Villafrechós - Valladolid

Pero qué requetemal dimiten.

Luis Bárcenas, puede que Luis el cabr*n, ha dimitido "provisionalmente" como tesorero del PP, que no como senador, después de tener noticia (filtración) de que iba a ser procesado como imputado por el caso Gurtel, tan contenta como estaba la criatura de haber podido exponer al juez los datos que "corroboran su inocencia".

Ya nadie se acuerda de la dimisión del ministro Bermejo por haber estado en una cacería con el juez Garzón. Ni de toda la mierda que se vertió sobre el juez, asegurándonos que todo este caso de corrupción era una "garzonada" más.

El señor Camps no dimite a pesar de haber recibido regalos procedentes de una red de corrupción en la que de una manera u otra él ha sido sujeto activo. No ha aprendido Francisco Camps del ejemplo de Pilar Miró, que, por una inversión en vestuario inferior a la de sus trajes y los de sus colaboradores, tuvo el gesto de dimitir de la Dirección General de Televisión Española en 1989, cuando se lo pidieron en el Parlamento. Y dejó que los tribunales substanciaran sin presiones un caso del que, tres años después, salió absuelta y con todos los pronunciamientos a su favor. Por la ropa en litigio hay ciertas similitudes de un caso con el otro, aunque no por su procedencia: fueron adquiridos transparentemente y con caudales públicos los vestidos de Pilar Miró; ocultamente y por una trama de empresas sospechosas de corruptelas millonarias los trajes del presidente de la Comunidad Valenciana y de tres de sus afines, según el auto del juez Garzón.

Luis Ramallo, el llamado "azote de los socialistas" en el Congreso, fue el que atizó todo el asunto de Pilar Miró. Más tarde, Ramallo actuó como notario de Gescartera y, acusado de recibir grandes regalos de esta empresa –un reloj valorado en dos millones, entre ellos-, y de otros escándalos, la Comisión de Garantías del PP le suspendió cautelarmente de militancia. Públicamente pidió perdón a Pilar Miró, pero ya era tarde: Pilar murió en 1997.

Ahora salta el caso del espionaje a los miembros de la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Madrid por parte de algunos miembros de la Asamblea de la CA de Madrid. Gran cabreo del vicealcalde, gran cinismo de Esperanza Aguirre y de Granados, que todo lo niegan, aún cuando el juez no tene dudas. ¿Alguien se acuerda de Narcis Serra, que fue vicepresidente del Gobierno hasta su dimisión, junto al ministro de defensa Julián García Vargas, en 1995, dos semanas después de conocerse que el centro nacional de inteligencia, CESID, había practicado escuchas ilegales por orden de un director paranoico?

Definitivamente, en España sólo dimiten los del PSOE, estos chicos del PP no tienen lo que tienen los hombres y las mujeres de bien que dan la cara aunque sea ante calumnias malintencionadas. Como el caso de Demetrio Madrid, acosado por un tal Aznar que con el correr de los años metió a España en una absurda guerra contra Irak.

Definitivamente, ¡qué mal dimiten estos chicos del PP!

A estos del PP les pasa lo que decía Enrique Jardiel Poncela que hacían los cines de barrio: primero te hacen entrar y luego te cambian el programa.

Sí.