La Puebla de Montalbán - Toledo

EFE

TOLEDO. El polvo, ruido y sobre todo el peligro de cruzarse con vehículos pesados, en una carretera que tiene limitado el acceso a camiones de más de 10 toneladas, fueron los principales motivos por los que una veintena de vecinos de la Entidad Local Menor decidieron movilizarse para protestar contra el negocio de Rivera.

En el punto que comunica la carretera de San Martín de Montalbán (CM-4009) con la vía pecuaria, en una zona protegida de humedales, los vecinos instalaron en julio una pequeña carpa que no han abandonado y desde la que ya han cursado cerca de cien escritos dirigidos a la administración, así como otras tantas denuncias contra los camiones que infringen las normas de Tráfico.

Según sus denuncias, han sido varias las negligencias que se han producido en torno a este asunto, puesto que, si bien el promotor de la gravera dispone del permiso pertinente de la delegación de Industria, Energía y Medio Ambiente para desarrollar su explotación, no cuenta todavía con la licencia municipal de actividad y la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) no contempló como núcleo urbano más próximo a la gravera la pedanía de La Rinconada, sino La Puebla.

Situación «insostenible»

«Nos ignoraron, nuestro alcalde dimitió en marzo y ahora, nos han abandonado todos», afirma Anastasio Cogolludo, uno de los vecinos que forma parte de la Plataforma pro Defensa de La Rinconada. Las afecciones medioambientales en la zona, un año después, son «severas», por lo que la situación se ha vuelto «insostenible» desde el punto de vista ambiental y social, según recalca el portavoz provincial de Ecologistas en Acción, Roberto Oliveros.

«Antes era un pueblo muy tranquilo y tenías la tranquilidad de que los niños salieran a la calle sin peligro» -añade Erika Rodríguez, una vecina que decidió irse a vivir a La Rinconada junto a su marido hace dos años, porque uno de sus hijos estaba enfermo de asma y bronquitis crónica y, por aquel entonces, «la calidad de vida que teníamos aquí era estupenda», aunque ahora se replantean su vida en la zona.

El problema del transporte escolar es algo que preocupa también, y mucho, a los vecinos, «yo ya he pasado bastante con mi hijo como para que ocurra un accidente», dice Rodríguez, quien sostiene que son muchos los servicios que han dejado de prestarse en el pueblo «por la inseguridad que hay en la vía».

Por todo ello, los vecinos, que se están planteando la posibilidad de denunciar por vía judicial a la alcaldesa de La Puebla, Araceli Ladera, le piden a ésta que «si no se atreve a cerrar la gravera», que clausure la vía pecuaria para que el promotor se vea obligado a abrirse paso a través de una nueva vía que comunique su explotación con la CM-4009. Así, aseguran que Ladera se comprometió al cierre de la gravera pero que «teme que la denuncien por prevaricación», ya que en la zona existen «otras graveras que se encuentran en la misma situación».

Decisión de la alcaldesa

Por otro lado, el delegado de Industria, Energía y Medio Ambiente, Tomás Villarrubia, afirma que «sin duda» la actividad que desarrolla la gravera, «aunque problemática», es compatible con el medio ambiente y goza con «todas las bendiciones administrativas» de la Junta. Por ello pide que «no se criminalice» a Rivera y asegura que la administración está actuando «con excesivo celo»

«Corresponderá a la administración local decir en qué situación está el expediente y por qué tarda», afirma el delegado, quien coincide con Rivera en que «la respuesta está en Araceli», alcaldesa de La Puebla de Montalbán, que ha rehusado en varias ocasiones pronunciarse al respecto.