ANÉCDOTAS CARPEÑAS - CARLINA (II) Sobre esta buena Carlina mucho se puede contar, pues la solía pasar la cosa más peregrina. El pueblo y un poco más era el mundo para ella, por eso a veces se estrella, mas se rehace en un pispás. Cuando a Madrid se marchaba y al toro de Osborne ese lo viera doquiera fuese con seguridad exclamaba: “derechito por aquí a casa de mi hija voy, pues en buen camino estoy por el toro que hay allí”. Y cuando en Madrid estaba saludaba a todo cristo aunque jamás había visto la gente que saludaba. Al no ser correspondida decía: “qué maleducado ese señor que ha pasado” y quedaba compungida. A la calle se bajaba con toalla, peine y silla y allí en la acera se orilla donde el moño desplegaba. Eso ella siempre lo hacía en el pueblo, y en su asiento, importándole un pimiento, en Madrid lo repetía. Comenzaba así a mesar sus cabellos lentamente ante el pasmo de la gente que la veía al pasar. Y encima, para más guasa, unos turistas pasaron y así la fotografiaron y la llevaron a casa. Cristino Vidal Benavente. |