Muelas de los Caballeros - Zamora

Cuánto me gusta releer Los motivos del Lobo de Rubén Darío, “El varón que tiene corazón de lis…” Hoy se lee que dos cazadores furtivos mueren tras matar a dos jabalíes. Uno de los cazadores tenía registradas a su nombre cinco escopetas y cuatro rifles. A las 4 de la madrugada, utilizando el sistema de “hacer la espera” (he oido que les esperan subidos a un árbol), dispararon con postas prohibidas, matando dos animales y, seguramente, hiriendo muchos más. Algunos jabalíes, malheridos, tardarán días en morir y sufren escondidos hasta que les llega la muerte. Por lo general los cazadores regalan las piezas cobradas o las tiran, rara vez se las comen.

Los animales todos, nos deben tener mucho miedo, los que viven o han convivido con nosotros saben de qué pie cojeamos.

“….. Yo estaba tranquilo allá en el convento,
al pueblo salía,
y si algo me daban estaba contento
y manso comía.
Mas, empecé a ver que en todas las casas
estaban la envidia, la saña, la ira,
y en todos los rostros ardían las brasas
de odio, de lujuria, de infamia y mentira.
Hermanos a hermanos se hacían la guerra,
perdían los débiles, ganaban los malos,
hembra y macho eran como perro y perra,
y un buen día todos me dieron de palos.
Me vieron humilde, lamía las manos
y los pies. Seguía tus sagradas leyes,
todas las criaturas eran mis hermanos,
los hermanos hombres, los hermanos bueyes,
hermanas estrellas y hermanos gusanos.
Y así, me apalearon y me echaron fuera.
Y su risa fue como una agua hirviente,
y entre mis entrañas revivió la fiera,
y me sentí lobo malo de repente;
mas siempre mejor que esa mala gente.

El hombre siempre ha utilizado malas artes para engañar a los animales, con la técnica, estas se han sofisticado, utilizando las redes de arrastre y explosiones de dinamita para la pesca; pozos tapados con ramas para la caza de gorilas y tros animales para los parques zoológicos y caprichosos privados, el pegamento para cazar los hermosos jilgueros y enjaularlos para educar a los niños. Lo cierto es que ya no queda caza, los elefantes, los tigres, los linces, se cuentan por docenas. ¿Y las Águilas Imperiales?, deben quedar pocas. ¿Y por qué se les llamará imperiales y figuran en los escudos de los poderosos?

Si los animales tuviesen planeada una rebelión contra el hombre, este sería el momento de actuar. Las aves han incubado el virus aviar H5N1, que al parece, puede provocar una gran pandemia y diezmar a gran parte de la población humana. Unas aves en peligro de extinción como las Águilas Imperiales podrían prestarse a hacer de “terroristas suicidas”, elevar la virulencia del H5N1 al mayor exponente, practicar el vuelo en picado como los Messerschmidt que tan bien conocen, e ir soltando cagaditas en las ciudades y pueblos hasta terminar con el malvado animal bípedo.

Me pregunto, si las Águilas en sus parlamentos, tipo Juan Salvador Gaviota, decidirían indultar a algún pueblo o aldea por el buen trato otorgado a los animales.

“El Santo de Asís no dijo nada …..,
el viento del bosque llevó su oración,
que era: Padre nuestro que está en los cielos ….”

Saludos

¡¡¡Hola, Fernando!!!
Tremendo tu escrito!!!!, sí el hombre es el gran depredador, y tal vez nuestro orgullo, nuestra prepotencia, no está llevando a un desastre final!!!

y entre mis entrañas revivió la fiera,
y me sentí lobo malo de repente;
mas siempre mejor que esa mala gente.

Destaco estos versos, porque me han hecho pensar mucho!!! no hemos convertidos en fieras!!!
Tal vez, y espero que no sea así, le ha llegado su turno a los animales!!!, porque el virus aviar, que puede producir una gran pandemia, un desastre, entre los humanos, me aterra!!!
Tu escrito es para reflexionar!!!!
si el pobre de Asís estuviera aquí, lloraría de pena!!!
Un abrazo
Natalia