LA PLAZA . Mi padre fué jornalero, al igual que mi abuelo, en casa de un marqués con dinero, con el único consuelo, que tenian fija la hogaza, no tenian que mendigar el sustento, cada mañana en la plaza, dependiendo del temperamento, de un fiel capataz, juez todopoderoso, que decidía quién o no era capaz, de un modo honroso, de ganarse un mendrugo, para dar de comer a sus hijos, sacándoles el jugo, desde lo más hondo de sus entresijos. Gentes con el rostro curtido, quemado por el sol y el frío, con el corazón malherido, por no poder dar de comer a tantos crios, con los que Dios les bendecía, pues siempre ha sido muy generoso, en dar descendencia, al menesteroso. Mientras los guardianes de los crucifijos, merendaban chocolate, con los señoritos de los cortijos, llegados desde la corte, a cazar cualquier bicho, con una cohorte, de gentes de capricho. Ni son Los Santos Inocentes, ni un libro de ciencia ficción, son el reflejo de unos instantes, que debemos fijar en nuestra visión, pues si a Atocha te acercas, cada día al amanecer, verás de cerca, este lamentable acontecer, furgonetas con capataces, seleccionando emigrantes, no siendo capaces, de reflexionar unos instantes, que tal vez sus antecesores, estuvieron en la plaza, queriendo ser los mejores, por una mísera hogaza, con la gorra entre las manos, cabizbajos,´ esperando un gesto humano, hacia los de abajo. En este país sobran dirigentes, que les gustaría que se llenaran las plazas, con estas gentes, poniendose como coraza, que es la única solución, para crear trabajo, y arreglar la situación, creada por nuestro desparpajo, a la hora de malgastar, aún sabiendo que el sino del obrero, es gastar, lo que le sobra al dueño del dinero. Debe estar llena la plaza, de deseperados jornaleros, no importa la raza, para llenar los monederos, con o sin contrato, total,¡para lo que van a pagar!, pues el trato, es borrar, el estado de bienestar de los obraros, no el de las gentes de los dineros. En el Padrenuestro Cristiano, cambiaron perdonar deudas por ofensas, en la constitución de estos cristianos, el derecho al trabajo por miserias. Salud y Libertad. |