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Mota del Marqués - Valladolid

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España > Valladolid > Mota del Marqués
17-07-14 17:53 #12149772
Por:No Registrado
La verdad verdadera
El Apóstol Pedro, como cabeza de la Iglesia, los juntó a todos para informarlos de la causa de su venida y estando así congregados les dijo: Carísimos hijos y hermanos míos, el Señor nos ha llamado y traído a Jerusalén de las distintas partes tan remotas en las que nos encontrábamos. No sin causa grande y de sumo dolor para nosotros. Su Majestad quiere llevarse luego al trono de la eterna gloria a su Madre María, nuestra maestra, que es para todo, nuestro consuelo y amparo. Quiere su disposición divina que todos nos hallemos presentes a su felicísimo y glorioso tránsito. Cuando nuestro Maestro y Redentor se subió a la diestra de su Eterno Padre, aunque nos dejó huérfanos de su deseable vista, teníamos a su Madre María para nuestro refugio y verdadero consuelo en la vida terrenal y mortal de la carne; pero ahora que nuestra Madre y nuestra luz nos deja, ¿qué haremos? ¿Qué amparo y qué esperanza tendremos que nos aliente en nuestra peregrinación? ¡Ninguna hallo!, más de que todos en el transcurrir del tiempo, todos la seguiremos.-

No pudo alargarse más Pedro, la voz de la emoción lo atajó, y las lágrimas no pudo contener, y tampoco los demás Apóstoles le pudieron responder en grande espacio de tiempo, en el que con íntimos suspiros del corazón estuvieron derramando copiosas y tiernas lágrimas todos ellos. Pero después que el Vicario de Jesucristo se recobró un poco para hablar, añadió y dijo: Hijos míos, vamos a la presencia de nuestra Madre y Señora, acompañémosla lo que tuviere de vida y pidámosla nos deje su santa bendición. Fueron todos con Pedro al oratorio de la gran Reina y la hallaron de rodillas sobre una tarimilla que tenía para reclinarse cuando descansaba un poco. La Vieron todos hermosísima y llena de resplandor celestial y acompañada de los Ángeles que la asistían.-

La disposición natural del sagrado y virginal cuerpo y rostro María, era la misma que tuvo de treinta y tres años; porque desde esta edad, ni sintió los efectos de los años ni de la senectud o vejez, ni tuvo arrugas en el rostro ni en el cuerpo, ni se le puso más débil, flaco y magro, como sucede a los demás hijos de Adán, que con la vejez desfallecen y se desfiguran de lo que fueron en la juventud o edad perfecta. La inmutabilidad en esto fue privilegio único de María, así porque correspondiera a la estabilidad de su alma purísima, como porque en ella fue correspondiente y consiguiente a la inmunidad que tuvo de la primera culpa de Adán, cuyos efectos en cuanto a esto no alcanzaron a su sagrado cuerpo ni a su alma purísima. Los Apóstoles y discípulos y algunos otros fieles ocuparon el oratorio de María, estando todos ordenadamente en su presencia, y Pedro junto con Juan Evangelista se pusieron a la cabecera de la tarima. La gran Señora los miró a todos con la modestia y reverencia que solía y hablando con ellos dijo: Carísimos hijos míos, dad licencia a vuestra sierva para hablar en vuestra presencia y manifestaros mis humildes deseos.-

Pedro la respondió: Todos te oirían con atención y la obedecerían en lo que mandase y la suplicó se sentase en la tarima para hablarles. Le pareció a Pedro que estaría algo fatigada de haber perseverado tanto de rodillas, y que en aquella postura estaba orando al Señor y para hablar con ellos era justo tomase asiento como Reina de todos. Pero la que era maestra de humildad y obediencia hasta la muerte, cumplió con estas virtudes aquella hora y respondió que obedecería en pidiéndoles a todos su bendición y que le permitieran este consuelo. Con el consentimiento de Pedro salió de la tarima y se puso de rodillas ante el mismo Apóstol y le dijo: Señor, como Pastor Universal y Cabeza de la Iglesia, os suplico que en vuestro nombre y suyo me deis vuestra bendición y perdonéis a esta sierva vuestra lo poco que os he servido en mi vida, para que ella parta a la eterna vida. Y si es vuestra voluntad, dad licencia para que Juan disponga de mis vestiduras, que son dos túnicas, dándolas a unas doncellas pobres, que su caridad me ha obligado siempre.-
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María se postró luego y besó los pies de Pedro como Vicario de Jesucristo, con abundantes lágrimas y no menor admiración con llanto del mismo Apóstol y todos los presentes. De Pedro pasó a Juan y puesta también a sus pies le dijo: Perdonad, hijo mío y mi señor, el no haber hecho con vos el oficio de Madre que debía, como me lo mandó el Señor, cuando de la cruz os señaló por hijo mío y a mí por madre vuestra. Yo os doy humildes y reconocidas gracias por la piedad con que como hijo me habéis asistido. Dadme vuestra bendición para subir a la compañía y eterna vista del que me creó.-

Prosiguió esta despedida la dulcísima Madre, hablando a todos los Apóstoles singularmente y algunos discípulos, y después a los demás presentes juntos, que eran muchos. Hecha esta diligencia se levantó en pie y hablando a toda aquella santa congregación en común dijo: Carísimos hijos míos y mis señores, siempre os he tenido en mi alma y escritos en mi corazón, donde tiernamente os he amado con la caridad y amor que me comunicó mi Hijo, a quien he mirado siempre en vosotros como en sus escogidos y amigos. Por su voluntad santa y eterna me voy a las moradas celestiales, donde os prometo, como Madre, que os tendré presentes en la clarísima luz de la Divinidad, cuya vista espera y desea mi alma con seguridad. La Iglesia a la que tengo por mi madre, os encomiendo con la exaltación del santo nombre del Altísimo, la dilatación de su Ley Evangélica Cristianan, la estimación y aprecio de las palabras de mi Hijo, la memoria de su vida y muerte y la ejecución de toda su Doctrina. Amad, hijos míos, a la Iglesia y de todo corazón unos a otros con aquel vínculo de la caridad y la paz que siempre os enseñó vuestro Maestro. Y a vos, Pedro, pontífice, os encomiendo a Juan mi hijo y también a los demás.-

Acabó de hablar María, cuyas palabras como flechas de divino fuego, penetraron y derritieron los corazones de todos los Apóstoles y circunstantes, y rompiendo todos en arroyos de lágrimas y dolor irreparable se postraron en tierra, enterneciendo a María, con gemidos y sollozos; lloraron todos juntos, y lloró también con ellos lloró la dulcísima María, que no quiso resistir a tan amargo y justo llanto de sus hijos. Y después de algún espacio de tiempo, les habló otra vez y les pidió que con ella y por ella orasen todos en silencio, y así lo hicieron. En esta inquietud sosegada, descendió del Cielo el Verbo humanizado en un trono de inefable gloria, acompañado de todos los santos de la humana naturaleza y de innumerables de los coros de los Ángeles, y se llenó de gloria la casa del cenáculo.-

María adoró al Señor y le besó los pies y postrada ante ellos hizo el último y profundísimo acto de reconocimiento y humillación en la vida mortal, y más que todos los hombres después que de sus culpas se humillaron, jamás se humillarán como María. María se encogió y su cuerpo se pegó al polvo cuando vio a su Señor. Jesucristo le dio la bendición y en presencia de los cortesanos del cielo la dijo estas palabras: Madre mía y carísima, a quien yo escogí para mi habitación, ya es llegada la hora en que habéis de pasar de la vida mortal a la del mundo de la gloria de mi Padre y mía, donde tenéis preparado el asiento a mi diestra, que gozaréis por toda la eternidad. Y porque hice que como Madre mía entraseis en el mundo libre y exenta de la culpa, tampoco para salir de él tiene licencia ni derecho de tocaros la muerte. Si no queréis pasar por ella, venid conmigo, para que participéis de mi gloria que tenéis merecida, sin cerrar los ojos a la muerte. Y María, se postró ante su Hijo y con alegre semblante le respondió: Hijo y Señor mío, yo os suplico que Vuestra Madre y sierva entré en la eterna vida por la puerta común de la muerte natural, como los demás hijos de Adán. Vos, que sois mi verdadero Dios, la padecisteis sin tener obligación a morir; justo es que como yo he procurado seguiros en la vida os acompañe también en el morir corporalmente.-
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Aprobó Jesucristo el sacrificio y voluntad de su Madre y dijo que se cumpliese lo que ella deseaba. Luego todos los Ángeles comenzaron a cantar con celestial armonía algunos versos de los cánticos de Salomón y otros nuevos.-

Jesús Bajó del cielo:
En esta ocasión para visitar a su Madre en un trono de gloria y acompañado de millares de Ángeles que le daban loores y magnificencia. Y llegándose hasta la Madre, la renovó y confortó en su dolencia y juntamente la dijo: Madre mía, directísima y escogida para nuestro beneplácito, los clamores y suspiros de vuestro amoroso pecho han herido mi corazón. Venid, paloma mía, a mi celestial patria, donde se convertirá vuestro dolor en gozo, vuestras lágrimas en alegría y allí descansaréis de vuestras penas.-

Luego los Santos Ángeles por mandado del mismo Jesucristo, la pusieron a la Reina en el trono y al lado de su Hijo y con música celestial subieron todos al empíreo cielo, y María adoró al trono de la Divina Trinidad. Jesucristo, la tenía siempre a su lado, causando accidental gozo a todos los cortesanos del Cielo; y manifestándole el mismo Señor, habló con el Eterno Padre, y le dijo: Padre mío y Dios eterno, esta mujer es la que me dio forma de hombre en su virginal tálamo, la que me alimentó de sus pechos y me sustentó con su trabajo; la que me acompañó en los míos y cooperó conmigo en las obras de la Redención humana; la que fue siempre fidelísima y ejecutó en todo nuestra voluntad con plenitud de nuestro agrado; es inmaculada y pura como digna Madre mía y por sus obras llegó al colmo de toda santidad y dones que nuestro poder infinito le ha comunicado; y cuando tuvo merecido el premio y pudo gozarle para no dejarle, careció de él por sola nuestra gloria y volvió a la Iglesia militante para su fundación, gobierno y magisterio [como Medianera de todas las gracias y con sus consejos]; y porque viva en ella para socorro de los fieles le dilatamos el descanso eterno, que muchas veces lo tiene merecido. En la suma bondad y equidad de nuestra providencia hay razón para que mi Madre sea remunerada en el amor y obras con que sobre todas las criaturas nos obliga, y no debe correr en ella la común ley de los demás. Y si yo para todas merecía premios infinitos y gracia sin medida, justo es que mi Madre las reciba sobre todo el resto de las que son tan inferiores, pues ella con sus obras corresponde a nuestra liberal grandeza y no tiene impedimento ni óbice para que se manifieste en ella el poder infinito de nuestro brazo y participe de nuestros tesoros como Reina y Señora de todo lo que tiene ser creado.-

A esta proposición de la humanidad de Jesucristo respondió el Eterno Padre y dijo: Hijo mío, en quien yo tengo la plenitud de mi agrado y complacencia: Vos sois primogénito y cabeza de los predestinados, y en vuestras manos puse todas las cosas para que juzguéis con equidad a todas los tribus y generaciones y a todas mis criaturas. Distribuid mis tesoros infinitos y haced participante a vuestra voluntad a nuestra Amada María, que os vistió de la carne pasible, conforme a su dignidad y mérito, en nuestra aceptación tan estimable.-

Con este beneplácito del Eterno Padre determinó Jesucristo en presencia de los Santos, y como prometiéndolo a su Madre, que desde aquel día, mientras ella viviese en la carne mortal, fuese levantada por los Ángeles al mismo Cielo empíreo todos los días del domingo que daba fin a los ejercicios que hacía en la tierra y correspondían a la Resurrección del mismo Señor, para que estando en presencia del Altísimo en alma y cuerpo celebrase allí el gozo de aquel misterio.-
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Determinó también la humanidad de Jesucristo, que en la comunión cotidiana se le manifestase su santísima humanidad unida a la divinidad, por otro nuevo y admirable modo, diferente del que había tenido en esta luz hasta aquel día, para que este beneficio fuese como arras y prenda rica de la gloria que para su Madre tenía preparada en su eternidad. Conocieron los Bienaventurados cuán justo era hacer estos favores a la divina Madre para gloria del Omnipotente y demostración de su grandeza, y por la dignidad y santidad de la gran Reina y por la digna retribución que sola ella daba a tales obras, y todos hicieron nuevos cánticos de gloria y alabanza al Señor, que en todas ellas era santo, justo y admirable. Convirtió luego las razones de Jesucristo a su Madre y la dijo: Madre mía amantísima, con vos estaré siempre en lo que os resta de vuestra mortal vida, y seré por nuevo modo tan admirable que hasta ahora no le conocieron los hombres ni los Ángeles. Con mi presencia no tendréis soledad y donde yo estoy será mi patria, en mí descansaréis de vuestras ansias, yo recompensaré vuestro destierro, aunque será corto el plazo; no sean penosas para vos las prisiones del mortal cuerpo que presto seréis libre de ellas. Y en el tiempo que llega el día, yo seré el término de vuestras aflicciones y alguna vez correré la cortina que impide vuestros deseos amorosos y para todo os doy mi real palabra.-

Entre estas promesas y favores estaba María en lo profundo de su inefable humildad alabando, engrandeciendo y agradeciendo al Omnipotente la liberalidad de tan grande beneficio y aniquilándose a sí misma en su propia estimación. Este espectáculo ni se puede explicar ni entender en esta vida terrenal y mortal. Ver al mismo Dios levantar a su digna Madre justamente a tan alta excelencia y estimación de su divina sabiduría y voluntad, y verla a ella en competencia del poder divino humillarse, abatirse y deshacerse, mereciendo en esto la misma exaltación que recibía. María, bajando de la nube en que la envolvieron, se postró en tierra como acostumbraba y allí se humilló después de este favor y beneficio, más que todos los hijos de Adán se reconocieron y humillaron después de sus pecados y miserias. Y desde aquel día por todos los que vivió María en la tierra, se cumplió en ella la promesa del Señor; porque todos los domingos, cuando acababa los ejercicios de la pasión, después de media noche, cuando llegaba la hora de la Resurrección, la levantaban y subían al Cielo empíreo sus Ángeles, que sentaban a María en su trono, dentro del Globo resplandeciente, oculto muchas veces este mismo Globo de luz por una nube, y así la subían al Cielo empíreo, donde Jesucristo su Hijo, la salía a recibir, y con un linaje de inefable abrazo la unía consigo mismo, resplandeciendo en ellos inmensa alegría llena de felicidad.-

Y aunque la presencia de Jesucristo, solo fue manifiesta para el Apóstol Pedro y Juan, los demás allí presentes, tuvieron especial ilustración y sintieron en su interior divinos y poderosos efectos, porque la música que tocaban los Ángeles la percibieron todos los que allí estaban reunidos. Salió también una fragancia divina que con la música se percibía hasta en la calle. Y la casa del Cenáculo se llenó de un resplandor admirable, viéndolo todos, y el Señor ordenó que para testigos de esta nueva maravilla concurriese mucha gente de Jerusalén que ocupaba las calles en ese mismo momento. Al comenzar a entonar los Ángeles la música, se reclinó María en su tarima, quedándole la túnica como unida al sagrado cuerpo, puestas las manos juntas y los ojos fijados en su Hijo Jesucristo, visible solamente para Pedro y Juan, y María toda enardecida en la llama de su divino amor Jesucristo. Y cuando los Ángeles llegaron a cantar aquellos versos de los Cantares. Levántate y date prisa, amiga mía, paloma mía, hermosa mía, y ven que ya pasó el invierno, en estas palabras pronunció ella las que su Hijo santísimo en la Cruz: En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu, María Cerró los ojos y expiró.-
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La enfermedad que le quitó la vida a María fue el amor, sin otro achaque ni accidente alguno. Pasó aquella purísima alma desde su virginal cuerpo a la diestra y trono de su Hijo santísimo, donde en un instante fue colocada con inmensa gloria. Y luego se comenzó a sentir que la música de los Ángeles se alejaba por la región del aire, porque toda aquella procesión de Ángeles y Santos, iba acompañando a su Rey y el Alma de su Reina, caminaron al cielo empíreo. El sagrado cuerpo de María, que había sido templo y sagrario de Dios vivo, quedó lleno de luz y resplandor y despidiendo de sí tan admirable y nueva fragancia que todos los circunstantes eran llenos de suavidad interior y exterior. Los Ángeles de la custodia de María quedaron guardando el tesoro inestimable de su virginal cuerpo, mientras el resto subieron al Cielo. Los Apóstoles y discípulos, entre lágrimas de dolor y júbilo de las maravillas que veían, quedaron como absortos por algún espacio y luego cantaron muchos himnos y salmos en obsequio de María ya difunta.

Sucedió este glorioso tránsito de la gran Reina del Cielo y de la Tierra, el viernes a las tres de la tarde, a la misma hora que su Hijo Jesucristo, el día trece del mes de agosto, del año 55. Teniendo María cuando falleció, la edad de 69 años, faltando veinticinco días para cumplir los 70 años, hasta el día ocho de septiembre que fue cuando nació María. Después de la muerte de Jesucristo, sobrevivió su Madre en el mundo terrenal, veinte y un años, cuatro meses y diecinueve días. El cómputo de los años de María es el siguiente: Cuando nació Cristo nuestro Salvador tenía su Madre Virgen quince años, tres meses y diez y siete días. Vivió el Señor treinta y tres años y tres meses, de manera que al tiempo de su sagrada pasión estaba María con la edad de cuarenta y ocho años, seis meses y diez y siete días; añadiendo a estos otros veinte y un años, cuatro meses y diez y nueve días, hacen los 69 años y 340 días.-

Sucedieron grandes maravillas y prodigios en esta preciosa muerte de la Reina y Señora del Cielo y de la Tierra. Porque se eclipsó el sol, y en señal de luto escondió su luz por algunas horas. A la casa del Cenáculo concurrieron muchas aves de diversos géneros y con tristes cantos y gemidos estuvieron algún tiempo clamoreando y moviendo a llanto a cuantos las oían. Se conmovió toda Jerusalén, y admirados concurrían muchos confesando a voces el poder de Dios y la grandeza de sus obras; otros estaban atónitos y como fuera de sí. Los Apóstoles y discípulos con otros fieles se deshacían en lágrimas y suspiros. Acudieron muchos enfermos a despedir a María, y todos fueron sanos. Salieron del purgatorio las almas que en él estaban. Y la mayor maravilla fue que, expirando María, en la misma hora tres personas expiraron también, un hombre en Jerusalén y dos mujeres vecinas del Cenáculo; y murieron en pecado sin penitencia, con que se condenaban, pero llegando su causa al tribunal de Cristo pidió misericordia para ellos la dulcísima Madre y fueron restituidos de nuevo a la vida, resucitando sus cuerpos, y después la mejoraron de manera que murieron en gracia y se salvaron.
Este privilegio no fue general para otros que en aquel día murieron en el mundo, sino para aquellos tres que concurrieron a la misma hora en Jerusalén. De lo que sucedió en el cielo y cuán festivo fue este día en la Jerusalén triunfante.-
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18-07-14 12:10 #12150463 -> 12149772
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Ojala esto que escribes resolviera el problema de agua. Verdaderamente todos te lo agradeceríamos.
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21-07-14 20:11 #12154091 -> 12150463
Por:Alaja paulina

RE: La verdad verdadera
Ayy el agua.
Nuevas candidaturas desde el respeto. Por el partido falagista la periodista alicia que hara propaganda desde su periodico abc. Por el psoe atilano que sobornara dando ayudas de la pac a gente del pueblo. Por podemos el aora alcalde que hara propaganda en los plenos. Por iu la arquitecta y su familia unidos construiran un pueblo nuevo.
Te voy a quitar el puesto en el abc alicia porque menuda primicia que he dado.
Agua sin p de plomo para todos!!!
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22-07-14 19:39 #12155342 -> 12154091
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
yo no,yo pondria a alicia partido facha falangista, atilano PP con Maria de las Glorias y IU te dejo a clarisa y en podemos a vanesa,Chuchi y los de regino.
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22-07-14 19:59 #12155366 -> 12155342
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Ya se saben candidaturas? pero si la periodista trabaja en el abc nova a tener tiempo encima quiero gent cn marxa y ella es demasiado clasica. y los demas viejos.

Julio delgado alcaldee!!!!!!!!!!!!!!!!
la pisci noesta al nivel, traer a yola hombreee!
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23-07-14 00:36 #12155673 -> 12155366
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Ala señor Don sigue escribiendo la biblia a ver si se cansan estos tontos.
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23-07-14 09:14 #12155849 -> 12155673
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
¿Quién es ésta en quien la misma Divinidad halló tanto agrado y complacencia sobre todas sus criaturas y la levanta sobre todas al Trono de su Inaccesible Luz y Majestad? ¡Oh maravilla que nunca se ha visto en estos cielos!, ¡oh novedad digna de la sabiduría infinita!, ¡oh prodigio de esa omnipotencia que así la magnificas y engrandeces!.-

Con estas glorias llegó María en cuerpo y alma al Trono Real de la Divina Trinidad, y las Tres Divinas Personas, la recibieron en él con un abrazo indisoluble.-

1º El Eterno Padre la dijo a María: Asciende más alto de entre todas las criaturas, electa mía, hija mía y paloma mía.-

2º El Verbo humanizado la dijo a María: Madre mía, de quien recibí el ser humanizado y el retorno de mis obras con tu perfecta imitación, recibe ahora el premio de mi mano que tienes merecido.-

3º El Espíritu Santo la dijo a María: Esposa mía amantísima, entra en el gozo eterno que corresponde a tu fidelísimo amor y goza sin cuidados, que ya pasó el invierno del padecer y llegaste a la posesión eterna de nuestros abrazos.-

Allí quedó absorta María entre las divinas Personas y como anegada en aquel piélago interminable y en el abismo de la Divinidad.-
Los Apóstoles se dirigen al Sepulcro de María.-
El Apóstol Pedro y Juan, que fueron los más perseverantes y continuos, reconocieron el día tercero que la música celestial había cesado, pues ya no la oían, y como ilustrados con el Espíritu divino coligieron que la purísima Madre sería resucitada y levantada a los cielos en cuerpo y alma como su Hijo santísimo. Confirieron este dictamen, confirmándose en él, pero Pedro como cabeza de la Iglesia determinó que de esta verdad y maravilla se tomase el testimonio posible, que fuese notorio a los que fueron testigos de su muerte y entierro. Para esto juntó a todos los Apóstoles y discípulos y otros fieles a vista del sepulcro, a donde el mismo día los llamó. Les propuso las razones que tenía para el juicio que todos hacían y para manifestar a la Iglesia aquella maravilla que en todos los siglos sería venerable y de tanta gloria para el Señor y su beatísima Madre.-

Aprobaron todos el parecer del Vicario de Jesucristo y con su orden levantaron luego la piedra que cerraba el sepulcro, y llegando a reconocerle le hallaron vacío y sin el sagrado cuerpo de la Reina del Cielo, y su túnica estaba tendida como cuando la cubría, de manera que se conocía había penetrado la túnica y lápida sin moverlas ni descomponerlas. Tomó Pedro la túnica y toalla, venero él y todos los demás, quedando certificados de la resurrección del cuerpo carnal de María y subido a los cielos, y entre gozo y dolor celebraron con dulces lágrimas esta misteriosa maravilla y cantaron salmos e himnos en alabanza y gloria del Señor y de su Madre María.-

Los diferentes Grados de Gloria.-
María fue colocada en el supremo lugar y estancia en el trono de la Trinidad, y muchas veces he usado esta palabra para declarar misterios tan grandes, como también usan de ella los Santos. Y aunque con esto no era menester otra advertencia, con todo eso, para los que menos entienden, digo que Dios, como es purísimo espíritu sin cuerpo y juntamente infinito, inmenso e incomprensible, no ha menester trono material ni asiento, porque todo lo llena y en todas las criaturas está presente y ninguna le comprende ni ciñe o rodea, antes Él las comprende y encierra todas en sí mismo.-
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Y los Santos no ven la divinidad con ojos corporales sino con los del alma, pero como le miran en alguna parte determinada, para entenderlo a nuestro modo terrenal y material decimos que está en su real trono, donde la Trinidad tiene su asiento, aunque en sí mismo tiene su gloria y la comunica a los Santos. Pero a la humanidad de Jesucristo y su Madre no niego que en el cielo están en lugar más eminente que los demás Santos, y que entre los Bienaventurados que estarán en alma y cuerpo habrá algún orden de más o menos cercanía con Cristo y con la Reina y Señora del Cielo.-

Pero llamamos trono de la divinidad a donde se manifiesta a los Santos como principal causa de la gloria y como Dios eterno, infinito y que no depende de nadie y todas las criaturas penden de su voluntad; y se manifiesta como Señor, como Rey, como Juez y Dueño de todo lo que tiene ser. Esta dignidad tiene Jesucristo en cuanto Dios por esencia y en cuanto a Hombre humanizado por la unión hipostática con que se le comunicó a la humanidad, así está en el cielo como Rey, Señor y Juez Supremo; y los Santos, aunque su gloria excede a todo lo humano en el pensamiento, están como siervos e inferiores de aquella inaccesible Majestad.-

Después de Jesucristo, participa María esta excelencia en grado inferior a su Hijo y por otro modo inefable y proporcionado al ser de pura criatura inmediata a Dios Hombre; y siempre asiste a la diestra de su Hijo, como Reina, Señora y Dueña de todo lo creado, extendiéndose su dominio hasta donde llega el de su mismo Hijo, aunque de otro modo.-

Colocada María en el trono eminentísimo, declaró el Omnipotente a los cortesanos del cielo por los privilegios de que gozaba por aquella majestad participada. Y la persona del Eterno Padre, como primer principio de todo, hablando con los Ángeles y a los Santos, les dijo: Nuestra hija María fue escogida y poseída de nuestra voluntad eterna entre todas las criaturas y la primera para nuestras delicias y nunca degeneró del título de ser la hija que le dimos en nuestra mente divina, y tiene derecho a nuestro Reino, de quien ha de ser reconocida y coronada por legítima Señora y singular Reina.-

El Verbo humanizado de Jesucristo, hablando a los Ángeles y a los Santos les dijo: A mi madre verdadera y natural le pertenecen todas las criaturas que por mí fueron creadas y redimidas, y de todo lo que yo soy Rey, ha de ser ella Legítima y Suprema Reina de todo.-

El Espíritu Santo, hablando a los Ángeles y a los Santos, les dijo: Por el título de Esposa mía, única y escogida, a que con fidelidad ha correspondido, se le debe también la Corona de Reina por toda la eternidad.-

Expresadas estas razones, ante los Ángeles y los Santos, la TRINIDAD de las tres divinas personas, pusieron en la cabeza de María una Corona de gloria de tan nuevo resplandor y valor, cual ni se vio antes, ni se verá después en pura criatura. Al mismo tiempo salió una voz del trono de la TRINIDAD que decía: Amiga y escogida entre todas las criaturas, nuestro reino es tuyo; tú eres Reina, Señora y Superiora de los Serafines y de todos nuestros Ministros los Ángeles y de toda la Universidad de nuestras criaturas. Atiende, manda y Reina prósperamente sobre todas ellas, que en nuestro supremo consistorio te damos imperio, majestad y señorío. Siendo llena de gracia sobre todos, te humillaste en tu estimación al inferior lugar; recibe ahora el supremo que se te debe y el dominio participado de nuestra divinidad sobre todo lo que fabricaron nuestras manos con nuestra omnipotencia. Desde tu real trono mandarás hasta el Centro de la Tierra, y con el poder que te damos sujetarás al infierno y a todos sus demonios y moradores. Todos te temerán como a Suprema Emperatriz y Señora de aquellas cavernas y moradas de nuestros enemigos.-
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Reinarás sobre la tierra y todos los elementos y sus criaturas. En tus manos y en tu voluntad ponemos las virtudes y efectos de todas las causas, sus operaciones, su conservación, para que dispenses de las influencias de los cielos, de la lluvia de las nubes y de los frutos de la tierra; y de todo distribuye por tu disposición, a que estará atenta nuestra voluntad para ejecutar la tuya. Serás Reina y Señora de todos los mortales para mandar y detener la muerte y conservar su vida.-

Serás Emperatriz y Señora de la Iglesia militante, su Protectora, su Abogada, su Madre y su Maestra. Serás especial Patrona de los Reinos Cristianos; y si ellos y los otros fieles y todos los hijos de Adán que te llamasen de corazón y te sirvieran, los remediarás y ampararás en sus trabajos y necesidades. Serás amiga, defensora y capitana de todos los justos y amigos nuestros, y a todos los consolarás y confortarás y llenarás de bienes conforme te obligaren con su devoción. Y para esto te hacemos depositaría de nuestras riquezas, tesorera de nuestros bienes, ponemos en tu mano los auxilios y los favores de nuestra gracia para que los dispenses, y nada queremos conceder al mundo que no sea por tu mano y no queremos negarlo si se lo concedes a los hombres. En tus labios está derramada la gracia para todo lo que quisieres y ordenes en el cielo y en la tierra, y en todas partes te obedecerán los Ángeles y los hombres, porque todas nuestras cosas son tuyas como tú siempre fuiste nuestra, y Reinarás con nosotros para siempre. En ejecución de este decreto y privilegio concedido a la Señora y Reina del Universo, mandó el Omnipotente a todos los cortesanos del Cielo, Ángeles y hombres, que todos prestasen obediencia a María y la reconociesen por su Reina y Señora del Cielo. Esta maravilla tuvo otro misterio, y fue recompensar a la divina Madre la veneración y culto que con profunda humildad había dado ella a los santos cuando era Mediadora y se aparecían, como en toda esta Historia queda escrito, siendo ella la Madre del mismo Dios humanizado en Jesucristo y llena de gracia y santidad sobre todos los Ángeles y los Santos. Y aunque, por ser ellos comprensores cuando la purísima Señora era Mediadora, convenía para su mayor mérito que se humillase a todos, que así lo ordenaba el mismo Señor, pero ya que estaba en la posesión del Reino que se le debía era justo que todos le diesen culto y veneración y se reconociesen vasallos suyos.-

Así lo hicieron en aquel felicísimo estado donde todas las cosas se reducen a su orden y proporción debida. Este reconocimiento y veneración y adoración hicieron los Espíritus Angélicos y las Almas de los Santos, al modo que adoraron al Señor con temor, dando respectivamente veneración a su divina Madre. Los Santos que estaban en cuerpo en el cielo se postraron y veneraron con acciones corpóreas a su Reina. Y todas estas demostraciones y coronación de la Emperatriz de las alturas fueron de admirable gloria para ella y de nuevo gozo y júbilo para los Santos y complacencia de la TRINIDAD, y en todo fue festivo este día y de nueva y accidental gloria para el cielo. Los que más la percibieron fueron su esposo José, Joaquín y Ana y todos los demás allegados a la Reina, y en especial los Ángeles de la guarda, que como reina, siempre la acompañaban. En el pecho de la gran Reina en su glorioso cuerpo se manifestó a los Santos una forma de un pequeño Globo de singular hermosura y resplandor, que les causó y les causa especial admiración y alegría. Y esto es como premio y testimonio de haber depositado, como en sagrario digno, en su pecho al Verbo Encarnado Sacramentado y haberle recibido tan digna, pura y santamente, sin defecto ni imperfección alguna, pero con suma devoción, amor y reverencia, a que no llegó ninguno de los otros Santos. En los demás premios y coronas correspondientes a sus virtudes y obras sin igual, y así lo remito a la vista beatífica, donde cada uno lo conocerá y recibirá como premio por sus obras y devoción si lo mereciere.-
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María, instruye a Sor María de Jesús y la dice:.-
Hija mía, lamentable y sin excusa es la ignorancia de los hombres en olvidar tan de propósito la Eterna Gloria que Dios tiene prevenida para los que se disponen a recibirla porque la merecen. Este olvido tan pernicioso quiero que llores con amargura y te lamentes sobre él, pues no hay duda que quien con voluntad se olvidan de la felicidad y de la Gloria Eterna porque están en evidente peligro de perderla. Y ninguno tiene legítimo descargo en esta culpa, no sólo porque el tener esta memoria y procurar alcanzarla no les cuesta a todos mucho trabajo, sino antes, para olvidar el fin para lo que fueron creados, trabajan muchos con todas sus fuerzas. Cierto es que nace este olvido de entregarse los hombres a la soberbia de la vida, a la codicia de los ojos y a la concupiscencia de la carne; porque, empleando en esto todas las fuerzas y potencias del alma y todo el tiempo de la vida terrenal, no les queda cuidado ni atención ni lugar para pensar con sosiego, ni aun sin él, en la felicidad eterna de las bienaventuranzas. Pues digan los hombres y confiesen si les cuesta mayor trabajo esta memoria que el seguir sus pasiones ciegas, en adquirir honra, hacienda y deleites transitorios, que se acaban antes que la vida. Y muchas veces después de fatigados no los consiguen ni pueden.

¡Cuánto más fácil es para los mortales no caer en esta perversidad, y más para los hijos de la Iglesia, pues a mano tienen la FE y la Esperanza, que sin trabajo les enseña esta verdad! Y cuando merecer el bien eterno les fuera tan costoso como lo es alcanzar la honra y la hacienda y otros deleites aparentes, gran locura es trabajar tanto por lo falso como por lo verdadero, por las penas eternas como por la eterna gloria.-

Esta abominable tontería, conocerás bien, hija mía, para llorarla, si consideras en el siglo que vives, tan turbado con guerras y discordias, cuántos son los infelices que se van a buscar la muerte por un breve y vano estipendio de honra, de venganza y otros intereses; y de la vida eterna ni se acuerdan ni cuidan más que si fueran irracionales; y sería dicha suya acabar como ellos con la muerte temporal, pero como los más obran contra la justicia y otros que la tienen viven olvidados de su fin, y los unos y los otros, mueren eternamente.-

Este dolor es sobre todo dolor y desdicha sin igual y sin remedio. Aflígete, laméntate y duélete sin consuelo sobre esta ruina de tantas almas compradas con la sangre de mi Hijo santísimo. Y te aseguro, carísima, que desde el cielo, donde estoy en la gloria que has conocido, si los hombres no la desmerecieran, me inclina la caridad a darles una voz que se oyera por todo el mundo y clamando les dijera: Hombres mortales y engañados, ¿qué hacéis?, ¿en qué vivís?, ¿por ventura sabéis lo que es ver a Dios cara a cara y participar de su eterna Gloria y Compañía?, ¿en qué pensáis?, ¿quién así os ha turbado y fascinado el juicio?, ¿qué buscáis, si perdéis este verdadero bien y felicidad sin haber otra? El trabajo es breve, la gloria infinita y la pena eterna.-

Con este dolor que en ti quiero despertar, procura trabajar con desvelo para no incurrir en este peligro. El ejemplo vivo lo tienes en mi vida, que toda fue un continuado padecer y tal como has conocido, pero cuando llegué a los premios que recibí, todo me pareció nada y lo olvidé como si nada fuera. Determínate amiga, a seguirme en el trabajo y aunque sea sobre todos los de los mortales, repútalo como levísimo y nada dificultes ni te parezca grave ni muy amargo aunque sea entrar por fuego y acero. Alarga la mano a cosas fuertes y guarnece a los domésticos, tus sentidos, con dobladas vestiduras de padecer y obrar con todas tus potencias. Y junto con esto quiero que no te toque otro común error de los hombres que dicen: procuremos asegurar la salvación, que más o menos gloria no importa mucho, pues allá
estaremos todos [Esto es herejía de los universalistas o “misericordiosos” afirmar que hay salvación universal para toda la humanidad, y sin embargo niegan la existencia del infierno].-
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Con esta ignorancia, hija mía, no se asegura la salvación, antes se aventura, porque se origina de grande tontería y poco amor hacia Dios, y quien pretende estos partidos con Su Majestad le desobliga para que le deje en el peligro de perderlo todo. La flaqueza humana siempre obra menos en lo bueno de lo que se extiende su deseo, y cuando éste no es grande ejecuta muy poco, pues si desea poco se pone a riesgo de perderlo todo.-

El que se contenta con lo mediano o ínfimo de la virtud, siempre deja lugar en la voluntad y en las inclinaciones para admitir de intento otros afectos terrenos y amar a lo transitorio, y esto no se puede conservar sin encontrarse luego con el amor divino; y por esto es imposible dejar de que se pierda el uno y permanezca el otro. Se determina a la criatura a amar a Dios de todo corazón y con todas sus fuerzas, como él lo manda, este afecto y determinación toma el Señor en cuenta cuando el alma por otros defectos no alcanza a los más levantados premios. Pero el despreciarlos o no estimarlos de intento, no es amor de hijo ni de amigos verdaderos, sino de esclavos que se contentan con vivir y pasar.-

Nunca se ha ignorado en la Iglesia lo que vale mi intercesión y el poder que tengo en los Cielos para remediar a todos, pues la certeza de esta verdad la he testificado con tantos millares de millares de milagros, maravillas y favores, como he obrado con mis devotos, y con
los que en sus necesidades me han llamado, siempre he sido liberal y por mí lo ha sido el Señor para ellos, y aunque son muchas las almas que he remediado, son pocas respecto de las que puedo y deseo remediar. El mundo corre y los siglos caminan muy adelante; los mortales tardan en volverse a Dios y conocerle; los hijos de la Iglesia se embarazan y enredan en los lazos del demonio; los pecadores crecen en número y las culpas se aumentan; porque la caridad se resfría, después de haberse hecho Dios hombre mediante mi vientre, para enseñar al mundo su recta vida y doctrina, redimiendo a la humanidad con su pasión y muerte, dando la Ley Evangélica y eficaz, concurriendo de su parte la criatura, ilustrando a la Iglesia, con tantos milagros, luces, beneficios y favores por sí y por sus Santos; y sobre esto franqueando sus misericordias por su bondad y por mi mano e intercesión, señalándome por su Madre, Amparo, Protectora y Abogada, y cumpliendo yo puntual y copiosamente con estos oficios.

Después de todo esto, ¿qué mucho es que la Justicia divina esté irritada, pues los pecados de los hombres merecen el castigo que les amenaza y comienzan a sentir? Pues con estas circunstancias llega ya la malicia a lo sumo que esta puede. Cuando se despidió Cristo Jesús de sus discípulos para ir a padecer, les dijo que no se turbasen sus corazones por las cosas que les dejaba advertidas, porque en la casa de su Padre, que es la Bienaventuranza, había muchas mansiones. Les dejo dicha esta información, para asegurarles que había lugar y premios para todos, aunque los merecimientos y las obras buenas fuesen diversas, y que ninguno se turbase ni contristase perdiendo la paz y la esperanza, aunque viese a otro más aventajado o adelantado, porque en la casa de Dios hay muchos grados y estancias en la que cada uno estará contento con la parte que le tocare, sin envidiar al otro, o al que tiene a su lado, porque este sentimiento de placer, es una de las grandes dichas de aquella felicidad eterna.-
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23-07-14 13:45 #12156132 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
la nieta de menoyo es la que pondria las cosas en su sitio y no los que habeis nombrado que no tienen interes por el pueblo.
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23-07-14 14:57 #12156259 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Entierro del Sagrado Cuerpo de María.
Para qoe los apóstoles, discípulos y otros muchos fieles no quedaran oprimidos y que algunos no murieran con el dolor que recibieron en el tránsito de María, fue necesario que el poder divino con especial providencia obrase en ellos el consuelo, dándoles fuerzas en particular con que dilatasen los corazones en su incomparable aflicción; porque la desconfianza de no haber de restaurar aquella pérdida en la vida presente no hallaba desahogo, la privación de aquel tesoro no conocía recompensa y como el trato y conversación dulcísima, caritativa y amabilísima de la gran Reina tenía robado el corazón y amor de cada uno, y todos quedaron sin ella como sin alma y sin aliento para vivir, careciendo de tal amparo y compañía. Pero el Señor, que conocía la causa de tan justo dolor, les asistió en él y con su virtud divina los animó ocultamente para que no desfallecieran y acudieran a lo que convenía disponer del sagrado cuerpo de su Madre, y de todo lo demás que pedía la ocasión para enterrar el mismo.-

Con esto los Apóstoles, a quienes principalmente tocaba este cuidado, trataron luego de que se le diese conveniente sepultura al cuerpo santísimo de su Reina y Señora María. Señalando el valle de Josafat un sepulcro nuevo, que allí estaba prevenido misteriosamente por la Providencia de su Santísimo Hijo. Y acordándose los Apóstoles que el cuerpo deificado del mismo Señor había sido ungido con ungüentos preciosos y aromáticos, conforme a la costumbre de los judíos para darle sepultura, envolviendo el cuerpo de María en la sábana y sudario, les pareció que se hiciera lo mismo con el virginal cuerpo de su Madre y no pensaron entonces en otra cosa. Para ejecutar este trabajo, los Apóstoles llamaron a dos doncellas que habían asistido a la Reina en su vida y quedaban señaladas por herederas del tesoro de sus túnicas y a estas dos dieron orden que ungiesen con suma reverencia y recato el cuerpo de la Madre de Dios y la envolviesen en la sábana, para ponerle en el féretro. Las dos doncellas entraron con grande veneración y temor al oratorio donde estaba en su tarima la venerable difunta, y el resplandor que salía del cuerpo de María, las deslumbro, de manera que no podían ver nada, ni saber en qué lugar determinado se encontraba el cuerpo de María. Saliendo del oratorio las dos doncellas con mayor temor y reverencia que cuando entraron, y no con pequeña turbación y admiración dieron cuenta a los Apóstoles de lo que les había sucedido. Ellos confirieron, no sin inspiración del cielo, que no se debía tocar ni tratar con el orden común aquella sagrada arca del Nuevo Testamento. Luego entraron Pedro y Juan en el oratorio y pudieron contemplar el resplandor que el cuerpo sin vida de María desprendía y junto con esto oyeron la música celestial, que los Ángeles cantaban a María: Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Otros Ángeles decían: Virgen antes del parto, en el parto y después del parto. Y desde entonces muchos fieles de la primitiva Iglesia tomaron devoción con este divino elogio hacia María, y desde allí por tradición se derivó a las demás Iglesias, hasta el día de hoy.-
Los dos Apóstoles, Pedro y Juan, al contemplar el resplandor que el cuerpo de María desprendía, estuvieron un rato suspensos con admiración de lo que veían y oían y miraban absortos el sagrado cuerpo de la Reina, y para deliberar lo que debían hacer se pusieron de rodillas en oración, pidiendo al Señor se lo manifestase, y al momento, oyeron una voz que les dijo: Ni se descubra ni se toque el sagrado cuerpo de María. Esta voz que escucharon, les dio inteligencia la voluntad divina, y luego trajeron unas andas o féretro y, templándose un poco el resplandor, se llegaron a la tarima donde yacía María y los dos Apóstoles con admirable reverencia cogieron la túnica que cubría a María por los lados y sin descomponerla en nada levantaron su sagrado y virginal cuerpo y lo depositaron en el féretro con la misma compostura que tenía en la tarima. los dos Apóstoles, lo pudieron hacer fácilmente, porque no sintieron peso alguno, ni en el tacto percibieron más de que llegaban a la túnica casi imperceptiblemente. Puesto ya en el féretro el cuerpo de María, se moderó más el resplandor y todos pudieron percibir y conocer con la vista la hermosura del virgíneo rostro y de sus manos, disponiéndolo así el Señor para común consuelo de todos los presentes.-
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En lo demás reservó Su Omnipotencia aquel divino tálamo de su habitación, para que ni en vida ni en muerte nadie viese alguna parte del cuerpo de María, más de lo que era forzoso en la conversación humana, que era su honestísima cara, para ser conocida, y las manos con que trabajaba. Tanta fue la atención y cuidado de la honestidad de su beatísima Madre, que en esta parte no celó tanto su cuerpo deificado como el de la purísima Virgen. En la Concepción Inmaculada y sin culpa la hizo semejante a sí mismo, y también en el nacimiento, en cuanto a no percibir el modo común y natural de nacer como los demás. También la preservó y guardó de tentaciones de pensamientos impuros. Pero en ocultar su virginal cuerpo hizo con ella, como mujer, lo que no hizo consigo mismo, porque era varón y Redentor del mundo, por medio del sacrificio de su pasión; y la purísima Señora en vida le había pedido a su Hijo, que en la muerte de su cuerpo carnal, le hiciese este beneficio de que nadie viese su cuerpo difunto y así Jesucristo lo cumplió. Luego trataron los Apóstoles del entierro, y con su diligencia y la devoción de los fieles, que había muchos en Jerusalén, se juntaron gran número de luces y en ellas sucedió una maravilla: Que estando todas encendidas aquel día y otros dos, ninguna se apagó ni gastó ni deshizo en cosa alguna. Y para esta maravilla y otras muchas que el brazo poderoso obró en esta ocasión fuesen más notorias al mundo, movió el mismo Señor a todos los moradores de la ciudad para que concurriesen al entierro de su Madre, y apenas quedó persona en Jerusalén, así de judíos como de gentiles, que no acudiese a la novedad de este espectáculo, para despedir todos a María. Los Apóstoles, levantaron el cuerpo y tabernáculo de Dios, llevándolo sobre sus hombros y con ordenada procesión partieron del cenáculo para salir de la ciudad hacia el valle de Josafat; y éste era el acompañamiento visible de los moradores de Jerusalén. Pero a más de éste había otro invisible de los cortesanos del cielo, porque en primer lugar iban los Ángeles de la Reina continuando con su música celestial, que oían los Apóstoles, discípulos y otros muchos. Descendieron también de las alturas otros muchos Ángeles acompañados con los Antiguos Padres y Profetas, Joaquín, Ana, José, Isabel y Juan Bautista, para que asistiesen a las exequias y entierro de su beatísima Madre, mandados todos ellos por voluntad de Jesucristo.-

Con todo este acompañamiento del Cielo y de la Tierra, visible e invisible, caminaron con el sagrado cuerpo, y en el camino sucedieron grandes milagros: En particular todos los enfermos de diversas enfermedades, que fueron muchos los que acudieron, quedaron perfectamente sanos. Muchos endemoniados fueron libres, sin atreverse a esperar los demonios que se acercasen al santísimo cuerpo las personas donde estaban. Y mayores fueron las maravillas que sucedieron en las conversiones de muchos judíos y gentiles, porque en esta ocasión de María se franquearon los tesoros de la divina misericordia, con que vinieron muchas almas al conocimiento de Jesucristo y a voces le confesaban por el Dios verdadero y Redentor del mundo y pedían el bautismo.-

En muchos días después tuvieron los Apóstoles y discípulos que trabajar en catequizar y bautizar a los que se convirtieron en aquel día a la santa FE. Los Apóstoles, llevando el Sagrado Cuerpo de María, sintieron admirables efectos de la Divina luz y consolación y los discípulos la participaron respectivamente.-
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Todo el concurso de la gente, con la fragancia que derramaba y la música que se oía y otras señales prodigiosas, estaban como atónitos y todos predicaban a Dios por grande y poderoso en aquella criatura y en testimonio de su conocimiento herían sus pechos con dolorosa compunción.-

Llegaron al puesto donde estaba el dichoso sepulcro en el valle de Josafat. Y los mismos Apóstoles, Pedro y Juan, que levantaron el celestial tesoro de la tarima al féretro, le sacaron de él con la misma reverencia y facilidad y le colocaron en el sepulcro y le cubrieron con una toalla, obrando más en todo esto las manos de los Ángeles que las de los Apóstoles.-

Cerraron el sepulcro con una losa, conforme a la costumbre de otros entierros, y los cortesanos del cielo se volvieron a él, quedando los Ángeles de guarda de la Reina continuando la de su sagrado cuerpo con la misma música que la habían traído.-

El conjunto de la gente se despidió, y los Apóstoles y discípulos con tiernas lágrimas volvieron al Cenáculo; y en toda la casa perseveró un año entero el olor suavísimo que dejó el cuerpo de la gran Reina, y en el oratorio duró muchos años. Y quedó en Jerusalén por casa de refugio aquel Santuario para todos los trabajos y necesidades de los que en él buscaban su remedio, porque todos la hallaban milagrosamente, así en las enfermedades como en otras tribulaciones y calamidades humanas. Los pecados de Jerusalén y de sus moradores, entre otros castigos merecieron también ser privados de este beneficio tan estimable, después de algunos años que continuaron estas maravillas.-

En el Cenáculo determinaron los Apóstoles que algunos de ellos y de los discípulos asistieran al sepulcro santo de su Reina mientras en él perseverara la música celestial, porque todos esperaban el fin de esta maravilla.-

Con aquel acuerdo acudieron unos a los negocios que se ofrecían de la Iglesia, para catequizar y bautizar a los convertidos, y otros volvieron luego al sepulcro, y todos le frecuentaron aquellos tres días. Pero Pedro y Juan Evangelista estuvieron más continuos y asistentes, y aunque iban al Cenáculo algunas veces, volvían luego a donde estaba su tesoro y corazón.-

Tampoco faltaron los animales irracionales a las exequias de la común Señora de todos, porque, llegando su sagrado cuerpo cerca del sepulcro, concurrieron por el aire innumerables avecillas y otras mayores, y de los montes salieron muchos animales y fieras, corriendo con velocidad al sepulcro; y unos con cantos tristes y los otros con gemidos y bramidos, y todos con movimientos dolorosos, como quien sentía la común pérdida, manifestaban la amargura que tenían.-

Y solos algunos judíos incrédulos, y más duros que las peñas, no mostraron este sentimiento en la muerte de su Remediadora, como tampoco en la de Redentor y Maestro Jesús.

Él mismo Jesús, lleva el Alma de María al Cielo.-
Jesucristo: Entró en el cielo empíreo con la purísima Alma de su Madre a su diestra. Y sólo ella entre todos los mortales no tuvo causa para que pasara por juicio particular, y así no le tuvo ni se le pidió cuenta del recibo ni se le hizo cargo, porque así se lo prometieron cuando la hicieron exenta de la común culpa, como elegida para Reina y privilegiada de las leyes de los hijos de Adán. Y por esta misma razón en el juicio universal, sin ser juzgada como los otros, vendrá también a la diestra de su Hijo santísimo. Y si en el primer instante de su concepción fue aurora clarísima y resplandeciente, retocada con los rayos del sol de la Divinidad sobre las luces de los más ardiente Serafines, y después se levantó hasta tocar con ella misma en la unión del Verbo con su purísima sustancia y humanidad de Cristo, consiguiente era que toda la eternidad fuera compañera suya, con la similitud posible entre Hijo y Madre, siendo él Dios y Hombre y ella pura criatura. Con este título la presentó el mismo Redentor ante el trono de la Divinidad, y hablando con el Eterno Padre en presencia de todos los bienaventurados, que estaban atentos a esta maravilla, dijo la Humanidad de Jesús estas palabras:.-
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Eterno Padre mío, mi amantísima Madre, vuestra Hija querida y Esposa regalada del Espíritu Santo, viene a recibir la posesión eterna de la corona y gloria que para premio de sus méritos la tenemos preparada. Esta es la que nació entre los hijos de Adán como rosa entre las espinas, intacta, pura y hermosa, digna de que la recibamos en nuestras manos y en el asiento a donde no llegó alguna de nuestras criaturas, ni pueden llegar los concebidos en pecado. Esta es nuestra escogida, única y singular, a quien dimos gracia y participación de nuestras perfecciones sobre la ley común de las otras criaturas, en la que depositamos el tesoro de nuestra Divinidad incomprensible y sus dones y la que fidelísimamente le guardó y logró los talentos que le dimos, la que nunca se apartó de nuestra voluntad y la que halló gracia y complacencia en nuestros ojos. Padre mío, rectísimo es el tribunal de nuestra misericordia y justicia, y en él se pagan los servicios de nuestros amigos con superabundante recompensa. Justo es que a mi Madre se le dé el premio como a Madre; y si en toda su vida y obras fue semejante a mí en el grado posible a pura criatura, también lo ha de ser en la gloria y en el asiento en el trono de Nuestra Majestad, para que donde está la santidad por esencia, esté también la suma por participación.-

Este decreto del Verbo Humanizado aprobaron el Padre y el Espíritu Santo; y luego fue levantada aquella alma de María a la diestra de su Hijo y Dios verdadero y colocada en el mismo trono Real de la Trinidad, a donde ni hombres, ni Ángeles, ni Serafines llegaron, ni llegarán jamás por toda la eternidad. Esta es la más alta y excelente preeminencia de nuestra Reina y Señora del Cielo y de la Tierra.-

Estar en el mismo trono de las divinas personas y tener lugar en él como Emperatriz, cuando los demás le tienen de siervos y ministros del sumo Rey. Y a la eminencia o majestad de aquel lugar, para todas las demás criaturas inaccesible, corresponden en María los dotes de la gloria, la comprensión, la visión y fruición; porque de aquel objeto infinito, que por innumerables grados y variedad gozan los bienaventurados, ella goza sobre todos y más que todos. María Conoce, penetra, entiende mucho más del ser divino y de sus atributos infinitos, ama y goza de sus misterios y secretos o cultísimos más que todo el resto de los bienaventurados.-

Y aunque entre la gloria de las divinas personas y la de María, hay distancia infinita, porque la luz de la Divinidad, como dice el Apóstol es inaccesible y sola en ella habita la inmortalidad y la gloria por esencia, y también el alma santísima de Jesucristo excede sin medida a los dotes de su Madre, pero comparada la gloria de esta gran Reina con todos los santos, se levanta sobre todos, como inaccesible y tiene una similitud con la de Jesucristo.-

El cuerpo de María es RESUCITADO.-
El día tercero que el alma de María gozaba de esta gloria para nunca dejarla, manifestó el Señor a los Santos su voluntad divina de que volvía al mundo junto con el Alma de su Madre María, para resucitar su sagrado cuerpo uniéndose con él Alma.-
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Para que en cuerpo y alma fuese otra vez levantada a la diestra de su Hijo santísimo, sin esperar a la general resurrección de los muertos. La conveniencia de este favor y la consecuencia que tenía con los demás que recibió la Reina Y Señora del cielo y con su sobrexcedente dignidad, no la podían ignorar los Santos, pues a los mortales es tan creíble que juzgáramos por impío al que pretendiera negarla. Pero conociéndola los Bienaventurados con mayor claridad, y la determinación del tiempo y hora, cuando en sí mismo les manifestó su eterno decreto. Y cuando fue tiempo de hacer esta maravilla, descendió del Cielo el mismo Jesucristo, llevando a su diestra el alma de su beatísima Madre, con muchas legiones de Ángeles y los Padres y Profetas Antiguos. Y llegaron al sepulcro en el valle de Josafat y estando todos a la vista del virginal templo habló el Señor con los Santos y dijo estas palabras:

Mi Madre fue concebida sin mácula de pecado, para que de su virginal sustancia purísima y sin mácula me vistiese de la humanidad en la que vine al mundo terrenal y le redimí del pecado. Ella cooperó conmigo en las obras de la Redención, y así debo resucitarla como yo resucité de los muertos; y que esto sea al mismo tiempo y a la misma hora, porque en todo quiero hacerla a mi semejanza. Todos los Antiguos Santos de la naturaleza humana agradecieron este beneficio con nuevos cánticos de alabanza y gloria del Señor. Y los que especialmente se señalaron fueron nuestros primeros padres Adán y Eva, y después de ellos Ana, Joaquín y José, como quien tenía particulares títulos y razones para engrandecer al Señor en aquella maravilla de su omnipotencia. Luego la purísima alma de la Reina con el imperio de Jesucristo su Hijo santísimo entró de nuevo en el virginal cuerpo y le informó y resucitó, dándole nueva vida inmortal y gloriosa y comunicándole los cuatro dotes de Claridad, Impasibilidad, Agilidad y Sutileza, correspondientes a la gloria del alma, de donde sé derivan a los cuerpos.-

Con estos dotes salió María en alma y cuerpo del sepulcro, sin remover ni levantar la piedra con que estaba cerrado, quedando la túnica y toalla compuestas en la forma que cubrían su sagrado cuerpo.-

Basta decir que, como la divina Madre dio a su Hijo santísimo la forma de hombre en su tálamo virginal y se la dio pura, limpia, sin mácula e impecable para redimir al mundo, así también en retorno de esta dádiva la dio el mismo Señor en esta resurrección y nueva generación otra gloria y hermosura semejante a sí mismo. Y en este comercio tan misterioso y divino cada uno hizo lo que pudo, porque María santísima engendró a Jesucristo asimilado a sí misma en cuanto fue posible, y Cristo la resultó a ella, comunicándole de su gloria cuanto ella pudo recibir en la esfera de pura criatura.-

Luego desde el sepulcro se ordenó una solemnísima procesión con celestial música por la región del aire, por donde María se fue alejando para el cielo empíreo. Y sucedió esto a la misma hora que resucitó Jesucristo, el Domingo inmediato después de media noche; y así no pudieron percibir esta señal por entonces todos los Apóstales, fuera de algunos que asistían y velaban al sagrado sepulcro. Entraron en el cielo los Ángeles con la orden que llevaban, y en el último lugar iba Jesucristo, y a su diestra la Reina vestida de oro de variedad, tan hermosa que pudo ser admiración de todos los cortesanos del Cielo.-

Y admirados todos decían: ¿Quién es ésta que sube del desierto como varilla de todos los perfumes aromáticos ¿Quién es ésta que se levanta como la aurora, más hermosa que la luna, electa como el sol y terrible como muchos escuadrones ordenados ¿Quién es ésta que asciende del desierto asegurada en su dilecto y derramando delicias con abundancia.
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28-07-14 08:38 #12160849 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Algunos dias son grises.
La razón por la que las escaleras en las estaciones de bomberos son circulares es por los años en los que los caballos tiraban de las máquinas estaban en el establo, en el piso inferior, y aprendían a subir las escaleras rectas. Pasmado Pasmado
Puntos:
02-08-14 19:35 #12168014 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Padre nuestro que estás en el cielo

AMÉN
Puntos:
02-08-14 19:38 #12168020 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Haber si os pensais que nos jode que alicia no lo haya publicao en su periodico,jajajajajajaja.
tenemos un alcalde bueniisimooooo, arepaaaa y gente que hace cosas sin nada a cambio.
me rio de ella Riendote Riendote
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02-08-14 19:47 #12168036 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Santificado sea tu nombre...

AVE MARÍA PURÍSIMA...
SIN PECADO CONCEBIDO
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02-08-14 19:47 #12168038 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
En aquel tiempo se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús, y dijo a sus criados: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él fuerzas milagrosas». Es que Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por profeta. Mas llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos gustando tanto a Herodes, que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese. Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». Se entristeció el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese, y envió a decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre. Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; y fueron a informar a Jesús.
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02-08-14 22:30 #12168187 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Tiene a quien salirse, su abuelo Atilano era falangista. Recuerdo cuando hizo el reportaje sobre Mota, con el único propósito de promocionar a su pueblo.
Poneros de acuerdo.
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03-08-14 18:04 #12169033 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Estáis locos de envidia porque vamos, yo no soy de ese pueblo pero decir que la familia de Atilano es una secta siendo como son. Ojalá hubiera muchas más familias como esa, otro gallo nos cantería.
Puntos:
05-08-14 11:16 #12172077 -> 12155849
Por:atilano casas casas

RE: La verdad verdadera
"Buena gente"


Un reportaje con entrevistas a autoridades y vecinos del pueblo, en el que se mostró en vídeo los monumentos, incluido el castillo, las calles y lo más representativo de Mota del Marqués fue recibido, por muchos "vecinos", como algo negativo y criticado de manera injusta.

Fue el primer reportaje hecho por una vecina que quiso promocionar su localidad aportando, sobretodo, el cariño y la ilusión de quien realmente siente respeto y admiración por su pueblo.

Después de esta experiencia y de los continuos insultos de que es víctima, ahora la exigís con palabras como "me das asco", que hable del castillo o promocione el pueblo.

La tacháis de facha y falangista cuando en este lugar, como en otros, la libertad de tener, cada cual, diferentes ideas y formas de pensar es un derecho de cualquier ciudadano.

El alcalde es buenísimo, AREPA fabulosa y todo el mundo es bueno, a excepción de una única familia a la que "no tragáis" porque decís que "perjudica al pueblo", que "no colabora" y que "es una secta".

Bien, pues es fácil la solución: Olvidaros de ella, no les dirijáis la palabra, retirarles los favores y denunciar el hecho de que rieguen sus árboles o de que no frecuenten los bares.

Después de haber hecho todo lo posible por "hundirles" hoy viven como siempre, con mayor firmeza y seguridad en sus propias convicciones y con la autonomía que cada individuo debe tener, para construir su propia personalidad.

Seguir "adorando" a vuestros "dioses" y que el VERDADERO os premie u os castigue, por ser como sois.

Buenos días.
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08-08-14 17:02 #12176172 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
joer polvoron del toro estás en todos los sitios, ponte un foro para ti solo y para tus cosas, para hablar de lo tuyo y deja a los demas con los temas de inters como lo de la biblia , joer que mania con reventar tosas las conversaciones polvoron
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12-08-14 11:32 #12187954 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
polvoron solo a defendio. me parece mu bien lo q a escrito atilano. eso es tenr cojons y q se la sude todo y si no queris q se hable de ellos no hableis d ellos en los bares.
y ls evangelios recitarls en misa q se cansa uno d q vayais de cristianos y seais uns villans. Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico Diabolico
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12-08-14 14:40 #12188134 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
jeje polvoron, escribes, te contestas, te echas piropos... jjeeje eres el amo del chiringuito
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12-08-14 14:55 #12188149 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
y encima nos ilustra con la biblia en verso, eso es de ser buen vecino si señor
Puntos:
12-08-14 17:50 #12188265 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
y tu te lo guisas y tu te lo comes.
tu recitas el evangelio y luego pones pingando al pueblo entero. yo que tu dejaria las iglesias y las guitarras. anda devuelve so delgada Riendote
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13-08-14 07:37 #12188705 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
jajajaja polvoroncete te pones nervioso jajajaja mecachis que gracia teneis y mira que pareceis sosos.
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13-08-14 10:28 #12188797 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Tu sosa no pareces jajajaja xq debes de comer mucho y con sal jajajjajajajajajan
Que felices somos yujuuuu. Iros a pilates a yoga a desatar buestra furia bombomm
Jajajajajjajajajajaj
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13-08-14 11:12 #12188823 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
estoy hastaaaaaaaaa delmismo temaaaaaaa.iros a la mierda y vamos a hablar d cosas del pueblo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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13-08-14 14:45 #12189016 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
aqui se habla de muchos temas pero el grupo revientaforo lleva todas las conversaciones al mismo tema, si ya huelen a naftalina.
Y para el caso que les hacen...

Ala polvorón, sigue con tu interpretación.
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21-08-14 18:31 #12197221 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
ayy ayy ayyyy canta y no llores, porque cantando se alegran cielito lindo los corazones
q lleguen las fiestasssss,a topeee, a liarla!!!!!!!!!
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22-08-14 15:34 #12198176 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Ay pobres gentes, creéis que todo se arregla con fiestas, mejor que os dediquéis a mirar en vuestro interior para encontrar la paz y la verdad.
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24-08-14 08:21 #12199718 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
Orgullo
Prepotencia.
Envidia
Mala leche
Están los tres cortados por el mismo patrón.
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24-08-14 18:31 #12200201 -> 12155849
Por:No Registrado
RE: La verdad verdadera
sobre todo envidia y mala leche.
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Tema (Autor) Ultimo Mensaje Resp
¿De verdad...? Por: Al Andalus.com 23-07-12 11:16
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