PUEBLANA Hay un "blog" (a mí me gusta más llamarlo "cuaderno digital") cuyo nombre es "Pueblana", y parece ser que está escrito por una mujer, por una pueblana. Hoy lo he visto por primera vez: su autora escribe bien o, al menos, a mí así me lo parece. Por ello he copiado uno de los apuntes (eso que algunos llaman "post", pero que yo os juro que son "apuntes") con los que ella, "Pueblana", da a luz sus impresiones, sus emociones, sus opiniones... y, como me ha gustado, lo pego ahora aquí, por si agradara a alguno de los que navegan por el ciberespacio y decidiera alguna vez atracar su puntero en el bello puerto de "Pueblana", lo que es de imaginar que le placería a ella, pues, al fin y al cabo, la dádiva que más aprecia un escritor es la lectura que otro hace de su obra. Os dejo ya con "Pueblana": Es extraño ver a este hombre tranquilo, comprensivo con las debilidades ajenas, que toca blues a la guitarra y juega al ajedrez de manera sagaz, que disfruta como un niño con los pequeños placeres, que sabe del valor de los gestos sencillos, generoso, amable y comedido, educado y cortés, sin sombra de resentimiento, con una esperanza inquebrantable, con paciencia probada. Es extraño, digo, ver a este hombre sabiendo de su paso por la soledad brutal de las celdas de aislamiento durante cuatro largos años, por las cárceles de España durante quince años, por psiquiátricos, juicios y papeles incriminatorios; en unos años en los que las condiciones carcelarias eran terribles y el respeto por el individuo en el recinto penitenciario era nulo. Este hombre no ha perdido un ápice de su inocencia, de su garra, de su amor por la vida y la libertad. "Libertad, no conozco sino la libertad de estar preso en alguien", escribía Cernuda, esa es la libertad que rescata, la que dignifica, la que regenera, la que ahonda en lo que ya se es para sacar lo mejor de uno, "quiero sacar de ti tu mejor tú", diría Salinas. En el entramado de esta relación nos hemos ido sacando nuestro mejor tú, hemos ido conformando nuestro proyecto, acostumbrándonos a esperar, a compartir el miedo, la lucha cotidiana, la espera incierta... Hemos anclado nuestra vida en la esperanza durante muchos años, la esperanza que ha ido germinando en esta hermosa realidad. |