Versos - Recuerdos (plan pesca) En el Tajo nos bañábamos, que es donde aprendí a nadar, pero también a pescar, pues también nos apañábamos para hacerlo incluso a mano y tan difícil no era, pues en la misma ribera las covachas encontrábamos, donde se encuentran los peces cuando no están navegando por la corriente y es cuando los cogíamos a veces. Una noche de verano fuimos bastantes amigos a mojarnos los ombligos que al parecer es muy sano, pero muy mal se nos dio y ya cansados y tristes, a pesar de muchos chistes la pandilla decidió hasta el pueblo regresar, por lo que ya nos vinimos pero en el camino vimos un tremendo sandiar y nos metimos en él a coger unas sandías, que por cierto estaban frías y nos supieron a miel, porque era de madrugada y no calentaba el sol por lo que entre col y col las dimos una pasada. Tan enfrascados estábamos en banquete semejante, que se nos puso delante el guarda, al que no esperábamos. Se tuvo que conformar con darnos los buenos días y a sus robadas sandías despedir sin protestar, pues éramos unos diez y el hombre, que Fausto era, se fue por donde viniera dejando para otra vez lo que quisiera decir, seguramente algo fuerte, pero tuvimos la suerte de hincharnos luego a reír. El Perragorda, con Choco, Montgo y Julio, mi cuñado y otra gente que he olvidado pero tres más, como poco, es la gente que venía y fracasó aquella noche, pero que hizo gran derroche en la pesca de sandía. La fecha no la apunté porque falta no me hizo, pero digo y garantizo que un quince de agosto fue. Cristino Vidal Benavente.
|