Barcial de la Loma - Valladolid

Borrado por Foro-ciudad.com

Una vez más, cada vez más, asistí a un funeral en mi pueblo.
Viajé desde Valladolid con algo de lluvia. En el pueblo no llovía pero el frío arreció durante el recorrido hasta el cementerio y en el momento del entierro.
Parecía que quisiera castigarnos a los que volvemos al pueblo únicamente para los acontecimientos sociales.

Los entierros se están convirtiendo en ocasión para los encuentros familiares y, claro está, de amigos y conocidos. Acabadas las honras fúnebres vienen los saludos, se juntan los típicos corrillos de conversación, y ésta se refiere con la brevedad del tiempo disponible a los recuerdos de un pasado ¿feliz? (quizá por pasado) y los proyectos de futuro, de cada uno. Incluidos los repasos al estado físico de cada uno y los cambios a los que el paso del tiempo hemos sido sometidos.
Las conversaciones se aceleran en la medida que el coche fúnebre se separa y la fatiga de hablar y caminar a la vez, nos va afectando.
En el fondo, por dentro, cada uno pensamos en lo bonito que sería mantener esta conversación en otro momento y bajo otras circunstancias. Y callamos. Es cobarde el compromiso.

Me contó un vecino a la vuelta del cementerio: "Me acabó de jubilar, mis hijas han estudiado y no van a seguir en el campo y por aquí vendrán días contados. Más bien iremos nosotros con ellas para descansar un poco. He estado muchos años trabajando muy duro para sacarlas. No quiero quedarme con nada porque ahora dinero del campo no se saca: el rendimiento del cereal depende de las ayudas de la PAC; del ganado cada día se saca menos. Menos de la leche que no solo no ha subido de precio sino que ha bajado; ni de la carne.
Fíjate como está el pueblo que disfruto los días que estoy aquí saliendo al campo con los perros y paseando la escopeta, porque, por no haber, ya no hay ni caza. Los jóvenes se han ido en su gran mayoría, salvo cuatro. Quedan los viejos, de ahí que nos veamos en estas. De entierro en entierro. No nacen nuevos vecinos ¿De quién? La mayoría de los que quedan en el campo son mayores y no hay ganas de empezar con nuevos cultivos. Es probable que dentro de pocos años la tierra quede abandonada o la exploten empresas agrarias con empleados emigrantes, porque ya no habrá ni propietarios ni jornaleros".

Entre ambos, y en muchos más ¿Todos? revolotea la idea, aunque nadie quiera verla ni decirlo, de que ahora el pueblo agoniza, que no tiene futuro.
Ya no hay fuerza para promover aquellas iniciativas como las que a mediados del siglo pasado permitieron la existencia de una actividad sostenida no solo por la producción agraria, también ganadera, el Taller, la Cooperativa…

A este paso, dentro de unos años van a quedar la preciosa Iglesia, la Asociación de ancianos y el cementerio.

Seguramente se está acabando un modo de vida que ha durado varios siglos. El de la explotación familiar minifundista que mantenía la vida de los pueblos y cuidaba del entorno o del medio ambiente.

No hemos conseguido que la vida en muchos pueblos sea atractiva para los jóvenes. Hace años se podía soñar que heredaran la tierra jóvenes formados en la universidad, que los propietarios de las explotaciones fueran agrónomos y que sus parejas tuvieran trabajo en la zona.
Soñar es fácil. Sin embargo, lo sugestivo es la vida en la ciudad, que parece que da más alternativas. Normalmente, son los que han realizado estudios universitarios los que menos atractivo encuentran para quedarse en sus pueblos.
Quizás el paro y la crisis económica actual puedan invertir la tendencia. Solo quizás por que no se nota ningún movimiento.

Con estos pensamientos mezclados con recuerdos de los periodos de la infancia vividos en un pueblo lleno de actividad, con la oscuridad de la noche y el viento helado golpeando en el coche, la tristeza y la melancolía llenaban el mínimo espacio del automóvil, porque, además, ésta no es una situación aislada.
¿Cuántos pueblos agonizan en Tierra de Campos? ¿Alguien sabe qué hacer? ¿Se puede hacer algo para evitarlo?

Yo siempre he pensado que sí. Pero los políticos están en otros mundos. Están en otras tierras cultivando sus votos. Viven en mundos paralelos al nuestro.
Y nosotros, vosotros, los vecinos de los pueblos ya no tenéis ni fuerzas para exigir y menos para forzar. Hartos de tanta palabrería durante años escuchándola. ¡¡Que os dejen morir en paz!!

La cena de amigos que me esperaba en Valladolid hizo que momentáneamente me olvidara del pueblo de mis antepasados, pero hay algo que continuamente me vuelve a la cabeza y me ha movido a escribir estas líneas: el negro futuro de tantos pueblos.

Olvidados, castigados por la indiferencia de la Administración y de los políticos, por no ser ni granero de votos, ni de interés general. Voy pensando mientras conduzco que el próximo regalo y último, que un político provincial haga a Barcial de la Loma será un enorme mástil del que hondee una enorme bandera negra anunciando a los vecinos y al transeúnte: TIERRA DE MUERTE.



Raúl F. Catón Abril
Torba
Asisto a los entierros en Barcial de la Loma (Valladolid)

PD Señores políticos, sino conocen el pueblo, quedan invitados al próximo entierro. Pueden contestarme los interesados y serán avisados con el tiempo suficiente que siempre da la muerte y posterior entierro. No me pidan más tiempo.