Cosas del pueblo - Los ausentes Voy a tratar de exprimir mi memoria lo que pueda, si es que algún resto me queda y así poder escribir sobre gentes que vivieron en el pueblo muchos años y que no nos son extraños, aunque del pueblo se fueron, pues se lo impuso la vida y aunque tal vez no quisieron más remedio no tuvieron y emprendieron la partida. Algunos de vez en cuando se acercan con añoranza, pues sus cariños a ultranza al pueblo siguen guardando. Otros no pueden venir, que el trabajo o la distancia aunque les pese su infancia les obliga a desistir. Voy a tratar de poner aquí a los que más recuerde y si alguno se me pierde, no se me vaya a ofender, que mi memoria ya falla o tal vez no conociera a alguno que no pusiera y por eso se me vaya. Rufo, Carnera, Munana, los Gatos, también los Ratas, Perrotonto y Malaspatas, como también algún Rana. Manolo el Guarnicionero, Mundo, Justo Percherón, Jesús Castro, Cañamón y Máximo el peluquero. Los Chinis que eran mis primos, Pedro Varillas, Teonás su primo, que va detrás y aquí no acaba, seguimos. Los Aguilas, los Gazpachos, Guillermo, el del secretario, Juan Reyero y Olegario su hermano y otros muchachos. También Vidal y Maurino, y aquel muchacho locuaz, Eusebio el de la tía Paz, Porro Quintas y el Comino. Los hijos del tío Loreto, los Coscurros y los Grillos, también los dos Panecillos y hasta un hijo de Lereto. Los Vareas y el Sacristán, los Chicharros y los Chulos, los Gallegos de los mulos, entre ellos también están. La Pantera y los Perpenas, los Chiles y algunos Randas, los Churdones y otras bandas que se fueron por las buenas. La Liebre y el Carmenero, el Chiva y los Boticarios, Garayaldes y otros varios que se fueron forasteros. También traigo aquí a Miguel, hijo de Araceli, digo, que fue mi mejor amigo y me llevé bien con él. No se me olvidan los Nanos, los Goyos, los Practicantes y un montón más de emigrantes. También hubo dos hermanos, de la tía Marta mellizos, Angel y Miguel se llaman y ambos a dos me reclaman no seamos olvidadizos. Hubo más, naturalmente, aunque no citaré a todos, pero que de todos modos tendremos siempre en la mente, porque con ellos vivimos aquellos tiempos pasados, que no serán olvidados y con ellos compartimos. Más bien los recordarán los que de mí sean parejos en edad, y si son más viejos con más claridad lo harán. Escribí ya en la vejez esta brevísima historia, para que nuestra memoria nos regrese a la niñez. Para algunos, el destino no quiso que recordasen, pues prefirió se quedasen a la mitad del camino. Cristino Vidal Benavente. |