Sonseca - Toledo

Seria convemiente que en el partido opular hubiera una primarias

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Sí, se puede. Yes, we can. La junta del Partido Popular del barrio de Salamanca, el cogollito del cogollito, será la que presentará la propuesta de celebración de elecciones primarias en el congreso de su partido dentro de dos meses. Jorge Verstrynge, ex secretario general del PP, diseccionó en Telemadrid el martes por la noche las tendencias de este partido en el que ya no milita desde hace años. Hay una extrema derecha dura y franquista, católica y santurrona. Están luego los demócrata cristianos de siempre. También los liberales, que caracterizó como radicales y autoritarios. Y finalmente los reformistas del aparato del partido, que nunca se identifican a sí mismos como de derechas. Entre éstos se situó él mismo en sus viejos tiempos de dirigente, a Gallardón y a Rajoy. Pues bien, las primarias van contra los reformistas del aparato, los equivalentes de Bill y Hillary Clinton. Es evidente. Ellos son los que han controlado todos los cambios y sucesiones, de forma que son las otras tendencias las que quieren abrirse paso con la canción de Obama en los labios.

Si el PP organiza unas primarias antes de las elecciones de 2012, se habrá producido un gran paso hacia delante. Hasta ahora lo único que ha funcionado ha sido el dedazo. Estas primarias serán, cuando se celebren, si se celebran, sólo para militantes. Veremos que harán los socialistas. La tentación dinástica está en todos los partidos. El líder, como el emperador romano, siempre quiere encontrar un hijo adoptivo al que nombrar heredero. No basta con ser rey, sino que hay que ir más lejos y convertirse en hacedor de reyes. No lo hizo Felipe González. No consiguió hacerlo Aznar: le salió rana la operación. Vayamos con cuidado no vaya a querer hacerlo Zapatero, con una mujer además para apuntarse un tanto ante la historia. Recordemos sólo que nuestra referencia más próxima y detestable es Franco: fue monarca y nombró a su sucesor.

Es una ironía que pueda ser gente que quizás admira al dictador quien propugne ahora las primarias. Pero es más que una ironía: es una contradicción y a la vez un auténtico y gozoso progreso. Celebrar primarias, abrirlas primero a los simpatizantes, luego a todos los ciudadanos (eso no quieren hacerlo, todavía está muy lejos), es un comportamiento genuinamente republicano. Por eso es de celebrar que el republicanismo penetre en la derecha y sería de lamentar en cambio que abandonara la izquierda.

Lluís Bassets, en El Pais.com de hoy.

Los partidos politicos,todos,tienen autentica fobía a la democracía interna amplia.La prensa ,por instintos equivocados pero por motivos ideologicos claros,siempre las presenta como una división que el ciudadano cree y asume con excelente celeridad.Ante ese panorama el psoe fue apartandose de ellas como la peste,y aunque mantiene las mismas en su organigrama,solo las utiliza en contadas ocasiones.Sería interesantisimo que la rancia derecha,acostrumbada mucha más al dedazo,asumiera este compromiso pero me da a mi,que sus valedores,la prensa canalla, por otros motivos, no va a ser el conducto que nos lleve a realizarlas. Enfin ,ya no esta mal ,que como minimo se este planteando

Eso es como pedir peras al olmo, ¿No te parece?

Pues aquí la otra prensa, ABC.es

Primarias y aparatismo
POR IGNACIO CAMACHO

A la gente le gustan las primarias por la misma razón que los partidos las temen: porque les restan poder a los dirigentes de aparato. La partitocracia, que es el cauce esencial de participación democrática, se ha convertido en un secuestro de la voluntad ciudadana por unas estructuras cerradas de poder interno que se perpetúan a sí mismas a través de diversos mecanismos de cooptación y con criterios de fidelidad jerárquica. Cualquier proceso que rompa ese statu quo supone una amenaza para la dirigencia sectaria. La desconfianza hacia la elección directa de los candidatos por las bases se sostiene en España con argumentos sobre el supuesto recelo que la opinión pública siente hacia las querellas familiares en política, pero en realidad se trata de un miedo cerval a la pérdida del principal resorte de cohesión interior de las organizaciones partidistas, que es la obediencia. El único experimento conocido a nivel nacional, el del PSOE con Almunia y Borrell, fracasó porque la estructura felipista no soportó un resultado adverso y acabó rompiendo la baraja. Ahora ese juego sucio sirve de coartada a todos los que temen el veredicto directo de una militancia a la que acostumbran a someter a base de administrar su acceso a los cargos y el reparto de migajas de relevancia pública.

Es dudoso que el PP acabe aceptando la celebración de primarias como solución a medio plazo de su pavoroso colapso post-derrota, porque en el fondo hasta los más críticos sólo aspiran a provocar un relevo en la cúpula sin pasar por la base, mediante movimientos conspirativos y política de salón o pasillo sin margen de sorpresa. Abrir a los militantes la posibilidad de elegir a su candidato implica someterse a unas reglas fuera de control, mucho menos manejables que las de un congreso. Desde la transición hasta hoy, la política española se ha asentado sobre una nomenclatura o una casta en la que la sociedad ha delegado gran parte de su representatividad, pero cuando esa gestión hace crisis por falta de legitimidad de hecho resulta necesario encontrar fórmulas que recuperen de algún modo el concepto de soberanía. Y nada más lógico que quien aspira a gobernar una nación pase primero el fielato de aquellos en cuyo nombre se propone a sí mismo.

Al menos en Europa, las primarias casi siempre castigan a los aspirantes oficialistas, los protegidos o patrocinados por la estructura dominante del partido. Es un fenómeno para reflexionar sobre la esclerosis de la vida orgánica y la falta de cauces efectivos de sensibilidad popular. Es cierto que esta clase de confrontaciones conllevan un desgaste y dejan heridas, y a menudo desembocan en una cierta política espectáculo. Pero más desgaste tiene para el sistema el ejercicio de una representatividad orgánica ficticia y, en todo caso, siempre será mejor el espectáculo de la libertad que la función endogámica de unos chamanes reunidos a puerta cerrada. La vida de nuestros partidos está anquilosada por la sumisión, viciada por la servidumbre. Al sufragio universal sólo le pueden temer quienes menosprecian la cordura del pueblo.

En mi opinión sería muy positivo que el PP utilizase este sistema, y más viendo que alguien que ha sido elegido "a dedo" se ha presentado y ha perdido en dos ocasiones pretende volver a hacerlo. Un ejemplo muy claro el actual.

tengo la sensacion de que va a ser que no, aqui hubo asamblea para la eleccion de numero uno y no gano luego, nos impusieron a dedo a jose millan y asi nos va......

¿De verdad que no hubo asamblea?¿De verdad que impusieron a José Millán? Me dejas de piedra peperito.

de piedra te has quedado

el PP va para el arroyo......

que venga de nuevo el PSOE , que falta hace

joerrr no tienes bastante con el indigente este de preswidente ,yo no deseo este mal a nadie

Deberia haber primarias,secundarias,terciarias, y clases de alfabetizacion para todos los peperos....

Un sistema similar al americano serviría para que al menos hubiera un candidato electo y considerado capaz por la mayoría. Aunque bueno tambien eligieron a zp y cada dia demuestra mas su ineptitud

Y de la ineptitud de mariano que me dices..... que manso,