Muelas de los Caballeros - Zamora

La paz se estrella en Barajas

En la medalla del proceso de paz, si la hubiere, podría hallarse una inscripción como ésta: Ayer estábamos peor que hoy, hoy estamos peor que mañana… Y a uno se le ocurre esta pregunta: ¿cómo estaremos el año que viene? Pues el año que viene es un futuro lejano sobre el que sólo se atreve a hablar el Presidente del Gobierno. Sobre todo para que Eta le desmienta, dejándole con los calzoncillos al aire. Dice el Presidente: “el año que viene estaremos mejor”. Y ponen una bomba en Barajas. Principio de causalidad, Eta le enmienda la plana a Zapatero, por triunfalista Y, en medio de este caos y del posterior ruido de prensa, aparece un Presidente demacrado y cariacontecido que, ante las insistentes preguntas de los periodistas, se ha negado tres veces a anunciar la ruptura del ya frágil proceso de paz. “Se suspenden todas las negociaciones” –dijo- Sí, sí, pero ¿también se rompe el proceso? En verdad te digo, Pedro, que antes de que cante el gallo me habrás negado tres veces… ¿Yo, señor? ¡Eso nunca!

¿Por qué esa persistencia en el error, esa contumacia de líder aznarizado, por lo que se refiere a la soberbia? Que buen arúspice tenemos, que buen visionario, que buen analista. Mañana mejor que hoy, nos dice ¿Qué fundamentos arropan a Zapatero, disponiendo de tan poca información como ha demostrado la bomba de Barajas? Pues, mira: el fundamento de la fe, por el que nos exige una confianza ciega. El fundamento del relativismo político, por el que los atentados más sangrientos se convierten en accidentes mortales. El fundamento de dejar correr el tiempo, porque el tiempo todo lo cura: “el año que viene estaremos mejor” ¿Por qué? Porque yo me encargaré de conducir el rebaño y de protegerlo del lobo ¿El lobo es el Partido Popular o Eta-Batasuna?. Y, por último, el fundamento de la estima personal enaltecida hasta el endiosamiento, que es el que lleva a Zapatero por los senderos del iluminismo bendito y la adivinación monda y lironda “Y la veleta, y la veleta / si el aire no la mueve / siempre está quieta”. Lo malo es que la veleta se ha movido ya, y lo ha hecho en la dirección del peligro. “¡Cómo temblaba el farol! Madre, ¡Cómo temblaba el farolillo de la calle!”.

A uno se le ponen los pelos de punta al comprobar la facilidad con la que puede burlarse todo un dispositivo policial y colocar impunemente una bomba en un lugar tan concurrido y custodiado como el aeropuerto de Barajas. ¿Cómo pudo llegar esto ahí? Pues muy fácil, Presidente, la policía tiene la orden de hacer la vista gorda. Gorda, sí, pero tan gorda, tan gorda…Y el Presidente pidiendo fe, que es como si pidiera la luna. En verdad os digo que debéis confiar en mí y en mi palabra. “Ya vemos, ya vemos, Presidente, nosotros evangelizaremos a los incrédulos”… “Pepiño, María Teresa” –ordenó Zapatero hace unos días a los propaladores de su doctrina- “hasta después de las Navidades, ni una palabra sobre el terrorismo ¿eh?”. Pero se olvidó de mandar callar a los terroristas, que, de todos los interlocutores del proceso, son los que tienen la voz más espeluznante, más ronca y estremecedora… En este punto se levanta sobre sí mismo un espíritu viejo, para decir: “Con las bombas que tiran los fanfarrones / se hacen las gaditanas tirabuzones”. ¿De dónde sale este tío? Pregunta un ayudante de campo de Rubalcaba. No sé, viene de ultratumba, me recuerda mucho a Pemán, pero no me hagan caso.

Señor Zapatero: usted logró transmitir a la opinión pública una esperanza cierta que hoy se ve desgraciadamente defraudada ¿Por qué ese empeño suyo en seguir con un proceso de paz en el que, salvo usted y los terroristas, ya nadie cree? ¿Y qué paz sería ésa, finalmente, si el camino hacia ella está delimitado por el terror? No pretenderá que los españoles sigamos confiando en usted, y encima que lo hagamos ciegamente, después de que los misterios ocultos de su palabrería hayan quedado expuestos a la estremecedora luz de las bombas y a la desnuda realidad de la sangre…

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Blog: https://aisajes.blogcindario.com

Posdata:

Yo creo, Mariano, que debieras apostillar
-Pues dime dónde y en qué
-La sangre no ha sido constatada
-Tampoco desmentida
-En tal caso, lo que se impone es la cautela
-Cierto
-¿Entonces?
-Hagámoslo así: si finalmente no hay sangre, y yo deseo que no la haya, el artículo acabaría con la estremecedora luz de las bombas. El resto lo retiro y, si es necesario, me disculpo.

No puede haber paz social en ningana parte. No olvides que hay más de cuarenta conflictos bélicos en el mundo de los que nada se habla porque no son relevantes, vamos que hay poco que robar. En estas guerras que a casi nadie llaman la atención, mueren hombres mujeres y niños que quedan relegados al olvido. Con estas guerras, los paises que se definen democráticos, se enriquecen vendiendo armamento a las facciones combatientes. Pero claro, eso está lejos de nuestra puerta y no nos escandaliza de la misma manera.