Barcial de la Loma - Valladolid

La mañana avanzaba cautiva de calores. El reloj del Ayuntamiento marcaba las once y media y de las calles desiertas tomaba posesión el implacable sol del mes de Julio. Me había despertado sobre las ocho, como todos los días, para iniciar mi paseo matutino, pero mi cuerpo perezoso se declaró en rebeldía, por lo que salí algo más tarde. No sé que tiene el despertar de los festivos, pero la convivencia en algunos casos se presenta insoportable. No es la primera vez que en mis paseos, y sin pretenderlo, oigo exabruptos que salen de alguna vivienda interrumpiendo la serena y tranquila mañana dominical. Tal es el caso que literalmente cuento y que me ha hecho reflexionar:
Oigo voces de hombre, que salen de un segundo piso en los siguientes términos:
– “Estoy hasta los c… que viváis a cuenta de mi pequeña pensión”.
– “¿Porqué no salís cada mañana a buscar trabajo y a patearos la calle?”.
- “¿Porqué no buscais lo que sea, si no encontráis otra cosa?”.
Sigue un silencio sepulcral en la vacía calle.
Me pongo en la piel del hombre sin rostro, con su pequeña pensión teniendo que mantener la casa a la vez que sufragar los gastos de sus hijos ya mayores.
- ¿Hemos criado a los hijos en el conformismo?.
Me fui triste, pesando en ambos. En el padre que no encuentra el descanso que por lógica le corresponde y en los hijos que no saben revelarse contra las circunstancias laborales negativas, provocando que su pasiva presencia en la casa, desestabilice la natural tranquilidad del jubilado progenitor. Desconozco el nivel de formación de estos, pero ante esta situación yo iría a trabajar en lo que fuera y le diría al final de jornada:
-Papa, hoy me han pagado, el viernes no me des la propina, e iría, a la tienda y le compraría esa camisa, esos zapatos o esa gorra, que espera en el escaparate la llegada de las rebajas, y que disimuladamente le he visto como deseaba.
Creo, que esta crisis, como todas, venteará la cosecha y separará el trigo de la paja. El fuerte del débil. El que tiene determinación del que se acomoda a cualquier cosa.
Saludos. Eco.

Pues que así sea.