San Mateo de Gállego - Zaragoza

Una parte de nuestra retrasada y supersticiosa España de mantilla y pandereta sale de nuevo a la calle venerando a un muerto colgado de un palo.
Viendo esta mañana imágenes como las de los “novios de la muerte”, conocidos de antiguo por su escasez de masa encefálica y exacerbado afán guerrero potenciado con drogas y alcohol, inmediatamente me viene a la cabeza aquello de “tenemos lo que nos merecemos, y aún se queda corto”
Tan sólo pido un poco de respeto para los no creyentes, que dejen de herir nuestro sentimiento no religioso y no insulten nuestra inteligencia.