14-04-11 15:20 | #7529375 -> 7528318 |
Por:ispinum ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: La Historia objetiva de las dos REPÚBLICAS que hemos tenido no me gusta nada. Esperemos que, si alguna vez se instaura una TERCERA, los españoles que la disfruten sean más sensatos que lo fueron anteriormente. Cosa que dudo mucho. ISPINUM | |
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15-04-11 08:13 | #7542979 -> 7529375 |
Por:labejamaya ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: Ispinum, tú te has parado a pensar de donde parten la mayoría de los derechos y las libertades de las que gozamos hoy en día los ciudadanos. Pues cuando te informes veras como la republica ha constituido un gran avance en nuestra sociedad. Un saludo lasantanillas estoy con tigo. | |
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15-04-11 11:24 | #7544004 -> 7542979 |
Por:DUFFmen ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: CARLOS HERRERA Día 15/04/2011 AYER, 14 de abril, los nostálgicos de la época menos merecedora de evocación de la Historia de España, vivieron un día a caballo entre la melancolía y la impotencia. Ayer, ochenta aniversario de la proclamación de la Segunda República española, un puñado de individuos con el reloj retrasado recordó, festiva y reivindicativamente, el día en el que la España agotada del primer tercio del siglo XX se lanzó a la calle a proclamar una fallida experiencia política víctima de todo tipo de extremismos. La República en España va ligada, invariablemente, a la intransigencia, al sectarismo, a la violencia y al desvarío. Todo ello dicho con perdón. La Primera fue un sainete cómico en el que sucumbieron hombres de probada calidad como Figueras o Salmerón y la Segunda se convirtió en un infierno en el que perecieron nombres que en cualquier momento de la historia de este viejo país hubieran brindado páginas estimables para el devenir comunitario. Hoy en día, qué decir, abjurar de un periodo especialmente cainita de nuestro acontecer colectivo es merecedor de las miradas más sospechosas y de las consideraciones más sectarias por parte de los guardianes de la corrección política española. Parece como si abjurar de algo que enfrentó, violentó y masacró a españoles de diferente signo sea un pecado capital, pero el republicanismo, tan respetable por otra parte, comporta en España una alienación difícil de comprender en parámetros actuales: inevitablemente, todo republicano tiende a equiparar el periodo entre los años treinta y uno y treinta y seis a una suerte de Nirvana en cuyo seno se produjo el progreso deseable para cualquier nación. La República española, la Segunda, proclamó a las pocas horas de nacer su propio epitafio de intransigencia, su sectarismo incontrolable y, lamentablemente, su debilidad inevitable ante los extremismos que la sometieron desde el primer momento: no la dejaron vivir precisamente aquellos que resultan ser los padres de quienes hoy más la reivindican. Es muy progre ser republicano y pasear con la bandera tricolor por los diferentes espacios de manifestación política de España, sea para reivindicar el nuevo curso de un río o el replanteamiento de la política autonómica, pero no deja de ser un anacronismo histórico volver cromáticamente a un tiempo en el que ser español resultaba dolorosamente complicado. La Segunda República no pasó de ser un tiempo en el que unos españoles engrasaron la ira contra los contrarios y pusieron en marcha los más siniestros mecanismos de laminación incendiaria. Aquellos que hoy más la reivindican pertenecen ideológicamente a los grupos que de forma más contundente la hicieron inviable, se levantaron contra ella o, directamente, la reventaron desde dentro. Reivindicar hoy, metidos de lleno en el siglo XXI, un período de sangre y fuego, convulso, vengador, irascible, intolerante e improductivo, no es más que mostrar la impotencia de quien no ha sabido digerir la historia propia. Poco servicio se hace a la colectividad moderna de España por parte de aquellos que hoy lloran, como si les fuese algo en ello, la desaparición de un infierno pasajero que dejó, principalmente, enfrentamiento y pendencias entre hermanos y compatriotas. La Monarquía constitucional ha aportado grandes servicios a la convivencia. Andarse a estas alturas con ensoñaciones absurdas es ser, inevitablemente, un rancio sin futuro. Lo escribe hoy en ABC Carlos Herrera y yo lo suscribo, sin ningún afán de entrar en polémicas con nadie. | |
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15-04-11 11:41 | #7544101 -> 7544004 |
Por:ispinum ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: Suscribo, punto por punto, lo que dice Carlos Herrera. Pero serán muchos los que no quieren reconocer la verdad de las cosas. Quien cierra los ojos o sólo miran para un lado siempre tropezarán con algo. Así ha sucedido siempre y así sucederá. ISPINUM | |
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15-04-11 12:05 | #7544264 -> 7544101 |
Por: ![]() ![]() | ![]() ![]() |
Borrado por su Autor. | |
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18-04-11 16:14 | #7563085 -> 7544264 |
Por:ispinum ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: No seré yo quien niegue que la República trajo buenas cosas a la España de los años 30, pero hay que saber sopesar los pros y los contras para optar por algo. De hecho, en este foro, el 29-04-10, comencé a colgar un librito titulado “REPÍBLICA: retazos para pensar” (se puede leer todavía en la página 4), en donde reconocía que la II REPÚBLICA comenzaba con buenísimas intenciones. Decía yo:” El recién estrenado Gobierno Republicano empieza a tomar medidas encaminadas a la mejora de la educación, al progreso del País, como es la construcción de 27.000 escuelas, las Misiones Pedagógicas (iban por los pueblos maestros, artistas, conversadores, que llevaban a las aldeas más remotas nuevas tecnologías y conocimientos: cine, teatro, charlas, etc.), la reforma agraria, la mejora de las condiciones de trabajo, sueldos y jornales, etc. Incluso se decretó el derecho a voto de la mujer (es curioso que algunos de izquierda, como el socialista Indalecio Prieto, votaron en contra del sufragio femenino, diciendo que las mujeres, influenciadas por los curas, votarían a la derecha). Como se ve, la intención era buena y los objetivos laudables. Pero en política, si se busca la paz y la concordia, es necesaria la prudencia y el sentido común. El radicalismo siempre lleva consigo pésimas consecuencias. Por el afán laicista de algunos, olvidando que por aquella época la mayor parte de los españoles profesaban la fe católica, no se les ocurre otra cosa que ordenar la retirada de los crucifijos en los colegios y suprimir la clase de religión. Los católicos de toda clase social se indignan, pensando que empezarán retirando los crucifijos y la religión y continuarán quitándoles otras cosas. Los obreros, braceros, jornaleros, mineros y, en fin, las personas más desfavorecidas, también empiezan a impacientarse, ya que no ven satisfechas sus aspiraciones: la retirada de crucifijos y abandono de la religión no es lo que les va a dar de comer.......” Y ni izquierda ni derecha daban muestras de respetar la voz del pueblo: “Al principio, las nuevas ideas de justicia, solidaridad y libertad entusiasmaron a todos, como se vio en las explosiones de alegría que reflejaban las manifestaciones en todo el territorio nacional. Las expectativas de todos los españoles eran enormes: España iba a gozar de una total renovación. La modernidad, la libertad, la justicia, el conocimiento se instaurarán en nuestro País, como en los modernos de Europa... Luego se comprobó, desgraciadamente, que no es lo mismo “predicar que dar trigo”. Las izquierdas están dispuestas a imponer la revolución por las buenas o por las malas, en el Parlamento o en la calle. Así, dice Largo Caballero: “Vamos legalmente hacia la evolución de la sociedad, pero si los burgueses no quieren, haremos la revolución violentamente”. Gil Robles contesta: “Si los socialistas pierden la batalla (se refiere a las elecciones), tendrán que aguantarse, y no hablen de echarse a la calle, porque la calle es de todos y allí nos encontraremos”. Y añade: “Si la izquierda quiere la Ley, la Ley; si quiere la violencia, la violencia”. Quiero destacar que REPUBLICA o MONARQUÍA no implica ideología política. La ideología es la del Partido Político que gobierne en una o en otra. Y recordar que la I REPÚBLICA duró menos de un año y tuvo cuatro Presidentes; la II, cinco años con doce Presidentes. Y la II REPÚBLICA fue sucesivamente: Gobierno republicano. Gobierno Republicano-socialista. Gobierno Republicano-centro. Gobierno republicano-centro derecha. Gobierno republicano-centro. Gobierno republicano-izquierdas. ¿Qué REPÚBLICA nos gusta? A mí me da igual REPÚBLICA o MONARQUÍA, lo que deseo es que mis Gobernantes (Ministros y Parlamentarios) sean honrados, capaces y que trabajen por el bien de España y no de su Partido. Finalmente decir que Monarquías son Gran Bretaña, Suecia, Holanda, etc.; Repúblicas son Irlanda, Grecia, Portugal, etc. Monarquía es Suecia, durante muchos años con Gobierno Socialista. República es Francia, con Gobierno de Derechas. Y sigo pensando. ISPINUM | |
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