Terrer - Zaragoza

DESEOS DEL CONTADOR DE CUENTOS.

En relación con las actuales iglesia y torre, que se han descrito en apartados ya publicados, decir:

1.- En la pared de la iglesia que da a la calle real, enfrente de la casa de Carmen “la de la Cesárea”, hay un redondel pequeño y, dentro de él, una cruz con los brazos iguales. Yo, en mi ignorancia y con los pocos medios de que dispongo, he intentado compararla con las cruces más conocidas de las antiguas Órdenes Militares: El Temple, El Hospital, El Sepulcro, por ver si había alguna relación; pero no he logrado establecer ninguna. El caso es que me tiene “encelado” esa cruz. Quizá se trate de algo de menor importancia. O, incluso, que no sea realmente una cruz, sino otra cosa con esa apariencia. A ver si hay alguien que lo sabe y lo publica.

2.- En la portada principal de la iglesia hay una hornacina con una imagen de la virgen que no es la original que había. Estoy seguro que la original estará en algún sitio y que existirá documentación de cuál es ese sitio, ( que debería ser nuestro pueblo).

3.- En relación con la torre, los platos cerámicos que durante tanto tiempo decoraron nuestra torre deberían volver a su sitio ( o, por lo menos, a su pueblo). Doy por cierto que están controlados y no se han “perdido”.

4.- Finalmente me gustaría saber qué ha sido de las campanas, sobre todo las grandes, con las que tocaba maravillosamente José, el fontanero, apodado cariñosamente “el campanas”. ¿Las fundieron? , ¿las vendieron?. ¿Quién? y para hacer ¿qué?. En alguno de mis viajes, al preguntar por ellas, alguien ( no recuerdo ahora) me dijo que las quitaron porque era muy peligroso tocarlas y las sustituyeron por otro sistema. No pongo en duda que fuera peligroso (aunque no más que las de otras iglesias); pero eso no obsta para saber qué fue de ellas. Al fín y al cabo, rigieron el tiempo y las costumbres de nuestro pueblo durante muchos años.

Para todos ellos: imagen , platos y campanas, en el caso de que, por lo motivos que sean, no pudieran ser devueltos a los lugares en los que han estado durante tanto tiempo, DESEARÍA que se instalase bien en el Ayuntamiento, bien en la Iglesia, algún lugar para su contemplación por parte de los habitantes del pueblo y de los visitantes que lo deseen. Podría unirse a este proyecto algún cuadro e imagen de los que están actualmente en la Iglesia: algunos son del siglo XVII, otros, provenientes de la antigua iglesia de San Miguel. Y algún otro resto que ( no lo sé) se hubiera encontrado y que se custodiase en el Ayuntamiento, fotocopias de los libros más antiguos de los registros públicos civiles o religiosos, que algunos hay, y que dan fe de la constitución de algunas cofradías.

Y pueden ocurrírsenos más cosas, como, por ejemplo, recuperar el escudo de D. Pedro Martínez de Luna, Papa Benedicto XIII, último Señor que tuvo La Señoría de Terrer. O averiguar qué se puede recuperar de nuestro antiguo castillo.
El mayor problema que encuentro para esto es que los que queremos, no podemos y, la mayoría, ni vivimos en Terrer, ni se nos espera. Los que podrían, no sé si quieren; pero, bueno, cuando menos, creo que es bueno publicarlo.

Si, definitivamente ( espero que no sea así), no vamos a poder ver más, tanto la estatua como los platos originales o las campanas, convendría reflejar por escrito dónde se encuentran y por qué motivo no están en el pueblo para el cual se hicieron y donde estuvieron desde entonces.

Es un derecho ( hoy que todo el mundo reclama tantos) que, espero, tengamos todos los que hemos nacido en Terrer y los que, sin haber nacido, han vivido y viven.

En algún momento de nuestra vida, tanto nosotros, como nuestros hijos, padres, abuelos y ascendientes más lejanos, hemos contribuido con dinero ( tasas, impuestos, limosnas, etc), trabajo, esfuerzo y otras cosas no evaluables, a que estos edificios de nuestro pueblo se hayan mantenido en pie, con todos los avatares por los que han pasado a lo largo de su historia.

Si, finalmente, no ha lugar a reclamar lo anterior porque todo está en orden y uno de los que no lo sabe soy yo, pido disculpas por mi desconocimiento a quien pueda sentirse agraviado. Y ya, de paso, que se publique dónde están.


Muy agradecido.

Borrado por su Autor.

Por un error de mi parte que lamento, el capítulo de Deseos del Contador de Cuentos, ha sido enviado al Foro, cuando mis amigos, que tienen más relación que yo con Terrer, me los habían aclarado. Lo que ocurre es que a mí se me había olvidado borrarlo del archivo de los "cuentos".
Pido disculpas a los posibles lectores y agradezco a Rábade el detalle de haber contestado.
Acepto, no obstante, su ofrecimiento de contarme todas las cosas que sabe "en privado".
Me he dado cuenta cuando ya estaba emitido y me han llamado para advertirme.
Ya tengo todo aclarado.
Perdón de nuevo, por el lapsus. Cosas de "viejos".

Lo puedes borrar si quieres.
Un saludo.

Eso mismo me habían dicho mis amigos; pero, como pienso que no es un artículo que haga daño al honor de terceras personas, sino, solamente, a mi flaca memoria, no me importa que permanezca.
Lo borraría si Rábade, que fue quien contestó, se sintiese molesta.
Gracias, Jonusco, por el detalle.

Rábade está contentísima con lo que escribes.

"Nunca fuera caballero,
de damas tan bien servido,
como lo fue D. Quijote
cuando de su aldea vino. . . ."

No esperaba menos de una dama, que respondiera como tú lo has hecho. Al menos, mantener la elegancia.

Gracias. Muchas gracias.

...doncellas curaban dél;
princesas, del su rocino,

o Rocinante, que éste es el nombre, señoras mías, de mi caballo, y don Quijote de la Mancha el mío; que, puesto que no quisiera descubrirme fasta que las fazañas fechas en vuestro servicio y pro me descubrieran, la fuerza de acomodar al propósito presente este romance viejo de Lanzarote ha sido causa que sepáis mi nombre antes de toda sazón; pero, tiempo vendrá en que las vuestras señorías me manden y yo obedezca, y el valor de mi brazo descubra el deseo que tengo de serviros.


Gracias a vos, caballero.

Me dejas de piedra.. . digo, de molino.
Por cierto, este fin de semana pasaré con mis amigos a ver las tablas de Daimiel, Consuegra, la de los Molinos, El Toboso, donde la gente se viste de época los domingos y donde comeremos un menú cervantino: Duelos y quebrantos, medio palomino y otros manjares. Y, finalmente, visitaremos Villanueva de los Infantes, de donde, según la tradición, era D. Alonso Quijano y donde estuvo preso el Sr. Quevedo.
Me acordaré de tí, recorriendo estos lugares,que, en otra época recorriera D. Quijote

Un abrazo, Rábade.

Pusiéronle la mesa a la puerta de la venta, por el fresco, y trújole el huésped una porción del mal remojado y peor cocido bacallao, y un pan tan negro y mugriento como sus armas; pero era materia de grande risa verle comer, porque, como tenía puesta la celada y alzada la visera, no podía poner nada en la boca con sus manos si otro no se lo daba y ponía; y ansí, una de aquellas señoras servía deste menester. Mas, al darle de beber, no fue posible, ni lo fuera si el ventero no horadara una caña, y puesto el un cabo en la boca, por el otro le iba echando el vino; y todo esto lo recebía en paciencia, a trueco de no romper las cintas de la celada.
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Que lo pase bien en La Mancha. Ésta que le aprecia. Rábade.

Al menos, me dieron de comer mejor que a D. Quijote.
Lo que más me encantó es encontrarme con un Contador de Cuentos en la plaza de El Toboso, rodeado de niños y no tan niños, que, en menos de 10 minutos contó una de las aventuras de D. Qijote, de forma maravillosa y entendible. Tanto, que no se fue nadie y luego, al pasar la gorra, recogió para toda la semana, según él mismo contó.
Me imaginé a mí mismo haciendo lo propio en Terrer; pero mis amigos me arrastraron a comer y me quitaron "la encantación".

¡QUÉ BONITOOOOOO!