Nuestro pueblo El pasado fin de semana estuve en Barcial disfrutando de lo que siempre nos ofrece este maravilloso pueblo al que tenemos la dicha de pertene cer: tranquilidad inmensa que se respira en cada uno de sus rincones. Si sales a la calle a dar un paseo y te recorres el pueblo seguramente no encuentres a nadie pero te reconforta ese olor a los distintos anima les que hay así como alguna que otra chimenea que huele a leña. ¡Qué recuerdos! pero a la vez nostalgía de ver que cada vez queda menos gente en Barcial y la que queda va envejeciendo. Cuando pasabamos allí las vacaciones de verano, Navidad o Semana Santa el pueblo estaba lleno porque a parte de toda la gente que acudía estaban allí nuestros abuelos. Aun así sigo disfrutando de nuestras puestas de sol y de ese cielo azul que se ve en todo el horizonte sin ningún resto de conta minación. Me encanta, personalmente, pasear al atardecer ya sea en verano o invierno por el camino de los pirineos regresar al pueblo cuando el sol empieza a esconderse, disfruto como lentamente se va ocultando en el horizonte y cae la noche sobre Barcial solo se ven las 4 luces de las farolas de las calles, igual que ves otros pueblos como Santa Eufemia que en la lejanía asoman sus luces tristes como la gente que queda en estos pueblos maravillosos que van acercándose al ocaso de la vida. El invierno es duro en estos pueblos ya que no pueden salir de casa practicamente porque a parte del frío no hay nadie esperan con ganas a que vuelva la primavera para poder volver a disfrutar un año mas con la gente que acude los fines de semana. Luego vendrá San Marcos, la Santa Espina y así hasta el verano que da gusto ver el pueblo lleno de niños y mayores que regresamos con ansia a dis frutar de nuestro mes de vacaciones que en lugar de 30 días parece que se convierte en uno. |