POR LA CALLE ABAJO ¿En qué pueblo del mundo no ha habido alguna vez una jovencita que ha pasado cien veces al día por el mismo sitio, que casualmente era el sitio donde vivía el muchacho que ella amaba con ese amor tremendo de los quince años, creyendo, además que él nada sabía? Pues bien, este poema relata una historia de ésas. Naturalmente, ocurrió hace muchos años, pero el recuerdo es vivo ¿Será porque el amor fue intenso?. POR LA CALLE ABAJO. Por la calle abajo, por la calle arriba, una vez y otra, ¿dónde va la niña? A las fuentes claras de mi tierna vida, donde está la flecha del amor metida. ¿Y qué flecha es ésa de tan honda herida? Todos lo preguntan, nadie lo adivina. Son los ojos tiernos de alguien que me mira; alguien que es más claro que la luz del día. Por la calle abajo, por la calle arriba, con sus pasos cortos, con su larga risa. Y en el punto medio de la calle misma, un muchacho esconde su mirada tímida. ¡Si él supiera que ella sabe que la mira...! Pero no lo sabe. ¡Ni aun se lo imagina! Por la calle abajo, por la calle arriba, vueltas y más vueltas, viene y va la niña. Mariano Estrada Del libro “Trozos de cazuela compartida”
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