La Iglesuela - Toledo

Antaño la fiesta de San Antón llenaba las calles ce muchachos tocando el cencerro. Con poca ropa y mal calzados, nos pasábamos horas y horas dando vueltas al pueblo con nuestro cencerro al cuello.

Los más atrevidos se acercaban a Sartajada cencerro al cuello a celebrar a San Antón. La buena gente de Sartajada siempre tenían algo que ofrecer bajo el añorado y majestuoso olmo que daba a la plaza cierto aire de señorío.

En este día los chicos no teníamos clase pero las chicas sí ya que ellas no tocaban el cencerro. Los mozos la víspera de este santo también armaban la suya con unos cencerros grades llamadas "Zumbas".

Entre los muchachos había cierta competición basada en haber quien llevaba el cencerro más grande, esto se resolvía muy fácil mente: El cencerro que se tragaba a otro cencerro era el más grande, esto daba un cierto grado de superioridad que en aquellos tiempos venía muy bien.

Buen día de San Antón y buena noche de cencerros.
Marcelino J.M.

pues ayer sonaron cencerros y muy bonitgo ver a chavales jóvenes con algunas madres y a Eugenito y el aguacil tocando