Madrid Arena La contratación por parte del Ayuntamiento de Madrid de un bufete de abogados, más concretamente el de Luis Rodríguez Ramos, para que lo represente como acusación particular en el caso del Madrid Arena es la gota que colma el vaso. El Ayuntamiento nos tiene fritos a impuestos y, desde que comenzó la crisis, no hace otra cosa que subirlos, que parece que a la alcaldesa y al alcalde que la precedió les ha hecho la boca un fraile. Y ahora, no obstante estar provistos de una asesoría jurídica integrada por 78 personas, que les pagamos entre todos los madrileños, contratan a un bufete externo, que también tendremos el gusto de financiar nosotros, cómo no. La explicación que han dado para justificar el dispendio es en apariencia muy lógica. Se trata de representar al Ayuntamiento en un caso penal, mientras que los letrados que trabajan en el consistorio sólo saben de contencioso-administrativo. Sin embargo, la verdad es que el problema no está en la clase de abogados que necesita el Ayuntamiento para estar representado en este procedimiento, sino en qué pinta el Ayuntamiento en él. La verdadera pregunta que hay que hacerse es: ¿qué intereses de todos los madrileños se podrían ver afectados en ese proceso, para que en defensa de todos sea necesario que el Ayuntamiento se persone representado del modo más cualificado posible? Ninguno. A lo más, cabe que el Ayuntamiento termine siendo responsable civil, subsidiario o no, de las indemnizaciones que haya que satisfacer a las familias de las fallecidas y a los heridos. Pero para defenderse de esa posibilidad no hacen falta penalistas, sino administrativistas, que es lo que se supone que tiene el Ayuntamiento como para llenar un palacio de justicia. ¿Entonces? Pues está bien claro. La misión del bufete de Luis Rodríguez Ramos no es la de defender al Ayuntamiento de la posibilidad de una condena como responsable civil, para lo que no es el ideal, sino la de proteger en el proceso a los concejales del Ayuntamiento que se puedan ver implicados en el mismo y tratar de evitar que lo sean; y, si no fuera posible, defenderles del modo más cualificado posible. Para empezar, ya tiene el trabajo de ocuparse del imputado Pedro Calvo. Es muy natural que Ana Botella quiera para sus inmediatos subordinados la mejor de las defensas. Y estoy convencido de que la elección del bufete de Luis Rodríguez Ramos no puede ser más acertada. Lo que no entiendo es por qué los honorarios que pase tan prestigioso bufete hemos de pagarlos todos los madrileños, mientras nos suben el IBI, nos cobran las basuras varias veces y encima reducen los días de recogida. ¿Para que Calvo y Villanueva puedan disfrutar de un abogado de postín por la patilla? No debería ser así. Al menos, si al final los absuelven, espero que nos inviten a todos a la fiesta que les organice Flores y que seguro que pagaremos también nosotros. |