Barcial de la Loma - Valladolid

ACECHA EL OLVIDO

La claridad de la ausencia
aturde, alivia o engaña
según la mano, en el cuerpo
de los días.

Silencios difíciles,
son la capacidad ilimitada
de la no presencia.
De volverte a la fuerza invisible.

Conocer esta trampa del destino,
no ha servido para salvarte.
Acecha el olvido y busca helar la vena
de lo que un día fue sano y fuerte.

Porque cruzo, cruza el olvido
¿Qué eres hoy en el camino
grande de la vida?
Olvido, silencio y desidia.

Lenta golpea la cancela
enraizada en la madera
del barro de tus muros.
Las puertas traseras.

Pasos miden el adelanto del adiós
Claridad de ausencia ya eres.
No cantas. No existes.
Y nadie a salvarte volvió.

Entonces ¿Quién escribe
este poema y dice: te he amado?
Te he amado alcánzame.
Aún entre tus ruinas, sálvame.

Pasto mortal en las lomas.
Te he amado, sácame del mudadal
donde caí. El olor inmundo de la tarde
sobrevive. Alcánzame.

En la misteriosa senda.
Resistir la existencia, es el hallazgo.
Adelantarse al olvido
la salvación. Tuya y nuestra.




Resistir ahora en las oscuridades
nada bellas, delgadas y perversas,
sin miedo, es de valientes
Sácame de ellas.

Aprendamos a tocar a olvido
Antes de tocar a muerte.
Sin remedio esta llegará más adelante,
y alguna lágrima equivocara su ruta

Y pasará por no saber que brevedad es todo.
Que hay que vaciarse ya en recuperar.
Que lo que dejemos es el legado
luminoso de lo ganado al destino.


Raúl
Torba