Versos - EN EL DÍA DE LA MADRE A MI MADRE, EN EL DÍA DE LA MADRE Quiero a ti, madre, mis palabras darte a cambio de las pocas que me diste y así tuvo que ser, pues no pudiste, al tenerte que ir a un mundo aparte, en el cual desde entonces ya eres parte, pues desde tu llegada te añadiste a él y yo quedaba solo y triste aquí, por no poder acompañarte. Si vieras cómo y cuánto te he llamado por la falta de amor, y lo notaba en que nadie de niño me lo daba y tuve que vivir siempre apartado, huraño y esperando que algún día contigo me llevaras, madre mía. Me lleno de alegría cuando pienso que vamos a estar juntos hasta el resucitar de los difuntos. A LA VIRGEN, EN EL DÍA DE LA MADRE (soneto inglés) Para la Virgen dejo en este día mis pobres versos con enorme celo y ojalá que, al leerlos, de alegría surquen sus risas el azul del cielo. Es nuestra Madre y como tal nos quiere y cuida toda llena de cariño, pues cada uno de nosotros fuere desde que nace y antes, ya su niño. Nos acompaña y guía por el mundo aunque no la veamos, pero es cierto, porque su amor es por demás profundo y de ambas cosas puedo dar aserto. También Madre de Dios, que hombre se hiciera y a pesar de parirlo, virgen fuera. A MAMÁ, EN EL DÍA DE LA MADRE (soneto inglés) Es día de la madre y es por eso que tus hijos, tus nietos y marido, hemos venido para darte un beso sincero y por demás agradecido, por cuanto por nosotros te desvelas que es tanto, demasiado se diría, y aun a costa de todo cuanto anhelas, por estar vigilante noche y día. No tenemos manera de entregarte el tiempo que nosotros te quitamos, pero estamos dispuestos a mimarte y acudir al menor de tus reclamos. Sabemos que igualarte es imposible, aunque haremos por ello lo indecible. DÍA DE LA MADRE (a mi madre) Quisiera que este día no acabase, para así dedicarte en la mañana, más la tarde de toda la semana y así toda la vida continuase, un homenaje y luego se juntase con otro y otro más, pues tengo gana de conseguir tenerte tan cercana, que entrambos el amor se traspasase. Vienen a mí recuerdos del pasado que avivan los deseos de decirte, que siempre te he querido, pero ahora quisiera que estuvieras a mi lado y ya para los restos compartirte con la gloria de que eres acreedora. DÍA DE LA MADRE Primer domingo en mayo y celebramos por eso con respeto y alegría, que no en vano a este mundo nos traía el ser al que este día dedicamos. Para siempre, los hijos recordamos a la madre que fuera nuestra guía para no tropezar en esta vía, que es el mundo falaz en que habitamos. No hay nada comparable a su ternura, tampoco proceder más generoso y menos imponente fortaleza, como la de una madre. Sin fisura amparará a su hijo sin reposo y si fuera preciso, con fiereza. Señora de una pieza, merece los elogios encendidos de todos los que somos bien nacidos. Cristino Vidal Benavente.
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