segunda parte dimision Rajoy 2. Rajoy y el Gobierno abocan a la pobreza y la exclusión social, cada vez más, a un mayor número de ciudadanos y ciudadanas. No es posible seguir así. No es posible seguir así, además, porque la política económica de Rajoy nos ha instalado en la depresión económica. No es sólo el paro, es el empobrecimiento general de la ciudadanía, mientras que sí se sanea la economía de los que han generado la crisis: los bancos y los especuladores del ladrillo. Decimos que España se encuentra en estos momentos en la cola de los países de la UE en la práctica totalidad de indicadores sociales negativos: paro, exclusión social, paro juvenil, etc. En los pueblos y ciudades del Estado, hoy, el acceso a la alimentación, a los medicamentos, a los servicios sociales comienza a ser un problema generalizado en sectores sociales que hasta ayer habían sido ajenos a esa situación. De otra parte, la crisis ha vuelto a marginar a la mujer de los accesos a los puestos de trabajo .La crisis, una vez más, tiene rostro de mujer porque la reduce de nuevo a su labor de reproducción y la retiene en el hogar. Igual sucede con las personas mayores y los sectores más marginados de la sociedad. La vivienda ha pasado a ser un problema de primera magnitud para centenares de miles de personas, bien porque no pueden acceder, bien porqueno pueden pagar sus hipotecas o sencillamente porque ya son directamente desahuciados. Y esa política del Gobierno de Rajoy, recibe cada día la contestación social sostenida : profesionales contra la privatización de la sanidad pública, enseñantes, desahuciados organizados en las PAH, funcionarios, afectados por ERE, mayores, trabajadores de empresas públicas, trabajadores sin convenio, etc. No es Izquierda Unida sino la ciudadanía la que dice: basta ya ! 3. Rajoy, gobierna para los bancos y no para las personas. Y la razón principal de este empobrecimiento de cada vez más amplias sectores de la población, es que Rajoy y su gobierno gobiernan para los bancos y no para las personas. Efectivamente. Desde el inicio de la crisis, se ha producido la mayor transferencia de capital social al capital financiero de nuestra historia: la privatización de las Cajas de Ahorro ha sido su culminación. Por otra parte, desde entonces, son más de 180.000 millones de euros los fondos comprometidos para salvar a Bancos y al conjunto del sistema financiero (nada más y nada menos que el 18% del P.I.B.), de los cuales más de 60.000 millones de ayuda directa a la banca .Fondos que tienen un contrapunto: una carga insoportable para los contribuyentes durante años y una certeza de recortes públicos para cualquier gobierno de futuro. Y además, los recortes van acompañados de privatizaciones, constituyendo éstas, un plan perfectamente planificado por el neoliberalismo: hincar el diente en los sectores públicos clave a los que hasta hoy no se habían atrevido: sanidad, educación, servicios básicos. Y esto sucede, al mismo tiempo que ese sistema bancario estafa literalmente a los ciudadanos con las “preferentes” o no es obligado por el Gobierno a poner a disposición de los necesitados sus viviendas, incluso en aquellos que son Bancos públicos o han sido salvados con dinero público. Y es que no hay voluntad política de enfrentarse a los poderosos. Por eso decimos que SÍ, hay crisis económica y depresión, pero en ella, o aprovechando precisamente de ella, se está operando la mayor estafa a las clases populares que hayamos conocido. El Gobierno de Rajoy no es el único agente en este entramado. Todo ello lo han “bendecido” PP y PSOE, dándole sanción constitucional, con la modificación en verano del 2011 del artículo 135 de la Constitución. Desde entonces, el pago de la deuda (y por ende la acumulada con la salvación a la banca) se convierte en prioritaria frente a cualquier política social posible. Es el fin de la política 4. El Gobierno ha incumplido sus Programa Electoral. Estamos ante un fraude democrático. Es por ello que los Gobiernos prometen en las campañas electorales unas cosas y se ven obligados a hacer otras. Son prisioneros de las políticas neoliberales que llevan a cabo. El P.P. y Rajoy no han sido diferentes: ha incumplido sistemáticamente su Programa Electoral y en todos los terrenos. Lo dijo claro Rajoy: “si finalmente he de hacer lo contrario que prometí, lo haré”. Una manifestación palmaria de fraude democrático, que es exigible por la ciudadanía. En realidad, en el caso del PP, estamos hablando de un fraude relativo, dado que es la coherencia misma con las políticas de derechas que siempre ha sostenido Aún así, ésta cuestión democrática es esencial. Y lo es, también, para exigir la dimisión de Rajoy, de su gobierno y la convocatoria de elecciones generales. • Porque prometieron empleo y nos dejan más paro • Porque prometieron reconducir la crisis y nos dejan en plena depresión. • Porque dijeron ser el Partido de los pobres y gobiernan para los poderosos • Porque prometieron acabar con la corrupción y son el Partido que hoy la ejemplifica… 5. Hay una razón más que la económica: El PP, el Partido de la corrupción. Hay que decir que siendo lo fundamental la situación de paro, exclusión social, precariedad, empobrecimiento generalizado, etc., la corrupción es ya hoy, la segunda preocupación de la ciudadanía. Razones hay para ello. Es una razón añadida para exigir la dimisión del Gobierno que no la ataja sino que la lleva en su ADN. Desde Izquierda Unida, sabemos que la corrupción es consustancial al sistema capitalista y que ésta impregna al conjunto del sistema político. Rajoy no sólo no cuestiona el sistema sino que su Partido, es la expresión misma de la corrupción: en las CCAA ( País Valencia con Camps y Fabra ), Baleares (con Matas) Galicia (con Crespo), Madrid (Gurtel) ; pero también en la estructura central del Partido ( caso Bárcenas) y lo que hoy es ya una evidencia : la financiación ilegal del PP a lo largo de los últimos años. Pretenden que normalicemos la corrupción como mal menor del sistema democrático. En ninguna parte está escrito. Y no lo haremos. Exigimos la total erradicación de las prácticas corruptas del Estado, la Administración, los Partidos Políticos que la llevan a cabo y del sistema democrático en su conjunto. Sabemos que es un cáncer y no queremos que haga metástasis en la democracia por la que tanto luchamos. Rechazamos frontalmente una democracia de baja intensidad que hace de la aceptación de la corrupción una “normalidad”. 6. La crisis democrática (descrédito de la política, monarquía, crisis de régimen, etc.) plantea como inexcusable dar la voz al pueblo. Por eso, porque los valores democráticos están en juego, hablamos de una crisis eminentemente política. Y una crisis política no se sustancia sino desde la política. Ese es el terreno que hemos situado en la “Declaración de Madrid” como conclusión de nuestra X Asamblea Federal Efectivamente. Hoy, el descrédito de la política puede socavar las bases mismas del sistema democrático. Así que habrá que cambiar la política, su relación con la ciudadanía y sus prioridades, antes que la cambiar democracia misma. No vamos a dejar ese terreno virgen a fuerzas populistas o fascistas. Ante lo que estamos, como hemos analizado en nuestra Asamblea, es ante una crisis del sistema político surgido de la transición política de los 70. Y, no en cuestiones accesorias, sino en los elementos sustanciales del mismo: • La Monarquía y su descrédito. Una verdadera 2º Restauración borbónica. • Las prioridades políticas: la Constitución del 78 olvidada en sus aspectos más progresistas. Un verdadero proceso “deconstituyente” • Una relectura del modelo de Estado hacia una España centralizadora que no resuelve, antes al contrario, el problema nacional del Estado Español. • Una ruptura del “pacto constitucional” del 78 con la modificación del artículo 135 de la Constitución en 2011. • Una democracia cada vez más amordazada , más tutela por los poderes , menos real , menos participativa, menos representativa en consecuencia. • Un sistema político que hace aguas y en el que la crisis del bipartidismo es su expresión más acabada Es por eso que esa crisis política no precisa de parches sino de una verdadera ruptura política. Estamos ante un momento histórico del país. Y ese momento histórico no requiere continuidad con otro Presidenta/a, ni alternancia para continuar con las mismas políticas neoliberales. Antes al contrario, requiere dar la voz al pueblo para abrir una nueva etapa política en el país. Que de paso a una salida social a la crisis, que amplíe nuestra democracia y que abra un nuevo periodo constituyente en el país. MAÑANA MAS |