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17-09-09 12:34 #3267572
Por:Marcelo Rodríguez

"Se puede derrotar al hambre"
"Se puede derrotar al hambre"
Josette Sheeran
Directora del Programa Mundial de Alimentos

Sheeran avisó que el Programa Mundial de Alimentos afronta "un grave déficit presupuestario", pues este año sólo ha recibido 1.779 millones de euros de un total de 4.585 millones necesarios para dar de comer a 108 millones de personas en 74 países.

Sobre el terreno, esa falta de fondos se traduce en el recorte de programas que se están desarrollando en países como Guatemala, Kenia y Bangladesh.

La directora del PMA remarcó que, con "menos del 1%" de las inyecciones económicas que han hecho los gobiernos para salvar al sistema financiero global, se podría resolver la calamidad de millones de personas que son víctimas de la hambruna.

Pese a las adversidades, Josette Sheeran consideró que "se puede derrotar al hambre", aunque esa victoria sólo se alcanzará "cuando el mundo se tome el hambre en serio".

Puntos:
15-10-09 18:05 #3534866 -> 3267572
Por:No Registrado
RE:

De: Gustavo Duch <gustavo.duch@gmail.com>
Fecha: 14 de octubre de 2009 06:16
EL HAMBRE Y LOS INTERESES

El próximo 16 de octubre llegamos a una de esas fechas señaladas desde las Naciones Unidas –el día Mundial de la Alimentación– que este año se presenta con un dato, mejor dicho, con una bofetada escandalosa: 1.020 millones de personas en el mundo sufren hambre y desnutrición. Más que nunca. Coincidiendo con la fecha aparecerán nuevos informes acompañados de recomendaciones y algunas promesas. “Oficialmente” se explicará el incremento de la cifra en 100 millones por la crisis financiera que hizo bajar las donaciones a los países más necesitados y por las condiciones climáticas cada vez más duras. Otros estamentos irán más allá y añadirán que estos niveles de pobreza tan graves son consecuencia de una falta de voluntad política, de un desentenderse de la situación. Pero no, digo yo que no, que todo lo contrario, que es claramente una realidad provocada por una voluntad política de mantener un mundo por encima de otro. De sostener un mundo aplastando los recursos de otros. Ahí están, como novedad en los análisis de este año, la especulación con los precios de los alimentos y la adquisición de tierras de cultivos alimenticios para otros usos, dos atropellos que argumentan mi postura.

La crisis alimentaria iniciada en 2007 pareció despertar la preocupación de los estamentos internacionales y algunas iniciativas para afrontar la gobernanza de la alimentación y la agricultura a nivel global han aparecido en escena. Existe consenso en cuanto a la ineficacia de los mecanismos institucionales actuales, pero no respecto a cómo solventarla. Durante estos días se debate sobre las supuestas soluciones. Por un lado tenemos la propuesta del G-8 de crear una nueva “Alianza Global sobre la Agricultura, la Seguridad Alimentaria y la Nutrición”, mientras que algunos gobiernos y colectivos de la sociedad civil abogan por la renovación y el fortalecimiento del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO (la Agencia de la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas). No es una discusión baladí. Los defensores de las políticas económicas neoliberales defienden un espacio de coordinación donde se otorgue poder de decisión, además de a los gobiernos, al sector privado y a las instituciones financieras internacionales, es decir, a la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Encontrar en la mesa de coordinación a representantes de empresas como Monsanto o Nestlé –por nombrar un par– junto con los actores que han contribuido a la desregularización de la agricultura, no es desde luego aceptable para muchos gobiernos del Sur, que reclaman un papel de liderazgo para la FAO, una institución del sistema de Naciones Unidas, donde cada país tiene un voto de igual valor.

Más allá del espacio de gobernanza, es clave conocer la estrategia a implementar y, otra vez, creo, deberíamos mirar hacia Ginebra –sede de las Naciones Unidas–, desarrollando políticas desde la perspectiva de los derechos humanos y no hacia Washington –sede del Banco Mundial, por ejemplo–, insistiendo en políticas neoliberales. El hambre no es un negocio que a veces sale bien y otras sale mal. Es la violación de un derecho, del Derecho a la Alimentación. Como tal se recoge en el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y se desarrolla en el artículo 11 de la Convención Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Tomar como eje de acción el Derecho a la Alimentación es aceptar que los pueblos y sus poblaciones deben tener acceso permanente a la alimentación. Derecho a alimentarse, es decir, a producir sus alimentos accediendo a los recursos que los hacen posible: tierra, agua y semillas. Si se acepta este enfoque, los estados tienen entonces la obligación de “respetar, proteger y garantizar” el Derecho a la Alimentación desde sus responsabilidades territoriales y extraterritoriales.

Y también supondría un despliegue legislativo que defendiera a tantas personas de la vulneración de su derecho a alimentarse. Al respecto quisiera citar dos ejemplos que ha documentado el Observatorio del Derecho a la Alimentación y la Nutrición. El primero es el caso de la India, que, a pesar de un incremento significativo del PIB, presenta tendencias de aumento de la pobreza. El Gobierno de la India ha promovido el cultivo de agrocombustibles para reducir su dependencia energética y –dicen– incrementar puestos de trabajo agrícolas. Si el Gobierno hubiera seguido las directrices del Derecho a la Alimentación como prioridad frente a intereses de grandes corporaciones como Daimler Chrysler, no se hubieran generado los impactos provocados sobre las poblaciones campesinas locales: sustitución de cultivos de subsistencia, escasez de agua por la alta demanda de los cultivos energéticos, destrucción de tierras y bosques dedicadas al pastoreo y más dificultades para acceder a la madera como combustible.

El segundo ejemplo es el caso de Zambia, donde las producciones de miel y leche generan alimentos, ingresos y empleos a muchas familias, pero su Derecho a la Alimentación se ve vulnerado esta vez por los acuerdos comerciales entre Zambia y la Unión Europea, que llevarán a competir a los productores locales con las grandes corporaciones europeas, fuertemente subsidiadas.

Decía al principio que el hambre no es sólo un problema de negligencia, sino una cadena de intereses a favor de unos pocos. Contra esos intereses debe centrarse cualquier estrategia de lucha contra el hambre. El enfoque desde los derechos ha avanzado en los últimos años. Desde la sociedad civil se elaboraron las Directrices Voluntarias para la Realización del Derecho a la Alimentación que fueron aprobadas en noviembre de 2004 por el Consejo de la FAO. Ahora faltaría que dejaran de ser voluntarias.

Gustavo Duch es ex director de Veterinarios sin Fronteras y colaborador de la Universidad Rural Paulo Freire




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15-10-09 19:19 #3535801 -> 3534866
Por:jeicos

RE:
Hola a tod@s.

Supongo que este texto lo ha colgado nuestro amigo Marcelo, Claudio, Martina, Kiko, Reyes ,,, Pues muchas gracias. Del hambre deberíamos estar hablando todos los días. Que vergüenza para el hombre la lacra del HAMBRE. Vaya siglo XX y principio del XXI. Nos cubrimos de "gloria" a cada paso civilizado que damos. Acabaremos como en esa película que para que el tren anduviera se quemaron todos los vagones.

Un saludo y otra vez gracias por acercarnos estos artículos

jeicos
Puntos:
21-11-09 00:39 #3918517 -> 3535801
Por:No Registrado
Nuevas estrategias contra el hambre
NUEVAS ESTRATEGIAS CONTRA EL HAMBRE
GUSTAVO Duch*

Cuando la crisis de la globalización (crisis ambiental, social y alimentaria) nos enseña que hay que devolver el papel de gobernabilidad real a los estados, este –falto de práctica y con los mecanismos oxidados– traslada otra vez sus obligaciones al sector privado. O al menos esta es mi impresión al vivir en directo el desarrollo de la Cumbre Mundial de Seguridad Alimentaria que se celebra en Roma desde el día 16 y que acaba hoy. Aunque con algunos contrapuntos interesantes.
Como decía, los gobiernos aquí reunidos –faltan muchos de los jefes de Estado responsables de perpetuar el hambre en el mundo, como los del G-8– trasladan al sector privado su fracaso en la resolución de la crisis crónica de la malnutrición. Es decir, apelan a las corporaciones de la agroindustria, de la investigación, etcétera, a que centren sus negocios en resolver el hambre del planeta. Que ahí tienen también un futuro comercial.

A los gobiernos y administraciones, después de tantos años de fiascos y destrucción de cualquier política pública, se les ve muy confiados en nuevas tecnologías salvadoras que esperan que lleguen de la mano de las empresas privadas para producir más comida, para disponer de semillas mejoradas frente a las sequías o inundaciones o – y no es una broma– sembrar el cielo con espejitos para combatir el cambio climático. Seguramente por eso la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) organizó en Milán, unos días antes de la cumbre, una reunión con las principales empresas de la alimentación. Allí, el presidente de Nestlé delató a los culpables del hambre: «Los bienintencionados activistas, cuya hostilidad hacia las nuevas tecnologías alimentarias está agravando la crisis alimentaria mundial». Oído, aunque muchos de esos activistas entendemos que donde existe una verdadera sequía que combatir es en la adopción de políticas valientes que atajen las injusticias generadoras de pobreza. Porque, ¿quién dispone de los recursos productivos, quién controla el comercio internacional y quién marca los precios tan bajos que reciben los agricultores y ganaderos por sus productos?
Las respuestas a esas preguntas han quedado aclaradas en el Foro de los Pueblos por la Soberanía Alimentaria organizado en paralelo a la cumbre oficial. En esta ocasión, desde muchas organizaciones sociales aquí presentes, se ha coincidido en denunciar dos realidades muy actuales que explican el porqué del hambre. Por un lado, cómo miles de campesinos y campesinas están siendo expulsados por la compra de sus tierras por terceros países. Un fenómeno que se conoce como el «nuevo acaparamiento de tierras». Países con políticas que se olvidaron de sus productores y confiaron una buena parte del abastecimiento de sus alimentos en manos del mercado están comprando tierras en países pobres para disponer de cosechas propias a precios ventajosos. Quizá por eso el lema del foro cita al jefe indio Lakota Tashunka Witko, cuando expresó que «uno no vende la tierra por la cual camina su pueblo». Y, en segundo lugar, los reclamos de las comunidades de pescadores artesanales que, bien por la presión de la pesca industrial sobre los recursos marinos bien por el desembarco de flotas extranjeras (Somalia es un claro ejemplo) o bien por una salvaje expansión de la acuicultura, tienen cada día mucho más complicado vivir de sus capturas. De pescado, me refiero.
La Cumbre de Roma ratificará entre otros temas un nuevo modelo para la gobernabilidad de la agricultura y la alimentación, basado en la reforma del Comité de Seguridad Alimentaria (CSA), donde los estados se reservan –menos mal– la capacidad de ser ellos los que adopten las decisiones políticas, aunque ya adelantan que los fondos que se recauden para la lucha contra el hambre los manejará en su mayoría el Banco Mundial. Recordemos que esta entidad ha impulsado en los últimos años los proyectos y programas más neoliberales que el mundo en vías de desarrollo conoce y que tanto ha favorecido al capital empresarial.

Aun con todo, la valoración que hacen los movimientos sociales y las organizaciones rurales de la reforma es positiva. Se dispondrá de una buena oportunidad, porque el nuevo Comité de Seguridad Alimentaria contará con un espacio de consulta en el que podrá participar, obviamente, el sector privado, pero también la sociedad civil en un número significativo aún por determinar.
Una vez corroborada esta nueva arquitectura, en la medida en que la articulación de las organizaciones campesinas, indígenas, de pescadores, de mujeres rurales, de oenegés, etcétera, tenga capacidad para proponer, presionar y pedir resultados, tendremos garantías de mejores estrategias que llegarán construidas desde abajo y desde los verdaderos protagonistas. Serían, si se les escucha, políticas basadas en la soberanía alimentaria de los pueblos, en la agricultura a pequeña escala, sostenible ecológicamente y con prioridad en la comercialización local.

* Foro de los Pueblos por la Soberanía Alimentaria.



Puntos:
22-11-09 19:28 #3930291 -> 3918517
Por:No Registrado
RE: Nuevas estrategias contra el hambre
No les preocupa el hambre
Juan Torres López

En los últimos meses, cuando se han ido tomando las medidas para hacer frente a la crisis, se ha podido comprobar de modo muy evidente la doble vara de medir que las autoridades tienen cuando se trata de resolver los problemas de la gente. Se han puesto en marcha todo tipo de soluciones para salvar las cuentas de los banqueros y el negocio de unas entidades financieras cuyo comportamiento irresponsable y demencial ha provocado una crisis descomunal. Y ni siquiera se les ha pedido responsabilidades. Con rapidez y generosidad inauditas, gobiernos y bancos centrales se dispusieron a ofrecer los fondos necesarios para hacer frente a sus quiebras y, sin que mediara consulta de ningún tipo no debate social alguno, se ha asumido que somos los ciudadanos quienes con nuestros impuestos habremos de financiar las medidas que resuelvan los problemas de los bancos que ellos mismos han creado.

Con dinero ciudadano se intervenía y salvaba a las entidades pero, salvo casos que ya son excepcionales, ni siquiera se reemplazaban sus dirigentes, ni se establecían nuevas normas de gestión, n prevenciones para que no vuelva a ocurrir en el futuro el desastre de estos últimos años.

Y las cantidades puestas sobre la mesa son sencillamente colosales. Tan ingentes que es verdaderamente difícil que nos demos cuenta de su magnitud. Y, por supuesto, del tiempo que tardarán las economías en metabolizar ese esfuerzo financiero y el incremento de liquidez que llevan consigo. A base de sufrir sus consecuencias en los próximos tiempos nos iremos dando cuenta.

Son cifras que contrastan con cualquier otra y precisamente por eso en estos últimos meses la diferencia entre esa generosidad con los ricos y la estrechez con la que se actúa con los débiles ha sido más evidente que nunca.

Es cierto que eso no es algo nuevo. Desde hace años comprobamos cómo se destinan billones de dólares a armamento, a subvenciones y subsidios a empresas y cómo se eliminan o reducen los impuestos a los ricos exactamente al mismo tiempo que menguan los ingresos de los grupos de menos rentas y se renuncia a gastos sociales y a financiar la provisión de bienes y servicios públicos destinados principalmente a aumentar el bienestar de éstos últimos.

Pero lo que está ocurriendo en estos momentos es ya algo realmente impresionante e incalificable. No es sólo que se incumplan constantemente los compromisos de gasto dedicado a paliar los problemas sociales más graves, no es únicamente que todo estos, como los Objetivos del Milenio, queden postergados para afrontar con inaudita diligencia las demandas de banqueros y grandes empresarios. Es que los gobernantes ya ni siquiera disimulan su desinterés ni tratan de hacer como que están dispuestos a hacer frente a lo que mata de verdad a las personas.

La reciente cumbre de la FAO en Roma es la manifestación más tremenda de la desvergüenza colosal con que ellos, "los líderes", como se autodenominan en las pomposas cumbres financieras, gobiernan el mundo. La crisis de los dos últimos años ha hecho aumentar en casi 200 millones de personas el número de hambrientos en todo el mundo, se alcanza la cifra colosal de 1.020 millones pasando hambre, la muerte de casi 30.000 personas diarias por hambre y de 17.000 niños. Y los líderes de los países más ricos ni siquiera acuden a la cita para darse por enterados o para tranquilizar al mundo.

Es verdad que es un adelanto que al menos Obama haya sido el primer presidente de Estados Unidos que se ha comprometido a erradicar el hambre de los niños en su país, en donde 17 millones de niños y 49 millones de adultos padecían "inseguridad alimentaria" en 2008, es decir, que no tuvieron acceso seguro a alimentos en todo momento del año. Pero cómo se puede confiar en la sinceridad de su compromiso si ni siquiera visualiza su presencia en los lugares donde se están planteando esos problemas. Y cuando su país, como casi todos los más ricos, incumplen luego los compromisos materiales a los que llegan.

La ineficacia de los gobernantes, su casi nulo compromiso a la hora de cumplir los acuerdos es ya de por sí vergonzoso, pero que a la cumbre en la que se debate la cuestión más grave de todas las que tiene la humanidad tiene por delante ni siquiera hayan asistido no tiene nombre.

Están dando lugar a que cuando hablemos de estas cosas, como al menos a mí me pasa, lo hagamos ya simplemente con rabia y con el único deseo de hacer que salte por los aires este colosal desatino. ¿Cómo es posible tanto cinismo y, sobre todo, que todos sigamos impasibles ante un drama como el que están viviendo una de cada seis personas en nuestro planeta? ¿Cómo es posible que gobiernos que no han tenido dificultad para poner al servicio de los banqueros cientos de miles de millones de dólares no estén dispuestos a poner el 1% de esa cantidad, que es lo que está reclamando la FAO, para empezar a paliar de forma efectiva el sufrimiento injusto y evitable de millones de seres humanos? ¿Cómo es posible que les de igual todo eso, y hasta cuándo admitiremos que todo eso siga así?

Cuando ellos se quitan desaparecen y ni siquiera dan la cara no queda más remedio que actuar como reclamaba hace pocos días Federico Mayor Zaragoza cuando decía que "los ciudadanos no podemos seguir ni personal ni institucionalmente en silencio; no podemos seguir siendo súbditos callados, tenemos que pedir democracias reales, basadas en la justicia social y no en las leyes del mercado".

Puntos:
24-11-09 00:49 #3944630 -> 3535801
Por:No Registrado
RE:

Me hace mucha gracia que se copien artículos periodísticos sobre las miserias mundiales y que nos permitamos el lujo de pensar:"Nos cubrimos de "gloria" a cada paso civilizado que damos"...Seguramente "casi todos" los que entramos en el foro carecemos de artículos de primera necesidad:Tv última generación,ordenador,teléfono móvil,PSP,etc. como se puede comprobar¡no podríamos vivir sin ellos!

¿Cómo podemos ser tan hipócritas?

Propongo que los que esten en contra de la civilización,que abandonen por un tiempo esta "asquerosa" vida civilizada y vuelvan a la época de las cavernas(asi habría que quemar menos vagones).

¡Seamos menos hipócritas y vamos a mirarnos un poco el ombligo para poder renegar de la CIVILIZACIÓN sin avergonzarnos!!!
Puntos:
24-11-09 03:11 #3944917 -> 3944630
Por:No Registrado
RE:
Querido Amigo

Coincido contigo cuando pones el dedo en la llaga y dices que participamos de la vida que nos da esta cultura,a la vez que la criticamos.

Discrepo del sentido de civilización que nos presentan los medios de comunicación mayoritarios:

-Cuando culmina el proceso de hominización aparecen diferentes culturas,la vida de las cavernas fue una cultura más del devenir histórico del homo sapiens,tan respetable como cualquier otra.

-Nuestra cultura actual,al romper la relación dialéctica entre el hombre y la naturaleza,nos conduce a un nicho ecológico y un habitat que puede llegar a ser más precario que el de la época de las cavernas.Sencillamente la actual huella ecológica es insostenible,así no podemos avanzar.Se comienza a pensar en formas de decrecimiento y mejor reparto.

-La antropología actual,Marvin Harris entre otros,no hacen uso del término "civilización" y prefieren hablar de culturas diferentes en un plano de igualdad.La deriva cultural en la historia de los pueblos hace que todos hayan sido interinfluidos y todas las cultura tengan prestamos de otras anteriores o próximas.

-Los valores antropológicos de las diferentes culturas no admiten que haya existido un proceso gradual de perfeccionamiento hacia el desarrollo industrial y el modelo de la cultura occidental,en algunos aspectos ha sido claramente regresivo.

Salud,amigo.Un abrazo:Marcelo
Puntos:
04-12-09 16:14 #4045356 -> 3944917
Por:No Registrado
RE:
Ser un “container”
2 Diciembre 2009 por gustavoduch
Galicia Hoxe. 2 de diciembre de 2009.

Todas las noches en los callejones y patios traseros de los supermercados, los contenedores de basuras se atiborran de comida que no pudieron vender, aunque se puede comer. De bastante comida. Dos ejemplos: con el volumen que desechó Carrefour en el 2005 podrían haber comido unos 110.000 españoles durante 365 días. Y según los datos del Worldwatch Institut de Washington, en EE.UU. se tira a la basura entre el treinta y el cuarenta por ciento de los comestibles de los supermercados. Mucha gente sabe eso, y saben también en qué lugares y a qué horas se producirá el descargue. Se hacen llamar los “containers”. Algunos lo hacen por la más pura necesidad, para su propia alimentación, otros por conciencia política y recogen acelgas, galletas o yogures a punto de caducar para centros sociales.

Pero la economía del consumismo no puede parar. Para asegurar reponer las estanterías de los supermercados el Gobierno permite y apoya el uso de la fuerza “disuasoria” de las armas en la flota atunera. Habrán visto las fotos de cómo generales en la reserva o ex policías antidisturbios trasmiten sus mejores artes de puntería, de garrotazos y de “arriba las manos que disparo” a jóvenes con nóminas de aúpa. Se trata de garantizar nuestra seguridad alimentaria –dicen- con compañías privadas. Seguratas de la seguridad alimentaria.

Un poco violento, la verdad. En la Cumbre Mundial de la Alimentación celebrada en Roma, hemos visto que ahora lo que se lleva entre los países punteros es la compra de tierras. “Bienvenidos a los Emiratos Árabes” reza un letrero en el interior de Mauritania y medio Madagascar ya lo tiene apalabrado Corea del Sur. Mucho más elegante y barato nos saldría que España comprara Somalia al completo. En las fronteras diría, “Bienvenidos a Españolandia. Degusten nuestro marmitako”

Todo es circular. La colonización se perpetró con el uso de las armas y las doctrinas. Lo explicaba el Arzobispo Desmond Tutu, “cuando vinieron los misioneros a África tenían la Biblia y nosotros la tierra. Nos dijeron: vamos a rezar. Cerramos los ojos. Cuando los abrimos, teníamos la Biblia y ellos la tierra.”. Décadas después el credo que reverenciar ha sido la “Mano Invisible” del mercado. Cuando abrieron los ojos se encontraron rodeados por la Armada.

Gustavo Duch Guillot


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