Nava del Rey - Valladolid

Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, un representante en estado químicamente puro de lo más reaccionario y retrógrado de la Iglesia, arremete ahora contra la "fornicación" (sexo fuera del matrimonio), término arcaico donde los haya, que hoy día si acaso produce risa en las personas normales, y nos saca a relucir a San Pablo para apuntalar su llamamiento a la casta pureza.



¡Siempre la misma obsesión contra el sexo y sus placeres, nada cambia en esta gente a través de los siglos y los milenios! Digo yo que, ya puestos y dado que tanto les preocupa que el prójimo se entregue a actos perfectamente naturales (sí, sí, naturales, genéticos, instintivos, que forman parte de la persona, querido Demetrio), el obispo y sus mitrados colegas podrían empezar por barrer en su propia casa, y no hablamos ya del perfectamente legítimo sexo entre adultos, tengan o no certificado de matrimonio, sino de odiosos delitos de pederastia masiva con miles y miles de niños como víctimas de sacerdotes, a los que la madre Iglesia se encarga de tapar y encubrir, como se ha demostrado una y otra vez.



Un poco de incoherencia y un mucho de repugnante hipocresía veo yo aquí, Demetrio. Llevo razón sí o no?