Castroverde de Campos - Zamora

EL BURRO RABÓN DE TORO ( leyenda )
Origen: Toro

Hace algún tiempo visité con unos amigos la ciudad de Toro. Lo primero que vimos, llegando desde la tierra llana del lado de Tordesillas, fue el toro de piedra que está a la entrada de la ciudad. A unos metros más allá encontramos el Arco de Santa Catalina por donde dicen que entró Pedro El Cruel (D. Pedro I de Castilla), el 6 de Enero de 1316. Fuimos después por la calle Antonio de Migueles y Rejadorada hasta el Paseo del Espolón, en cuyas cercanías se encuentra la famosa Colegiata de Toro. Después de dar un rodeo a esta iglesia monumental con verdadero aspecto de catedral, nos detenemos en la Puerta de Occidente o del Juicio, aunque más bien conocida como "El Pórtico de la Gloria" y también conocida como "de la Majestad". En este pórtico hay un sinfín de imágenes que representan diversos aspectos de los pecados capitales y otras figuras. Entre ellas me llamó la atención una , en la primera columna de la izquierda, que representa una caballería cargada de leña y que está caída y dos personas tratan de levantarla. Se trataba de la leyenda del Burro Rabón de Toro y que es, más o menos, como sigue:

"Se trata de un leñador cuyo borrico venía cargado y a la entrada de la ciudad el pobre animal se le atolló. Por muchos intentos que hacía el pobre leñador no la podía sacar del atolladero. Acertó a pasar por allí uno de los canteros (estamos hablando de los siglos XII-XIII) que estaban ocupados en la construcción de la Colegiata, y se prestó a ayudarle. Se pusieron de acuerdo en que el dueño del animal tiraría de la cabezada y el cantero ayudaría a levantarse la bestia tirándole de la cola. Fue tanto el esfuerzo que ambos hicieron, especialmente el cantero, que el pobre animal se quedó sin rabo. El dueño, viendo desfigurado al animal estimó que el cantero había obrado de mala fe y reclamó daños y perjuicios ante la autoridad competente. La autoridad, oídos los alegatos de ambas partes falló que el cantero entregase al leñador el monto del coste de la caballería y, por el contrario, éste se quedase en posesión de aquella hasta que le creciese el rabo".

Parece ser que uno de los escultores presenció el juicio y quiso plasmar con su cincel la escena del leñador, el burro y el cantero, lo cual, usted, viajero curioso, podrá contemplar como yo la referida escena si se acerca hasta La Colegiata de esta bella ciudad castellana.

Un saludo.
Salva

LA LEYENDA DE LA CHOPERA DE PUENTE CANTO (SAHAGÚN)

Durante los siglos de la Edad Media, Sahagún se convirtió en paso fundamental de todo peregrino que se dirigía hacia Santiago de Compostela. Pero, más que zona de paso, era punto de descanso para al día siguiente emprender de nuevo la marcha. Los años vieron pasar a gran cantidad de personajes ilustres por las calles de la villa situada a orillas del Cea, y todos, atraídos por la localidad, decidían pernoctar en el lugar y hacer un alto en el camino para reponer fuerzas, siempre abrigados por los habitantes, dispuestos a ayudar a cualquier peregrino, fuese cuál fuese su condición.

Según cuenta la tradición, uno de los peregrinos hacia Santiago de Compostela más famoso que recorrió la villa que cobija el monasterio de San Facundo, fue el mismísimo emperador de los francos, Carlomagno. Hombre conocido en todo el mundo cristiano por sus ardores guerreros, pero también por su fe en busca de la propagación de la verdadera religión. Durante un periodo de cierta tregua en su reino, Carlomagno vio propicio el momento para iniciar una de sus campañas más fieles y que con más deseo anhelaba. Partiendo desde su patria, Francia, inició el camino. Este se prolongó durante largas jornadas hasta que por fin llegó a Sahagún, a orillas del río Cea.

La marcha había sido agotadora, recorriendo los excesivamente soleados caminos que cruzan la Tierra de Campos. Anochecía cuando decidió acampar junto a un puente que cruzaba el río, el llamado Puente Canto. Carlomagno, agotado por el viaje, se retiró junto a sus tropas a sus tiendas para descansar. Sólo permaneció despierta una pequeña guardia que vigilaba el sueño del Emperador y de sus compañeros.

Pero alguien había dado la noticia de tan insigne llegada a Sahagún a los musulmanes. Estos decidieron atacar traidoramente a las huestes francas, que se encontraban pernoctando frente al Puente Canto. Aprovechando la noche, los musulmanes iniciaron el asalto al campamento imperial, pasando a cuchillo a sus guardianes. El desconcierto inicial fue enorme, nadie sabía que ocurría, y los franceses corrían despavoridos preguntándose qué es lo que sucedía. Finalmente, unos pocos hombres, junto a Carlomagno, lograron rechazar el ataque musulmán.

El daño causado por tal traición a las más elementales reglas de combate entre caballeros fue ingente. Muchos de los soldados francos habían sido vilmente asesinados sin posibilidad ni siquiera de despertar de sus sueños. Los muertos eran múltiples y cubrían la ribera del río Cea. El campamento estaba asolado.

Los guerreros francos, antes de retirarse a dormir, dejaron sus lanzas clavadas a lo largo de la ribera del Cea, en las proximidades del Puente Canto. Muchos de ellos murieron sin poder hacer uso de las mismas, que permanecieron en pie en el mismo lugar. Pero después de la matanza, increíblemente, las lanzas de los francos muertos sin aviso, se convirtieron en altos chopos. Este es el origen de la famoso chopera que, aún hoy, se puede admirar junto al Puente Canto de Sahagún.

Observaciones
El origen de esta leyenda parece remitir a la importancia que la villa tuvo en el camino jacobeo de peregrinación a Santiago de Compostela. La presencia del Camino, denominado franco, en la economía de Sahagún fue fundamental,

TRADICIONES EN TIERRA DE CAMPOS

La tradición oral de los pueblos de Tierra de Campos no ha sido lo suficientemente estudiada para permitir su documentación, como principal método que impida su desaparición bajo el implacable peso de la modernidad que supondría la erradicación de la rica cultura popular de la zona. Son numerosas las leyendas que se pueden inscribir dentro de los tipos generales de la provincia, que han sido transmitidas oralmente durante siglos, y que intentan explicar los remotos orígenes de estas tierras. De la misma forma, esta tradición se ha concretado bajo numerosas formas de expresión que todavía están presentes en muchas localidades. A estos componentes, habría que añadir la multitud de costumbres que, en la actualidad, se han revestido de un carácter festivo y lúdico, hecho que permitirá su transmisión en el tiempo.

El habla de esta comarca tiene unos giros que le otorgan una gran peculiaridad. En primer lugar, el acento con que se entona cada frase responde a unas formas particulares de esta comarca, pero podemos escuchas numerosas expresiones, frases hechas, palabras derivadas, etcétera con las que se podría formar un corpus lingüístico propio de Tierra de Campos. Algunos de los giros que utilizan los habitantes de estas tierras son palabras originales del castellano antiguo, aunque en otros casos nos podemos encontrar con palabras que han sufrido una deformación a lo largo de su evolución histórica, por lo que se podrían considerar en la actualidad como incorrecciones. Otra de las características más propias consiste en sincopar los verbos, de tal forma que, en lugar de utilizar el verbo en su forma “vinieron” del pretérito perfecto, dicen “vinon”. Si atendemos a la forma de los diminutivos, el sufijo que suele acompañar a estas palabras es “- ico” o “-ica”. En otros casos, podemos fijarnos en determinadas expresiones propias: Por ejemplo, en vez de utilizar la palabra “casa”, emplean la expresión “ca”.

Las expresiones literarias nunca han pasado de ser objeto de la tradición oral, por lo que es muy poco frecuente poder encontrar manifestaciones literarias tradicionales escritas. En la comarca abundaban las “chaparrillas”, forma bajo la que se conocían unas coplas de tipo satírico que se cantaban, especialmente, durante la Fiesta de los Pastores de Joarilla de las Matas. Estas coplas abordan temas locales y siempre se contestan con un estribillo fijo, mientras que el resto de la copla se inventa, lo que nos da idea de la gran originalidad y espontaneidad de las gentes que participaban en estos improvisados recitales.

El baile es uno de los principales elementos de la cultura inmaterial popular. Tierra de Campos ha dejado gran cantidad de bailes folklóricos, que hoy son practicados por grupos tradicionales con motivo de fiestas y certámenes. Sin embargo, anteriormente eran danzas en las que participaban todos los habitantes de cada una de las localidades que jalonan las tierras de esta comarca. Entre estos bailes, podemos empezar la relación con las jotas, ya que es la forma de baile más extendida a lo largo de toda la provincia de León. Se pueden caracterizar por sus “puntos”, por el tipo de paso, o por los tiempos de espera, no existiendo un tipo común para toda la comarca. La jota más peculiar de Tierra de Campos es la “rueda”, que se baila formando círculos en corros y mediante un movimiento de traslación. El tito es un baile popular de resistencia, que recuerda las labores agrícolas. Se acompañan por la música de la dulzaina y el tamboril, mientras que en otros casos son cantadas. En esta comarca encontramos algunos de las danzas de paloteo más espectaculares de toda la provincia, siempre realizados en honor de la festividad de una deidad. Se bailan mediante dos filas de hombres, generalmente ocho, que entrechocan sus palos durante la ejecución de los distintos pasos.

Otro importante aspecto de las tradiciones hace referencia a las costumbres. Algunas de ellas se han perdido para siempre, mientras que otros apenas logran sobrevivir. En Tierra de Campos, costumbre muy arraigada era la de “dar caridad”. Esta costumbre consistía en que una familia repartía y consumía comida y bebida con motivo del fallecimiento de algún miembro de la familia.

Una costumbre muy arraigada en toda la comarca es la del sorteo de los Quintos. Celebra esta costumbre la llamada al servicio militar de los mozos de la localidad. En la actualidad, se celebra con la mayoría de edad de los jóvenes. La fiesta se suele hacer coincidir con las fiestas de Carnaval, para así tener mayor motivo de celebración. Entre los principales actos que se desarrollan con motivo de esta costumbre, se encuentra la celebración de comidas y bebidas comunales en las que participan los Quintos. Con este motivo, también es muy frecuente observar en las paredes de los pueblos de Tierra de Campos numerosos paneles pintados y firmados por los Quintos del correspondiente año.

Al igual que sucede en otras tierras llanas leonesas, prácticamente se ha perdido la costumbre de las campanas antitormenta. En muchas localidades, las campanas de las torres de las iglesias se tañían ante la posible amenaza de tormenta, que podría echar a perder las cosechas. De esta forma, cuando se avistaba la posibilidad de que se produjese una tormenta, los vecinos de cada pueblo tocaban constantemente las campanas para alejarlas. Pero, como hemos comentado, esta costumbre se ha perdido en su totalidad en los tiempos modernos. Como único resquicio, un determinado día se tocan las campanas en algunos pueblos, como método que impida caer en el olvido esta curiosa costumbre.

Por lo general, existe una tradición muy arraigada, que se recupera con motivo de las fiestas patronales de cada pueblo. Ésta consiste en mantear un pelele entre los jóvenes de la localidad.

Otra tradición, aunque con menos implantación en la comarca, es la celebración de las Águedas. Con motivo de esta fiesta, las mujeres portan sus mejores galas tradicionales y durante el día ostentan el poder de la localidad. Para ello, es elegida entre una de las mujeres la alcaldesa, que tendrá plenos poderes propios del cargo durante sólo este día.

La comarca es esencialmente tierra de cultivos agrícolas, pero también zona de paso de los rebaños de la Mesta. Históricamente se ha recogido constantemente los continuos enfrentamiento entre ganaderos y agricultores por el derecho de paso por determinadas tierras de las ovejas, con el consecuente agravio para los propietarios y trabajadores de esas tierras. Estas continuas disputas propiciaron la celebración de un curioso acto de hermandad que hoy se ha convertido en una jornada festiva. Durante la misma, las autoridades reparten entre los asistentes queso y pan, como los dos productos típicos de ambos grupos enfrentados. De esta manera, se intentaba hermanar a ganaderos y agricultores, procurando así evitar los conflictos en los que los dos grupos se veían envueltos. Hoy en día, se ha recuperado esta tradición con un marcado carácter festivo.

El corpus de leyendas de Tierra de Campos es muy abundante. Entre estas, podemos distinguir distintos grupos atendiendo a su temática. En primer lugar, aquellas leyendas que hacen referencia a la aparición de la Virgen, ya sea una aparición de la propia Virgen, o de una imagen suya, lo que posteriormente implica la aparición de un lugar de culto relacionado.

En Gordaliza del Pino y Vallecillo se ha recogido una interesante historia en relación con la Virgen del Olmo. Según se dice, los habitantes de Gordaliza del Pino encontraron la imagen de esta Virgen en el llamado Valle del Olmo. Avisados los vecinos, intentaron trasladar hasta su pueblo la imagen de todas las formas posibles, sin embargo, no fueron capaces de levantar la talla del lugar donde había sido hallada. Este Valle del Olmo se encuentra en los límites con las tierras de Vallecillo. Los vecinos de este pueblo pronto se enteraron y reclamaron la imagen como suya, ya que consideran que el valle donde se encontró es de su jurisdicción. Los vecinos de Vallecillo se acercaron hasta el lugar y consiguieron, al contrario que los de Gordaliza del Pino, mover la imagen y llevarla hasta su parroquia. El hecho se consideró un milagro, la Virgen había elegido a los habitantes de Vallecillo. Pero el milagro continuó obrando, y nada más que la imagen fue trasladada, surgió una fuente en el exacto punto donde se encontraba la imagen, fuente que todavía se puede ver en el Valle del Olmo. En la actualidad, en Vallecillo existe una gran devoción por esta imagen y por la Virgen del Olmo.

Otro tipo de leyendas recogidas tiene que ver con asuntos históricos, que la imaginación popular ha ido transformando, otras veces creando, hasta llegar a constituirse en auténticas leyendas que hoy suenan de boca en boca. En Sahagún todavía se comenta la leyenda de la chopera del Puente Canto. Según cuentan los vecinos, Carlomagno, emperador de los francos, realizó una viaje de peregrinación a Santiago de Compostela. Durante el trayecto, Carlomagno, junto con sus tropas que le acompañaban, decidió pernoctar junto al Puente Canto en la localidad de Sahagún. Aprovechando la noche, las tropas musulmanes atacaron al rey franco y a sus huestes a traición, causando un gran desconcierto en el campamento cristiano. El número de muertos entre las tropas francas fue muy grande, muchos de ellos asesinados sin poder defenderse ya que estaban durmiendo. Fue tal la sorpresa, que muchos guerreros carolingios no tuvieron siquiera tiempo para coger sus armas, por lo que muchas de sus lanzas quedaron clavadas en el suelo como las habían dejado la noche anterior antes de retirarse a sus tiendas. Estas lanzas clavadas en el suelo se convirtieron en chopos, dando origen a la actual chopera que puede verse en la actualidad al lado del Puente Canto en la villa de Sahagún

Un saludo.
salva