SABOYAL... Pego este otro enlace que hé encontrado: https://ww.nuevosvecinos.com/lasdehesasdesanmateo/1911687_el_saboyal_otro_punto_de_vista.html?page=1 Y aquí debajo el artículo completo (es del mes de Abril): ********************************* ¿DESARROLLO SOSTENIBLE?. Zuera, Villanueva y San Mateo de Gállego son los municipios que forman la Mancomunidad del Bajo Gállego, a su vez incluida en la Comarca de Zaragoza. Aunque hay cierta diversidad de paisajes y ecosistemas, el clima en esta Mancomunidad es típicamente continental-estepario, con escasez de precipitaciones (unos 300mm, muy cerca del límite de los 250mm que definen a un clima desértico), y sólo los pinares del Monte de Zuera y la vega del río Gállego alivian lo que realmente sería una prolongación del "desierto" de los Monegros. Con estos condicionantes climáticos, esta ha sido una comarca tradicionalmente dedicada a la agricultura de secano y a la ganadería de ovino extensiva, y sólo gracias a la disponibilidad de agua del cauce del río Gállego pudo desarrollarse también una agricultura de huerta, sostenida desde antaño por una tupida red de acequias, cuyos brazos principales son Candevania y Camarera. Actualmente, la cercanía de estos pueblos a la gran urbe ha hecho que hayan sido englobados en el área metropolitana de Zaragoza y su zona de influencia (donde una sola ciudad concentra a más del 50% de la población del extenso territorio aragonés). Los efectos de esta proximidad geográfica tiene sus ventajas, pero también algunos inconvenientes, que empiezan a hacerse visibles. Por ejemplo: Los sucesivos cinturones de ronda o circunvalación de Zaragoza cada vez fagocitan y constriñen más territorio. El futuro quinto cinturón discurrirá muy próximo a San Mateo (probablemente aprovechará el paso del río por el actual puente). Y la prolongación de los polígonos industriales y nuevas urbanizaciones a lo largo del eje de comunicación Zaragoza-Huesca hacen presuponer que en un relativo corto periodo de tiempo todo este corredor sea un continuo urbanizado, haciendo realidad esa broma de que "Huesca es un barrio de Zaragoza". Los tres pueblos de la mancomunidad suman actualmente una población de unos 11.000 habitantes, que, sorprendentemente, se pueden elevar a unos 25.000 en tan sólo cinco años. Porque, aparte del lógico y sostenido crecimiento poblacional, hay varios proyectos de urbanizaciones en marcha, algunos de ellos muy polémicos (colocar un campo de golf en medio del clima de los Monegros plantea serias dudas acerca de la sensatez y sostenibilidad de estos proyectos). Como ejemplo más ilustrativo, porque ya han comenzado las obras, la urbanización "El Saboyal" (se publicita bajo la denominación "Dehesas de San Mateo, casas&golf"). Al oportunismo de una ¿turbia? recalificación del PGOU (la vía "fácil" a la que suelen recurrir los ayuntamientos para obtener recursos económicos -sin prever el costo posterior que supone urbanizar, proporcionar, y mantener todos los servicios-), en una operación muy ventajosa -por el bajo desembolso que le supuso (45pts/m2)- la "inversora" Promociones Aragonesas consiguió hacerse con un terreno de 201 hectáreas por unos 93 millones de pesetas, que posteriormente revendió por 4.000 millones a la "polémica" promotora FADESA (a día de hoy inmersa en un proceso de refinanciación de su deuda -recientemente ha tenido que atraer compradores al Saboyal con el reclamo de un "sorteo" de pisos, para obtener liquidez-). La corporación municipal que gobernaba entonces el ayuntamiento de San Mateo, por mayoría absoluta, era del Partido Popular, y salvo la permuta de algunos terrenos, parece que no se negoció otras contraprestaciones (sólo recientemente se ha podido renegociar algún apartado: Por ejemplo, establecer la figura de una entidad urbanística de conservación –EUC-, de modo que sea la propia urbanización, y no el municipio, la que se haga cargo de sus gastos). Así fue como, sin ninguna consulta a los ciudadanos, San Mateo, un pueblo de menos de 2.500 habitantes, resultó “agraciado” con un proyecto especulativo acorde a la “España del ladrillazo,...y agua para todos”. Para hacernos una idea comparativa: 201 hectáreas suponen en superficie la décima parte de otro controvertido proyecto en Monegros (Gran Scala, con 2.000 hectáreas para sus hoteles-casino). Sobre este terreno de 201 hectáreas, actualmente Fadesa-Martinsa pretende desarrollar un campo de golf de 18 hoyos y 500.000 m2, ...y sus correspondientes 3.000 viviendas en forma del típico adosado -aderezadas con muchas zonas verdes y lagos artificiales-. Una vez que el INAGA (instituto aragonés de gestión ambiental) ha dado el visto bueno a un informe de impacto ambiental (el mayor obstáculo fué descartar la zona como posible área de nidificación del cernícalo primilla), ya han comenzado las obras (que han incluido un vallado de todo el recinto, el cierre del acceso a los antiguos caminos, y movimientos de tierra con roturación de toda la vegetación en superficie). El proyecto se vende con cierta imagen "verde" porque, ahora (antes no), promete regar el campo de golf con las aguas residuales provenientes de la futura estación depuradora mancomunada que también se está construyendo en San Mateo. Pero el agua de boca y de usos residenciales (jardines y piscinas de las viviendas) deberán detraerse de una concesión aparte (la DGA ha establecido un cupo mínimo de 350 litros por habitante y día). Los compradores y futuros residentes acuden atraídos por una vivienda "idílica", en un entorno "de naturaleza", algo más barata -aunque también mas lejos del centro de la ciudad-, y de momento parecen más preocupados por la marcha de los trabajos y en demandar los futuros servicios al ayuntamiento que de integrarse en un pueblo que quedará al otro lado del barranco (los nuevos vecinos del Saboyal son muy "activos" en la red: ya tienen sus propios blogs y foros en internet, donde prácticamente hacen un seguimiento diario de las obras). La paradoja y el problema aparece cuando se empieza por considerar que en un año como el actual la reserva de agua embalsada en la cuenca del Gállego solo garantiza el 22% del agua necesaria para una campaña agrícola, lo que va a provocar abandono de cultivos anuales, y quizá incluso restricciones en el consumo. Y esta situación, lejos de ser algo anormal, tenderá a volverse algo crónico y habitual (de ser ciertas algunas de las previsiones y consecuencias del cambio climático: Las precipitaciones pueden disminuir en un 20% -aunque quizá se tornen mas imprevisibles o puntualmente torrenciales-, la menor escorrentía reducirá el caudal de los ríos en un 30%, y el incremento de temperaturas aumentará la evapotranspiración y el consumo de agua). En época de incertidumbre económica o crisis las explotaciones agrícolas familiares no pueden hacer muchas inversiones para "modernizar" los sistemas de riego (aunque los regadíos tradicionales de la huerta son tanto o más eficientes que los modernos en términos globales -por el retorno del agua sobrante al cauce y al acuífero-). Para colmo, aunque los regantes de "Riegos del Alto Aragón" siguen hablando de un déficit estructural de 700 hm3 y solicitan que se ejecuten las controvertidas obras pendientes del “Pacto del Agua”, sólo las nuevas demandas para usos industriales/residenciales en el Bajo Gállego ya se calculan en más de 50 hectómetros de aquí a una decena de años (y es que el modelo especulativo de la promoción golf+adosado parece una plaga: En Zuera y Villanueva también se pretende llevar a cabo su correspondiente promoción -serían entonces tres campos de golf, uno en cada municipio, en un radio de solo 10 kms-). Como expone Pedro Arrojo, premio Goldman 2003 y adalid de la "nueva cultura del agua", no se puede tratar de utilizar los recursos hídricos al máximo, exprimiéndolos como a una esponja, en pos de un "desarrollo" que en vez de tener consciencia de las limitaciones de estos recursos y conservarlos en su dinámica natural (caudales ecológicos -que no "sobrantes"-, acuíferos sin sobreexplotación, avenidas/riadas periódicas y “beneficiosas”), no hace sino que generar más expectativas e incrementar la demanda y el consumo de agua. Algunas teorías ecologistas plantean que el "desarrollo sostenible" es una falacia, porque realmente este sólo podría conseguirse con un crecimiento demográfico cero (y estamos lejos de ese equilibrio extremo). Por otro lado, el índice de huella ecológica refleja que mientras que el planeta solo puede soportar un habitante por cada 2 hectáreas, los zaragozanos necesitamos algo más de 4 -consumimos por dos-). Al menos, conocer los resultados que causan nuestras acciones sobre el entorno más próximo nos puede hacer comprender la magnitud de las transformaciones que están afectando a todo el planeta. |