Almochuel - Zaragoza

Después de haber atravesado un camino largo y difícil, el viajero llegó a la entrada del pueblo en el que pasaría los próximos años de su vida.
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> Inquieto sobre la forma de ser de la gente en ese lugar, le preguntó a un viejo hombre que descansaba recostado bajo la sombra de un frondoso árbol de cedro: - ¿Cómo es la gente en este lugar? -le dijo al viejo, sin saludarlo-.
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> Es que vengo a vivir aquí y donde yo vivía las personas eran complicadas y agresivas.
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> La arrogancia y la insensibilidad eran el pan de cada día.
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> El anciano, sin mirarlo, respondió: - Aquí la gente es igual.
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> El viejo siguió reposando. El caminante prosiguió su camino.
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> Horas después otro viajero que también llegaba al pueblo se acercó al anciano y le dijo: - Buenas tardes, señor, disculpe la molestia, yo vengo a vivir a este pueblo y me gustaría saber cómo es la gente, porque en donde yo vivía las personas eran atentas, generosas y sencillas.
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> El anciano levantó la cabeza, sonrió y le contestó: - Aquí la gente es igual.
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> En vez de preguntarte cómo te tratan los que te rodean, mejor pregúntate cómo los tratas tú a ellos.
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> A la larga la gente se termina comportando contigo como tú te comportes con ellos.
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> Observa si las actitudes de los demás contigo no son más que tu propio reflejo.



Dra. Gladys Bessi