18-08-12 15:08 | #10435975 |
Por:No Registrado | |
LA VIDA... LA VIDA... Un día la Vida tomó la figura de un joven apuesto y se puso a caminar por el mundo. A la orilla de un bosque vio una cabaña, entró y encontró allí a un hombre pobre enfermo de elefantiasis: todos sus miembros estaban hinchados y tan deformes que se movía con mucha dificultad. - Oh! ¿Que venturosos vientos te trajeron a mí? ¿Quién eres tú? - dijo el enfermo. - Soy la Vida, -respondió el caminante - Algunos me reconocen cuando llego, pero no, cuando vuelvo. Yo voy y vengo; volveré por estos lugares dentro de siete años. Pero, ¿por qué gimes tanto? - Tengo una enfermedad horrible; ha destruido mi aspecto humano y me ha quitado la alegría de vivir. Ya no puedo más. - Si quieres, -dijo la Vida - te curo. Pero tú me olvidarás. ¡No! - Le aseguró el enfermo - Guardaré eternamente en mi memoria a quien me cure y le estaré agradecido para siempre. La Vida esparció un polvo misterioso sobre el enfermo, y éste quedó curado como por encanto. La Vida siguió su camino. Enseguida llegó a la cabaña de un leproso. - Oh! ¡Bendito tú que vienes a mí! -exclamó el leproso al ver al hermoso joven - ¿Puedo saber tu nombre? - Yo soy la Vida -dijo el recién llegado. Algunos me reconocen cuando llego, pero no, cuando regreso. Voy y vengo. Volveré por estos rumbos dentro de siete años. Puedo curarte, pero te acordarás de mí? - No te olvidaré mientras viva -dijo el leproso. La Vida lo curó y siguió su camino. Al llegar a una aldea, se encontró con un ciego que buscaba el camino con un bastón. Cuando oyó pasos, se detuvo y preguntó. - Quién va? ¡Cuidado con este pobre ciego! - Yo soy la Vida. Algunos me reconocen cuando llego, pero no, cuando vuelvo. Curó también al ciego y desapareció. Pasaron los años, y a su tiempo, como lo había prometido, volvió, pero esta vez oculto bajo la figura de un ciego. Era ya tarde cuando llegó a la cabaña del ciego que había curado. Tocó a la puerta. No estaba, pero le abrió su esposa. - Tenga piedad de este pobre ciego -dijo la Vida - Conozco a su esposo; me puede dar un poco de agua mientras lo espero? Me basta con un poco. - Mi esposo es un verdadero tonto -refunfuñó la mujer -Trae a casa a cuanto pobre se encuentra. Puso un poco de agua sucia en una vieja jícara y se la ofreció de mal modo al falso ciego. Por fin llegó el Señor de la casa, y la Vida se dirigió a él. - Estoy de paso - dijo - ¿Puedes darme alojamiento hasta mañana? El hombre murmuró algo, después extendió una estera en una esquina de cabaña y dio al ciego un puñado de cacahuates. Cuando despuntó el alba, la Vida llamó a su anfitrión y le dijo: - No te dije que algunos conocen a la Vida cuando viene pero no cuando regresa. Tú no me has reconocido, porque la ceguera se ha quedado en tu corazón, y volverá también a tus ojos. Dijo esto y salió dejando tras de sí una polvareda. El hombre volvió a ser ciego, como siete años antes. Cuando la Vida llegó a la cabaña del antiguo leproso, se cubrió de una lepra tan horrible que la seguían enjambres de moscas. Tocó a la puerta, pero aquel hombre, viendo al leproso, no lo dejó entrar y rehusó darle de comer porque estaba demasiado sucio. Te lo había dicho -le recordó el caminante - Algunos conocen a la Vida cuando viene, pero no, cuando regresa. Y se marchó dejando tras de sí un reguero del misterioso polvo. El hombre ingrato se cubrió de nuevo de tanta lepra que la carne se le caía a pedazos. Cuando llegó a la cabaña del antiguo enfermo de elefantiasis, la Vida se hinchó los miembros de tal modo que a duras penas podía caminar. Se asomó a la puerta y dijo: - Buen hombre, un poco de agua fresca por caridad! Adelante! ¡Adelante! ¡Entra! -dijo el hombre, apresurándose a ayudar al fingido enfermo - ¡Oh! ¡Qué desgracia! ¡Tan joven y tan enfermo! Yo también, hace tiempo, tuve esa fea enfermedad, pero pasó por aquí un buen hombre y me curó. Y mientras hablaba puso a cocer un plato de arroz, dio al enfermo nueces y una jícara llena de leche fresca, después preparó un asado de carnero y se ocupó de cuidar al enfermo. En la mañana, la Vida se presentó como el joven hermoso que era y dijo: -Tú has reconocido a la vida también a su regreso. No olvidas los beneficios recibidos y sabes socorrer a quien sufre lo mismo que tú has sufrido. Por eso permanecerás sano y gozarás de prosperidad. El hombre quiso hacer un regalo a la Vida, unas vacas. Pero el joven se lo agradeció diciendo: - No tengo necesidad de riquezas. Quiero que recuerdes una cosa importante: La Vida puede cambiar y traer hoy bienes y mañana males, pero con frecuencia depende de ustedes hacerla mejor o peor. | |
Puntos: |
Tema (Autor) | Ultimo Mensaje | Resp | |
Elecciones Europeas 2014 - Resultados electorales Almochuel Por: Foro-Ciudad.com | 26-05-14 03:00 Foro-Ciudad.com | 0 | |
¿Cómo es la gente en este lugar? Por: No Registrado | 05-08-12 11:05 No Registrado | 0 | |
Nos arruinó el PSOE,pero... Por: No Registrado | 08-05-12 00:23 No Registrado | 4 | |
Actuaciones de ciertas personas. Por: No Registrado | 24-10-11 18:23 No Registrado | 5 |
![]() | ![]() | ![]() |