Añover de Tajo - Toledo

Como podía iba agarrándose el pobre hombre a todo lo que encontraba. Tan solo evitaba agarrarse a aquellas señoronas que poblaban la calle llena de tiendas de moda. Nuestro amigo había dormido el alma y ahora se entretejía con el glamour y la estética más fashion.

Él era negro, de tez muy oscura, con una mirada muy profunda. Unos ojos profundos y llorosos se empapaban en cuanto su cabeza golpeaba con cualquier cosa. Cuando llegó a mi altura, se giró, y su mirada pareció transformarse. Aquella gran masa muscular pareció tensarse como un resorte de repente.

Aparentemente no iba mal vestido, solo mal aliñado. Su lata de cerveza en mano y su descuidado pelo era lo primero que provocaba ese escozor en alguna de las señoronas con las que se cruzaba. Las caras de estupor eran dignas de admiración. Me hubiera gustado disponer de un objetivo para congelar aquellos instantes y enseñarlos a aquellos que aún dudan de que solo hay un lobo para el hombre, y es el mismo.

Cuando despertó (estar despierto lo es todo) de su visión, se dirigió calle arriba. Y cuando ya parecía tener controlado el ritmo del paseo, chocó con el quicio de una puerta de entrada a la tienda y cayó desplomado al suelo. Enseguida se oyeron aquellos gritos de esos sin entusiasmo, propios de aquellas personas que pretenden no solo desenmascarar su temor, sino su mal gusto y su inercia a crear juicios de valor y exponerlos públicamente para que sean ratificados en cualquier circunstancia. No pude olvidar nunca todo el desprecio colectivo que experimenté en aquél momento junto a tan pocas personas.

Cuando nuestro amigo volvió en sí se incorporó, al tiempo que evitaba la pierna de una señora que intentando demostrar que lo esquivaba para huir de allí despavorida, pareció más bien detenerse sobre su cuerpo demasiado tiempo, y de forma tan torpe que incluso algunos pudieran pensar que gustaba de hacerlo adrede y que iba a dar comienzo a su pisoteo físico.

De repente salió una chica joven y medio indignada que profirió éstas salvajes palabras: - ¡Tranquilas, no es peligroso! Solo llamaremos a la policía.

Sonriendo, aquél gran hombre se levantó y se marchó. Sin saber por qué, volvió en la dirección en la que venía, y sin perder ni un mínimo de su envidiable sonrisa. Y en el momento en que giró la esquina tropezó con una chica que al reponerse del susto y contemplar su estado no pudo por menos de echarse a reír. Nuestro amigo hundió sus manos en los bolsillos, en busca de algo, la miró a los ojos y comenzó a llorar. Hay algo que él no encontraba. Siguió su camino hasta divisar un restaurante que tenía el cartel con su menú del día a la entrada. Eran las dos de la tarde, y su estómago solo cargaba alcohol dentro de sí desde hacía ya muchas horas. En el cartel leyó: HAY GACHAS MANCHEGAS. Y entró.



En ese momento no escuchó la voz de la chica que le hablaba en voz no muy elevada: - ¡Señor! Se le ha caído algo. Al tiempo que decía esto se distraía leyendo el papel e inmediatamente le asaltó la pregunta: ¿Gachas y Rock?...



NOSOTROS OS ESPERAMOS EL SÁBADO 29 DE NOVIEMBRE EN EL FESTIVAL GACHAS ROCK. EN SANTA CRUZ DE LA ZARZA. DISFRUTAREMOS DEL ROCK Y DEL BUEN YANTAR.



Atentamente,



HÍlicos.



Más información en :



www.myspace.com/hílicos









Enlaces de interés: www.myspace.com/eneleusis

"na que soys tontos os lo dejais sobraus" VIVA EMBOLOKAOS

me alegra que grupos de rock tengan oportunidad detocar en directo suerte

seguro que dejais Santa Cruz de la Zarza vacia jajajajajajajaja

No fueron ha verlos ni los piojos