Versos - EL CANGREJO Voy a hablarte del cangrejo que va caminando al bies, por no decir al revés y haciéndolo sin complejo, pues piensa que es elegante y por eso así camina, o puede que a la cocina la quisiera hacer un plante, ya que hay veces que hasta vivos los echan en el arroz y aunque tal cosa es atroz, dicen que es por nutritivos y dan sabor exquisito o al menos, el cocinero jura que eso es verdadero, mas yo, ni pongo ni quito. Muchos viven en el río, otros viven en el mar, pero te voy a contar y no es ningún desvarío, que figuran en las listas de estos bichos tan extraños, unos que son ermitaños y otros que son violinistas. Ayer tarde vi un cangrejo tocando su violín y con cierto retintín le decía un abadejo: Las cuerdas muy bien afina y harás mejor el trabajo, pues el sonido es muy bajo aunque no uses la sordina. El músico le contesta prontamente al abadejo: me marcho y aquí te dejo y en paz dejemos la fiesta, que me voy hacia un sarao al que no te han invitado, porque te tienen calado de sobra a ti, bacalao. Invitación te han mandado certificada a tu casa, pero poniendo con guasa el nombre de bacalado. Y el cangrejito ermitaño utilizando su maña, invade una casa extraña para alejarse del daño que algunos depredadores le pudiesen inferir, evitándose el sufrir los consecuentes dolores. También en la raza humana encontramos los cangrejos, que suelen ser los pendejos del gobierno, que se ufana en proclamar tan triunfante que marchan a todo gas, pero siempre es hacia atrás en lugar de hacia delante. Un poco más y me alejo del que es el protagonista, por lo que vuelvo a la pista y digo adiós al cangrejo. Cristino Vidal Benavente.
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