Casarrubios del Monte - Toledo

El PP, récord de corrupción urbanística

Los partidos políticos tienen que dar máxima prioridad a la avidez desmedida que por el dinero tienen muchos de los afiliados que acceden a cargos públicos. La ciudadanía exige transparencia y seriedad. Si los líderes de esos partidos miran hacia otro lado cuando saben –es obligación que no pueden delegar- de las numerosas corrupciones e irregularidades de sus miembros, tienen que cortarlas a rajatabla, proceder a la expulsión inmediata del partido, pedir responsabilidades judiciales, a instancia del propio partido, y hacer llegar a la opinión pública los hechos.

Los protagonistas siempre son los mismos: cónyuges, cuñados/as, socios, familiares de diverso grado. El escenario, parecido: inmobiliarias, sociedades interpuestas, terrenos y ladrillo y regadío por doquier. Los delitos muy análogos e interrelacionados: recalificaciones ilegales, sobornos, comisiones en dinero negro, prevaricación y cohecho, delitos urbanísticos y societarios, revelación de secretos, malversación de caudales públicos, delitos de ordenación del territorio y desobediencia continuada, tráfico encubierto de influencias –éste, el más solapado, peligroso, el que más se da en política y difícil de demostrar-, adjudicaciones ilícitas, concesiones ilegales de licencias…

Una larga lista
El PP, que sabe mucho de todo esto que comentamos, parece que está mirando hacía Berlín y sus ojos populares no se centran en Quijorna (Madrid), Roquetas (Almería), Alhendín (Granada), Ojíjares, Almuñecar, Camas, Bormujos y Espartinas de Sevilla –¡qué casualidad, Espartaco, el torero, es de Espartinas¡- Andratx, Santa Margalida, Telde, La Oliva, Salamanca, Arroyo de la Encomienda, Alicante, Orihuela, Parcent, Torrevieja, Riba-roja, Gondomar, Nigrán, Lardero, Valdemoro, Brunete y Colmenarejo, Águilas, Archena, Alcantarilla, Cieza, Mazarrón, Villanueva del Segura, Ulea, San Javier –¡pobres pilotos!- , la muy escandalosa Totana, Mula, Puerto-Lumbreras, Murcia capital, Torre-Pacheco, Fuente Álamo, Mogán, Alhaurín El Grande, y un largo etcétera.

Récord de corrupción
El PP está batiendo en el último año y medio el récord por los escándalos de corrupción. Los casos se acumulan hasta la desmesura y sus dirigentes, cuando no miran a Berlín, visionan turbiamente el París de Sarkozy. Se justifican, con “indignación”, en una trama de “circo mediático” contra ellos, e, incluso, en vez de expulsar del partido a ediles imputados, sugieren que Gobierno y Fiscalía pueden estar detrás de una campaña de acoso y derribo.¿Será el contubernio judeo-masónico del que Franco nos hablaba?

Y Zaplana…
Eduardo Zaplana, que habla como un papagayo, con la verborrea de un charlatán que comenta de todo sin conocer de nada, exceptuando, obviamente, sus grandes conocimientos del Benidorm urbanístico, o de esa Terra-Mítica valenciana, y de mucho más del tema de los terrenos, fincas y yates, llega a la necedad increíble del despiste, diciendo, al ser preguntado por las detenciones en Totana (alcalde del PP y compañía): “No tengo ni idea…”. La verdad, es que una mira la cara de Zaplana y se sonríe del rostro que tiene. Quizá se lo pregunte al primo de Rajoy.
La corrupción generalizada bloquea la decencia de cualquier persona normal. Si, además, es un político, es tan perversa que genera el desprecio del votante y la maldición del inventado infierno de Benedicto XVI.

Matas y Aguirre
Jaume Matas, otro de mucho rostro encendido, se sentía hasta perseguido, quizá, por los demonios seculares que al Vaticano le gusta tanto inventar. Otra, Esperanza Aguirre, que no llega a fin de mes y que, ahueca sus plisadas faldas en familia, es política de mucho Metro y persona influyente. Y me pregunto, sin saber por qué: ¿Qué es Aguirre-Newman? ¿Qué es la Compañía Urbanizadora del Coto? ¿Quién Inmobiliaria Nueva Orleans?

A criar palomas
Ay, ay, las fincas por extensión, los campos de golf, los parques eólicos… ¡cómo tira el terruño!
Irremediablemente, el PP, que ni por asomo, dados sus antecedentes, va a ganar las elecciones, debiera dejar de ser tan urbanístico y dedicarse a la cría de palomas, de esas que llegan a los ventanales de San Pedro que, por cierto, terminarán poniéndose las negras mantillas que tanto gustan a las señoronas del Partido Popular cuando rinden pleitesía a uno que fue elegido por el Espíritu Santo de la invención.

Rouco, otro
Por cierto, me entero de que el cardenal Rouco promueve a su sobrino al obispado de Lugo. La verdad es que aquello de que la familia es lo primero es el pan de cada día. Luego, quizá, Rouco se lo explique al Padre de Dios o, seguramente, al primo de Rajoy.