DÍA DEL HERMANAMIENTO-GACETA DE ACTUALIDAD Según información de primera mano acerca de la jornada de hermanamiento, paso a contar las dos anécdotas más vergonzosas del evento, al menos para los que todavía guardamos muy dentro el orgullo de nuestro pueblo. Ni que decir tiene, quién fue el protagonista de la vergonzosa representación. En primer lugar os contaré que, parece ser que había una mesa lógicamente reservada para las respectivas corporaciones, algo protocolario y casi de obligado cumplimiento por deferencia a los representantes de ambas localidades. Pues bien, el protagonista haciendo un alarde de astucia, sociabilidad e inteligencia que caracteriza a los de su raza "lupus hominarius", se apropió casi literalmente del representante de la localidad hermana y con un perfecto movimiento de pelvis logró aislarle y esquivar no solo a la oposición, sino incluso a los congéneres de su propio equipo de gobierno, luciendo plácido en una mesa aparte como único referente de su pueblo, ahí es nada, si me lo cuentan de otro diría que el narrador es un embustero. Así de orgulloso presidia el evento, él… y los demás, ! marcando territorio! No sabemos las consecuencias de esta ignominiosa treta, pero creo que somos capaces de imaginar la intención que llevaba el cánido, aislar a la presa para inculcarle una imagen noble e insigne de su persona y así asegurar la perpetuidad de su especie. Todos sabemos que el líder como bien nos enseño un afamado y prestigioso naturalista, tiene constantemente que mostrar su carácter dominante para que los demás pasen a la sumisión pasiva. Por otro lado y cambiando de tercio, parece ser que el menú degustado en esa comida, era un menú cerrado. ¿Hasta qué punto era cerrado? Pues bien, hasta el punto de que después de invitar a unas 200 personas con el gasto que ello supone (seguramente justificado a juzgar por el excelente trato que se les dio a nuestros paisanos en Santa Ana-Cáceres), hubo alrededor de 8 ó 10 jóvenes de la citada localidad, que no les gustaba o apetecía beber vino y gaseosa, y optaron por beber simple y llanamente una coca-cola, solo una, con la fulminante respuesta de la camarera que actuando por orden, cobró in situ las ocho o diez coca-colas nada mas quitar la chapa, unos 12 ó 14 €, imagínense de donde venía la orden (vergüenza ajena para los que presenciaron o no, aquel bochornoso espectáculo). Estas fueron las dos las respuestas que dispensó el comediante que eligió nuestro pueblo, para compensar a la localidad hermana, por el excelente trato recibido cuando nuestros paisanos aceptaron placenteros visitar aquella acogedora localidad.
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