Vilallonga/Villalonga - Valencia

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y el presidente de la Generalitat valenciana , Alberto Fabra, han anunciado este martes la creación de una Comisión Mixta Interdepartamental --con presencia de ambas administraciones y las Diputaciones--, con el objetivo de fijar de aquí al viernes un nivel de ayudas para los afectados por los incendios de Cortes de Pallás y Andilla ( Valencia ), que pueda ser aprobado por el pleno del Consejo y por el Consejo de Ministros, con el fin de atender "de manera inmediata" a los vecinos.
Así lo han indicado tras una reunión mantenida en el Palau de la Generalitat, para tratar de la situación generada por los incendios, y que se ha celebrado después de la visita que Fernández Díaz y Fabra han realizado a los familiares del piloto que había desaparecido al accidentarse un helicóptero que intervenía en las tareas de extinción del incendio de Cortes de Pallás, y visitar igualmente al piloto y copiloto del segundo helicóptero siniestrado, de los que el ministro ha resaltado que saldrán "adelante".
Asimismo, Fabra ha anunciado que el Gobierno valenciano reconocerá con la Distinción de la Generalitat a todo el "equipo humano" que ha estado trabajando en la extinción de los dos incendios y en la evacuación de cerca de 4.000 vecinos de los 22 términos municipales afectados, en unos fuegos que han supuesto una "convulsión importante" en la provincia tras calcinar cerca de unas 50.000 hectáreas de superficie. Fabra ha subrayado que este año se ha destinado a la prevención de incendio 1 millón de euros más que el año pasado.
El ministro ha destacado que, una vez "delimitados" los incendios, el objetivo es que los afectados reciban "cuanto antes las ayudas de las que se han hecho acreedores". Por su parte, Fabra ha trasladado a los vecinos que la administración no les va a "fallar" porque "es momento de tender la ayuda a las personas" que ha sufrido "este accidente de la naturaleza", que considera que les ha "examinado" y han podido responder.

Fuente : LP

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¿ Y de las 1250 hectáreas que se quemaron entre Villalonga y los otros términos municipales no se dice ni mu ?.

¿ Reivindicarán los alcaldes, incluido el nuestro, el mismo trato que a los afectados de los incendios de Cortes de Pallás y Andilla ?.

Yo me quedo tranquilo, con esas ganas de informar al ciudadano que tienen en el ayto. de Villalonga, estoy más que convencido que darán oportuna información de como llevan las gestiones.

Sempre s´ha dit que més val previndre que curar.Eixa banda de xafaxarcos,lo que tenia que haver fet es gastar-se els diners netejant les muntanyes i fent talla-focs.Tot aço ens ha costat molts diners,així com la perdua de vides humanes i una catastrofe mediambiental.Per a que serveix tanta retallada si despres ens costa més diners?

Desempleados de las zonas afectadas serán contratados para regenerarlas.


Con el incendio de Cortes de Pallás ya estabilizado y el de Andilla sin llamas aunque con rebrotes, es momento de empezar a cuantificar los daños materiales y atender a los afectados. La virulencia del fuego ha arrasado el paisaje pero también se ha llevado por delante instalaciones, cultivos o granjas. Todo calcinado. Las ayudas llegarán en forma de euros pero también de puestos de empleo.
El Gobierno, a través de la empresa pública estatal Tragsa, contratará «a vecinos de todos los municipios afectados por estos dos incendios para desempeñar labores de limpieza y recuperación en los montes quemados», anunció la delegada del Ejecutivo en la Comunitat, Paula Sánchez de León.
En algunos casos, estos residentes «realizarán cursos de formación específica» para prepararse. Sánchez de León tildó este acuerdo como «uno de los más importantes» que se adoptaron en la comisión para gestionar el apoyo ante los incendios forestales «ya que supondrá un retorno económico para las zonas afectadas».
El Gobierno y el Consell también prometieron subvenciones urgentes para aliviar a los afectados por la mayor catástrofe natural en la Comunitat de las últimas dos décadas, que ha devastado 48.500 hectáreas de arbolado y matorral.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aprobarán el viernes subvenciones para los damnificados. «Es primordial pagarles cuanto antes», aseveró el titular de Interior, que se trasladó a Valencia para conocer de primera mano la magnitud de la tragedia y analizar su alcance. El jefe del Consell explicó que se va a hacer un «esfuerzo» para asumir «la totalidad» de las ayudas. Las peticiones se tramitarán a través de los ayuntamientos y se canalizarán a través de tres oficinas de información.
Los 22 municipios afectados aguardan ya a recibirlas. Todavía no se conocen las cuantías pero los seis millones de euros establecidos por las 5.500 hectáreas que el fuego devastó en 2007 en l'Alcalatén permiten hacerse una idea de qué cantidades se están barajando ahora. De forma «inmediata», las Diputaciones harán anticipos para reponer abastecimientos de agua, líneas de teléfono fijo y móvil, accesos y alumbrado.
Al mismo tiempo que se anunciaban las ayudas económicas en el Palau de la Generalitat, los buzos hallaban en el embalse de Forata el cuerpo del piloto fallecido mientras realizaba labores de extinción en Cortes de Pallás. Primero se localizaron los restos del fuselaje del helicóptero precipitado a 16 metros de profundidad por lo que los submarinistas intuían que el cadáver tenía que estar cerca. Dentro del propio aparato o en un punto muy próximo.
Pocos minutos después, dos buzos del equipo de actividad subacuática de la Guardia Civil rescataron el cadáver de José Agustín Nieva Gómez, de 59 años. Los forenses le practicaron ayer mismo la autopsia y la Guardia Civil investiga los hechos.
El sindicato Sepla denunció que los pilotos de los trabajos aéreos trabajan en unas condiciones precarias, lo que ha provocado la pérdida de 23 vidas en la última década. El Colegio de Pilotos exigió que se adopten las medidas necesarias para mejorar la seguridad del sector de helicópteros.
Durante toda la jornada, 1.800 personas continuaron trabajando en la extinción del fuego. Aunque el incendio de Cortés de Pallás está estabilizado desde el lunes, las tareas de 300 efectivos terrestres y cuatro medios aéreos se centran en refrescar el perímetro.
El de Andilla todavía no se puede dar por estabilizado pero ya no hay llamas. De hecho, algunos focos en Llíria y Casinos se reavivaron. Más de medio millar de bomberos, brigadistas y miembros de la Unidad Militar de Emergencias y más de 20 recursos aéreos se enfrentan al fuego.
El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, apeló ayer a la «responsabilidad» de todos «porque queda mucho verano y será complicado».
Sobre los motivos por los que se originaron los fuegos, Fabra pidió que nadie «intente buscar una diferencia entre el presupuesto y la situación provocada por el fuego. No es por una cuestión de falta de medios, ya que se ha destinado un millón de euros más para prevención que el año pasado, cuando sólo se quemaron 2.500 hectáreas», apuntó.
Además, tanto el presidente del Consell como el ministro de Interior negaron que haya habido descoordinación. «La coordinación ha sido espléndida. Si no fuera por los accidentes del lunes, podríamos decir que esta prueba de la naturaleza se ha superado», manifestó Fernández Díaz.
«Hoy por ti mañana por mí»
Buen ejemplo de colaboración son los Bombers de Catalunya. Para la extinción del incendio de Andilla se han desplazado a la Comunitat unos 35 hombres con cuatro vehículos de transporte y cuatro autobombas de extinción. Ayer, su base de operaciones estaba en la carretera que discurre de Altura a la Cova Santa. Y su actividad era frenética en el relevo: un mapa desplegado sobre un atril, una furgoneta con varios ordenadores, bebidas, bocatas, intercambio de cascos...
Uno de ellos es el joven Óscar Tarazona, de 35 años, conductor de emergencias y especialista en logística. Es de Gandia pero lleva dos años al servicio del parque de Tortosa-Terres de l'Ebre. «Me enteré de lo que estaba pasando a través de amigos forestales en Valencia. Cuando nos alertaron podía haber venido otro compañero del parque, pero quise desplazarme yo».
Más veterano es Jordi Martínez, de 49 años. Bombero de Santboi con familia en Utiel y en Valencia. «Es mi segunda tierra y esto es 'hoy por ti, mañana por mí'», resume. «La inmensa mayoría de bomberos siente que necesita estar donde otros sufren y da igual que sea otra comunidad». Martínez ya ha luchado contra el fuego fuera de tierras catalanas, cuando Galicia pidió auxilio en agosto de 2007. «Entonces fue un fuego tan terrible como este, con más de 100 frentes activos».
El presidente de la Generalitat insistió en que lo ocurrido «ha sido una catástrofe natural propiciada por dos negligencias» y que a un invierno seco por la escasez de precipitaciones «se han sumado temperaturas de entre 30 y 40 grados, los fuertes vientos de más 40 kilómetros por hora y la baja humedad relativa, lo que ha desbocado el incendio».
La sección sindical en las Brigadas de Emergencia del Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos apunta otros factores como principales causantes de los fuegos. «La falta de recursos y sobre todo de prevención ha agravado considerablemente los daños producidos por el fuego». Denunciaron que los equipos de intervención son precarios (como el uso de pesadas cantimploras que dificultan la movilidad o el calzado inapropiado) y las «17 horas ininterrumpidas en las que se han llegado a desarrollar servicios de extinción y protección». Todo ello en un medio «que se puede describir como un auténtico polvorín porque el monte crece salvaje sin medidas preventivas».
El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, se desplazó ayer hasta algunas de las zonas quemadas por el incendio de Cortes de Pallás, después de visitar el lunes la localidad de Macaste, donde rezó con los feligreses. Tras recorrer varios términos afectados, el prelado admitió que se encontraba «conmocionado por la tragedia que se ha vivido, mayor aún por la muerte de un piloto en acto de servicio».
La ONG SEO/Birdlife lamentó que los incendios dejan daños «irreparables» en la biodivesidad. En relación a las ayudas para los afectados, el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, aseguró que los municipios afectados en 2010 por un fuego que quemó 3.200 hectáreas en la Vall d'Albaida y El Comptat, «están esperándolas».

Fuente : LP

La diputación destina 100.000 euros para las zonas afectadas por el incendio en el Palancia .

Moliner visita las áreas afectadas y asegura que la partida reservada a emergencias irá íntegra a paliar los daños causados por el fuego.

El presidente de la Diputación de Castelló, Javier Moliner, anunció ayer que la institución provincial destinará 100.000 euros para ayudar a regenerar las comarcas devastadas por el incendio. Moliner se desplazó hasta la comarca del Alto Palancia para seguir in situ el dispositivo de emergencias y reunirse en el centro operativo instalado en Bejís con el diputado delegado de Bomberos, Luis Rubio. Allí pudo ver como los efectos del fuego se extienden desde infraestructuras hasta al patrimonio natural de municipios como Teresa, Bejís, Altura o Sacañet.
Los 100.000 euros que el ente provincial destinará a la restauración de las zonas afectadas por el fuego provienen de una partida presupuestaria de cooperación municipal aprobada precisamente en el pleno del pasado martes y por la que está previsto destinar estas ayudas para actuaciones de emergencia.
"Después de la tragedia que ha vivido nuestra provincia con los incendios forestales, es el momento de reconsiderar y dedicar íntegramente toda esa orden de ayudas a la zona afectada. El dinero irá destinado a todos aquellos bienes y equipos municipales que se hayan podido ver afectados, como pueden ser pozos, estaciones de bombeo u otros servicios fundamentales para los vecinos. El objetivo es que puedan restablecer la normalidad de forma inmediata", explicó Moliner.
El presidente provincial apuntó que el objetivo "de esta diputación es actuar de forma inmediata en esos ayuntamientos y que el mayor desastre ecológico de las últimas décadas en nuestra provincia pueda comenzar a superarse desde ya y, así, recuperar la normalidad tan pronto como sea posible".
Las bases iniciales de esta convocatoria de ayudas a municipios de la provincia de Castellón para actuaciones de emergencias serán modificadas para poder adaptarse a la tesitura actual. Las localidades que quieran recibir las ayudas deberán presentar en la Diputación Provincial una memoria con la relación de daños sufridos por el incendio para que en función de sus necesidades concretas se les otorgue la correspondiente ayuda económica.
Javier Moliner ya visitó el pasado sábado la comarca para seguir la evolución del incendio y reunirse con los alcaldes de los municipios afectados al mismo tiempo que trataba de tranquilizar a los vecinos de estas localidades. El presidente de la Diputación estuvo en Bejís, Teresa y Altura donde aprovechó para mantener reuniones de coordinación con el presidente de la Generalitat , Alberto Fabra, así como con los consellers de Gobernación y Medio Ambiente, Serafín Castellano e Isabel Boing respectivamente, la delegada de Gobierno de la Comunitat Valenciana, Paula Sánchez de León, y el subdelegado del Gobierno, David Barelles.

Fuente : Levante

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¿ Y el presidente de la Dipu de Valencia , el señor Rus, ahora no es esplendido con los afectados por las 1250 hectáreas quemadas hace nada ?.

Como ya se ha gastado una pasta en "Beques de la Dipu", que sirven solo para cuatro gatos.

Las ayudas de los incendios de los últimos 5 años siguen sin llegar.

Ayuntamientos y vecinos de Simat, Ontinyent y l'Alcalatén denuncian que aún no han cobrado las subvenciones comprometidas.


Agosto de 2007. Más de 5.500 hectáreas de terreno arrasadas por el fuego en l'Alcalatén. Ni rastro de los seis millones de euros comprometidos para los afectados. Septiembre de 2010. En 48 horas, las llamas arrasan 4.500 hectáreas en municipios como Ontinyent, Rafelguaraf y Simat. Las promesas económicas y de proyectos para recuperar las zonas dañadas tampoco se han hecho realidad. Los Ayuntamientos denuncian que las ayudas prometidas tras incendios que han devastado los montes de la Comunitat en los últimos cinco años siguen sin llegar.
Hace dos años, el fuego calcinó 2.000 hectáreas en Rafelguaraf, Barxeta y Simat de la Valldigna. El alcalde de este municipio, Sebastià Mahíques, aseguró ayer a LAS PROVINCIAS que «la Conselleria de Ocupación nos concedió una subvención de 76.214 euros para trabajos de repoblación y limpieza forestal de la zona afectada». El Ayuntamiento adelantó el dinero y contrató a 36 personas para esas labores «pero a día de hoy aún no nos han ingresado ese dinero», denunció el primer edil de Simat.
En esa misma fecha, las llamas se llevaron por delante 2.500 hectáreas más en Ontinyent y otros términos cercanos. El concejal de Medio Ambiente de la localidad de la Vall d'Albaida, Fran Quesada, explicó que los plantes de actuación garantizados por el Consell para recuperar la superficie dañada no se han puesto en marcha. Por ejemplo, no hay ni rastro «del millón de árboles que supuestamente iban a plantar», señaló.
Los afectados por otro gran incendio sufrido en los montes valencianos en el último lustro tampoco han recibido ni un euro. El de la comarca de l'Alcalatén. Cinco años después, los vecinos afectados de las localidades de Les Useres, Figueroles, Atzaneta, Costur, Llucena y l' Alcora no han sido indemnizados.
Tras la tragedia natural, el Gobierno anunció que otorgaría dos millones, la misma cantidad que el Consell y la Diputación. El Estado, a través del Ministerio ingresó su parte en una cuenta pero al final se perdió la cantidad que ya había aportado. Tal y como explicó ayer el portavoz de los afectados, Pedro Gozalbo, «el Consell se negó a poner su parte de dinero al alegar que ellos ya habían invertido más en la zona».
Gozalbo recordó, incluso, la visita de la ministra Cristina Narbona «y de muchas autoridades que luego no han ayudado en nada». Pese a todo, destacó que la Conselleria de Agricultura sí ha ofrecido un crédito de 350.000 euros a varios particulares para mejorar sus fincas quemadas. «Sin embargo, ni siquiera nos dejan reforestar ya que, aunque la Generalitat nos aportó en su día 20.000 árboles, luego no nos dejaban plantarlas en ningún sitio y finalmente las plantas murieron».
A los tribunales
¿Las consecuencias? Innumerables daños sin reparar. Como el camino de 'Els Pelegrins de les Useres' que llega a Sant Joan de Moró «y que no nos han dejado reforestarlo», lamentó. «Si esperan ayudas, yo ya les advierto que no las van a tener». Ahora, la plataforma ha recurrido a los tribunales para «pelear por lo que nos prometieron».
Precisamente, ayer se cumplieron 18 años de los tres incendios que se produjeron en 1994 en Requena, Millares y la Sierra de Mariola. En este caso, el fuego se inició en Fontanars, en el extremo occidental de la Vall d'Albaida, y rápidamente se abrieron más focos, que cercaron Ontinyent.
El actual concejal de Medio Ambiente del municipio recordó que las llamas devoraron el 94% de la masa forestal. Y explicó que la administración se comprometió a llevar a cabo varios proyectos, como uno de canalización del río Clariano y otros para evitar inundaciones después de que el monte hubiera quedado desolado. «Eran iniciativas para paliar los futuros perjuicios medioambientales pero de eso no se ha hecho nada», aseveró.
Mientras, los medios aéreos y terrestres que participan en la extinción de los fuegos de Cortes de Pallás y Andilla continuaron ayer refrescando el perímetro, ya que están «estabilizados» y no quedan focos con llamas, pero aún no se han dado por controlados. Durante el día se atendieron «dos pequeñas reproducciones que se controlaron rápidamente», según los bomberos de Castellón. Una veintena de personas que fueron desalojadas de forma preventiva por el incendio de Andilla pudieron regresar a sus casas. La impotencia y la desolación se adueñó de ellos al ver los esqueletos ennegrecidos de los árboles.
En cuanto a los perjuicios, el Gobierno y la Generalitat siguen evaluándolos para poder cuantificarlos. AVA-Asaja ha cifrado en 21,2 millones de euros los daños directos causados al sector agropecuario. Esta cifra sale de una primera valoración efectuada por los servicios técnicos de la Asociación Valenciana de Agricultores. De los 50.000 hectáreas calcinadas, principalmente en las áreas colindantes a poblaciones como Andilla, Cortes de Pallás o Alcublas, al menos 850 hectáreas corresponden a terrenos de uso agrícola que se han visto afectados en mayor o menor grado y donde el valor de las pérdidas asciende a 12,7 millones.
A esta cantidad hay que sumar otros 3,5 millones por daños ocasionados en la ganadería (asentamientos de colmenas en los montes y destrucción de pastos), así como otros cinco por los desperfectos en infraestructuras agrarias, como instalaciones de riego y algunas granjas.
La Confederación Española de Empresarios de la Madera anunció que colaborará en la replantación de parte de las hectáreas quemadas, mientras que la Universitat de València ha ofrecido asesoramiento técnico recuperar las zonas quemadas.
Miembros de Protección Civil se quejaron a LAS PROVINCIAS de la «falta de coordinación» por parte de Emergencias. Aseguran que cuando el sábado se presentaron en el puesto de mando para colaborar en el incendio de Cortes ninguno de los responsables contó con estos voluntarios para labores de desalojo de vecinos. «Tuvimos que organizarnos por nuestra cuenta, pero sin estar dirigidos desde el PMA (Puesto de Mando Avanzado)», afirman.

Los afectados por los incendios de hace cinco años se sienten «olvidados».

Empresarios, ganaderos y agricultores de l'Alcalatén y la Vall d'Albaida piden que les indemnicen por los daños que sufrieron.


El fuego ha devorado miles de hectáreas de monte en los últimos cinco años en la Comunitat. Cerca de 2.500 en la Vall d'Albaida en 2010. Otras 2.000 en Simat, Barxeta y Rafelguaraf. En l'Alcalatén, 5.500 hectáreas más quedaron reducidas a cenizas en 2007. Y detrás de las dantescas cifras, los afectados. Unos perdieron sus casas, sus cultivos, su ganado, su medio de vida. Otros vieron cómo, en cuestión de horas, las llamas devoraban su entorno. Hoy pocos han recibido las ayudas prometidas por los daños de aquellos incendios. Muchos han perdido la esperanza. Algunos confían aún en ser indemnizados. Todos se han sentido «olvidados» durante este tiempo.

«Quería montar una casa rural y el fuego la arrasó»

Hacía menos de un año que José Manuel se fijó en aquella finca en les Useres, de más de 20.000 metros cuadrados con 160 almendros y olivos milenarios. Depositó su ilusión en ella y ya se imaginaba el alojamiento rural en la que la iban a convertir. Pero no le dio tiempo. El incendio de l'Alcalatén de 2007 se la llevó antes por delante. «Compramos el terreno y construimos los caminos de acceso para nada. Fue un dinero tirado», afirma este empresario de turismo rural con el mal sabor de boca que le dejan aquellos negros recuerdos. Aunque la inversión aún no estaba hecha, su socio y él perdieron los cerca de 70.000 euros que les costó comprarla. «Recibimos una ayuda mínima para reconstruir infraestructuras agrarias pero eso no dio para nada. No sabemos cuándo nos van a indemnizar de verdad», afirma.
Melchor Rovira

«Nos dieron un anticipo de ayudas. Nada más»

El 28 de agosto de ese mismo año la masía de Melchor, repleta de almendros, algarrobos y pinos, se salvó del fuego de milagro. Pero al día siguiente cambió la dirección del viento y la masía fue pasto de las llamas. «A mi familia y a mí nos cayeron las lágrimas», admite. Hoy, la finca se ha recuperado al 80%. «Hace un par de años el Consell nos dio unas ayudas pero son un anticipo. No nos han dado nada más».
«Se nos quemó todo y nos han dado 200 euros»
Rusell y Carmina se trasladaron a su nueva propiedad, en Atzaneta, en junio de 2007. Este matrimonio de artesanos instaló allí su taller de trabajo. Lo que no se imagiban es que sólo dos meses después las llamas acabarían «con casi todo». Y menos aún pensaban que cinco años más tarde sólo habrían recibido «una ayuda de 200 euros para replantar los árboles dañados», lamenta Rusell. El fuego calcinó todo el material de trabajo así como las puertas, ventanas y maquinaria que guardaban en el interior del taller. «Tuvimos que comprarlo todo de nuevo». Sólo les dio tiempo a poner a sus animales a salvo. Las llamas también afectaron al grupo electrógeno de energía solar que tenían. Pasaron aquel invierno iluminándose con velas y gas butano. Sobre las ayudas, este británico asegura que tiene «paciencia». «No me voy a amargar la vida por eso pero aquí ha sufrido mucha gente y merecemos una indemnización».

«Se quemó la granja que me daba de comer»

José Martínez lleva dos años luchando por volver a levantar su negocio, devastado por las llamas en el incendio de Ontinyent en 2010. «Se quemó la granja que me daba de comer», lamenta. Aquel septiembre de hace dos años perdió «un almacén con 250.000 kilos de leña, siete cuadras, 10.000 kilos de alfalfa y 12.000 de paja. También la comida de los animales de todo un año», enumera. Además, el fuego arrasó el camión que utilizaba para desplazarse. «Me he tenido que comprar uno más pequeño y arreglar los contenedores para poder continuar con el servicio de la granja. Todo de mi bolsillo», afirma. Este vecino de Ontinyent se queja de que no ha percibido ni un euro. «El Ayuntamiento nos dijo que hiciéramos un informe con los daños y que nos avisarían. Pero ellos no han recibido el dinero y nosotros, por tanto, tampoco», dice José, que estima sus daños en 50.000 euros.

«No he recuperado la producción de antes»

Las tierras de cultivo y pasto propiedad de Manuel y su mujer les daban de comer a ellos y a sus hijos. El fuego lo arrasó todo y los dejó sin nada. «Todavía no hemos logrado recuperar la producción que teníamos antes del incendio», lamenta este padre de familia. Los troncos de algunos almendros, algarrobos centenarios y olivos se quemaron totalmente y no producirán nunca más. «La Conselleria nos concedió unas ayudas para recuperar los árboles al principio. Fue poco. Nunca te cubre los daños totales de lo que has dejado de ganar en este tiempo», manifiesta Manuel. Este afectado, al igual que muchos otros, añade que el daño moral ocasionado también fue importante. «Lo que teníamos antes no va a ser igual. Recuerdo cuando volvimos a pisar los terrenos, tras el incendio, que no se respiraba aire puro en el ambiente como antes». La plataforma de afectados por los incendios de l'Alcalatén ha recurrido a los tribunales para luchar «por lo que nos prometieron».


Fuente : LP

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Yo espero que este ayto. se mueva para pedir indemnizaciones a los afectados por el incendio que afectó al término de Villalonga, así mismo como acciones para repoblar el monte.

´Se ha quemado nuestro futuro´.

Porvenir negro para los ganaderos. El incendio que ha asolado 10.000 hectáreas en el Alto Palancia se ha llevado por delante todo el pasto bueno de la zona. Los ganaderos no saben cómo alimentarán a sus ovejas.

ANA MONLEÓN JÉRICA
Seis días después del devastador incendio que ha asolado alrededor de 10.000 hectáreas en el Alto Palancia, los municipios van cobrando poco a poco la normalidad. Ahora la vista está puesta en el futuro. Contra lo quemado ya no se puede hacer nada. Es momento de actuar para ver cómo finalmente se dará salida a los problemas ocasionados.
En muchos casos, las subvenciones y ayudas no palian, ni por asomo, los daños ecológicos y materiales causados de una debacle en la que el ecosistema es el mayor damnificado. Sin embargo, también los ganaderos se convierten en uno de los sectores que más sufren los vestigios de los incendios. Es el caso de Manuel Pérez, pastor de Jérica que junto con su hermano Jaime pastorean 900 cabezas de ganado ovino. Durante el incendio, su corral, situado en la partida jericana de El Covarcho, se quedó a un kilómetro de que le entrase el fuego. Mascó de cerca la tragedia y siempre recordará los nervios y la impotencia que sintió al ver cómo el monte ardía sin control.
"Hemos estado todos los días sin dormir, sobre todo pensando en que se nos quemaba nuestro medio de vida, nuestro futuro", afirmaba Manuel. Y es que estos jóvenes ganaderos han invertido mucho esfuerzo y sacrificio económico para levantar su explotación que, hasta el lunes por la tarde, estuvo a punto de ser pasto de las llamas. Ahora, Pérez ve el futuro más que negro. "El incendio ha acabado con todo el pasto bueno, la zona de Carbón y Benaval, donde pastábamos con los animales, está totalmente arrasada. Nuestro trabajo y futuro depende de su recuperación".

Soluciones
Para este joven ganadero, "las subvenciones no solucionan nada a largo plazo, puede que durante unos meses te salven pero a largo plazo, en Jérica ya no queda ninguna zona buena de pasto".
En este sentido, Pérez bajará junto con los cuatro ganaderos afectados, (uno de Bejís, otro de Sacañet y otro que pasta en Cucalón en Altura) a reunirse con los ingenieros a Castelló con el fin de solicitar una licencia para que de manera especial, les dejen que el ganado pueda entrar a pastar por la zona afectada. "Normalmente tardan en dejarte unos 5 años hasta que se regenere el monte, pero esto para nosotros sería la desaparición absoluta. Además al pastar con ovejas, la situación es distinta, puesto que estas no estropean lo que pueda ir saliendo, ya que solo comen hierba, no matorral como la cabra".
"De momento estamos en una incertidumbre absoluta, no sabemos lo que va a pasar, pero si no solucionan el problema y no nos dejan entrar en las quemas esto no se puede mantener de ninguna manera" concluye este joven pastor al que por el momento, sólo le queda esperar.

Fuente : Levante

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Ejemplo de una ganadero que pastoreaba por el monte.

El Consell cambia la forma de pago para que los afectados por el fuego cobren 9 millones de euros.


Los incendios de Cortes de Pallás y Andilla han calcinado 48.500 hectáreas, destrozando miles de árboles, cultivos, granjas, instalaciones y animales. Una semana después y cuando ambos ya se han dado por controlados, los afectados aguardan a ser indemnizados por los daños sufridos. La Generalitat anunció ayer que les concederá nueve millones de euros antes del verano.
Tan importantes son las cifras como los plazos. Por eso, el Consell cambiará el proceso de pago para garantizar que estas cantidades lleguen a los damnificados. Con ello se evitará que los afectados no se queden sin ellas, como ha ocurrido con las prometidas en los incendios de l'Alcalatén de hace cinco años, tal y como ha denunciado esta semana LAS PROVINCIAS.
Para agilizar los tiempos, los nueve millones previstos se entregarán antes de que termine este mes a los ayuntamientos de los 22 municipios que se vieron sorprendidos por las llamas. De esta forma, los consistorios podrán anticiparlas. El Consell pretende que las indemnizaciones empiecen a cobrarse antes de septiembre.
«Las ayudas irán directamente a los ayuntamientos, mediante un procedimiento urgente y muy simplificado. Con unos parámetros muy sencillos, ellos las distribuirán entre los afectados», explicó ayer el portavoz del Gobierno valenciano, José Císcar.
Habrá diferentes tipos de subvención, que podrán llegar al 100%. Quienes hayan sufrido daños materiales podrán pedir indemnizaciones de hasta 11.500 euros si es en vivienda habitual o de hasta 10.000 si no lo es. Si las llamas han quemado mobiliario y electrodomésticos, sus propietarios percibirán un máximo de 3.500 euros. Por los vehículos calcinados las ayudas ascenderán a 4.000.
También cobrarán indemnizaciones los pequeños y medianos empresarios. Se les pagará 12.000 euros para reparar daños producidos por los incendios en edificaciones e infraestructuras.
Junto a ellos, tendrán derecho a recibir subvenciones de hasta 12.000 euros las explotaciones agrícolas, ganaderas y apícolas así como las comunidades de regantes para recuperar cultivos, instalaciones de red o reposición de animales.
Los nueve millones aprobados por el Gobierno valenciano serán complementarios y, por tanto, compatibles con los que concedan otras administraciones públicas. «Se trata de una cantidad inicial», aunque si las ayudas tuvieran que ser superiores, el Consell haría «un esfuerzo adicional», afirmó Císcar.
Los afectados aguardaban con inquietud y esperanza a día de ayer para conocer los números precisos. Tanto el presidente del Consell, Alberto Fabra, como el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se comprometieron el martes en Valencia a que las aprobarían en el pleno del Consell y el Consejo de Ministros, respectivamente. La Generalitat sí ha cumplido con su compromiso pero el Ejecutivo central no concretó su parte.
Medidas urgentes
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, explicó que se aprobarán «las medidas urgentes necesarias» cuando se acaben de estudiar los daños. Resaltó que los ministerios de Interior y Agricultura ya han presentado un informe en el Consejo de Ministros sobre los mismos y que, en estos momentos, se están valorando los perjuicios «a todos los niveles».
Mientras, los municipios afectados por los fuegos de 2010 en la Vall d'Albaida y El Comtat pedirán formalmente ser incluidos en el plan de ayudas de los incendios de Cortes de Pallás y Andilla ya que a día de hoy no han cobrado las cantidades anunciadas en su momento. Así lo acordaron ayer en una reunión en la que estaban los alcaldes de Ontinyent, Agullent y Agrias y concejales de Bocairent yAlfafara. La petición cuenta con el apoyo de los primeros ediles de Albaida y Benisoda, que también estuvieron afectados por los fuegos, que arrasaron cerca de 3.200 hectáreas hace dos años.
Los expertos forestales estiman que las llamas han causado daños superiores a los 1.000 millones de euros. En concreto, advierten de la pérdida de biodiversidad, la reducción drástica del valor de los recursos forestales destinables a madera y bioenergía y las pérdidas derivadas de la actividad cinegética.

Fuente : LP


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De las 1250 hectáreas quemadas no se dice nada.