mi Dios, tu Dios...¡Nuestro Dios! En éste jodido mundo, en el que suelen confundirse churras con merinas y evidentemente culos con témporas, campa a sus anchas uno de los pecados, tenido por venial, que es de los que más daño produce a quien lo padece, y más engreimiento otorga a quienes lo propagan. La burla. Una de ellas, quizás la más denigrante y correosa, sea la relacionada con los sentimientos y las creencias de las personas. Meter el dedo en el ojo, cuando nos referimos a su Dios. Hacer burla de ello. Reírnos. No respetar al creyente independientemente de su credo. Yo no haría burla de ello jamás. No lo haría ningún demócrata. No lo haría ninguna persona normal. Pero eso... ¡estamos de todo! Saludos. Sin acritud. |