El Carpio de Tajo - Toledo

Estaba sentado en mi otomana, después de comer.
Me había tomado un orujo digestivo para ir asimilando el cocido a la lumbre de paja que me acababa de apretar.
En un estado mental de total relajación pasé al estado de meditación, dándole vueltas al enguero de tantos y cuantos con “Richard Darling”.
Entonces vi una luz, me alertó un ruido fuerte y sentí como un viento en el cielo.
Y comprendí el por qué de tanta obsesión.
“Richard Darling” estaba en todas partes.
“Richard Darling” daba miedo.
“Richard Darling” era impactante, siempre se estaba pensando en él.
“Richard Darling” era todas las personas.
“Richard Darling” decía lo que quería.
“Richard Darling” era libre.
“Richard Darling” era Todopoderoso.
“Richard Darling” era Dios.
Fue un instante.
Me caí de la otomana y me torcí el tobillo.
Y en medio del dolor intuí el interés de tantos y cuantos por “Richard Darling”.
“Richard Darling” tiene acceso al Paraíso: Comilonas y Maxrelatos. ¡¡Aaaaaaah la ola!!
Ya más calmado, con el pie en alto, me di cuenta de que no podía seguir la religión de “Richard Darling”.
Porque hay que ser bastante obtuso para creer que “Richard Darling” está en todas partes.
Y bastante mostrenco para creerse lo de Maxrelatos y las comilonas.
Y además hay que estar hecho un PePe.
Así que desde ahora voy a ser fan de Kalmaera. Que es mucho más inteligente.

Me has llevado a la Iluminación!

Por supuesto, Kalamera,.... y hasta las lagartijas de mi patio son mucho más inteligentes que esta Ooooolaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa