Washington Mientras Aznar nos llevó a donde nadie quería ir, Zapatero nos lleva a donde todos quieren estar. Mientras Aznar se empeñó en subirnos a la apisonadora del unilateralismo, Zapatero logra que estemos presentes allí donde se hablará de futuro, del fin del capitalismo salvaje y de multilateralismo. La diferencia es clara. Y todavía Rajoy se pregunta ¿quién nos ha llevado a Washington? Cómo si España no debiera estar ahí por derecho propio. Somos no sólo uno de los diez países más desarrollados y con mayor renta per capita del mundo sino, mal que le pese a la derecha, un país de referencia. Un referente de lucha por la paz y contra la pobreza, de apuesta por la cooperación al desarrollo, por la ampliación de derechos, por la igualdad, la inversión social y la construcción del estado del bienestar. Además, gracias a la política exterior del Gobierno Zapatero, tan criticada por el PP, hemos conseguido pasar la página del bochorno en el que nos sumió el Gobierno Aznar. Más aún, España ha conseguido ser un país respetado por los grandes y querido por todos los demás. Así es que cuando Rajoy, menospreciando como siempre a España y a su Gobierno, pregunta si estamos en Washington por Morales y Chávez o por Sarkozy y Bush, pone de manifiesto su falta de confianza en el pueblo español. España está en Washington porque tiene que estar, porque es de justicia y porque tiene mucho que aportar. Sí, el Gobierno de España no sólo se va a sentar sino que además hablará. Por lo demás, sorprende que un político español hable siempre con tanto desdén, como habla Rajoy, de presidentes de repúblicas latinoamericanas que son presidentes electos o tan electos como lo fue el señor Aznar. Sorprende que Rajoy tenga tal bajón de autoestima y piense que si estamos donde estamos es por los demás y no por nosotros mismos. Estamos en Washington porque, en su momento, dijimos lo que pensábamos sobre una guerra ilegal, inmoral e injusta y nos ganamos el respeto de muchos, porque con Sarkozy nos entendemos bien y sin complejos, y porque nos consideramos un país más en el concierto de los pueblos hermanos de América Latina. Una realidad, la latinoamericana, con mucha fuerza y futuro, con la que Aznar nos enfrentó y con la que Zapatero nos ha reconciliado. Estamos en Washington porque han sido muchas las voces aliadas: la Unión Europea, América Latina, países asiáticos… que han salido a defender públicamente la necesidad de contar con España. Y todo ello sin necesidad de ceremonias de sometimiento a otros o de viajes chulescos como aquellos a los que nos tenía acostumbrado el Gobierno del Partido Popular. |