La Muela - Zaragoza

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La casa cultural está a oscuras. Las cortinas descorridas para que entre luz del exterior y en el interior cunde el silencio. Tres mujeres sentadas en una mesa solitaria. No hay nadie más en el interior del bar. Se giran al ver al intruso que atraviesa la puerta. "Para EL PERIÓDICO no tenemos nada que decir; fuera de aquí. Seréis idi0tas". Luego asoman al exterior, donde sopla un viento cortante. "¿No tenéis nada mejor que hacer? Idi0tas". Vuelven dentro entre aspavientos. Corren las cortinas. En la puerta un cartel indica que por "problemas técnicos" el centro cultural cierra a las 19.00, cuando la luz del día ha decaído. Los problemas técnicos esconden el impago del Ayuntamiento de La Muela, incapaz de cumplir con sus obligaciones con la compañía eléctrica.

Problemas técnicos. Corolario de lo políticamente correcto. El mismo cartel puede verse en otros locales que dependen del ayuntamiento. Como el espacio joven, que ahora solo abre a partir de viernes y que cierra cuando se esconde el sol. "La gente dice de todo. Lo que más se oye en la calle son los problemas de luz en los locales. Es muy triste, pero el ayuntamiento está mal económicamente", explica una vecina. Es el comentario en tiendas y en bares.

Aunque cuando la prensa se acerca siempre hay una sensación de reserva, de plegar velas, incluso rechazo. "No queremos problemas", reconocen algunos. Otros no saben nada. La Muela tiene cada vez una pátina de pueblo dormitorio y la mayoría no vive allí el día a día. "¿Han cortado la luz?, pues no lo sabía. Trabajo en Zaragoza y aquí solo tengo la casa", reconoce un joven mientras sale de su coche. Otro pasea a su perro en frente del mastodóntico auditorio, otro de los edificios apagados. "No me he enterado de nada", admite. "Pero el pueblo se ve bastante abandonado desde hace un tiempo. Está descuidado", advierte.

Es cierto. La Muela tiene el aspecto de vajilla vieja a la que hace falta sacarle brillo. Han cerrado algunos comercios y bares. Otros tienen el cartel de traspaso. Razón: "Son malos tiempo para todos. Sabemos que el ayuntamiento tiene problemas, pero la alcaldesa hace lo que puede", explica Manoli, que lleva a sus hijos en el coche y que trabaja en las piscinas.

Pagos con retraso

"A nosotros siempre nos han pagado, aunque a veces con retraso. Mariví ha trabajado mucho y ha transformado este pueblo. Si ha hecho algo mal, lo dirá la justicia. Pero lo hecho salta a la vista", cuenta. Lo dice con tranquilidad. Lejos de la exaltación que se percibe a veces en algunos vecinos, hartos --con razón-- de la presencia de los medios de comunicación y del espectáculo de sus gobernantes.

"Me enteré de que no había luz en la biblioteca porque me lo dijo mi hija. Es una pena. Pero espero que la gente vaya al ayuntamiento y se queje. Como han hecho en Egipto. Yo ya he salida en las tres manifestaciones y estoy ya cansada. Ahora que se muevan otros", dice una mujer.

A las siete, los centros municipales están cerrados, La Muela adquiere un tono gris. Ni siquiera funcionan los semáforos. Dicen que ahora el tráfico es más fluido. Los días de fiesta acabaron. El último, que (a)pague la luz.