Versos - Homenaje a Goro (el de la tienda) A aquellos tiempos lejanos que viviera cuando niño, los tengo especial cariño y parece que a las manos me llegan si ahora los traigo a la memoria y se vienen con las cosas que contienen, porque en mí tienen arraigo muy especial y muy fuerte, no importa que algunos fueran muy duros, porque vinieran envueltos en mala suerte. Goro viene a mi memoria, que estaba de dependiente en la tienda de Vicente Otero, del que la historia local nos dice que era el alcalde que empedrara las calles y las dejara mejor que una carretera. En el pueblo, Goro ha sido algo más que institución, dueño de un gran corazón y por eso es tan querido. Como nadie ha trabajado y nunca tuvo un mal gesto, estando siempre dispuesto para todo el que ha llegado a cualquier hora del día y hasta incluso de la noche, sin hacer ningún reproche a la gente que venía a buscar algo a su tienda, que por cierto estaba abierta todo el tiempo, pues su puerta comenzaba en su vivienda. Además de su bondad, atendió con simpatía y la gente se salía satisfecha de verdad. Cuando comencé a escribir no pensaba hablar de él, pero al salir al papel no me pude resistir a continuar hablando de una persona tan buena, y es porque vale la pena de preguntar para cuándo se celebra el homenaje que tiene más que ganado y que aún no se le ha dado a este ilustre personaje. Ojalá enseguida fuera, que el tiempo volando pasa y tendría mucha guasa que al final de la escalera tan larga de su existencia por los años, sucediese que el homenaje se hiciese, mas sin su comparecencia, cuando ahora bien podría recibirlo, por el mérito que ha tenido en el pretérito y que el pueblo le debía. Un abrazo fuerte, Goro, que este homenaje te doy y tras lo dicho, me voy más tranquilo de este foro. Cristino Vidal Benavente. |