San Esteban del Molar - Zamora

Al grano

"HUERTING"

El Ayuntamiento de Zamora reparte huertos entre jubilados, el de Madrid, entre discapacitados intelectuales, Nueva York aprovecha los solares para sembrar lechugas...

CELEDONIO PÉREZ
laopiniondezamora.es

Por fin, la agricultura como actividad restauradora del ánimo, ejercicio recomponedor del alma y fuente de economía sostenible. Tantas inversiones en actividades supuestamente creativas y ahora descubrimos que la solución es la vuelta a la tierra, al calor del barro preñado por el tiempo.

Lástima que esta sociedad que está descubriendo ahora que el «huerting» es la mejor terapia contra la ociosidad y el embotamiento del cuerpo y del espíritu, haya olvidado a quien ejerce la profesión más digna del mundo, a quien desde siempre se ha ocupado de llenar la mesa de alimentos y de hacer posible la existencia más prosaica. Agricultores y ganaderos no cuentan para quienes gobiernan almas y haciendas. Sobreviven gracias a las migajas del superestado europeo, que los arrincona y los expone al escarnio de la ciudadanía, convirtiéndolos en lumpen productivo: esos que viven de las subvenciones oficiales.

Que la tierra cura es cosa sabida. De ella, dicen, venimos y a ella, es evidente, vamos. Ella, llamémosla Gea, es crisol de sabiduría, bondades y maldades. Ahí está todo, amalgamado y untado en mil minerales, en mil restos de sabios y bellacos.

Hagan una prueba: escarben en la tierra con las manos desnudas, busquen en sus entrañas y notarán la fuerza de la creación. Ahí, ahí abajo está el misterio, caliente, que cambia los estados, que trastoca los tiempos. Claro, claro que la tierra cura y ensancha el entendimiento. Lástima que no sepamos leer su mensaje.

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