. Eran otros tiempos, está claro; pero tiempos que nos tocó vivir a algunos que todavía vivimos. | |
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11-05-10 20:48 | #5290256 -> 5183254 |
Por:Rabade ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos A Contador de Cuentos: Importantes recuerdos los que traes al Foro.Así es como se hace la historia de los pueblos.Ya hemso tocado la escuela y la iglesia. Ahora falta que hables, si quieres, del cine/baile de Angelito Lavilla.Fue importante en su tiempo. Te felicita, Rábade. | |
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12-05-10 10:01 | #5293842 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos En esos temas estamos, amiga Rábade. Gracias. | |
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18-05-10 11:59 | #5333955 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos EL CINE.- Habíamos visto alguna vez cine. Venían a ponerlo a la plaza de Bajo el Olmo; pero era cine mudo y el que lo proyectaba, a la vez que lo hacía, explicaba la acción de palabra. Asistíamos con nuestra silla o nos sentábamos en suelo. No obstante, a todos los niños, y, por supuesto, a mí, me ilusionaba. Pero el cine, como lo entendemos ahora, vino a Terrer durante los primeros años 50 ¿o era al final de los 40?. Era el “Cine de Angelito el Abelardo”. Bajo la perspectiva de un niño de los de entonces, aquello era una maravilla: de pronto, nos enteramos que había otras ciudades y otros países con niños y mayores como en Terrer, que los podíamos ver, que hacían cosas nuevas para nosotros, que cantaban canciones que nunca habíamos oído, que vestían de otras formas distintas a las que nosotros nos habíamos imaginado. Bueno, un mundo nuevo. Las primeras películas las conocíamos de memoria: “Pequeñeces”, “Cadenas Rotas”, “El chico de Michigan” y así otras y otras. Todos los domingos. Y había dos sesiones. A las dos primeras yo no fui. No recuerdo ahora si porque estaba todo lleno o porque no tenía dinero. Seguramente sería porque no tenía dinero. En aquellos días era lo más normal. La primera vez que entré en el cine fue a ver “El chico de Michigan” y fue mi abuela quien me dio el dinero para ir. Estate atento y luego me lo explicas, me dijo. Así que estuve durante toda la película atentísimo para luego explicársela a mi abuela. (Entonces, además de ir al cine, había que saber explicar la película después). No sé si se la supe explicar o no, aunque no me hacía falta la recomendación de mi abuela de que estuviera atento; pero lo que puedo asegurar es que, desde entonces, soy un enamorado de las películas del “oeste”. No sé contar las que he visto y, de las que más me gustaron en su día, he ido recopilando los DVD que he podido encontrar. Desde este escrito, hago una especial mención a la película “La Diligencia”, de un jovencito John Wayne, el héroe por excelencia de este tipo de cine: la he visto infinidad de veces y la veo cuando quiero recordar aquellos tiempos. El caso es que gracias al cine de Angelito, los domingos casi todo Terrer podía tener como una ventana abierta al mundo, que mitigase la asfixia cultural del pueblo. Calatayud era distinto. Había películas mucho más modernas. Recuerdo ahora películas como “Lo que el viento se llevó”, con Clark Gable y Vivian Leight, o “Arroz amargo” con una espléndida Silvana Mangano y un jovencísimo Vittorio Gassmann, o “Ana”, donde Silvana Mangano ( de nuevo) bailaba el “Bayón”, antecesor de los insinuantes bailes actuales. Yo, en aquellos días, no pude verlas porque era un niño; pero recuerdo a la mayoría de hombres y jóvenes de Terrer bajar en bicicleta a Calatayud, en bandadas. Y a D. Virgilio, el cura, ( yo era entonces monaguillo) gritando desde el púlpito de la Iglesia en la misa mayor, que era un “pecado mortal” ir a ver esas películas. Pero cuanto más lo decía, más gente bajaba. ¡Menuda propaganda la del pobre D. Virgilio!. No sé si era el fín de una época o el principio de otra, o ambas cosas a la vez. Pasados unos años, ya no las ponían; pero yo recordaba su nombre por el morbo que supuso para mí el escuchar aquellas condenas al infierno. ¡Qué me imaginaría yo! Por los años 70/80, o así, comenzó la moda en las ciudades grandes de reponer películas antiguas durante los meses del verano. Y entonces las pude ver. Qué maravilla. No me extrañaron entonces las colas de bicicletas de Terrer a Calatayud ni la desesperación de D. Virgilio, perdiendo en control de “sus ovejas”; pero es que era para perderse viendo a Silvana Mangano, saliendo del arrozal, con la ropa mojada pegada al cuerpo , insinuando todo lo que espectador quisiera imaginarse. Aquello era demasiado. Ahora las tengo en DVD y las veo de vez en cuando y vuelvo al Terrer de estos años intentando poner cara a los que recuerdo de entonces. Volviendo al cine de Terrer, en todas las películas había un descanso. Era el momento de visitar el “Ambigú”. ¿Por qué se le llamaría de esta manera?. Era un nombre exótico, lleno de misterio y con sus luces atenuadas. Lo recuerdo con Juanito y Manito sirviendo lo que le pedían los mayores, que nosotros no teníamos dinero. Ya de joven, cuando he vuelto alguna vez al cine de Terrer, era imprescindible pasar por el ambigú y tomarse algo, como, en la actualidad, lo es comer palomitas y una coca cola. Todos los que nacimos en esta época hemos sido, en general, muy amantes del cine. Fue a través de las películas como pudimos entrever que había otro tipo de vida, más allá de nuestro pueblo. Y eso, por lo menos en mi caso, supuso el impulso que nos llevó lejos de Terrer. Y en el cine nos refugiábamos cuando, en los momentos malos, queríamos tener algo de serenidad para poder pasar esas rachas, que todos hemos pasado. Sería muy fácil y un tópico decir que, ahora, el cine no es igual. Pues claro que no es igual, sólo faltaría: hay que ilusionar a las nuevas generaciones. Voy bastante al cine; pero al cine de ir y salir de casa. Y siempre voy con la ilusión de ver algo que realmente me haga sentir lo mismo que entonces; pero es imposible. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Un recuerdo para Angelito, Juanito, Manito y todas las personas que rodeaban esa fábrica de hacer sueños que fue, en aquellos tiempos, el cine de Terrer. Hace unos años, en 1.989, salió una película (Cinema Paradiso) italiana, que refleja esta situación en la Italia de los 50. Verla me trasladó al Terrer de mi infancia. No éramos tan diferentes a otros países mediterráneos. | |
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25-05-10 10:16 | #5395481 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos EL BAILE. Hubo un tiempo, en los cuarenta, en que el baile estaba más o menos prohibido. Por lo menos no había un local específico para bailar. Hubo, antes, un local: el salón de Hermenegildo, en la calle del Tinillo; pero yo ya no lo conocí. Se bailaba en las fiestas: Santa Bárbara, San Antonio y otras, en la plaza de bajo el olmo mientras tocaba la música contratada: la de Maluenda, la de Villarroya, etc. Hasta los cincuenta, en que Angelito abrió la sala de baile junto a la del cine. Ese era el baile de mi adolescencia. Bueno, de la mía y de la de mi generación y otras posteriores, que la sala duró bastante tiempo. Esta sala era la de los domingos normales, porque, para las fiestas en verano, estaban las verbenas en la pista del Casino: San Antonio, Santiago, etc. eran las más concurridas. Hasta venían forasteros. Las chicas estaban sentadas alrededor de la pista de baile y los chicos, de pié, junto a la puerta o en el ambigú, que daba servicio tanto al cine como al baile. Los chicos iban a sacar a bailar a las chicas; pero éstas tenían la potestad de decir que no. Y muchas veces, las más de ellas, los chicos nos volvíamos a la puerta con calabazas. Si alguna vez teníamos suerte, era sólo un baile, que si no, la pareja quedaba casi comprometida. La verdad es que en el pueblo todos nos conocíamos y, por esos misterios de la vida, todos los chicos sabíamos qué chica le gustaba a cada uno y, estoy seguro, que al revés sucedía lo mismo. Es más, ellas lo sabían antes que nosotros. El caso es que por vergüenza, por cortedad o vayan Vds. a saber por qué, los chicos intentaban sacar a bailar a otras ( en general, amigas) con la intención de que la que te gustaba supiera que estabas allí y que querías bailar. Al final, ibas y la invitabas. Si bailaba contigo era una buena señal; pero muchas veces no sucedía así. El juego sentimental entre adolescentes en una sociedad como la de entonces, que reprimía la expresión de los sentimientos, era muy difícil. Era una situación cruel. Y ambas partes lo pasaban muy mal. Para los chicos, el verse rechazados públicamente, era de lo más humillante. Conozco alguno que se emborrachaba en estas circunstancias. La otra lo veía, lo sabía; pero no hacía nada. ¿No quería o no podía?. Seguramente no podría, dada la serie de condicionantes negativos que conllevaba el hacer un gesto que demostrase cariño o, al menos, interés. Para las chicas, supongo que era igualmente cruel el no hacer lo que, en realidad, estaban deseando. No siempre era así. Con independencia de las que siempre decían que no, las había (faltaría más) más condescendientes; pero siempre con los chicos con los que no se sentían, en principio, comprometidas. A veces las cosas maduraban: la chica aceptaba bailar no una sola vez, sino dos, tres o más. Ambas partes sabían lo que ese gesto significaba. ¡Cuántos secretos, emociones, sentimientos y, también, frustraciones guardan las paredes de aquel baile!. ¡Cuántos ojos nos habrán cautivado, cuántas cinturas nos habrán hecho vibrar, cuántas manos, con su misterioso lenguaje, nos dieron a entender que casi teníamos novia ( o novio)! Entonces no sabíamos expresar estos sentimientos. Y cuando lo hacíamos, muchas veces era torpemente. ¿Dónde estarán las cosas que quisimos decir y no lo hicimos?. ¿Cómo habría evolucionado nuestra vida si nos hubiéramos atrevido a “hablar” , o a dejar que hablara la otra parte, que nos gustaba?. No se puede comparar la situación cultural de aquellos tiempos con los actuales. Ni lo pretendo. Simplemente, recuerdo el baile de Angelito con verdadero placer; pero reconozco que nuestra generación lo pasó (emocionalmente) bastante mal. Las chicas y los chicos, claro. | |
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30-05-10 08:47 | #5437119 -> 5183254 |
Por:No Registrado | |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Hacia bastante tiempo que no entraba en el foro y me encuentro con una serie de aportaciones que “El contador de cuentos” nos hace con su habitual maestría y su capacidad para emocionarnos, lo que le agradezco enormemente. En uno de ellos hace referencia a “la escuela de la fábrica” a la que yo también tuve la suerte de asistir. Comenta los cuadernos escritos por D. José sobre historia, ciencias, etc. Siempre he recordado con verdadera admiración aquellos cuadernos, de los que aprendí hasta los 10 años más historia de España que han aprendido mis hijos en todo el bachiller, EGB, o como se llame ahora, que ya no lo sé. Cuando comento con ellos algún hecho histórico, de los que, en general, conocen muy poco, siempre les digo lo mismo: yo lo aprendí todo esto en unos “apuntes” de la escuela y aún no se me han olvidado. No obstante, yo estaba convencido que aquellos cuadernos/apuntes, eran actualizados o reescritos por los “mayores” y me vienen a la memoria nombres como los de Jesús? Laleona, Casamayor y Fernando Ibáñez, desde aquí, y este es el objetivo de mi comentario, mi recuerdo y agradecimiento hacia ellos. Nunca se me han borrado de la memoria. Las prácticas de dibujo, al menos en los años en que yo estuve en la escuela, las hacíamos en la planta de arriba, en una sala de dibujo que había junto a la clase de las chicas y eran dignos de admirar los dibujos que los más “artistas” hacían reproduciendo la primera página del Heraldo del día del Pilar quienes, a plumilla, reproducían la Basílica del Pilar o una pareja de joteros bailando o las vistas sobre el Ebro, con auténtica destreza y maestría. Una verdadera pena que todo eso se haya perdido. Gracias por todo lo que nos cuentas “contador” | |
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31-05-10 17:02 | #5443707 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Para el amigo no registrado: En verdad era el propio D. José quien escribía los apuntes. Al marcharme de la escuela, le pedí que me dejase copiar los cuadernos de historia. Además de dejarme, me explicó que los escribía en época de vacaciones con una pluma estilográfica negra, con una estrella blanca en la caperuza ( luego supe que se trataba de una Montblanc), que me enseñó y me dejó usar durante un momento. Cuando me casé, mi mujer, que conoce mi afición por las plumas, me regaló una Montblanc que todavía uso y recuerdo a D. José. Entonces no había Windows. ¡Cuántas cosas habría escrito con estos medios de ahora! Un saludo, amigo. | |
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31-05-10 17:08 | #5443738 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Para Rábade: A mí me quedan pocas cosas que decir ya de aquella época y te voy a pedir un favor: Como tienes muy buena relación con José Ramón Miranda, pídele de mi parte a él que escriba cosas de las de entonces. Él conoce más cosas que yo y, con su pluma de periodista, seguro que lo hace mejor. Me encantaría leerle. Un abrazo, | |
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31-05-10 20:10 | #5445088 -> 5183254 |
Por:Rabade ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Para Contador de Cuentos: He intentado hablar por teléfono varias veces con José Ramón y no hay manera de que lo descuelgue. Para mí que se ha marchado unos días a la Cartuja de Aula Dei para descansar en una celda de alquiler. La última vez que lo ví, me lo encontré en Los Espumosos, cinco minutos antes de que se pegase fuego su cocina. Estaba leyendo "Esperadme en el cielo", de Maruja Torres. Llegaron los bomberos y tuvimos que marcharnos con urgencia. Allí se dejó el libro olvidado con las prisas sobre una mesa verde.Nos marchamos de paseo por el Casco Viejo. A él le dio por filosofar. Terminamos tomando unos riojillas en Casa Juanico. Me contó que nos movemos a impulsos cerebrales, trocándonos sensibles ante un tirabuzón, unas leves gotas de lluvia, un hijo llegado al mundo sin avisar o una vieja melodía. Entendía que existían dos tipos de individuos: los que creen en la utopía y el resto. Pedimos otros vinos. La cosa iba para largo. La inmensa legión de hombres de provecho--dijo--, no creían en la utopía ni comprendían al suicida ni al herbolario ni al funambulista ni al bebedor de litronas ni al fotógrafo que roba paisajes sin pagar canon de coincidencia. Por contra, aquellos pocos desenganchados, que entienden la utopía como algo universal y progresivo, nunca osarían proponer colocar taxímetro a las izas ni llevarían a cabo contínuos concursos de baile y cantos regionales para autodemostrar un acendrado amor a la tierra. Ya no recuerdo qué más me dijo. O sea,que no puedo pedirle que escriba algo sobre su infancia en la Azucarera. Seguro que ya se le ha estropeado el catalejo. Para mí que se ha quedado tuerto del ojo sano en medio de una leyenda blanca absolutamente necia y una leyenda negra absolutamente malvada. Saludos de tu amiga, Rábade. | |
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01-06-10 10:06 | #5450627 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Ya me imaginaba yo que es lo suficientemente sabio para no aceptar. Por lo menos, que no sea por no intentarlo. Un saludo, Rábade. | |
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01-06-10 10:14 | #5450667 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos LA FRUTA.- Cuando venían “los fruteros” a comprar fruta, los hombres se arreglaban y bajaban al Roma o a donde estaba el “frutero” de turno. Es que el vender y cobrar la fruta en aquellos tiempos podía separar la bonanza de la escasez ( o al menos, ir ajustados). En los tiempos a los que me refiero, los años 50, la fruta era una de las principales riquezas que había en el pueblo. La mayoría de las familias cultivaba fruta en sus vegas. Había de todas las clases; pero las más importantes eran las peras y las manzanas. Entre las peras las había: de “Don Guindo”, de “San Juan”, de “Roma”, “de agua” ( no sé por qué ahora se llaman blanquillas). Estas eran las más famosas. Todavía no he comido en toda mi vida una pera que iguale al sabor de una pera de agua madura en el árbol, cogida de un peral de Terrer, en un paseo por la tarde de Septiembre. Perdón si se me olvida alguna clase. Entre las manzanas: las de “morro liebre”, las “hoteles”, las “espédregas”, las “normandas”, las de “verde doncella” y las “reinetas” (seguro que se me olvida alguna). Estas últimas, las reinetas, eran las más apreciadas. Cuando estaba enfermo, mi madre me hacía una compota de manzana y me quedaba nuevo. El coger la fruta era todo un rito. Todas las familias: mujeres, hombres, chicas y chicos y hasta los abuelos y amigos se movilizaban para la recogida de los pequeños huertos familiares. Para los que tenían más, había que contratar a peones especiales para la campaña. Iban con sus sombreros de paja, con sus “palotes”, larguísimos, que acababan en punta, con sus banastas, con sus cajas y con sus vituallas para hacer la comida en el campo, todo montado en las caballerías y en los carros. Al iniciar la recogida, los hombres y los chicos más mayores se ponían un “camisón” hecho de lona, muy amplio y atado a la cintura con una cuerda fuerte, de tal manera que hiciera como un “buche”. Se subían al palote y se depositaban cuidadosamente, en el “buche” las manzanas según se iban cogiendo del árbol y , cuando se consideraba lleno, bajaban del “palote” y las vertían en las banastas o en las cajas. Los hombres subían hasta lo alto del “palote” a recoger las manzanas de las copas y las de las zonas más altas. Las mujeres y los chicos, recogían las más bajas, a las que se llegaba desde el suelo. Y las que se caían, dañadas por el golpe o un poco agusanadas, también se recogían para múltiples usos: comida de los tocinos, gallinas, etc. o para hacer conservas o mermeladas. Se cargaban en los carros o en las mulas y se llevaban al almacén, según se hubiera contratado. Nosotros la llevábamos al almacén donde “reinaba” Marisa. Marisa Andrés. Allí estaba ella, rubia, distante, de película. Se ocupaba de pesar las cajas que llevábamos. Mi padre me había dicho que esas manzanas me pagaban mis estudios y yo trabajaba mucho. Era además el encargado de llevar la fruta al almacén. Pero, ante Marisa, me ponía colorado y no acertaba a bajar las cajas, sin que me ayudase alguno de los que estaban esperando, lo que me producía aún más vergüenza. Un día, la enfermedad, a traición, se llevó a Marisa. (Donde estés, hazme así con la mano, que yo te reconoceré enseguida y te lanzaré un beso. Como a las antiguas diosas). El resto del almacén era el dominio de las mujeres. Todas las que podían iban “a la fruta”, desde las más jóvenes hasta las mayores. Allí seleccionaban las frutas, las metían en cajas según su calibre y las ordenaban, guardándolas entre papel cebolla muy fino, de una manera especial según cada frutero y el mercado para el cual iban destinadas. Hasta que venían los camiones y se las llevaban a Bilbao, Madrid, Barcelona, etc. Eran camiones enormes para lo que veíamos habitualmente ( recuerdo unos Leyland Diesel, ingleses).Todos los críos del pueblo queríamos ser chóferes porque iban de viaje permanentemente y eso nos parecía como muy misterioso y apasionante. Mientras no se popularizaron las cámaras frigoríficas, la fruta, en tanto se distribuía a los mercados, se guardaba en los lugares más inverosímiles. Había quien las guardaba en Medinaceli, en los sótanos del palacio del Duque. A partir de Septiembre aquel sitio estaba muy frío, casi como una cámara frigorífica. El problema se presentaba, a veces, a la hora de cobrar. Me imagino que los contratos que se acordaban ( “a ojo” o “al peso”) dejaban bastante que desear y los riesgos de pago siempre corrían de parte de los vendedores, que éramos los del pueblo. Y ese era el problema del pueblo cuando alguno de los fruteros compradores no hacía frente a sus compromisos de pago en los plazos acordados o, simplemente, desaparecía. Ahora me causa una gran tristeza no poder comer esa fruta en las condiciones de entonces. Con la globalización de los mercados, nuestro valle ya no puede competir con otros productores. Ya no somos competitivos. Y han ido desapareciendo las variedades anteriores, que han sido sustituidas por otras. ¡Quién pudiera comer una pera de agua madura en el árbol, o una manzana verde doncella en su sazón, o una harinosa reineta, o una pera de Roma tardía, amarilla, jugosa . . .! Me consta que hay, todavía, alguien tan nostálgico o más que yo, que sigue manteniendo, por puro placer, estas antiguas variedades para que no desaparezcan. Un saludo para él, desde estas líneas. | |
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05-06-10 05:49 | #5475434 -> 5183254 |
Por:No Registrado | |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Al hilo de tu comentario sobre la fruta me viene a la memoria lo que hoy llamariamos "una actividad complementaria" a la que sin duda era la mayor "industria" despues de la fabrica, me refiero a la "Serradora" No se quien fue su creador, iba a decir que fue D. Jose Maria Pelegrin por haber tenido como ultima ubicacion los corrales de su casa en la carretera, en los anejos del restaurante, ademas de su vinculacion con el mundo de la fruta, pues era competidor director y vecino del almacen que citas. Pero estrujando un poco mas la memoria me viene el recuerdo de cuando la serradora estaba en el barranco, en los bajos de la casa de los "Rosetes" por tanto el origen se me pierde, aunque pudiera ser que la iniciase D.Jose Maria y la trasladase de sitio cuando construyo la casa y el restaurante, alla por los años 54/55. Sea como fuere lo importante era que existia y daba trabajo a unas cuatro o cinco personas, Jose, "el jefe" siempre al mando de la "maquina" tarea que delebaga en muy contadas ocasiones, seguramente por el peligro que entrañaba su manejo, su "auxiliar" no recuerdo ahora su nombre, si que vivia en la calle Estrecha, las dos hijas de Paco Moreno, primer mecanico en la azucarera, (tampoco recuerdo sus nombres) pero si la impresion que me causaba ver a mujeres trabajando fuera de las labores que por entonces "les eran propias". Fue el primer "proceso industrial" que tuve la oportunidad de conocer, y me asombraba el ver de como de unos troncos, posiblemente de chopo, en un tiempo record, lleno de eficiencia y organizacion, salian unas primorosas barquillas de fruta, con olor a madera recien cortada, con un color blanco como si estuvieran recien pintadas, adornadas con tres cenefas al su alrededor una en la base, otra hacia su mitad y la ultima en la parte mas ancha, que reforzaban su estructura que la vez que le daban un toque de "distincion" "las cenefas" no se de que tipo de madera eran, si que las tenian en agua para poder doblarlas convenientemente para adapatarlas a la forma de la barquilla. Recuerdo con que habilidad y precision las chicas claveteaban las cenefas contra las tablas que Jose habia preparado y en que poco tiempo casi de la nada salia un hermosa barquilla que poco despues se integraria en el prospero negocio de la fruta. Si hubiese sido en estos tiempos de las denominaciones de origen y citas de procedencia de los productos, el nombre de Terrer hubiese corrido de manera abundante y orgullosa, por los mayores y mejores mercados de España, como muy bien dice "El Contador". De esta organizada industria quedaba los subproductos,los recortes de las maderas que sobraban de los primeros procesos: desbastar los toncos y perfilar las tablas, recortes que eran bien aprovechados por nuestras madres o abuelas en las cocinas economicas (que por si solas son merecedoras de otra loa)con las que se obtenia: calor, fuego lento para desarrollar la buena cocina, horno, agua caliente y hasta algun rescoldo para el brasero, vaya "compac" que se diria ahora. La fruta y fundamnetalmente la manzana, amigo "Contador" tenia un aliciente añadido para los que eramos chavales en aquel tiempo cual el recoger las manzanas del suelo que comproban para sidra, empezo el negocio de la compra un tal Saldaña para una sidreria que tenia en Ateca, Los chavales de este negocio de las manzadas del suelo sacabamos una "buena tajada" que nos venia de perlas para los autos de choque en las ferias de Calatayud, pero esta ya es otra historia. Sirva este comentario para revindicar la figura del emprendedor y creara o no la serreria, eso fue D. Jose Maria Pelegrin, taxista, frutero, restaurador, y seguro que se olvida algo, en definitiva creador de riqueza. | |
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05-06-10 07:39 | #5475467 -> 5183254 |
Por:No Registrado | |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Veo que tu tambien recuerdas e intuyo, por lo que cuentas (dejar su pluma casi ni me lo imaginaba) que con cariño a D. Jose . Yo desde luego lo hago muy a menudo con mucho cariño y admiracion. Cuanto bien hizo en Terrer de manera callada y abnegada en los años que estuvo, años por otra parte dificiles para todos en lo economico, lo cultural, etc. aunque ahora los recordemos con nostalgia. Cuanto nos enseño, a cuentos oriento, conque humanidad nos trataba, como se preocupaba de cualquier problema que observase. Recuerdo a este respecto una pequeña, triste pero real anécdota: detecto en un alumno algún problema en la vista, hizo venir a sus padres y les comento su observación recomendándoles que acudiesen al oculista para reparar el problema. Los padres hicieron caso y bajaron al “Seguro” a Calatayud con el chaval. Efectivamente el oculista le “receto” unas gafas que los padres compraron. En principio el chaval venia a la escuela con sus gafas tan contento hasta que, a los dias, dejo de usarlas. Don José le pregunto por que no las llevaba a lo que el chaval contesto: Es que mi madre me dice que no me las ponga que se me romperán. Cuanta incultura ayudo a desterrar. No hemos sido muy proclives en Terrer en preservar la memoria de quienes han servido a la colectividad, y salvo la calle dedicada al alcalde Tomás Escolano no recuerdo ningún otro motivo de recuerdo. Desde estas líneas plantearía al Ayuntamiento considerasen la posibilidad de tratar de mantener vivo el recuerdo de personas como la que nos ocupa, por ejemplo dedicándole su nombre a la “plaza” que hoy forman “las casas de fabrica” y si además o como alternativa pudiese erigirse un busto suyo mejor. Yo, si hubiese una cuestación para sufragarlo participaría muy gustoso. Ahi dejo la idea. | |
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05-06-10 10:13 | #5475728 -> 5183254 |
Por:No Registrado | |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Si calles y bustos para todos, pues en todas familias se creen merecedores de uno. El creer que nuestras familias y antepasados han hecho mucho por Terrer. Cada uno a su manera y de distinta posición económico-social. La economía denotaba otra cultura en tiempos, pero en las distintas civilizaciones que han ido surgiendo a lo largo de la humanidad y de la propia vida de Terrer cada uno tiene su sitio y pedacito de espacio en la historia. Contador de Cuentos y demás gente del foro, hace un apartado en muestra de ello. Personas que si bien no tuvieron economía, estudios etc. Si que tuvieron la capacidad de dejar huella y recuerdo en gran parte del municipio. Personalmente esto de las calles lo veo muy complicado y tal vez injusto. No digo que el tal Pelegrin no lo merezca, no lo conocí. Pero a lo mejor sería interesante hacer un gran monolito con una gran placa con los nombres de tanta querida gente, que entendamos que han dejado recuerdo y bien para Terrer. Lo malo que si hay que votar para ello, surgiría otra vez lo de derechas e izquierdas, y la poca objetividad de si tú me caes bien o mal PASKIN | |
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05-06-10 19:16 | #5478034 -> 5183254 |
Por:No Registrado | |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Yo tambiem quiero una calle y busto para mi abuelo que era muy popular y querido por todos, tambien a mi tio y el que nos cortaba el pelo, Perico y su trompetilla,Abelardos por su baile cine, etc Paco el sillero etc. No empecemos con dedicación de calles que ahora empezaran alcaldes a ponerse calles y monolitos, que todos dicen que lo hacen muy bien. No tenemos mas que ver la alegria y futuro que hay en TERRER en todos aspectos. | |
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07-06-10 10:18 | #5485528 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos Son siempre de agradecer los comentarios positivos que se aportan a los recuerdos de aquellas épocas. El tema de la "serradora" es uno de ellos. Al final, si no le importa al autor, lo copiaré. Un saludo. | |
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08-06-10 10:07 | #5492706 -> 5183254 |
Por:Contador de Cuentos ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: TERRER SIGLO XX: Una exposición de cuadros algo viejos LA CAMISETA DE TIRANTES.- En estos tiempos a los que me refiero, todos los varones de Terrer llevábamos camiseta. En verano, camiseta de tirantes, en invierno, de felpa (marca, La Camerana. Aún se ven en alguna tienda de la parte vieja de las grandes ciudades). A los niños, nuestras madres nos la imponían. Y una vez adquirida la costumbre, los jóvenes la mantenían, los hombres la llevaban, incluso, cuando segaban, y para los ancianos era una prenda vital. En fin, que era como nuestra segunda piel. Si la camiseta, en general, fue una prenda imprescindible en las generaciones de entonces, la de tirantes fue el símbolo de lo que era un hombre de pueblo. Nunca se la quitaban ( nos las quitábamos, ) y ¿cuándo nos las lavaban?. Creo que la norma era una vez por semana. No obstante, no recuerdo que, en aquellos tiempos, la gente se quejase de malos olores. Era, simplemente, el olor general, el olor de persona. ¡Cómo han cambiado las sensaciones! En una película de “hazañas bélicas” de las de entonces, aparecían los marinos americanos con camisetas de manga corta y, desde entonces, ya no quise ponerme más las camisetas de felpa en invierno y mi madre me compró unas de manga corta. Pero las de tirantes las mantenía. Me marché de Terrer y mi madre, dentro del equipaje normal, por supuesto, me puso las camisetas de tirantes y, ahora, también otras de manga corta. (No te las quites, no vayas a coger frío, maño, me decía). Había pasado ya algún tiempo desde mi marcha de Terrer y todavía llevaba yo camiseta de tirantes, (bueno, yo y todos mis amigos), cuando, un día, en una película de Paul Newmann y Elizabeth Taylor: “la gata sobre el tejado de cinc caliente”, aparece el guapísimo Paul Newmann sin camiseta y, cuando se va a vestir, se pone la camisa encima del cuerpo directamente. Ese fue el momento. A partir de entonces ya no me puse camiseta ni de tirantes ni de manga. Incluso cuando, en unas vacaciones en Terrer, mi madre advirtió que no la llevaba, me hizo ver que no se debía de ir sin camiseta, que dónde íbamos a llegar; pero yo me mantuve firme. Todos mis amigos y yo nos dimos cuenta que estábamos cambiando de época. De chicos de pueblo nos estábamos convirtiendo en chicos de ciudad, más avanzados. El dejar la camiseta de tirantes fue el inicio de la evolución de nuestra generación. Este hecho, importantísimo, fue acompañado del cambio de los calzoncillos “marianos” por los “slips”. Paralelamente ( supongo que antes, porque son más avanzadas), las chicas se quitaron la combinación, cambiaron el sostén por el sujetador y modernizaron su ropa interior que, desde entonces, estaba no solo para ser usada sino, sobre todo, para ser imaginada o un poco enseñada. Fue el inicio del culto al cuerpo, de enseñar lo que se podía o se atrevía cada uno/a, de las marcas de colonia, del abandono del cuerpo totalmente cubierto ( por pudor), de la modernidad, etc. ( más en ellas, por supuesto). Todo cambió a partir de entonces: los Beatles, las melenas, las blusas ajustadas y con uno o dos botones desabrochados que señalaban (en ellas) tanto las tiras de los sujetadores como el inicio del reguerillo, los vaqueros y demás cambiaron nuestra indumentaria y nuestras costumbres. ( La minifalda vino a continuación, como una explosión de modernidad). Las personas mayores, sabias, asistieron a este proceso con distinta actitud. La mayoría, bien. No lo entendían; pero lo admitían. Con este escrito envío un emotivo recuerdo de mi abuelo ( que, seguro, está sonriendo y comentando con sus amigos lo que siempre decía de mí: ¡qué va a ser de este chico, si no sabe trabajar!. ). Se metía en el río a refrescarse en verano ( no a lavarse), con camiseta de tirantes y calzoncillos marianos, que no está bien que los chicos vean a los mayores desnudos. ¡Claro que no, abuelo!. Yo te guardaré la banda y la boina para cuando salgas, le decía. Es que mi abuelo no sabía ir sin banda y, si se quitaba la boina, se constipaba. Y a todos los de su generación, que estuvieron en su pueblo y su entorno, manteniendo sus costumbres, hasta el final. Ellos pudieron hacerlo. | |
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