El sueÑo de casimiro. Ayer tuve un sueño, para otros pesadillas, soñé que antes de acabar el año, Agustín se olvidaba de sus rencillas. Dejaba de lado al alcalde, pactaba con el Partido Socialista, no en balde, es una persona muy realista. El mismo fué a afiliar, al Partido Socialista, a un familiar, ahora candidata comunista. La derecha estaba confundida, creía en su vasallaje, ahora quedaría rendida, ante la valía de este personaje. Se daba cuenta de su error, es de sabios rectificar, le causaba verdadero terror, dejar a este "señor" gobernar. Ante este "señor" tan intransigente, de la rancia ultraderecha, Agustín, una persona tan inteligente, pensó que había que poner brecha. Además un comunista, no pega juntarse con este buscavidas, un sibarita, esclavo de la buena vida. Había cambiado de actitud, queria trabajar por la ciudad, nunca dudé de su aptitud, para afrontar esa responsabilidad. Había que cambiar Illescas, participando en su gobierno, iba a soltar yescas, el responsable del actual desgobierno. El día de la firma del pacto, Agustín estaba optimista, causando gran impacto, al grupo socialista. Tanto les impactó, que le ofrecieron la alcaldía, en el acto, todo el mundo le aplaudía. En este momento, comenzó a dudar, en su capacidad, de dar, tanta caña a su personalidad. Este titubeo, lo interpretó la gente, como el habitual racaneo, de este dirigente. Comenzó a echar mano, de la coherencia comunista, y de lo que le venía a trasmano, él no quería ser el protagonista. Era una persona incorruptible, del POM no se podía olvidar, era incompatible, el pacto no se podía consolidar. Empezó a valorar lo positivo, el alcalde apoyaba la ley de dependencia, y se preocupaba por el sistema educativo, demostrando su independencia. Puede que se salga del partido, olvidándose de Rajoy y Cospedal, tienen el corazón compartido, él se olvidó de su lider nacional. Es una condición intratable, cualquier cosa que os podais inventar, lo debe comprender el respetable, él, en serio, lo quiere intentar. Realmente no quería ser primer edil, ni tener responsabilidades, quería ser el aguacil, juez de las demás autoridades. No sé, si no, quizás, tal vez, ese era su papel, lo repito otra vez, árbitro de las disputas de este tropel. Entre sueño y sueño, sonó el despertador, y su dueño, pasó de soñador a trabajador. Y rojo, rosado o asalmonado, este cuento tan sólo ha comenzado, el dueño del destino, espero que con este hombre tenga tino, no continúe con el desatino, de dejar gobernar a este zangolotino. Saludos, de Casimiro. |