Aldeamayor de San Martín - Valladolid

A. G. Mozo / R. Gris - martes, 17 de diciembre de 2013

Robo, receptación, trata de seres humanos, fraude a Hacienda y a la Seguridad Social, extorsión, tráfico de drogas, blanqueo de capitales, usurpación de vivienda... Estos son algunos de los delitos que ha venido cometiendo en los últimos tiempos la organización criminal que ha desarticulado la Guardia Civil de Valladolid durante este fin de semana en Aldeamayor de San Martín y a la que investigaba desde principios de año. 21 implicados (17 detenidos y cuatro imputados, de los que tres ya están en prisión por orden del juez instructor) en una trama en la que se han logrado esclarecer 170 hechos delictivos. Todos, bajo la firma de una banda criminal que abarcaba casi todos los ámbitos de la delincuencia y cuya fortuna aún está por cifrar, pero se podría estar hablando de varios millones de euros. «Eran unas joyas. Se dedicaban absolutamente a todo», tal como resumía ayer el jefe de la Comandancia, el teniente coronel Juan Miguel Recio, a la conclusión de la rueda de prensa en la que se dio cuenta de todos los detalles de la llamada Operación Brizonazo.

Al frente de esta organización se situaban Marcel S. y Silvio S., dos hermanos de 34 y 30 años llegados de Rumanía sin antecedentes y que se habrían convertido en una especie de capos de esta mafia a la que se acusa de la comisión de 144 delitos contra el patrimonio y de 11 de lesiones y coacciones, ya que, en ocasiones, hasta daban palizas por encargo y no les temblaba el pulso a la hora de amenazar a sus víctimas para disuadirlas de que denunciasen.

«Muy violentos». Ese era uno de los sellos que dejaba la banda desarticulada. Actuaban con gran violencia: «Al que protestaba o no aceptaba sus ‘normas’, paliza», tal como detallan fuentes cercanas al caso a El Día de Valladolid. Así consiguió Marcel hacerse con el control total de la chatarrería de El Brizo que servía de epicentro de su actividad y a la que llegó hace unos años como trabajador, según recuerdan estas fuentes. «Primero se asoció con el anterior dueño y luego lo sacó a hostias, tomando él todo el mando», recuerdan.

La organización fue creciendo desde entonces. Primero se limitó a receptar material robado, luego eran ellos los que encargaban los robos -a los detenidos hace unos días en la Operación Transformers, por ejemplo- y después se hicieron con gente a su cargo para esas y otras tareas trayéndolas desde su país bajo engaños. A continuación, comenzaron a tratar de montar un entramado de empresas con las que «eludir la presión policial» y, para ello, se rodearon de expertos en materia fiscal, contable y legal, todos españoles. Y la organización fue incrementando sus campos de actuación hasta convertirse en el «epicentro delincuencial» de la provincia vallisoletana y hasta de otras del entorno: «Controlaban todo el mercado de productos robados», según destacó ayer el comandante Javier Peña, jefe de Operaciones de la Comandancia de Valladolid y que ha estado al frente de la coordinación de este operativo que se explotó el viernes, con la participación de agentes del GRS (antidisturbios) y del Servicio Cinológico (un perro entrenado en la búsqueda de billetes), y de miembros de la Inspección de Trabajo, de la Agencia Tributaria y de la Seguridad Social.

Dos políticos. Aunque la trama estaba liderada claramente por los dos hermanos, estos habían dado un paso a un lado a fin de evitar nuevos arrestos; por ello, tenían en G.E., otro compatriota de 25 años, a su lugarteniente. Son estos tres los que ingresaron ayer en prisión por orden del juez César Gil, titular del Juzgado de Instrucción 2. Los otros 18 implicados se hallan en libertad, incluidos los dos políticos de Unión Regionalista de Castilla y León (URCL), José Luis Sanz y Mª Mar Martín, que han caído dentro de la Operación Brizonazo.

El primero fue alcalde de este municipio entre 2010 y 2011, tras pactar con el PP para arrebatar la Alcaldía de Aldeamayor al PSOE en el anterior mandato; al parecer, su papel consistiría en «facilitar» a la banda todo tipo de licencias y certificados de empadronamiento.

Martín es concejala de URCL, actualmente en la oposición, si bien fue detenida por ejercer de contable y asesora fiscal para esta organización. Ambos continúan en el partido a día de hoy


Los cabecillas eran dos hermanos rumanos, regentes de una chatarrería de El Brizo y desde donde ejecutaban todo tipo de delitos · Entre los implicados hay dos políticos de URCL: el alcalde del pueblo de 2010 a 2011 y una concejala actual


https://ww.eldiadevalladolid.com/noticia/ZE15C1420-9FAF-DAFA-7AE8B8290EBCF391/20131217/detenidos/21/miembros/banda/aldeamayor/acusados/170/delitos