Escalona - Toledo

Corría el año 1426. En este año el rey Juan II se dispuso a celebrar la Navidad en el Alcázar de Segovia, con toda la flor y nata de la nobleza de Castilla, entre los invitados estaba don Álvaro de Luna, y entre ellos también se encontraba un noble llamado Alvar, (fue uno que siempre tenía muchos enfrentamientos con el Condestable) este noble tuvo la mala fortuna que cuando bajaba por las escaleras tropezó con un bufón de la corte, con tan mala fortuna que le hizo rodar por las escaleras, el bufón muy ofendido y airado se levanto rápidamente jurando venganza a este noble.

En el transcurso de la celebración el rey mando llamar al bufón para que les entretuviera y amenizara el evento, pero tanto el rey como varios nobles le hicieron varias preguntas con el fin de divertirse a su costa, a lo que el bufón contesto con respuestas cargadas de mucho veneno, refiriéndose al rey, a la reina y a Don Álvaro, en beneficio del tal noble Alvar, el rey se sintió humillado por la fuerza y el despropósito de esta respuestas con lo que opto por abandonar la fiesta, y al día siguiente dio orden de destierro para con Don Álvaro de Luna, este destierro le supuso al Condestable un periodo de seis meses, transcurrido este tiempo el rey opto por el perdón a Don Álvaro.
Al regreso del Condestable, mando la persecución y apresamiento del tal mencionado Alvar, encerrándole en las mazmorras del Castillo de Escalona, allí mantuvo durante mucho tiempo al mencionado Alvar sin apenas alimentos ni bebidas, este noble tenía un hijo llamado Fernán, el cual opto por vender sus pertenencias para así intentar el rescate de su padre, pero Don Álvaro de Luna no acepto ninguna opción de pago para liberar al que tanto daño le había hecho a su rey y a el mismo.

Pero Fernán decidió liberarle aún a costa de su vida, así que opto por cargar un burro con maravedíes de oro, y se disfrazo de aldeano se dirigió a los alrededores de Escalona concretamente a la Venta del Perote, en este lugar el se había enterado que se reunían los soldados del Condestable a gozar de buen vino, comida y mujeres cada noche.
En esta Venta se encontraba un soldado llamado Martin, Fernán a base de invitar, una y otra vez a vino y comida a varios soldados, pudo enterarse que el tal Martin era el guardián de los calabozos, así que opto por ganarse la confianza del tal Martin, así noche tras noche Fernán invitaba a buen vino, comida y mujeres al mencionado guardián hasta que un día le ofreció 1000 maravedíes de oro, si en una de sus guardias le arrojaba una escala que le permitieran trepar por las murallas, para poder llegar a las mazmorras y liberar a su padre del confinamiento, el tal Martin a base de los efectos de esta confianza que le fue dando Fernán y los 1000 maravedíes, (claro está) asintió en ayudarle, llego la noche que habían acordado.

Fernán, se transformo en un soldado del Condestable y de acuerdo con el tal Martín, se dirigió a Escalona, cuando se encontraba al pie de las murallas del Castillo, espero con ansiedad la escala la cual se la arrojo el tal Martín a las doce de la noche. Rápidamente subió por ella sin temor al gran abismo que se abría a sus pies, una vez arriba, como si fuera un soldado mas, no tuvo dificultades para llegar al calabozo donde estaba su padre. Pero una vez allí el tal Martin le pidió 1000 maravedíes de oro mas, si quería que le abriera la puerta del calabozo, Fernán acepto y se los entrego, a lo que seguidamente padre e hijo se sumieron en un abrazo muy profundo, sin perder tiempo salieron de las mazmorras, llegaron a la puerta y lograron salir de la torre.

Sin embargo el tal Martín, decidió que quizá obtendría otra recompensa del Condestable, si daba la alarma y atrapaban a los fugitivos, seria gracias a él. Se dirigió al patio de armas e hizo sonar la campana de alarma y a gritar fuertemente que había escapado el prisionero, por lo que al poco tiempo padre e hijo se vieron rodeados por la guardia del Castillo y el propio Condestable. Hubo una gran lucha en la cual perdieron la vida padre e hijo, Don Álvaro quiso investigar cómo podía haber sucedido esto, ya que la seguridad de sus calabozos era de las más seguras en esos tiempos, mando a dos soldados de su confianza la investigación de este suceso y uno de ellos desconfiando siempre de la lealtad y la avaricia del tal Martin, se dirigió a la Venta del Perote y allí hablo con varias de las mujeres de la Venta, hasta que obtuvo el resultado, que el tal Martin se reunía cada noche con Fernán, se lo comunico a su compañero y decidieron tirarle de la lengua haciéndole creer que eran sus amigos y a base de invitarle varias noches a vino, comida y mujeres, lograron su meta, el tal Martin confeso que ya no seguiría de soldado del Condestable pues había acumulado varias riquezas, y tiro por tierra al Condestable, porque no se había dignado en recompensarle por haber alertado de la fuga de Alvar.

Los soldados informaron al Condestable, por lo que él decidió de su presencia para agradecerle su estimada ayuda al dar la voz de alarma, haciéndole creer de una gran recompensa que le entregaría en el salón principal del Castillo, a lo que el acudió con sumo agrado y con enorme alegría a recibir dicha recompensa, el Condestable le fue dando confianza y buen trato y le invito a que le contara lo sucedido, desde su comienzo, por lo que fueron hasta las mazmorras, para que así fueran paso a paso de cómo sucedió todo, bajaron a las mazmorras y una vez allí en la misma mazmorra donde se encontraba prisionero el tal Alvar, estaban los dos soldados que puso para investigar Don Álvaro con una arcón el cual le hicieron creer que estaba lleno de maravedíes, le invitaron a que lo abriera para ver su contenido, cuando lo abrió el Condestable de un tajo le corto la cabeza, yendo esta a parar al interior de dicho arcón, después mando que su cabeza y su cuerpo fueran encerrados en una gran jaula y que fuera expuesta en el exterior del Castillo para alimento de las aves carroñeras.

Así acabaron los huesos del soldado traidor llamado Martín.

Gracias por leerme
luismgon