Escalona - Toledo

Hay veces que la moral te lleva a ras de tierra, por una serie de circunstancias a lo mejor ajenas a nuestra persona, pero que nos vemos metidos en el cotarro, con suma facilidad. Muchas veces me planteo, si merece la pena lo que hago ya que como todas las personas, tengo mis defectos y llega un momento que prácticamente estos defectos te hacen sentirte a la altura del betún. Pero después en momentos más serenos al cabo del día, o al día siguiente, pongo a luchar en mi interior a los defectos contra la perfección.
El problema con los defectos es que por lo común, uno no los acepta. O sea, te choca tu nariz, tu timidez, o lo que sea. Eso provoca que no te gustes tal y como eres. El propósito de esta clave es ubicarte en tu realidad reconocer que hay cosas en donde andas un poco falto(a). En seguida, hay que ver que puedes que hacer con esos defectos. Lo que de plano no puedas cambiar acéptalo como parte de lo que hace que seas quien eres, diferente a los demás y con tus propias características.

Lo que sientas que puedes cambiar, o cuando menos mejorar, es el área donde deberás echarle ganas. Incluso la persona más segura que conozcas, tiene sus momentos de duda. Esto debe servirte para agarrar la idea de que no estas solo(a) en esto de la inseguridad. Y aunque seas un poco malignamente, seguramente te sentirás mejor al saber que alguien por más popular o famoso que sea a veces también se siente inseguro, o tiene sus instantes de debilidad.

Ríete de ti mismo(a):
Mucha de la no confianza en uno mismo(a) se basa en que le tenemos terror al ridículo. Y no me refiero a cosas tan obvias como, por ejemplo, dialogar en medio de la plaza, tienda, bar, cafetería o pastelería en la hora punta, o que no quieras participar en la charla que se este llevando en esos momentos, hay una situación que choca entre tus barreras mentales y te protegen de el dialogo al cual te están sometiendo a la fuerza, que me importara a mi que si pepito, fulanito, menganita tengan esto lo otro o que si separan, a mi que narices me importa, lo que en realidad me importaría que un día te hablaran de algo cultural, en vez de tirarse los trastos a la cabeza.
Hablo de que muchas veces pensamos que si no salimos bien en una foto o que si nadie nos invita a bailar en una fiesta, hacemos el ridículo. Como antídoto hay que aprender a reírse de esas pequeñas faltas, y aun de las grandes, en fin recuerda que incluso perdiendo a veces se aprende. No estoy diciendo que caigas en el cinismo total, pero sí que des paso a tu sentido del humor.
Si eres capaz de reírte sana y sinceramente de ti mismo(a), te sentirás mucho mejor.

Comprende que no tienes que ser perfecto(a). Bueno, todos y todas metemos la pata de vez en cuando, ¿no? Y el mundo no se ha acabado por eso, sino que sigue su curso, el sol sigue saliendo y ocultándose todos los días. Igualmente tu no tienes por que ser la perfección con patas. Si estas de lo que puedes hacer, y de cuales son tus puntos buenos, no te saldrás de quicio si alguien te critica. Además, si fueras perfecto(a) no habría oportunidad de mejorar, y serias además de la perfección, la aburrición andando.
Así que asimilare mis defectos para mi vida diaria, sin querer lograr en ningún momento la perfección, porque así seré yo mismo, me aceptare tal cual soy, sin tapujos, ni malas apariencias, para ir por la calle con la cabeza bien alta diciendo: ¡¡¡ soy Luis ni mas ni menos!!!, que no es poco…

Gracias por leerme
luismgon