07-08-11 17:45 | #8508071 -> 8507433 |
Por:Marceloo ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: La especulación financiera LA PRIMA ,EL RIESGO Y LA DEUDA la informacion.com He aquí un vocabulario de emergencia para impresionar a los amigos. 1. Deuda. Los estados se endeudan, sí, y lo hacen como cualquier mortal. Piden dinero y a cambio firman unos papeles llamados letras, bonos y obligaciones. Plazos: desde unos meses hasta 30 años. Tienen que pagar intereses anuales, como cualquier hipoteca, y devolver la cantidad prestada en el plazo convenido. 2. Suspensión. Si un estado no puede cumplir a tiempo, suspende pagos. ¿Fin del mundo? No. Sólo pide tiempo. Se arregla hablando con los prestamistas: extendiendo los plazos o negociando los intereses. Alemania lo hizo tras la Unificación. Felipe II era un mago en este aspecto. Suspendió tres veces. 3. Ingresos fiscales. Son los impuestos. Los estados se fnancian con impuestos, tasas, multas, sellos, y todo lo que se les ocurra. 4. Gastos. Cada partido y cada gobierno tiene su filosofía. Unos gastan más en hospitales, otros en carreteras, y otros en funcionarios de televisiones autonómicas o auditorios Michael Jackson en Perote de Arriba. 5. Déficit. La madre del cordero. Cuando los gastos son superiores a los ingresos, el estado tiene déficit público. ¿Adivinan cómo se soluciona? Lean punto 1. 6. Superávit. Es lo contrario, pero ahora es como un sueño. 7. Prima de riesgo. Es una comparación sencilla: los bonos alemanes (los que emplea el estado alemán para captar dinero), ofrecen un interés del 2,3%. Los españoles, más del 6%. ¿Diferencia? Alrededor de cuatro puntos. Eso se convierte en 400 puntos porque alguien decidió que se vería mejor multiplicarlo por cien para escandalizar. 8. Riesgo soberano. Esos 400 puntos de más son los que tiene que ofrecer el Reino de España como anzuelo para que le sigan prestando dinero. Mientras menos se fíe la gente de nuestro país, tendremos que ofrecer más puntos de diferencia. Cuando dejen de prestarnos y no podamos pagar nuestros compromisos, iremos a la suspensión. Ver punto 2. 9. Agencias de riesgo. Son las que califican el riesgo de pago cada país. Si no hay problemas para cobrar un bono, estampan AAA en sus informes. De ahí para abajo en el abecedario van empeorando las notas hasta llegar al B o al C, que ya son bonos basura. A medida que empeora, los estados deben ofrecer más intereses por sus bonos para atraer a los inversores. 10. Techo de deuda. En EEUU el estado no se puede endeudar lo que quiera sino que debe pedir permiso al Congreso y al Senado. El techo es de 14,3 billones de dólares. Obama quiere ampliarlo en unos 3 billones más para los próximos años. Los republicanos (sus enemigos) quieren imponerle condiciones como recortar gastos. PD: con la que ha caído en EEUU, las agencias no se han movido un pelo. Si fuera un país europeo, ya le habrían rebajado la calificación. Pregunta: ¿de qué país son las tres mayores agencias de calificación de riesgo? la informacion.com | |
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08-08-11 01:54 | #8510380 -> 8508071 |
Por:Marceloo ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: La especulación financiera LA PRIMA DE RIESGO La Prima de Riesgo es un término económico que muestra el exceso de rendimiento que requiere un inversionista a medida que el riesgo crece. Esto va de la mano con la ley de economía que dice que, a mayor riesgo, los rendimientos deben ser mayores para que la gente quiera invertir en ese producto. la diferencia de tipos de Interés de la Deuda de un país con respecto a otro,es el sobreprecio que exigen los inversores para comprar deuda de un país en lugar de otro y que en el caso de la deuda europea toma como referencia los bonos alemanes. Como su propio nombre indica mide el riesgo extra que se corre al invertir en un determinado país y por lo tanto la prima adicional en forma de tipo de interés que se tiene que ofrecer. MERCADO PRIMARIO DE LA DEUDA El mercado primario es aquél en el que se emiten y ofrecen al público los títulos de renta fija por primera vez (suscripción). Se conoce también por Mercado de Emisión, es donde todos los activos se negocian por primera vez y donde el emisor recibe esta nueva financiación MERCADO SECUNDARIO DE LA DEUDA Todos los Valores del Tesoro se negocian en un mercado secundario muy activo en el que se intercambian Letras, Bonos y Obligaciones ya emitidos, y en el que participan la inmensa mayoría de los intermediarios. ESPECULACIÓN CON LA DEUDA PUBLICA Una vez hecho público que el Estado emitiría deuda en el mercado primario, los bancos acuden al secundario a vender masivamente los títulos que tenían en sus carteras;inundan el mercado de deuda de un país dando la impresión de que, si nadie la quería, sería por su mala calidad;como consecuencia los tipos de interés de la deuda suben como la espuma poco antes de la primera subasta anunciada;los bancos consiguen así aumentar el dinero que el Estado tiene que pagarles por la deuda que va a emitir; y al subir los tipos de interés de la deuda primaria hace que tambien suban los títulos que ofrecían en el mercado secundario. Las agencias de notación son organismos encargados de evaluar la solidez financiera de un Estado o de una empresa, calificando a cada uno con una nota concreta según una escala preestablecida. Según esta nota, las agencias determinan sus previsiones sobre la capacidad de pago de las deudas adquiridas por una empresa o Estado. La crisis económica actual ha puesto en entredicho la labor de las agencias de calificación y la rigurosidad de sus notas. En este sentido, uno de los casos más controvertidos fue el de Bernard Madoff, considerado uno de los mayores estafadores de las últimas décadas gracias a su sistema piramidal, cuya empresa tenía una triple A concedida por la agencia Standard & Poors'. Una situación similar se vivió con Lehman Brothers, cuyos activos también tenían la máxima calificación antes de la quiebra de la empresa. Posteriormente, por el contrario, degradaron las notas de la deuda pública, entre ellas la española, lo que ha contribuido a agravar los problemas financieros de muchos países al hacer subir la prima de riesgo de la deuda. Marcelo Rodríguez | |
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08-08-11 10:18 | #8510965 -> 8510380 |
Por:Soitu ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: La especulación financiera Confusión de confusiones. Hay títulos de libros que son una premonición. La primera obra en la que se describen las operaciones en Bolsa se denomina así y fue escrita en Amsterdam en 1688 por un español, José de la Vega. Cuando este economista judío de origen cordobés publicó su ensayo aún no se hablaba de "los mercados". Tres siglos después, y gracias a la crisis, esta expresión se ha transformado en una letanía. Se usa para describir de forma genérica y un tanto difusa a aquellos inversores que tienen la capacidad de condicionar el precio de los activos financieros. Pero, ¿quiénes forman ese ente abstracto denominado mercado? Los actores principales son los fondos de inversión. La inversión colectiva maneja activos por valor de 18 billones de euros. El 41% de ese dinero está invertido en renta variable, el 21% en bonos y el 18% en renta fija a corto plazo (money market). Los intereses de los ahorradores anglosajones son los que priman: el 55% del dinero invertido en fondos procede de EE UU, el 32% de Europa y el 13% del resto de regiones mundiales. La mayor gestora del mundo es Blackrock. Esta entidad maneja una suma de dinero equivalente a dos veces el PIB de España y su presidente, Laurence Fink, es uno de los hombres más influyentes (en octubre pasado le recibió el rey Juan Carlos en Zarzuela) del orbe financiero. En el área de renta fija la principal referencia es la gestora Pimco (patrimonio superior al billón de euros). Su presidente, Mohamed A. El-Erian, es columnista habitual del Financial Times y la carta mensual de su gestor estrella, Bill Gross, tiene una gran influencia en el mercado de deuda. Tras el pulso político vivido en Washington en torno al techo de deuda, Gross ha calificado a EE UU de "república bananera". Este gestor ya lanzó una puya a España el pasado año al recordar que nuestro país había suspendido pagos 13 veces en los últimos 200 años. Tras los fondos de inversión, los siguientes protagonistas son los fondos de pensiones. Los productos de jubilación manejan casi 14 billones de euros (invertidos principalmente en renta fija). Una de las gestoras de pensiones más emblemáticas es Calpers, que gestiona el dinero de los funcionarios de California y mueve más de 200.000 millones. Otros actores que han ganado peso en el mercado durante los últimos años son los denominados fondos soberanos. Estos vehículos de inversión creados por países ricos en materias primas o con superávit fiscal tienen una política de inversión a largo plazo y destinan su dinero tanto a deuda (pública y privada) como a renta variable. Los 15 mayores fondos soberanos manejan activos valorados en 2,5 billones de euros. Los principales fondos corresponden a Abu Dhabi, Noruega, Arabia Saudí, China, Kuwait, Singapur, Rusia y Catar. Mirados con recelo hace unos años por Occidente por su opacidad y carácter estatal, los fondos soberanos son ahora cortejados por empresarios y gobernantes debido a su abundante liquidez. El cuarto actor del mercado es el más pequeño por tamaño pero quizás el más influyente: los hedge funds o fondos de alto riesgo. Al cierre del primer semestre de 2011 esta industria manejaba activos por valor de un billón y medio de euros, aunque el uso de apalancamiento (deuda) y derivados multiplica por varias veces su impacto real en el mercado. Las mayores gestoras hedge del mundo son la británica Man Group (50.000 millones) y la estadounidense Bridgewater (44.000 millones). El presidente de esta última, Ray Dalio, advertía recientemente que las políticas monetarias expansivas de los mayores bancos centrales "provocarán un colapso de las divisas y de los mercados de bonos" en 2013. El desarrollo de la ingeniería financiera ha puesto al servicio de los hedge funds un amplio abanico de productos que les permiten apostar por la caída de un activo. Estas estrategias suelen lograr su objetivo: causar el pánico en el resto del mercado. En el siglo XVII no existían estos tiburones, pero el autor del primer libro bursátil parecía intuirlos. El texto es un diálogo entre un filósofo, un mercader y un accionista en el que se describe el negocio de las acciones, "su origen, su etimología, su realidad, su juego y su enredo". ¿Les suena? Gestores como Dalio, Fink o Gross influyen mucho en las cotizaciones | |
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09-08-11 00:17 | #8524952 -> 8510965 |
Por:Marceloo ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: La especulación financiera CAMBIAR EL SISTEMA Ignacio Ramonet Le Monde Diplomatique Los eurófilos más extasiados lo machacan sin cesar: si no dispusiéramos del euro, dicen, las consecuencias de la crisis serían peores para muchos países europeos. Divinizan un euro “fuerte y protector”. Es su doctrina y la defienden fanáticamente. Pero lo cierto es que tendrían que explicarles a los griegos (y a los irlandeses, a los portugueses, a los españoles, a los italianos y a tantos otros ciudadanos europeos vapuleados por los planes de ajuste) qué entienden por “consecuencias peores”... De hecho, estas consecuencias son ya tan insoportables socialmente que, en varios países de la eurozona, está subiendo, y no sin argumentos, una radical hostilidad hacia la moneda única y hacia la propia Unión Europea (UE). No les falta razón a estos indignados. Porque el euro, moneda de 17 países y de sus 350 millones de habitantes, es una herramienta con un objetivo: la consolidación de los dogmas neoliberales en los que se fundamenta la UE. Estos dogmas, que el Pacto de Estabilidad (1997) ratifica y que el Banco Central Europeo (BCE) sanciona, son esencialmente tres: estabilidad de los precios, equilibrio presupuestario y estímulo de la competencia. Ninguna preocupación social, ningún propósito de reducir el paro, ninguna voluntad de garantizar el crecimiento, y obviamente ningún empeño en defender el Estado del bienestar. Con la vorágine actual, los ciudadanos van entendiendo que tanto el corsé de la Unión Europea, como el propio euro, han sido dos añagazas para hacerles entrar en una trampa neoliberal de la que no hay fácil salida. Se hallan ahora en manos de los mercados porque así lo han querido explícitamente los dirigentes políticos (de izquierda y derecha) que, desde hace tres decenios, edifican la Unión Europea. Ellos han organizado sistemáticamente la impotencia de los Estados con el fin de conceder cada vez más espacio y mayor margen de maniobra a mercados y especuladores. Por eso se decidió (a insistencia de Alemania) que el BCE fuese “totalmente independiente” de los Gobiernos. Lo cual concretamente significa que queda fuera del perímetro de la democracia. De ese modo, ni los ciudadanos ni los Gobiernos elegidos por éstos pueden entorpecer sus opciones liberales. Hoy, esas características (impotencia de los políticos, independencia del BCE) son en parte responsables de la incapacidad europea para resolver el drama de la deuda griega. La otra causa es que, bajo su aparente unidad, la UE (en este caso particular la eurozona) está profundamente dividida en dos bandos casi irreconciliables: por una parte, Alemania y su área de influencia (Benelux, Austria y Finlandia); por la otra: Francia, Italia, España, Irlanda, Portugal y Grecia. El origen de la deuda griega (como el de la de los demás países periféricos afectados por la crisis de la deuda soberana, incluida España) es conocido. Cuando Grecia fue admitida en la zona euro, las instituciones financieras consideraron inmediatamente que este pequeño Estado presentaba, a pesar de su evidente fragilidad y de sus escasos recursos, todas las garantías necesarias para recibir créditos masivos y baratos. Llovieron sobre Atenas ofertas de financiación a tipos de interés de ganga, en particular por parte de bancos alemanes y franceses que incitaron a los gobernantes helenos a endeudarse a bajo coste y a largo plazo para adquirir principalmente material militar alemán y francés... Cuando estalla la crisis financiera de 2008 (llamada “de las subprimes”), ésta se extiende rápidamente al sector bancario europeo. Los establecimientos financieros carecen pronto de liquidez y restringen drásticamente el crédito. Lo que amenaza con asfixiar el conjunto de la economía. Para evitarlo, los Estados ayudan masivamente a la banca. Y la salvan. Para ello se endeudan aún más comprando dinero en el mercado internacional (ya que el BCE se niega a ayudarlos). Ahí, de repente, intervienen las agencias de calificación que sancionan el excesivo endeudamiento de los Estados (¡realizado para salvar a los bancos!)... Inmediatamente los tipos de interés de los préstamos a los Estados más endeudados se disparan... Y se produce la crisis de la deuda soberana. En sí misma, la deuda griega es insignificante si se tiene en cuenta que el PIB de Grecia representa menos del 3% del PIB de la eurozona. El problema, técnicamente, podía haberse resuelto hace ya más de un año sin gran dificultad. Pero el gobierno conservador alemán, que enfrentaba entonces unas complicadas elecciones locales (finalmente perdidas), estimó que no sería moralmente justo que los griegos, acusados de “corrupción” y de “laxismo”, saliesen tan rápidamente del mal paso. Había que castigarlos para que no cundiese “el mal ejemplo”. Una ayuda demasiado rápida a Atenas, declaró Angela Merkel, “tiene el efecto negativo de que otros países en dificultades podrían dejar de hacer esfuerzos” (5). Por eso, con el apoyo de sus aliados, Berlín empezó a poner pegas de todo tipo. Dejando pasar los meses. Plazo que los mercados, excitados por el desacuerdo político europeo, aprovecharon para cebarse en Grecia. Todo se complicó entonces. Finalmente, Alemania acabó por aceptar un (incompleto) plan de ayuda con una condición: que participase en él el Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Por qué? Por dos razones. Primero porque se estimaba que las instituciones europeas carecían de un verdugo lo suficientemente severo para escarmentar a los griegos. Segundo, porque la especialidad del FMI, desde hace cuarenta años, consiste en exigir siempre esfuerzos antisociales a los países endeudados. Sus recetas (aplicadas con saña en América Latina durante los años 1970 y 1980) son siempre las mismas: alza de las tasas al consumo, recortes brutales de los presupuestos públicos, estricto control de los salarios, privatizaciones masivas.... El Gobierno de Papandreu tuvo que resignarse a adoptar un salvaje plan de austeridad. Pero el mal estaba hecho. El ritmo de la política europea es lento y largo, cuando el de los mercados es inmediato. Los especuladores entendieron que la Unión Europea era un gigante sin cerebro político, y el euro una “moneda fuerte” con estructura débil (no hay ejemplo en la historia, de una moneda que no esté encuadrada por una autoridad política). Atacaron a Irlanda, pasó lo mismo y volvieron a ganar. Atacaron a Portugal e ídem. Atacaron a España y a Italia, y los Gobiernos de estos países se apresuraron a autoimponerse las impopulares recetas del FMI. Por toda Europa se extiende ahora la “doctrina de la austeridad expansiva”, que sus propagandistas presentan como un elixir económico universal cuando en realidad está causando un estrepitoso daño social. Peor aún, esas políticas de recortes agravan la crisis, asfixian a las empresas de todo tamaño al encarecer su financiación, y entierran la perspectiva de una pronta recuperación económica. Empujan a los Estados hacia la espiral de la autodestrucción, sus ingresos se reducen, el crecimiento no arranca, el paro aumenta, las (impresentables) agencias de calificación rebajan su nota de confianza, los intereses de la deuda soberana aumentan, la situación general empeora y los países vuelven a solicitar ayuda (7). Tanto Grecia, como Irlanda y Portugal –los tres únicos Estados “ayudados” hasta ahora por la Unión Europea (mediante el Fondo Europeo de Estabilización) y el FMI– han sidos precipitados, por los que Paul Krugman llama los “fanáticos del dolor”,a ese fatal tobogán. Y el “Pacto del euro”, establecido en marzo pasado, tampoco resuelve nada. En realidad es una vuelta de tuerca suplementaria a la austeridad, un acuerdo “de competitividad” que prevé más recortes del gasto público, más medidas de disciplina fiscal, y penaliza principalmente –de nuevo– a los asalariados. Con amenazas de sanciones a los Estados que no cumplan el Pacto de Estabilidad. Propone la tutela de la deuda pública y un ritmo fijo de reducción, o sea: una limitación de la soberanía. “Los países europeos deben ser menos libres de emitir deuda”, afirma, por ejemplo, Lorenzo Bini Smaghi, miembro del directorio del BCE. Algunos eurócratas van más lejos, proponen que se le retire a un gobierno que no haya respetado el Pacto de Estabilidad, la responsabilidad de dirigir sus propias finanzas públicas... Todo esto es absurdo y nefando. El resultado es una sociedad europea empobrecida en beneficio de la banca, de las grandes empresas y de la especulación internacional. Por ahora la legítima protesta de los ciudadanos se focaliza contra sus propios gobernantes, complacientes marionetas de los mercados. ¿Qué pasará cuando se decidan a concentrar su ira contra el verdadero responsable, o sea el sistema, es decir: la Unión Europea? | |
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