San Esteban del Molar - Zamora

Pastor, una profesión en alza
ISABEL REGUILÓN | BENAVENTE
El incremento de costes hace que los ganaderos opten cada vez más por contratar empleados que saquen los rebaños a pastar al campo El oficio ha pasado del riesgo de extinción a ser uno de los más demandados
Son las ocho y media de la mañana. El pastor abre la puerta de la nave donde las ovejas esperan la hora del ordeño. Es una tarea que se prolongará casi dos horas. A las diez de la mañana la tarea continúa con la salida al campo. Un recorrido que se prolongará hasta la una de la tarde. El pastor deja el rebaño en una parcela de alfalfa y se va a comer. Varias horas después volverá a buscar el rebaño, que a las cinco de la tarde tiene que estar de nuevo en la nave, donde el trabajo continuará hasta las siete y media de la tarde. La operación se repite cada día del año, domingos y festivos incluidos.
Las cuarenta semanales son, en este trabajo, una utopía. El que menos, trabaja ocho horas al día durante los siete días de la semana. El patrón aporta la casa y el sueldo se sitúa entre los 700 y los 900 euros. No parece un trabajo muy atractivo, pero es, hoy en día, una profesión en alza.
La de pastor ha sido durante años una dedicación en peligro de extinción. El esfuerzo diario y la dedicación exclusiva, sin derecho a días libres ni vacaciones y la renuncia a disfrutar de tiempo libre ha hecho que los ganaderos de ovino tiendan cada vez más a la estabulación y que opten por fórmulas más dinámicas para atender su ganado, de manera que puedan reducir su jornada unas horas para hacerla más llevadera.
Regreso a los orígenes
Pero esta es una tendencia que en los últimos años ha ido perdiendo base. El incremento en los gastos de producción, el encarecimiento de los piensos y la alimentación animal hacen que el margen de beneficio se reduzca a tales niveles que para que una explotación sea viable haya que acudir al arrendamiento de pastos y sacar al ganado fuera de la nave para reducir costes.
Pero la contratación de pastores no es una cuestión sencilla. Es algo que saben todos los ganaderos. No todo el mundo está dispuesto a trabajar en las condiciones de horario y dedicación que la profesión exige, de manera que el oficio ha quedado restringido en los últimos años para los obreros con mayores necesidades económicas o, lo que es casi lo mismo, para la población inmigrante, de manera que si los pequeños pueblos del medio rural han visto incrementar su población en los últimos años ha sido, precisamente, gracias a los empleados en este campo.
Miguel Ángel Almanza, ganadero de Benavente, de 53 años, dos años después de hacerse cargo de la explotación familiar, optó por la estabulación para poder «llevar una vida acorde con el siglo».
Con el avance de la crisis, donde hasta ahora sólo se empleaba a inmigrantes, ya se empiezan a ver españoles que tienen que volver a profesiones hasta ahora poco o nada valoradas, de manera que la de pastor es, en Zamora, un trabajo con futuro, como ocurre en el resto del país.
Isidoro Torío, ganadero de San Esteban del Molar, es uno de los ejemplos del ganadero que ha optado por la contratación de pastores para dimensionar su explotación. «Comencé con mi explotación hace 26 años y desde hace seis contrato pastores para un rebaño de 900 ovejas de carne y leche. Para poder seguir trabajando en esto tienes que dimensionar las explotaciones y eso significa que tienes que contratar gente, como en una empresa». Torío señala que «nunca he tenido problemas con los contratados; todos los que se ofrecen son extranjeros, principalmente búlgaros y rumanos, además de marroquíes.


Una fórmula eficaz para incrementar el censo de los pequeños pueblos


Los pastores procedentes de países del Este se instalan en el pueblo con toda su familia; los de Marruecos no, porque carecen de permisos de inmigración para sus familias.
Muchos nacieron en el medio rural, aunque no están familiarizados con el ordeño mecánico ni conocen explotaciones del tipo de las existentes en España, de manera que tienen un oficio por aprender y eso exige al titular «estar encima». Aunque no siempre se quedan mucho tiempo en su puesto de trabajo, cuando se van, ellos mismos se encargan de que un compatriota acceda al puesto, con lo que el relevo se hace sin mayores problemas.
Si hasta hace unos años era difícil ver un rebaño de ovejas por el campo, la estampa es ahora cada vez más frecuente, sobre todo allí donde hay más ovino y las parcelas son más amplias, como es el caso de Tierra de Campos.
No es el único cambio. La contratación de pastores ha conllevado el incremento de población en los pueblos más pequeños. En Villalobos son 60 los inmigrantes empadronados, 20 en Revellinos, 14 en San Esteban del Molar, por dar algún ejemplo.
Las explotaciones de ovino son cada vez más grandes, con lo que la continuidad de este trabajo parece asegurado. Además de abaratar costes al ganadero se le puede, por fin, hablar de vacaciones y horas para estar con la familia, cosa que antaño era impensable. Y para quien opta a este trabajo, las condiciones económicas son mejores que en la construcción, por ejemplo, de manera que es una oferta que no todos pueden rechazar.

No había leído esto.Me parece muy interesante pues no sabía que hubiera tantos emigrantes en Villalobos y Revellinos.

muy interesante todo ello.de lo mejor del foro