Cosas del pueblo - Mi pueblo En este pueblo nací, de pequeño me crié, en mi juventud marché y para otras tierras fui. Prisionero me quedé de tus recuerdos por ahí y en todas partes te vi doquiera que me encontré. La nostalgia que llevaba de aquellos primeros años, la viví en suelos extraños dondequiera que llegaba. Fuera arriba, fuera abajo, tu nombre me obsesionaba y así, quedito, nombraba mi pueblo, Carpio de Tajo. Me acordaba de tus cerros, tus arroyos, tus regueros, del cantar de los jilgueros y el ladrido de los perros. Del rebaño que venía de pastar allá a lo lejos, de oír hablar a los viejos, que entonces muchos había. De las mozas que pasaban con el cántaro al cuadril, del pregón del alguacil y los niños que jugaban. Del reloj y sus campanadas, de las campanas tocando, de las viejas ir, rezando, a misa en las madrigadas. De la plaza y la glorieta, lugar donde yo jugaba, de lo contento que estaba cuando tenía una peseta. De la fiestas de Santiago, de Navidad y Cuasimodo, cuando gozaba con todo y al beber el primer trago. Cuando a los mozos tallaban y radiantes de alegría, precisamente ese día su primer traje estrenaban. Cuando venía la matanza y se preparaba el “guarro”, qué rico salía el “somarro”, que era digno de alabanza. Y el río que tantas veces visité y tanto gozaba cuando en sus aguas pescaba a mano no pocos peces. La silueta de la barca, que un velero parecía cuando lejos se veía tan sobria, tan simple y parca. Y cuando el agua sonaba acariciando su quilla, el jadeo de una chiquilla a mí se me figuraba. De aquel agradable y sano olor a tierra mojada, cuando una nube preñada nos descargaba en verano. De voces que cada día pregonaban insistentes, incitando a sus clientes a comprar su mercancía. De cómo subía la gente siempre de buena mañana a tomar de buena gana su copita de aguardiente. De aquella alegría tan honda que en las Tres Cruces había las fechas en que venía Nuestra Señora de Ronda. No pudiendo resistir por más tiempo tu recuerdo, pensé tomar el acuerdo y regresar a vivir. Y no es que me vaya mal, mas lo que yo había dejado todo estaba tan cambiado que nada parece igual. No digo que sea peor, pero yo siempre he escuchado, que cualquier tiempo pasado ha sido un tiempo mejor. Mas, pueblo de mis amores, quiero, por fin, terminar y voy a pronosticar que vendrán tiempos mejores. Cristino Vidal Benavente. |