Mora - Toledo

La mujer de Barreda votó a favor de la instalación de cementerios nucleares

Mucho se ha comentado estos días de la oposición frontal del presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, respecto a la posible instalación del almacén de residuos nucleares en su Comunidad. Muchos han tachado esta postura “radical” de Barreda como oportunista “sólo pensando en las elecciones”, y que se contradice muy mucho con su silencio durante tantos años respecto a todo lo relacionado con la energía nuclear. Con ello los socialistas castellano-manchegos piensan que han puesto contra las cuerdas a su gran enemiga: María Dolores de Cospedal, incapaz de contradecir su discurso a favor de tal energía, y por lo tanto haciendo equilibrios entre su oposición a la opción de Guadalajara- porque ya soporta suficiente “carga” en este sentido-, e indiferente respecto a Cuenca, dentro de su misma autonomía.

Pero el oportunismo socialista hace aguas, como toda realidad que se inventa sobre la marcha según soplan los vientos. La diputada socialista Clementina Díez de Baldeón, esposa de Barreda, votó a favor de la instalación de un ATC en cualquier municipio español en diciembre de 2004. Dos años más tarde, ratificó el proyecto a través de una proposición no de ley sacada adelante por los votos del Grupo Socialista. Es evidente, que en aquel momento y en aquellos años, Clementina y su marido, José María Barreda, no pensaban como ahora. Y no creían que “la energía nuclear era peligrosa”, como ahora asegura que cree el presidente castellano-manchego, según sus propias palabras.

La mujer del presidente de Castilla-La Mancha no aprovechó entonces la opción de introducir una cláusula que impidiese a cualquier municipio de la región presentarse al concurso para albergar el almacén, cuando precisamente hace unos días, su marido mostró publicamente su repulsa al mecanismo empleado por el Gobierno para decidir dónde instalar el ATC “ya que no era lógico que tal decisión la adoptasen sólo 4 concejales”. Esto motivó rentables enfrentamientos públicos con el ministro de Industria, Miguel Sebastián- en el barco de un Gobierno que naufraga-, y la justificación para llamar a Dolores de Cospedal “traidora a los intereses de Castilla-La Mancha”, apelativo que siempre cala en el electorado, con la alegría con que antes Bono repartía los títulos de “ciudadanos non gratos” a la Región, a quien le tocase demasiado, ya se sabe.

Blanco noquea a demagogo Barreda, “tocado” por su deslealtad a Zapatero
“Que se dedique a organizar su Gobierno, que buena falta le hace”. Esta es la frase lapidaria que le ha dedicado el todo poderoso vicesecretario socialista y ministro de Fomento, José Blanco, a su compañero de partido, el secretario general de los socialistas castellano-manchegos y presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda.

Esta frase contiene advertencia, orden, crítica inmisericorde al Gobierno Barreda y cabreo. Esta frase es el mejor exponente de todas las voces críticas de barones y dirigentes contra Barreda, que se han alzado desde su partido, por lo que consideran una deslealtad y una traición, ya que entienden que por su nefasta gestión en Castilla-La Mancha es el menos indicado para hacerla.

El consejo envenenado de Barreda al recomendarle, en el peor día posible, al secretario general y presidente del Gobierno Español, José Luís Rodríguez Zapatero -“creo que sería bueno que terminado el semestre el presidente hiciera una remodelación importante del Gobierno”- ha sido un revulsivo para el cierre unánime de filas de todos los barones socialistas, defendiendo la potestad de Zapatero para decidir cuando y como cambia el Gobierno y para que se visualice la soledad de Barreda dentro de su partido.

Me consta que Barreda por un titular nacional es capaz de superar todo límite de decencia ética y moral. Su crítica feroz a Zapatero, inspirada en el “marketing político” y en la necesidad de un minuto de gloria a cualquier precio, ha llegado en el peor momento para España, necesitada de credibilidad, y para Zapatero, que con la confianza arrastrándose por el suelo, lo que menos necesitaba era la bota de un compañero de partido pisándole el suelo.

Muchos conocíamos a Barreda y sabíamos lo que es capaz de hacer en el ámbito político. Ahora ya le conoce toda España y en especial sus compañeros de partido a los que pone a caldo y contra las cuerdas sin el más mínimo rubor y, sin capacidad de autocrítica.

Es chusco, cínico y vergonzante que el único presidente de gobierno autonómico, bajo cuyo mandato el Banco de España ha intervenido una entidad de ahorros como CCM, Caja Castilla la Mancha, intervención derivada de los torpes mangoneos políticos de Barreda, empeñado en favorecer mediante créditos millonarios a unos cuantos “amigos”, y que presenta todos los indicadores económicas por los suelos, excepto el paro que esta por las nubes, que el que se caracteriza por un despilfarro permanente en asuntos de auto propaganda, que el que ha situado -a nivel comparativo- todos los indicadores peores que la media española como resultado de una gestión ineficaz y calamitosa, se permita encima dar consejos a los demás.

Que “Zapatero es el peor presidente de la democracia” y que su Gobierno nos lleva al precipicio es una certeza. Que Barreda es peor que Zapatero lo ratifican las estadísticas: “su gobierno está más quemado que la pipa de un indio”. Que debe cambiar a algunos consejeros que cosechan fracasos estrepitosos es una necesidad imperiosa. Y que debe dar ejemplo de austeridad se lo llevamos pidiendo desde hace años en el PP de Castilla-La Mancha, y se lo acaba de reiterar con la propuesta de un Plan de Austeridad la presidenta regional del PP, Mª Dolores Cospedal, para dar pasos firmes en la lucha contra la crisis y el paro.

Pues eso: “que se dedique a organizar su gobierno, que buena falta le hace” como le dice Blanco. Es decir “se debería aplicar el cuento” como le ha espetado el vicepresidente tercero del Gobierno y jefe de los socialistas de Andalucía, Manuel Chaves.

todo el foro es tuyo tu te lo guisas y tu te lo comes guapa.