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02-03-12 14:26 #9712505
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09-03-12 15:00 #9754358 -> 9712505
Por:No Registrado
RE: libro
Interesante para los extremistas del pais vecino
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09-03-12 23:56 #9757191 -> 9754358
Por:No Registrado
RE: libro
gobierna en las personas de sus Hijos Creadores del Paraíso, del mismo modo que concede la vida por medio de estos Hijos. "Dios nos ha dado la vida eterna, y esta vida está en sus Hijos". Estos Hijos Creadores de Dios son la expresión personal de él mismo en los sectores del tiempo y para los hijos de los planetas en rotación de los universos en evolución del espacio.
Ajustador paradisiaco del Pensamiento. ¡Qué error soñar en un Dios remoto en los cielos cuando el espíritu del Padre Universal vive dentro de vuestra mente!
64§7 5:2.4 Es debido a este fragmento de Dios que reside en ti que puedes esperar, según progresas en armonía con la dirección espiritual del Ajustador, discernir más plenamente la presencia y el poder transformador de esas otras influencias espirituales que te rodean y sobrecogen pero que no funcionan como parte integrante de ti. El hecho que no tienes intelectualmente conciencia de un contacto estrecho y íntimo con el Ajustador residente no refuta en lo más mínimo tan elevada experiencia. La prueba de la fraternidad con el Ajustador divino consiste totalmente en la naturaleza y grado de los frutos del espíritu que rinden en la experiencia vital del creyente. «Por sus frutos los conoceréis».
65§1 5:2.5 Es en extremo difícil para la mente material y escasamente espiritualizada del hombre mortal experimentar una conciencia marcada de las actividades espirituales de entidades divinas como los Ajustadores Paradisiacos. A medida que el alma, creación conjunta de la mente y del Ajustador, se hace cada vez más existente, también evoluciona una nueva fase de la conciencia del alma que es capaz de experimentar la presencia, y de reconocer la conducción espiritual y otras actividades supramateriales, de los Preceptores Misteriosos.
65§2 5:2.6 La entera experiencia de comunión con el Ajustador implica un estado moral, una motivación mental, y una experiencia espiritual. La realización de tal logro se limita principalmente, aunque no exclusivamente, a los dominios de la conciencia del alma, pero las pruebas se producen y abundan en la manifestación de los frutos del espíritu en la vida de todos los que se ponen en contacto con ese espíritu interior.

3. LA VERDADERA ADORACIÓN

65§3 5:3.1 Aunque las Deidades del Paraíso, desde el punto de vista universal, son como una, en sus relaciones espirituales con seres como los que habitan Urantia son también tres personas distintas y separadas. Hay una diferencia entre los Dioses en lo que se refiere a las peticiones personales, la comunión y otras relaciones íntimas. En el sentido más elevado, adoramos al Padre Universal y sólo a él. Ciertamente, podemos adorar y adoramos al Padre según se manifiesta en sus Hijos Creadores, pero es el Padre, directa o indirectamente, a quien adoramos y rendimos culto.
65§4 5:3.2 Las súplicas de toda clase pertenecen al dominio del Hijo Eterno y a la organización espiritual del Hijo. Las oraciones, todas las comunicaciones formales, todo excepto la adoración y el culto del Padre Universal, son asuntos que conciernen al universo local; ordinariamente no salen fuera del ámbito de jurisdicción del Hijo Creador. Pero la adoración indudablemente entra en circuito y es enviada a la persona del Creador por el circuito de la personalidad del Padre. Creemos además que tal registro del homenaje de una criatura en quien habita un Ajustador se facilita por la presencia del espíritu del Padre. Existe cantidad enorme de pruebas que confirman dicha creencia, y yo sé que todos los tipos de fragmentos del Padre tienen facultades para registrar aceptablemente la adoración sincera de sus súbditos en la presencia del Padre Universal. Los Ajustadores indudablemente utilizan también canales directos prepersonales de comunicación con Dios, a la vez que también pueden utilizar los circuitos de gravedad del espíritu del Hijo Eterno.
65§5 5:3.3 La adoración es por su propio motivo; la oración incorpora un elemento de autointerés o interés en la criatura; esa es la gran diferencia entre adoración y oración. No hay absolutamente ninguna autodemanda ni ningún otro elemento de interés personal en el culto verdadero; simplemente adoramos a Dios por lo que entendemos que es él. La adoración no pide nada ni espera nada en favor del que adora. No adoramos al Padre porque podamos derivar algo de tal veneración; rendimos devoción y nos dedicamos a la adoración como reacción espontánea y natural al reconocimiento de la incomparable personalidad del Padre y a causa de su naturaleza amante y de sus adorables atributos.
65§6 5:3.4 En el momento en que se introduce el elemento del autointerés en la adoración, en ese instante la devoción se traduce de adoración a

4. DIOS EN LA RELIGIÓN

66§5 5:4.1 La moralidad de las religiones de evolución impulsa a los hombres hacia adelante en la búsqueda de Dios, por el poder motivando del temor. Las religiones de revelación atraen a los hombres a buscar a un Dios de amor porque anhelan hacerse semejantes a él. Pero la religión no es meramente un sentimiento pasivo de «absoluta dependencia» y «certidumbre de supervivencia»; es una experiencia viviente y dinámica de logro de la divinidad, basada en el servicio de la humanidad.
66§6 5:4.2 El grande e inmediato servicio de la verdadera religión es el establecimiento de una unidad perdurable en la experiencia humana, de una paz duradera y de una confianza profunda. En el hombre primitivo, hasta el politeísmo es una unificación relativa del concepto evolutivo de la Deidad; el politeísmo es monoteísmo en proceso de formación. Tarde o temprano, Dios está destinado a ser comprendido como realidad de los valores, substancia de los significados y vida de la verdad.
67§1 5:4.3 Dios no es sólo el determinador del destino; es el destino eterno del hombre. Todas las actividades humanas no religiosas procuran someter el universo al deformante servicio del yo; el individuo verdaderamente religioso intenta identificar el yo con el universo y luego dedicar las actividades de este yo unificado al servicio de la familia universal de sus semejantes, humanos y sobrehumanos.
67§2 5:4.4 Los dominios de la filosofía y el arte, están entre las actividades no religiosas y las actividades religiosas del ser humano. A través del arte y la filosofía el hombre de mente material es inducido a la contemplación de las realidades espirituales y los valores universales de significado eterno.
67§3 5:4.5 Todas las religiones enseñan la adoración de la Deidad y alguna doctrina de salvación humana. La religión budista promete salvación del sufrimiento, paz sin fin; la religión judía promete salvación de las dificultades, prosperidad basada en la rectitud; la religión griega prometía salvación de la desarmonía, fealdad, mediante la realización de la belleza; el cristianismo promete salvación del pecado, santidad; el mahometismo ofrece liberación de las rigurosas normas morales del judaísmo y del cristianismo. La religión de Jesús es salvación del yo, liberación de los males del aislamiento de la criatura en el tiempo y en la eternidad.
67§4 5:4.6 Los hebreos basaban su religión en la bondad; los griegos, en la belleza; ambas religiones buscaban la verdad. Jesús reveló un Dios de amor, y el amor abarca la totalidad de la verdad, la belleza y la bondad.
67§5 5:4.7 Los zoroástricos tenían una religión moral; los hindúes, una religión de metafísica; los confucionistas, una religión de ética. Jesús vivió una religión de servicio. Todas estas religiones son valiosas en la medida en que son aproximaciones válidas a la religión de Jesús. La religión está destinada a convertirse en la realidad de la unificación espiritual de todo lo que es bueno, bello y verdadero en la experiencia humana.
67§6 5:4.8 La religión griega tenía una máxima «conócete a ti mismo»; los hebreos centraban su doctrina en «conoce a tu Dios»; los cristianos predican un evangelio que tiene por objeto el «conocimiento del Señor Jesucristo»; Jesús proclamó la buena nueva de que «conoce a Dios y conócete a ti mismo como un hijo de Dios». Estos conceptos diferentes del propósito de la religión determinan la actitud del individuo en distintas situaciones de la vida y prefiguran la profundidad del culto y naturaleza de los hábitos personales de oración. Se puede determinar el estado espiritual de cualquier religión por la naturaleza de sus oraciones.
67§7 5:4.9 El concepto de un Dios semihumano y celoso es una transición inevitable entre el politeísmo y el monoteísmo sublime. Un antropomorfismo exaltado es el nivel más alto de logro de una religión puramente evolutiva. El cristianismo ha elevado el concepto de antropomorfismo desde el ideal de lo humano hasta el concepto trascendente y divino de la persona del Cristo glorificado. Y este es el antropomorfismo más elevado que el hombre puede concebir jamás.
67§8 5:4.10 El concepto cristiano de Dios es un intento de combinar tres enseñanzas separadas:
67§9
1. El concepto hebreo: Dios como vindicador de los valores morales, un Dios justo.
67§10 2. El concepto griego: Dios como unificador, un Dios de sabiduría.
68§1 3. El concepto de Jesús: Dios como amigo viviente, Padre amante, la presencia divina.
68§2 5:4.11 Debe por lo tanto ser evidente que la teología cristiana compuesta, encuentra gran dificultad en alcanzar consistencia. Esta dificultad se agrava aún más por el hecho de que las doctrinas del cristianismo primitivo generalmente se basaban en la experiencia religiosa de tres personas diferentes: Filo de Alejandría, Jesús de Nazaret y Pablo de Tarso.
68§3 5:4.12 Al estudiar la vida religiosa de Jesús, visualizadle positivamente. No penséis tanto en su falta de pecado sino en su rectitud, su servicio amante. Jesús superó el amor pasivo comprendido en el concepto hebreo del Padre celestial por el afecto más alto y mucho más activo y amante de un Dios que es el Padre de todos los individuos, incluso de los descarriados.

5. LA CONCIENCIA DE DIOS

68§4 5:5.1 La moral tiene su origen en la razón de la autoconciencia; es supraanimal pero completamente evolutiva. La evolución humana abarca en su desarrollo todas las dotes que anteceden a la dádiva de los Ajustadores y al esparcimiento del Espíritu de la Verdad. Pero el alcanzar niveles de moralidad no libera al hombre de las luchas reales de la vida mortal. El ambiente físico del hombre acarrea la batalla por la existencia; el entorno social demanda modificaciones éticas; las situaciones morales exigen hacer elecciones en los dominios más elevados de la razón; la experiencia espiritual (el haber concebido a Dios) exige que el hombre lo encuentre y sinceramente intente parecérse a él.
68§5 5:5.2 La religión no se funda en los hechos de la ciencia, ni en las obligaciones de la sociedad, ni en las hipótesis de la filosofía, ni en los deberes implícitos de la moralidad. La religión es un ámbito independiente de respuesta humana a las situaciones de la vida y aparece indefectiblemente en todas las etapas postmorales del desarrollo humano. La religión puede penetrar los cuatro niveles de comprensión de los valores y del disfrute de la fraternidad universal: el nivel físico o material de autopreservación; el nivel intelecto consciente de Dios es, de manera gradual, instruido y finalmente guiado por el espíritu. Esta evolución de la mente humana, desde su vinculación a la materia hasta la unión con el espíritu, tiene como resultado la trasmutación de las fases potencialmente espirituales de la mente humana en las realidades morontiales del alma inmortal. Una mente mortal que se subordine a la materia está destinada a hacerse cada vez más material y, por consiguiente, a sufrir finalmente la extinción de la personalidad; una mente que se entregue al espíritu está destinada a hacerse cada vez más espiritual y conseguir, por último, la unidad con el espíritu divino, subsistente y guía, y alcanzar así la supervivencia y la eternidad de la existencia de la personalidad.
26§2 1:3.8 Vengo del Eterno, y repetidas veces he regresado a la presencia del Padre Universal. Sé de la realidad y personalidad de la Primera Fuente y Centro, el Padre Eterno y Universal. Sé que, si bien el gran Dios es absoluto, eterno e infinito, también es bueno, divino y clemente. Conozco la verdad de las magníficas afirmaciones: "Dios es espíritu" y "Dios es amor", y estos dos atributos se revelan al universo con su mayor plenitud en el Hijo Eterno.

4. EL MISTERIO DE DIOS

26§3 1:4.1 Es tal la infinitud de la perfección de Dios que hace de él un misterio para la eternidad. Y el más grande de todos los misterios impenetrables de Dios es el prodigio de su morada divina en la mente de los mortales. La manera en que reside el Padre Universal con las criaturas del tiempo es el más profundo de todos los misterios del
sean capaces de percibir y comprender. Dios no hace acepción de personas, ni espirituales ni materiales. La divina presencia que un hijo del universo disfruta en un momento dado está determinada por su capacidad para recibir y percibir las realidades del espíritu del mundo supramaterial.
27§2 1:4.7 En la experiencia espiritual humana, Dios no es un misterio sino una realidad. Pero cuando se intenta que las realidades del espíritu queden claras para las mentes físicas de orden material, aparece el misterio: misterios tan sutiles y tan profundos que únicamente la comprensión por la fe del mortal conocedor de Dios puede lograr el milagro filosófico del reconocimiento del Infinito de parte del finito, de la percepción del Dios eterno de parte de los mortales evolutivos de los mundos materiales del tiempo y el espacio.

5. LA PERSONALIDAD DEL PADRE UNIVERSAL

27§3 1:5.1 No permitáis que la magnitud de Dios, su infinitud, obscurezca ni eclipse su personalidad. "El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?" El Padre Universal es la cúspide de la personalidad divina; él es el origen y el destino de la personalidad en toda la creación. Dios es infinito y personal; es una personalidad infinita. El Padre es en verdad una personalidad, a pesar de que la infinitud de su persona le sitúe por siempre fuera de la completa comprensión de los seres materiales y finitos.
27§4 1:5.2 Dios es mucho más que una personalidad, de la manera en que la mente humana entiende la personalidad; es incluso mucho más que cualquier posible concepto de suprapersonalidad. Pero es totalmente inútil debatir conceptos tan incomprensibles de la personalidad divina con las mentes de las criaturas materiales cuyo más amplio concepto de la realidad del ser consiste en la idea y en el ideal de la personalidad. El concepto más excelso que las criaturas mortales pueden concebir del Creador Universal lo constituyen los ideales espirituales contenidos en la sublime idea de la personalidad divina. Por tanto, aunque sepáis que Dios ha de ser mucho más que la noción humana de la personalidad, sabéis, igualmente bien, que el Padre Universal no puede ser, de ningún modo, nada menos que una personalidad eterna, infinita, verdadera, buena y bella.
27§5 1:5.3 Dios no se oculta de ninguna de sus criaturas. Es inaccesible para tantas órdenes de seres únicamente porque "habita en una luz a la que ninguna criatura material puede acercarse". La inmensidad y la grandiosidad de la personalidad divina está más allá del alcance de la mente no perfeccionada de los mortales evolutivos. Él "mide las aguas con el hueco de su mano, mide un universo con la palma de su mano. Es él quien está sentado sobre el círculo de la tierra, quien extiende los cielos como una cortina y los despliega como un universo para morar". "Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quien ha creado todas estas cosas, quien cuenta el número de sus mundos y a todas llama por sus nombres"; y así pues es verdad que "las cosas invisibles de Dios son en parte entendidas por medio de las cosas hechas". Hoy día, y tal como sois, debéis discernir al Hacedor invisible mediante su múltiple y diversa creación, así como mediante la revelación y el ministerio de sus Hijos y de sus numerosos subordinados.
28§1 1:5.4 Aunque los mortales materiales no puedan ver a la persona de Dios, deben regocijarse en la seguridad de que es una persona; aceptar por la fe esa verdad que declara que tanto amó el Padre Universal al mundo que facilitó a sus modestos habitantes el eterno progreso espiritual; que él "tiene contentamiento en sus hijos". Dios no carece de ninguno de esos atributos sobrehumanos y divinos que constituyen la personalidad perfecta, eterna, amorosa e infinita del Creador.
28§2 1:5.5 En las creaciones locales (a excepción de los asignados al servicio de los suprauniversos), Dios no se manifiesta personalmente ni tiene residencia aparte de los Hijos Creadores del Paraíso que son los padres de los mundos habitados y los soberanos de los universos locales. Si la fe de las criaturas fuera perfecta, sabrían con seguridad que aquel que ha visto a un Hijo Creador, ha visto al Padre Universal; no pretenderían ni esperarían, al buscar al Padre, ver a otro que no fuera el Hijo. El hombre mortal no puede sencillamente ver a Dios hasta que haya conseguido su plena transformación espiritual y haya realmente alcanzado el Paraíso.
28§3 1:5.6 La naturaleza de los Hijos Creadores del Paraíso no engloba todos los potenciales incondicionados propios de la absolutidad universal de la naturaleza infinita de la Primera Gran Fuente y Centro, pero el Padre Universal está en todos los aspectos presente de manera divina en los Hijos Creadores. El Padre y sus Hijos son uno solo. Estos Hijos del Paraíso de la orden de Micael son personalidades perfectas, realmente el modelo para todas las personalidades del universo local desde la Brillante Estrella de la Mañana hasta las más humildes criaturas humanas procedentes de la evolución animal.
28§4 1:5.7 En la ausencia de Dios, y a no ser por su persona magnífica y central, no habría personalidad alguna en todo el inmenso universo de los universos. Dios es personalidad.
28§5 1:5.8 A pesar de que Dios es poder eterno, presencia majestuosa, ideal trascendente y espíritu glorioso, aunque sea todo esto e infinitamente más, no obstante, es verdadera y perpetuamente un Creador con personalidad perfecta, una persona que puede "conocer y ser conocida", que puede "amar y ser amada", alguien que puede hacerse amigo nuestro; siempre que puedas ser conocido, tal como otros seres humanos han sido conocidos, como el amigo de Dios. Él es espíritu real y realidad espiritual.
28§6 1:5.9 Ya que vemos al Padre Universal revelarse por medio de su universo; ya que lo percibimos morando en sus innumerables criaturas; ya que le contemplamos en las personas de sus Hijos Soberanos; ya que continuamente sentimos su divina presencia aquí y allí, cerca y lejos, no pongamos en duda ni en tela de juicio la primacía de su personalidad. A pesar de distribuirse tan extensamente, sigue siendo una verdadera persona y mantiene, en perpetuidad, una relación personal con el incontable número de criaturas suyas diseminadas por todo el universo de los universos.
28§7 1:5.10 La idea de la personalidad del Padre Universal constituye un concepto de Dios más profundo y auténtico legado a la humanidad mayormente a través de la revelación. Mediante la razón, la sabiduría y la experiencia religiosa se deduce y supone la personalidad de Dios, pero no la corroboran en su totalidad. Incluso el Ajustador del Pensamiento interior es prepersonal. La verdad y el desarrollo de cualquier religión se establece en proporción directa a su concepto de la personalidad infinita de Dios y a su comprensión de la unidad absoluta de la Deidad. La idea de una Deidad personal se erige, pues, como medida del desarrollo religioso, después de que la religión haya primero definido con claridad el concepto de la unidad de Dios.
29§1 1:5.11 La religión primitiva tenía muchos dioses personales, y estaban hechos a la imagen del hombre. En la revelación, se afirma la validez del concepto de la personalidad de Dios como una mera posibilidad en el postulado científico de una Causa Primera, y sólo se sugiere, de manera provisional, en el enunciado filosófico de la Unidad Universal. Únicamente mediante un acercamiento a la personalidad, puede cualquier persona comenzar a comprender la unidad de Dios. Al negar la personalidad de la Primera Fuente y Centro nos quedamos únicamente con la posibilidad de elegir entre dos dilemas filosóficos: el materialismo o el panteísmo.
29§2 1:5.12 Al reflexionar sobre la Deidad, el concepto de personalidad debe despojarse de la idea de corporeidad. El cuerpo material no es imprescindible al hecho de la personalidad, ni en el caso del hombre ni en el de Dios. Este error sobre la corporeidad se manifiesta en los dos polos extremos de la filosofía humana. En el materialismo, puesto que el hombre pierde su cuerpo al morir, deja de


ESCRITO 2
LA NATURALEZA DE DIOS

33§1 2:0.1 Puesto que el concepto más elevado de Dios que el hombre pueda tener reside en la idea y el ideal humanos de una personalidad primordial e infinita, es admisible, y puede resultar de utilidad, examinar ciertos rasgos de la naturaleza divina constitutivos del carácter de la Deidad. La naturaleza de Dios se puede entender mejor mediante la revelación del Padre llevada a cabo por Micael de Nebadón en sus múltiples enseñanzas y en su magnífica vida en la carne mortal. También puede el hombre entender mejor la naturaleza divina si se considera a sí mismo como un hijo de Dios que ve al Padre del Paraíso como a su verdadero Padre espiritual.
33§2 2:0.2 Se puede examinar la naturaleza de Dios en la revelación de unas ideas supremas r que su cariño por quien ha muerto no es valorado en su justa medida. Sentirse afuera del proceso de duelo de su pareja. Sentir que las etapas felices, alegres y apasionadas de la relación son irrecuperables. Sentirse obligado
a permanecer en la pareja sólo por solidaridad frente al dolor.
Temor a la disolución del vínculo. Culpa frente al supuesto fracaso en la protección de sus hijos. Dificultades para aceptar que la pareja viva la pérdida a su manera. Necesidad de parecer fuerte. Ideas de que el otro es de alguna manera responsable de la muerte. Sentimientos de impaciencia e irritabilidad hacia el otro. Falta de sincronicidad en los momentos de mayor dolor o las recaídas. Falta de coincidencia en las necesidades sexuales.
Después de enunciar todas estas diferencias y dificultades es fácil entender por qué una de cada cuatro parejas termina separándose. Es necesario decidir desde el comienzo mantener un diálogo que permita sincerar los sentimientos, las fantasías y los miedos de cada uno, para evitar sentirse distanciados o recíprocamente incomprendidos, lo que sumaría al comprensible dolor el riesgo de quedar en soledad en momentos en que la relación de pareja representa el mayor y el mejor apoyo frente a la trágica pérdida. Es imprescindible alejarse todo lo que se pueda de la gente desubicada que quiere "ayudar" en este momento tan difícil. Porque la mayoría

En medio de este luto que tenés, en medio de este dolor, te llama tu mejor amiga. La mejor amiga que tenés en el mundo te llama y te dice:
"Yo sé que estás mal, pero te necesito, así que, por favor, dejá lo que estás haciendo, sal´´i de tu casa, vení, ayudame, necesito que me consueles, necesito que me contengas, necesito que me ayudes a amigarme con la vida, porque estoy en un momento muy difícil, te necesito conmigo de verdad, por favor, vení."
A pesar de tu duelo, ¿qué creés que harías?
Y en general los dolientes respiran hondo pero siempre dicen:
- Iría.
- Irías, ¿seguro?
- Sí, sí.
Y entonces agrego como el mago de una feria:
- Tu mejor amiga sos vos. Y te estás pidiendo eso. ¿Vas a ir o no?
El duelo en el niño.
Ser completamente honesto con el niño..Acompañar a un niño que ha perdido a un ser querido significa ante todo no apartarlo de la realidad en la que está viviendo, con el pretexto de ahorrarle sufrimiento. Aunque por razones de edad no comprenda todavía lo que es la muerte, es perfectamente sensible a la reacción y el llanto de los adultos, a los cambios de la rutina de la casa, a la ausencia de contacto físico con la persona fallecida...; es decir, se da cuenta de que algo pasa y le afecta.
Solamente evitaremos (siempre que sea posible) que presencie escenas desgarradoras de dolor y pérdida de control de los adultos.
Aunque resulte muy doloroso y difícil de hablar de la muerte con el niño, es mejor hacelo lo antes posible. Pasadas las primeras horas de mayor dramatismo y confusión, buscaremos un momento y un lugar adecuados y le explicaremos, con un lenguaje apropiado para su edad, lo ocurrido. Haremos un esfuerzo por contestar todas sus preguntas. Si no tenemos alguna respuesta, le diremos sencillamente que no lo sabemos.
Para los niños menores de 3 años, la muerte es como un largo sueño del cual en algún momento se despierta, esto es, algo provisional y reversible. Será pues necesario ser pacientes para explicarle una y otra vez lo ocurrido y lo que significa la muerte.
Recordar que, para que pueda iniciar adecuadamente el proceso de duelo, es necesario que deje de "esperar" a su ser querido y llegar a comprender que éste no regresará nunca.
Evitar pues frases del tipo de:
"Se ha quedado dormido para siempre" (porque podríamos inducirlos a rechazar el dormir de noche por temor a no despertar)
"Se ha marchado de viaje" (porque no querrán ir en tren)
"Está muy lejos, muy lejos..." (porque permanecerán aguardando su regreso)
Para que el niño entienda qué es la muerte, suele ser útil emplear ejemplos traídos de la naturaleza: las hojas en otoño, la muerte en los animales...Explicarle que los médicos y las enfermeras hicieron lo posible para "arreglar" el cuerpo, pero que, a veces, está tan herido o enfermo que las medicinas no lo pueden curar..Es muy difícil, además de inútil, esconder la causa de la muerte al niño.
Permitir y animar al niño a asistir y participar en el velatorio, funeral, entierro...
Tomar parte en estos actos puede ayudarlo a comprender qué es la muerte y a iniciar mejor el proceso de duelo. De ser posible, es aconsejable explicarle con antelación qué verá, qué escuchará y el porqué de esos ritos.
Permitir al niño ver el cadáver.
Muchos niños tienen ideas falsas con el cuerpo. Comeatarle que el cuerpo deja de moverse, de respirar, de comer, de hablar, de ir al baño y no siente dolor. Dejarle bien claro que ya no siente nada: ni lo malo, ni el frío, ni el hambre...
Antes de que vea el cadáver, explicarle dónde estará, qué aspecto tendrá...Si el niño no quiere verlo o participar en algún acto, no forzarlo.
Ocuparse del niño
El niño intuye enseguida que la muerte va a tener muchas consecuencias en la familia.
Si los padres o el padre superviviente están demasiado afectados, puede ser conveniente que otra persona se
responsabilice de acompañarlo durante esos actos. Es preferible que sea alguien cercano al niño, que le permita expresar sus emociones y se sienta cómodo contestando sus preguntas.
El niño puede temer también ser abandonado por el familiar que ha quedado. Hay que asegurarle que, aunque está muy afectado por la pérdida, se encuentra bien y no le va a pasar lo mismo. Es bueno decirle que, aunque estamos muy triste por lo ocurrido, vamos a seguir ocupándonos de él lo mejor posible.
Permitir y animar la catarsis emocional.
Aunque no siempre las expresen, los niños viven emociones intensas tras la pérdida de una persona amada. Si perciben que estos sentimientos (rabia, miedo, tristeza...) son aceptados por su familia, los expresarán más fácilmente y los ayudará a vivir de manera más adecuada la separación.
Frases como:
"no llores",
"no estés triste",
"tenés que ser valiente",."no está bien enojarse así"...
pueden cortar la libre expresión de emociones e impiden que el niño se desahogue.
El niño en general está sintiendo rabia e impotencia porque se da cuenta de que ha sido abandonado y puede expresarlas de muchas maneras: irritabilidad, pesadillas, juegos ruidosos, travesuras..
Es frecuente que dirijan el enfado hacia un familiar cercano o hacia las cosas del que ya no está.
Es imprescindible permitirle que saque la rabia gritando, corriendo, golpeando, etc...,cuidando únicamente que no se lastime a sí mismo (un buen par de almohadones grandes pueden ser de mucha ayuda)...
persona ha trabajado con la muerte a través de la ansiedad y la cólera y ha resuelto sus asuntos incompletos. A esta etapa se llega muy débil, cansado y en cierto sentido anestesiado afectivamente. En la etapa anterior ha luchado para capturar primero y desprenderse después del mundo y de las personas, ahora prefiere estar solo, preparándose para su futuro en un proceso de evaluación y balance de su vida que casi siempre adquiere la forma de una experiencia privada y personal. en los casos de enfermedades terminales el paciente que acepta de alguna manera renuncia a lo anterior y comienza su despedida en paz y armonía. En esta etapa no hay ni felicidad, ni dolor, sólo paz. El dolor en todo caso está en quienes rodean al enfermo que también deben adaptarse a que éste sólo desee el silencio para terminar sus días en paz consigo mismo y con el mundo. Si bien no hay evidencia que indique que todas las personas atraviesan estas etapas o que haya un movimiento secuencial de una etapa a otra, es indudable que como recorrido se parece mucho a las cosas que a la mayoría de los pacientes con diagnósticos graves les ha pasado o le está pasando. Este es un modelo flexible fluido que sirve para ayudar al paciente, su familia y sus seres queridos a comprender lo que está sucediendo y darle fortaleza al enfermo. En una enfermedad grave las etapas descriptas por Kübler-Ross se corresponden con los momentos clásicos de la evolución clínica: prediagnóstico, diagnóstico, etapa aguda, cronicidad y resolución (recuperación o muerte) La antepenúltima etapa es con mucho la más importante en este tiempo, tanto por el acortamiento de las anteriores como por la prolongación de la enfermedad misma (por ej.las personas viven por años después de ser diagnosticadas con cáncer y muchas veces mueren por otras causas que nada tiene que ver con aquel diagnóstico).

Algo más sobre los duelos.
Detrás de cada cambio importante hay una pérdida para elaborar, aún detrás de aquellos que implican modificaciones "positivas", por llamarlas de alguna manera. Para decirlo una vez más Cada vez que algo llega, desplaza lo anterior, que de ja de ser. Así como Cada vez que algo se va, deja lugar a lo que sigue. Cambios (pérdidas o desarrollo)de propósitos y futuro. Cambios (agregado o disminución) en el patrimonio personal o el modo de vida.
Cambios en lugar de residencia (de progreso o de involución)
Cambios laborales (incluidos los ascensos y cambios de destino)
Cambios en las relaciones y vínculos (amigos, parientes, casamientos, enamoramientos) Cambios en las posturas ideológicas, religiosas o filosóficas.
Cambios en la salud (deterioro y aun sanación de enfermedades). Todos estos procesos y la infinita nómina que cada uno podría agregar suponen pequeñas o grandes muertes que no debemos subestimar y que implican una despedida y una elaboración.
Cada día que empieza es en realidad la historia de la pérdida de mi día anterior, porque no soy el que era ayer. Yo, Jorge Bucay, no soy el Jorge Bucay que era ayer y sé que mañana no voy a ser el de hoy. Pero si lo pienso así...¡¡¡Me condeno a vivir de.duelo!!! Para muchos autores el dormir y el soñar son en última instancia el espacio humano para vivir estos pequeños duelos cotidianos. Si quiero pensarlo así, me desprendo durante la noche de lo que dejo atrás y me despierto cada día con la ganancia que me dejó el día que pasó y la perspectiva novedosa del día que comienza. Yo puedo pensar en esto o hacerme el distraído. Puedo darme cuenta de que nos soy (y es cierto que no soy) el Jorge Bucay de hace diez años. No lo soy, afortunada y lamentablemente las fotos lo demuestran. ¿Este Jorge es mejor que de antes? ¿Me gusta más o menos? ¿¿Está más maduro o simplemente se pudrió?? Este no es el punto en cuestión. Seguramente hay un cambio. Haber dejado de ser aquel que era es causa y efecto de ser este que soy. Y este que soy es aquel más este, hay una ganancia en el camino. Y es importante registrar qué ganancia es el resultado de aquella pérdida Pero para esto tengo que poder soltar. Aferrado al recuerdo de mantener y sostener aquello que yo era, entonces no va a haber ninguna posibilidad de ganar y quizás ni siquiera de llegar a ser.

Transcribo aquí abajo una pequeña lista incompleta de algunas premisas importantes

Tener en cuenta las actitudes que no ayudan.
1.. No le digas que lo comprendes si no pasaste por una situación similar.
2.. No hagas lo que hace la gente "porque es lo que se acostumbra"
3.. Decidite ayudar hasta donde tu corazón te pida y no hasta donde tu cabeza te exija. Nunca hagas lo que no querés hacer.
4.. No intentes buscar una justificación a lo que ha ocurrido.
abordar el tema y no quieren preocupar al paciente y la familia. Las personas siempre piensan que hay mucho tiempo por delante para hablar acerca de eso. Pero cuando llega el momento de tomar estas decisiones, o no se hace, o las decisiones son asumidas por personas que no saben los verdaderos deseos del paciente.
De todas maneras lo más significativo del acompañamiento es, como su nombre lo indica, la presencia: estar cerca en los muchas veces difíciles momentos finales.
84§5 3. El Espíritu Infinito.
184§6 4. El Padre y el Hijo.
184§7 5. El Padre y el Espíritu.
184§8 6. El Hijo y el Espíritu.
184§9 7. El Padre, el Hijo y el Espíritu.

184§10 16:0.3 Muy poco sabemos sobre la acción del Padre y del Hijo en la creación de los Espíritus Mayores. Aparentemente éstos fueron traídos a la existencia por la acción personal del Espíritu Infinito, pero se nos ha instruido claramente que tanto el Padre como el Hijo participaron en su origen.
184§11 16:0.4 En carácter y naturaleza espirituales, estos Siete Espíritus del Paraíso son como uno solo, en todos los demás aspectos de la identidad ellos son muy diferentes, y los resultados de sus funciones en los suprauniversos son tales que las diferencias individuales de cada uno son obviamente discernibles. Todos los planes ulteriores de los siete segmentos del gran universo y —aun los segmentos correlativos del espacio exterior — han sido condicionados por la diversidad distinta de la diversidad espiritual
193§9 16:7.10 Las acciones morales son aquellas realizaciones humanas que se caracterizan por la inteligencia más elevada, dirigidas por una discriminación selectiva en la elección de los fines superiores, así como también en la selección de los medios morales para conseguir esos fines. Dicha conducta es virtuosa. La virtud suprema, por lo tanto, es elegir de todo corazón hacer la voluntad del Padre en los cielos.

8. LA PERSONALIDAD URANTIANA

194§1 16:8.1 El Padre Universal dona personalidad a las numerosas órdenes de seres a medida que funcionan en los distintos niveles de la realidad universal. Los seres humanos de Urantia están dotados de personalidad del tipo finito mortal, funcional en el nivel de los hijos ascendentes de Dios.
194§2 16:8.2 Aunque difícilmente podemos tratar de definir la personalidad, podemos intentar narrar nuestra comprensión de los factores conocidos que contribuyen a constituir el conjunto de energías materiales, mentales y espirituales cuya intervinculación constituye el mecanismo por el cual y en el cual y a través del cual el Padre Universal hace que funcione la personalidad donada.
194§3 16:8.3 La personalidad es una dotación única de naturaleza original cuya existencia es independiente de la dotación del Ajustador del Pensamiento y antecedente a la misma. Sin embargo, la presencia del Ajustador aumenta la manifestación cualitativa de la personalidad. Los Ajustadores del Pensamiento, cuando provienen del Padre, son idénticos en su naturaleza, pero la personalidad es distinta, original y exclusiva; y la manifestación de la personalidad está ulteriormente modificada y condicionada por la naturaleza y cualidades de las energías vinculadas de carácter material, mental y espiritual que constituyen el vehículo orgánico para la manifestación de la personalidad.
194§4 16:8.4 Las personalidades pueden asemejarse, pero no son nunca idénticas. Las personas de una serie, tipo, orden o modelo original específicos pueden asemejarse unas a otras y efectivamente se asemejan, pero no son nunca idénticas. La personalidad es esa característica de un individuo que conocemos, y que nos permite identificar a dicho ser en algún momento futuro sea cual fuere la naturaleza y grado de los cambios de forma, mente, o estado espiritual. La personalidad es esa parte de todo individuo que nos permite reconocer e identificar positivamente a esa persona como la que hemos conocido anteriormente, aunque haya cambiado mucho debido a la modificación del vehículo de expresión y manifestación de su personalidad.
194§5 16:8.5 La personalidad de la criatura se distingue por dos fenómenos automanifestantes y característicos de conducta reactiva mortal: la autoconciencia y el relativo libre albedrío vinculado.
194§6 16:8.6 La autoconciencia consiste en la conciencia intelectual de la realidad de la personalidad; incluye la habilidad de reconocer la realidad de otras personalidades. Indica la capacidad para experiencia individualizada en las realidades cósmicas y con ellas, equivalentes al logro del estado de identidad en las relaciones de la personalidad en el universo. La autoconciencia connota el reconocimiento de la realidad de la ministración de la mente y la comprensión de la independencia relativa del libre albedrío creador y determinador.
194§7 16:8.7 El relativo libre albedrío que caracteriza la autoconciencia de la personalidad humana se ocupa de:
194§8
1. Decisión moral, sabiduría superior.
194§9 2. Elección espiritual, discernimiento de la verdad.
194§10 3. Amor altruista, servicio de hermandad.
194§11 4. Cooperación con propósito, lealtad de grupo.
194§12 5. Discernimiento cósmico, la comprensión de los significados universales.
194§13 6. Dedicación de la personalidad, devoción incondicional a hacer la voluntad del Padre.
195§1 7. Adoración, la búsqueda sincera de los valores divinos y el amor de todo corazón del Dador divino de valores.

195§2 16:8.8 El tipo urantiano de personalidad humana puede ser considerado como funcionando en un mecanismo físico que consiste en la modificación planetaria del tipo nebadónico del organismo, que pertenece a la orden electroquímica de activación de la vida y está dotado de la orden nebadónica de la serie de mente cósmica orvontónica del modelo original de reproducción. La dotación del don divino de la personalidad en tal mecanismo mortal dotado de mente confiere la dignidad de la ciudadanía cósmica y permite que dicha criatura mortal se torne reactiva al reconocimiento constitutivo de las tres realidades mentales básicas del cosmos:
195§3
1. El reconocimiento matemático o lógico de la uniformidad de la causación física.
195§4 2. El reconocimiento razonado de la obligación de la conducta moral.
195§5 3. La comprensión por la fe de la adoración fraternal de la Deidad, vinculada con el servicio amante a la humanidad.
195§6 16:8.9 La plena función de dicha dotación de la personalidad es la comprensión inicial del parentesco con la Deidad. Dicho yo, morado por un fragmento prepersonal de Dios Padre, es en efecto y de hecho un hijo espiritual de Dios. Dicha criatura no sólo revela la capacidad de recibir el don de la presencia divina sino que también exhibe la respuesta reactiva al circuito de la gravedad de personalidad del Padre Paradisiaco de todas las personalidades.

9. LA REALIDAD DE LA CONCIENCIA HUMANA

195§7 16:9.1 La criatura personal dotada de mente cósmica, morada por el Ajustador, posee habilidad innata para reconocer y comprender la realidad de la energía, la realidad mental, y la realidad espiritual. La criatura volitiva está por lo tanto equipada para discernir el hecho, la ley, y el amor de Dios. Aparte de estas tres prerrogativas inalienables de la conciencia humana, toda experiencia humana es en realidad subjetiva, excepto que la comprensión intuitiva de la validez permita la validez se une a la unificación de estas tres respuestas de realidad universal de reconocimiento cósmico.
195§8 16:9.2 El mortal que discierne a Dios es capaz de sentir el valor de unificación de estas tres cualidades cósmicas en la evolución del alma que sobrevive, la empresa suprema del hombre en el tabernáculo físico en el que la mente moral colabora con el espíritu divino residente para dualizar el alma inmortal. Desde sus comienzos más tempranos el alma es real; tiene cualidades cósmicas de supervivencia.
195§9 16:9.3 Si el hombre mortal no sobrevive la muerte natural, los verdaderos valores espirituales de su experiencia humana sobreviven como porción de la experiencia continuada del Ajustador del Pensamiento. Los valores de la personalidad de ese ser no superviviente persisten como factores en la personalidad del Ser Supremo en actualización. Estas cualidades persistentes de la personalidad están privadas de identidad, pero no de los valores vivenciales acumulados durante la vida mortal en la carne. La supervivencia de la identidad depende de la supervivencia del alma inmortal de estado morontial y de valor divino en constante aumento. La identidad de la personalidad sobrevive mediante la supervivencia del alma y en ella.
195§10 16:9.4 La autoconciencia humana implica el reconocimiento de la realidad de los yo distintos del yo consciente e implica ulteriormente que dicho reconocimiento es mutuo; que el yo sea conocido tal como él conoce. Esto se ilustra en una forma puramente humana en la vida social del hombre. Pero no puedes estar tan absolutamente seguro de la realidad de otro ser como lo puedes estar de la realidad de la presencia de Dios que vive dentro de ti. La conciencia social no es inalienable como la conciencia de Dios; es un desarrollo cultural y depende del conocimiento, de los símbolos y de las contribuciones y de las dotes constitutivas del hombre: ciencia, moralidad y religión. Esos dones cósmicos, socializados, constituyen la civilización.
196§1 16:9.5 Las civilizaciones no son estables, porque no son cósmicas; no son innatas en los individuos de las razas. Deben ser alimentadas por las contribuciones combinadas de los factores constitutivos del hombre ciencia, moralidad y religión. Las civilizaciones aparecen y desaparecen, pero la ciencia, la moralidad y la religión siempre sobreviven la destrucción.
196§2 16:9.6 Jesús no sólo reveló Dios al hombre, sino que también hizo una nueva revelación del hombre a sí mismo y a los otros hombres. En la vida de Jesús vosotros veis al hombre en su mejor aspecto. El hombre se vuelve así tan hermosamente real, porque Jesús tenía tanto de Dios en su vida, y la comprensión (reconocimiento) de Dios es inalienable y constitutiva en todos los hombres.
196§3 16:9.7 El altruismo, aparte del instinto paterno, no es totalmente natural; el prójimo no se ama naturalmente ni si se lo sirve socialmente. Se requiere el discernimiento de la razón, la moralidad y el impulso de la religión, el conocimiento de Dios, para generar un orden social altruista y sin egoísmo. La conciencia de la propia personalidad del hombre, la autoconciencia, es también directamente dependiente de este mismo hecho de la conciencia innata de otros, esta habilidad innata para reconocer y comprender la realidad de otras personalidades, desde lo humano hasta lo divino.
196§4 16:9.8 La conciencia social altruista debe ser, de base, una conciencia religiosa si ha de ser objetiva; si no lo es, es una abstracción filosófica puramente subjetiva y por lo tanto carente de amor. Sólo el individuo que conoce a Dios puede amar a otra persona como se ama a sí mismo.
196§5 16:9.9 La autoconciencia es en esencia conciencia comunal: Dios y el hombre, Padre e hijo, Creador y criatura. En la autoconciencia humana existen cuatro comprensiones latentes e inherentes de la realidad universal:
196§6
1. La búsqueda del conocimiento, la lógica de la ciencia.
196§7 2. La búsqueda de los valores morales, el sentido del deber.
196§8 3. La búsqueda de los valores espirituales, la experiencia religiosa.
196§9 4. La búsqueda de los valores de la personalidad, la habilidad de reconocer la realidad de Dios como personalidad y la comprensión paralela de nuestra relación fraternal con las demás personalidades.
196§10 16:9.10 Tomáis conciencia del hombre como vuestro hermano-criatura porque ya estáis conscientes de Dios como vuestro Padre Creador. La paternidad es la relación de la cual deducimos el reconocimiento de la hermandad. La paternidad se vuelve, o puede volverse una realidad universal para todas las criaturas morales porque el Padre mismo ha dotado de personalidad a todos aquellos seres y los ha incluido en su circuito, dentro de la atracción del circuito universal de personalidad. Adoramos a Dios, primero, porque él es, luego, porque él está en nosotros, y por último, porque nosotros estamos en él.
196§11 16:9.11 ¿Es acaso extraño que la mente cósmica esté autoconscientemente consciente de su propia fuente, la mente infinita del Espíritu Infinito, y, al mismo tiempo, esté consciente de la realidad física de los vastos universos, de la realidad espiritual del Hijo Eterno, y de la realidad de la personalidad del Padre Universal?
196§12 16:9.12. EL SERVICIO PLANETARIO DE LOS DAINALES

231 §5 20:9.1 Cuando el progreso de los acontecimientos en un mundo evolutivo indica que el momento es oportuno para iniciar una edad espiritual, los Hijos Instructores Trinitarios siempre se ofrecen como voluntarios para este servicio. No estáis familiarizados con esta orden de filiación porque Urantia no ha tenido la experiencia de una edad espiritual, un milenio de esclarecimiento cósmico. Pero los Hijos Instructores aún actualmente visitan vuestro mundo con el fin de formular planes relativos a su permanencia futura en vuestra esfera. Aparecerán en Urantia una vez que sus habitantes hayan ganado una liberación comparativa de las cadenas del animalismo y de las ataduras del materialismo.
231 §6 20:9.2 Los Hijos Instructores Trinitarios nada tienen que hacer con la terminación de las dispensaciones planetarias. Ni juzgan a los muertos ni trasladan a los vivos, pero en cada misión planetaria van acompañados de un Hijo Magisterial que realiza estos servicios. Los Hijos Instructores se ocupan enteramente de la iniciación de una edad espiritual, de los albores de la era de realidades espirituales en un planeta evolutivo. Hacen realidad las contrapartes espirituales del conocimiento material y de la sabiduría del tiempo.
232 §1 20:9.3 Los Hijos Instructores generalmente permanecen en sus planetas de visitación por mil años de tiempo planetario. Un Hijo Instructor preside el reino milenario planetario y es asistido por setenta colaboradores de su orden. Los Dainales no se encarnan ni se materializan de otras maneras que sean visibles a los seres mortales; por lo tanto el contacto con el mundo de visitación se mantiene mediante las actividades de las Brillantes Estrellas Vespertinas, personalidades del universo local que están vinculadas con los Hijos Instructores Trinitarios.
232 §2 20:9.4 Los Dainales pueden regresar muchas veces a un mundo habitado, y después de su misión final, el planeta entrará en un estado establecido de esfera de luz y vida, la meta evolutiva de todos los mundos habitados por mortales de la presente edad universal. El Cuerpo de los Mortales de Finalidad tiene mucho que ver con las esferas establecidas en luz y vida, y sus actividades planetarias se tocan con las de los Hijos Instructores. En efecto, la entera orden de filiación Dainal está íntimamente vinculada con todas las fases de la actividad de los finalizadores en las creaciones evolutivas del tiempo y del espacio.
232 §3 20:9.5 Los Hijos Instructores Trinitarios parecen estar tan completamente identificados con el régimen de la progresión mortal a través de las etapas primitivas de la ascensión evolutiva, que frecuentemente somos llevados a especular sobre su posible vinculación con los finalizadores en la andadura no revelada de los universos futuros. Observamos que los administradores de los suprauniversos son parte personalidades de origen en la Trinidad y parte criaturas evolutivas ascendentes abarcadas por la Trinidad. Creemos firmemente que los Hijos Instructores y los finalizadores están ahora dedicados a adquirir la experiencia de la vinculación temporal que puede ser capacitación preliminar para prepararles para una vinculación estrecha en algún destino futuro no revelado. En Uversa es nuestra creencia que, cuando los suprauniversos finalmente estén establecidos en luz y vida, estos Hijos Instructores Paradisiacos, que se han familiarizado tan profundamente con los problemas de los mundos evolutivos y se han vinculado por tanto tiempo con la andadura de los mortales evolutivos, probablemente serán transferidos a la vinculación eterna con el Cuerpo de Finalizadores en el Paraíso.

10. EL MINISTERIO UNIDO DE LOS HIJOS PARADISIACOS

232 §4 20:10.1 Todos los Hijos de Dios Paradisiacos son de origen y naturaleza divina. En el trabajo de cada Hijo Paradisiaco para el bien de cada mundo, es como si ese Hijo de servicio fuera el primero y único Hijo de Dios.
232 §5 20:10.2 Los Hijos Paradisiacos son la presentación divina de las naturalezas actuantes de las tres personas de la Deidad a los dominios del tiempo y del espacio. Los Hijos Creadores, Magisteriales e Instructores son los dones de las Deidades eternas a los hijos de los mortales y a todas las demás criaturas universales de potencial de ascensión. Estos Hijos de Dios son los ministros divinos que se dedican incesantemente a la tarea de ayudar a las criaturas del tiempo para que alcancen el elevado objetivo espiritual de la eternidad.
232 §6 20:10.3 En los Hijos Creadores, el amor del Padre Universal se combina con la misericordia del Hijo Eterno y se revela a los universos locales en el poder creativo, el ministerio amante, y la soberanía comprensiva de los Micaeles. En los Hijos Magisteriales, la misericordia del Hijo Eterno, unida con el ministerio del Espíritu Infinito, se revela a los dominios evolutivos en las andaduras de estos Avonales de juicio, servicio y autootorgamiento. En los Hijos Instructores Trinitarios el amor, misericordia y ministerio de las tres Deidades del Paraíso se coordinan en los más elevados niveles de valor espacio-temporal y se presentan a los universos como verdad viviente, bondad divina, y verdadera belleza espiritual.
233 §1 20:10.4 En los universos locales, estas órdenes de filiación colaboran para revelar las Deidades del Paraíso a las criaturas del espacio; como Padre de un universo local, un Hijo Creador retrata el carácter infinito del Padre Universal. Como Hijos de autootorgamiento de misericordia, los Avonales revelan la naturaleza incomparable del Hijo Eterno de infinita compasión. Como verdaderos maestros de las personalidades ascendentes, los Hijos Dainales Trinitarios revelan la personalidad de maestro del Espíritu Infinito. Los Micaeles, los Avonales y los Dainales en su cooperación divinamente perfecta contribuyen a la actualización y revelación de la personalidad y soberanía de Dios Supremo en los universos del tiempo y del espacio y para los mismos. En la armonía de sus actividades triunas estos Hijos de Dios Paradisiacos funcionan siempre a la vanguardia de las personalidades de la Deidad al seguir la expansión inacabable de la divinidad de la Primera Gran Fuente y Centro desde la sempiterna Isla del Paraíso hacia las profundidades desconocidas del espacio.
233 §2 20:10.5
[Presentado por un Perfeccionador de la Sabiduría de Uversa.]


ESCRITO 21
LOS HIJOS CREADORES PARADISIACOS

234§1 21:0.1 Los Hijos Creadores son los hacedores y gobernantes de los universos locales del tiempo y del espacio. Estos creadores y soberanos universales son de origen dual, incorporando las características de Dios Padre y Dios Hijo. Pero cada Hijo Creador es distinto a todos los demás; cada uno es único en su naturaleza así como también en su personalidad; cada uno es el «Hijo unigénito» del perfecto ideal divino de su origen.
234§2 21:0.2 En la vasta tarea de organizar, evolucionar, y perfeccionar un universo local, estos elevados Hijos siempre disfrutan de la sustentadora aprobación del Padre Universal. La relación de los Hijos Creadores con su Padre en el Paraíso es conmovedora y superlativa. Indudablemente el afecto profundo de la Deidad progenitora por su progenie divina, es la fuente de ese amor hermoso y casi divino que aun los padres mortales tienen por sus hijos.
234§3 21:0.3 Estos Hijos Paradisiacos primarios son personalizados como Micaeles. Cuando salen del Paraíso para fundar sus universos, se los conoce como los Micaeles Creadores. Cuando están establecidos en autoridad suprema, se los llama Micaeles Mayores. A veces nos referimos al soberano de vuestro universo de Nebadón como Cristo Micael. Por siempre y para siempre reinan de acuerdo a la «orden de Micael», siendo esa la designación del primer Hijo de su orden y naturaleza.
234§4 21:0.4 El Micael original o primogénito no ha experimentado nunca la encarnación como ser material, pero siete veces ha pasado por la experiencia del ascenso de las criaturas espirituales en los siete circuitos de Havona, avanzando desde las esferas exteriores hasta el circuito más interior de la creación central. La orden de Micael conoce el gran universo de una punta a la otra; no existe experiencia esencial de ninguno de los hijos del tiempo y del espacio en la que los Micaeles no hayan participado personalmente; son de hecho participantes no solo de la naturaleza divina sino también de vuestra naturaleza, o sea de todas las naturalezas, desde la más alta hasta la más humilde.
234§5 21:0.5 El Micael original es el jefe que preside a los Hijos Paradisiacos primarios cuando éstos se reúnen para conferenciar en el centro de todas las cosas. No hace mucho, en Uversa, registramos una transmisión universal de un extraordinario cónclave de ciento cincuenta mil Hijos Creadores reunidos en la Isla eterna en presencia de los progenitores y ocupados en deliberaciones que tenían que ver con el progreso de la unificación y estabilización del universo de los universos. Este fue un grupo selecto de Micaeles Mayores, Hijos de siete autootorgamientos.

1. EL ORIGEN Y LA NATURALEZA
DE LOS HIJOS CREADORES

234§6 21:1.1 Cuando la plenitud de la ideación espiritual absoluta en el Hijo Eterno se encuentra con la plenitud del concepto absoluto de personalidad en el Padre Universal, cuando dicha unión creadora se alcanza final y plenamente, cuando ocurren tan absoluta identidad de espíritu y tan infinita unidad de concepto de la personalidad, entonces, sin pérdida de nada de personalidad o de la prerrogativa de ninguna de las dos Deidades infinitas, en ese mismo momento, destella a la existencia completa un nuevo y original Hijo Creador, el único Hijo del ideal perfecto y de la poderosa idea cuya unión produce esta nueva personalidad creadora de poder y perfección.
235§1 21:1.2 Cada Hijo Creador es el único nacido y el único vástago nacido de la unión perfecta de los conceptos originales de las dos mentes infinitas y eternas y perfectas de los Creadores sempiternos del universo de los universos. No puede haber jamás otro Hijo tal, porque cada Hijo Creador es la expresión e incorporación incondicionada,
.
237§2 21:2.12 La presencia personal de un Hijo Creador en su universo local no es necesaria para el funcionamiento sin obstáculos de una creación material establecida. Estos Hijos pueden viajar al Paraíso, y sus universos seguirán girando por el espacio. Pueden separarse de sus líneas de poder para encarnarse como hijos del tiempo; aún sus reinos girarán alrededor de sus centros respectivos. Ninguna organización material es independiente de la atracción de gravedad absoluta del Paraíso ni del pleno poder cósmico inherente en la presencia espacial del Absoluto No Modificado.

3. LA SOBERANÍA EN UN UNIVERSO LOCAL

237§3 21:3.1 Un Hijo Creador recibe los límites de un universo por consentimiento de la Trinidad del Paraíso y con la confirmación del Espíritu Mayor supervisor del correspondiente suprauniverso. Dicha acción constituye el título de posesión física, un tenencia cósmica. Pero la elevación de un Hijo Micael desde esta etapa inicial y autolimitada de gobierno a la supremacía vivencial de la soberanía autoganada viene como resultado de sus propias experiencias personales en la tarea de crear un universo y de efundirse en encarnación. Pero hasta lograr ganar la soberanía por medio de los autootorgamientos, gobierna como vicerregente del Padre Universal.
237§4 21:3.2 Un Hijo Creador podría reclamar soberanía plena sobre su creación personal en todo momento, pero sabiamente elige no hacerlo. Si, antes de pasar por los autootorgamientos en semejanza de las criaturas, asumiera una soberanía suprema no ganada, las personalidades paradisiacas residentes en su universo local se retirarían. Pero esto no ha ocurrido jamás a través de todas las creaciones del tiempo y del espacio.
237§5 21:3.3 El hecho de ser creador implica la plenitud de soberanía, pero los Micaeles eligen ganarla vivencialmente, reteniendo por lo tanto la plena cooperación de todas las personalidades del Paraíso asignadas a la administración del universo local. No sabemos de ningún Micael que haya actuado de otra manera; pero todos ellos podrían, pues son verdaderamente Hijos con libre albedrío.
potencial fenoménicos.
9§6 0:6.4 Al hablar de las manifestaciones de la energía física, usamos por lo general los términos fuerza cósmica, energía emergente y potencia del universo. Éstos se emplean a menudo de la manera siguiente:
9§7 0:6.5
1. La fuerza cósmica abarca todas las energías derivadas del Absoluto No Modificado pero que no son todavía receptivas a la gravedad del Paraíso.
9§8 0:6.6 2. La energía emergente abarca aquellas energías que responden a la gravedad del Paraíso pero que aún no son receptivas a la gravedad en el área o lineal. Este es el nivel pre-electrónico de la energía-materia.
9§9 0:6.7 3. La potencia del universo incluye todas las formas de energía que, a pesar de responder a la gravedad del Paraíso, son de modo directo receptivas a la gravedad lineal. Este es el nivel electrónico de la energía-materia y de todas sus evoluciones posteriores.
9§10 0:6.8 La mente es un fenómeno que alude a la presencia-actividad del ministerio vivo además de a sistemas variados de energía; y esto es cierto en todos los niveles de la inteligencia. En la personalidad, la mente siempre media entre el espíritu y la materia; por tanto, el universo está iluminado por tres clases de luces: la luz material, la percepción intelectual y la luminosidad del espíritu.
10§1 0:6.9 La luz — la luminosidad del espíritu — es un símbolo verbal, una imagen, que da a entender la manifestación característica de la personalidad de diversas órdenes de seres espirituales. Esta emanación luminosa no está relacionada en ningún aspecto ni con la percepción intelectual ni con las manifestaciones de la luz física.
10§2 0:6.10 EL MODELO puede proyectarse como material, espiritual, mental o cualquier combinación de estas energías. Puede infundir personalidades, identidades, entidades o materia no viva. Pero el modelo es el modelo y permanece siendo el modelo; únicamente las copias se multiplican.
10§3 0:6.11 El modelo configura la energía, pero no la rige. Únicamente la gravedad rige a la energía-materia. Ni el espacio ni el modelo son receptivos a la gravedad, pero no existe relación entre el espacio y el modelo; el espacio no es ni un modelo ni un modelo potencial. El modelo es una configuración de la realidad que ya ha satisfecho su débito con la gravedad; la realidad de cualquier modelo radica en sus energías, en sus componentes mentales, espirituales o materiales.
10§4 0:6.12 En contraste con el aspecto de lo total, el modelo desvela el aspecto individual de la energía y de la personalidad. Las formas de la personalidad o de la identidad son modelos resultantes de la energía (física, espiritual o mental) pero no son inherentes a ella. Esa cualidad de la energía o de la personalidad, por virtud de la que se origina la aparición del modelo, se atribuye a Dios — a la Deidad — a la dotación de fuerza del Paraíso, a la coexistencia de la personalidad y la potencia.
10§5 0:6.13 El modelo es un diseño original del que se hacen las copias. El Paraíso Eterno es el absoluto de los modelos; el Hijo Eterno es el modelo de la personalidad; el Padre Universal es fuente-ancestro directo de ambos. Pero ni el Paraíso concede el modelo, ni el Hijo concede la personalidad.

VII. EL SER SUPREMO

10§6 0:7.1 El mecanismo de la Deidad del universo matriz es doble en lo que respecta a las relaciones en la eternidad. El Dios Padre, el Dios Hijo y el Dios Espíritu son eternos — son seres existenciales — en tanto que el Dios Supremo, el Dios Último y el Dios Absoluto son personalidades de la Deidad de las épocas post-havonales que se actualizan en las esferas del espacio-tiempo y del espacio-tiempo trascendido de la expansión evolutiva del universo matriz. Estas personalidades de la Deidad en actualización son eternas en el futuro desde el momento, y a medida que, se potencian-personalizan en los universos en desarrollo mediante la técnica de la actualización vivencial de los potenciales vinculantes-creativos de las Deidades eternas del Paraíso.
10§7 0:7.2 La Deidad es, por tanto, dual en presencia:
10§8
1. Existencial: seres con existencia eterna, pasada, presente y futura.
10§9 2. Vivencial: seres que se actualizan en el presente post-havonal pero cuya existencia no tendrá fin en toda la eternidad futura.
10§10 0:7.3 El Padre, el Hijo y el Espíritu son existenciales: existenciales en actualidad (aunque todos los potenciales son presumiblemente vivenciales). El Supremo y el Último son totalmente vivenciales. El Absoluto Deificado es vivencial en actualización, pero existencial en potencialidad. La esencia de la Deidad es eterna, pero únicamente las tres personas primigenias de la Deidad son eternas de manera incondicional. Las demás personalidades de la Deidad han tenido origen, pero son eternas en cuanto a destino.
10§11 0:7.4 Al conseguir expresarse como Deidad existencial en el Hijo y el Espíritu, el Padre está ahora consiguiendo expresarse de manera vivencial en niveles divinos hasta aquí impersonales y no revelados como Dios Supremo, Dios Último y Dios Absoluto; pero dichas Deidades vivenciales no existen ahora plenamente; están en proceso de actualización.
11§1 0:7.5 El Dios Supremo en Havona constituye el reflejo espiritual y personal de la Deidad trina del Paraíso. Esta relación vinculante de la Deidad se expande ahora de manera creativa hacia fuera en el Dios Séptuplo, y se sintetiza en el poder vivencial del Todopoderoso Supremo en el gran universo. La Deidad del Paraíso, existencial en tres personas, evoluciona así de forma vivencial en dos fases de Supremacía, mientras que estas fases duales unifican la potencia-personalidad en un único Señor, el Ser Supremo.
11§2 0:7.6 El Padre Universal consigue con su libre voluntad liberarse del yugo de la infinitud y de las ataduras de la eternidad mediante la técnica de la trinidización, de la personalización triple de la Deidad. El Ser Supremo está todavía ahora evolucionando como unificación de la personalidad subeterna de la séptupla manifestación de la Deidad en los segmentos espacio-temporales del gran universo.
11§3 0:7.7 El Ser Supremo no es un creador directo, salvo que es el padre de Majestón, no obstante es el coordinador que sintetiza toda la actividad del universo entre criatura y Creador. El Ser Supremo, que ahora se actualiza en los universos evolutivos, es la Deidad que pone en correlación y sintetiza a la divinidad espacio-temporal, a la Deidad trina del Paraíso en conjunción vivencial con los Creadores Supremos del tiempo y del espacio. Cuando finalmente se actualice, esta Deidad evolutiva constituirá la fusión eterna de lo finito y de lo infinito — la unión perpetua e indisoluble del poder vivencial con la personalidad espiritual —.
11§4 0:7.8 Toda la realidad finita del espacio-tiempo, bajo el impulso directivo del Ser Supremo en evolución, está dedicada a la movilización en constante ascenso y a la unificación en perfección (la síntesis potencia-personalidad) de todas las fases y valores de la realidad finita, en conjunción con fases variadas de la realidad del Paraíso, con la finalidad y el propósito de emprender con posterioridad la conquista de los niveles absonitas que alcanzan las supracriaturas.

VIII. EL DIOS SÉPTUPLO

11§5 0:8.1 Para remediar la condición finita y compensar las limitaciones conceptuales de las criaturas evolutivas, el Padre Universal ha establecido para ellas una aproximación séptupla a la Deidad:
11§6
1. Los Hijos Creadores del Paraíso.
11§7 2. Los Ancianos de Días.
11§8 3. Los Siete Espíritus Mayores.
11§9 4. El Ser Supremo.
11§10 5. Dios Espíritu.
11§11 6. Dios Hijo.
11§12 7. Dios Padre.
11§13 0:8.2 Esta personalización séptupla de la Deidad en el tiempo y en el espacio y para los siete suprauniversos hace posible que el hombre mortal alcance la presencia de Dios, que es espíritu. Esta Deidad séptupla, que para las criaturas finitas del espacio-tiempo en algún momento se potencia-personalizará en el Ser Supremo, es la Deidad operante para las criaturas evolutivas mortales en su andadura de ascensión al Paraíso. Tal andadura de descubrimiento vivencial por el que se discierne a Dios comienza con el reconocimiento de la divinidad del Hijo Creador del universo local y conduce, en sentido ascendente, a través de los Ancianos de Días del suprauniverso, y mediante la persona de uno de los Siete Espíritus Mayores, hasta la consecución del descubrimiento y reconocimiento en el Paraíso de la personalidad divina del Padre Universal.
12§1 0:8.3 El gran universo constituye el triple dominio divino de la Trinidad de Supremacía, del Dios Séptuplo y del Ser Supremo. El Dios Supremo existe en potencia en la Trinidad del Paraíso, de quien deriva su personalidad y sus atributos como espíritu; pero ahora está actualizándose en los Hijos Creadores, en los Ancianos de Días y en los Espíritus Mayores, de los que deriva su poder como el Todopoderoso de los suprauniversos del tiempo y del espacio. Esta poderosa manifestación del Dios inmediato de las criaturas evolutivas existentes en el tiempo y el espacio evoluciona conjuntamente con ellas. El Todopoderoso Supremo, que evoluciona en el valor-nivel de la actividad no personal, y la persona espiritual del Dios Supremo son una realidad — el Ser Supremo —.
12§2 0:8.4 Los Hijos Creadores vinculados como Deidad en el Dios Séptuplo proporcionan el mecanismo mediante el cual lo mortal se hace inmortal y lo finito alcanza el abrazo de lo infinito. El Ser Supremo proporciona la técnica para la movilización de la potencia-personalidad, la síntesis divina, de todos estos actos múltiples, permitiendo así que lo finito alcance lo absonita y, a través de otras posibles actualizaciones futuras, intentar alcanzar al Último. Los Hijos Creadores acompañados de sus Ministras Divinas son partícipes de esta movilización suprema, pero es probable que los Ancianos de Días y los Siete Espíritus Mayores estén asignados eternamente como regentes permanentes del gran universo.
12§3 0:8.5 La función del Dios Séptuplo se origina con la organización de los siete suprauniversos, y se expandirá con probabilidad en conexión con la evolución futura de las creaciones del espacio exterior. Con la organización de estos futuros universos de evolución progresiva en los niveles espaciales primario, secundario, terciario y cuaternario, se declarará inaugurado, sin lugar a dudas, el acercamiento trascendental y absonita a la Deidad.
familia, el deseo de ver o no a determinados amigos o familiares, o el deseo de regresar al trabajo.
Las reacciones emocionales pueden redundar en extrañar, recordar, llorar o patalear como un niño.
Las reacciones espirituales pueden incluir el cuestionamiento de la fe, la búsqueda de nuevos referentes religiosos, el ingreso a vivencias de búsquedas mágica de contacto con el pasado.
La respuesta cultural en el caso de la muerte de alguien, es diferente en cada tiempo y en cada lugar.
Hay reglas, costumbres y rituales para enfrentar la pérdida de un ser querido, que son determinados por la sociedad y que forman parte integral de la ceremonia del duelo.
Pero, a pesar de las diferencias, en cualquier entorno el proceso de duelo normal induce a liberarse de algunos lazos con la persona fallecida, lo cual es indispensable para reintegrar al que queda al ambiente en donde la persona ya no está y construir nuevas relaciones para conseguir reajustarse a la vida normal.
Esta actividad requiere mucha energía física y emocional, y es común ver a personas que experimentan una fatiga abrumadora. Este agotamiento no debe caratularse de depresión porque muchas veces es una vivencia transitoria en un duelo absolutamente normal..El resultado de afrontar el dolor.
El resultado de afrontar el dolor.
Cuesta trabajo poder soltar aquello que ya no tengo; poder desligarse y empezar a pensar en lo que sigue. De hecho esto es, para mí, el peor de los desafíos que implica ser un adulto sano, saber que puedo afrontar la pérdida de cualquier cosa.
Este es el coraje, esta es la fortaleza de la madurez, saber que puedo afrontar todo lo que me pase, inclusive puedo afrontar la idea de que alguna vez yo mismo no voy a estar.
Quizás pueda, por el camino de entender lo transitorio de todos mis vínculos, aceptar también algunas de las cosas que son las más difíciles de aceptar, que no soy infinito, que hay un tiempo para mi paso por este lugar y por este espacio.
56§6 4:2.2 Por consiguiente, la naturaleza, tal como la entiende el hombre mortal, comprende los cimientos subyacentes y el antecedente fundamental de una Deidad inmutable y sus leyes inmutables, modificadas, fluctuantes, y experimentando trastornos causados por el mecanismo de los planes, propósitos, normas y condiciones locales que el universo, la constelación, el sistema y las fuerzas y personalidades planetarias locales han inaugurado y están llevando a cabo. Por ejemplo: así como se han decretado las leyes de Dios en Nebadón, éstas son modificadas por los planes establecidos por el Hijo Creador y el Espíritu Creativo de este universo local; además, por los errores, incumplimientos e insurrecciones de algunos seres residentes en vuestro planeta y pertenecientes a vuestro inmediato sistema planetario de Satania también han influido en la operación de estas leyes.
56§7 4:2.3 La naturaleza es la resultante espacio-temporal de dos factores cósmicos: primero, la inmutabilidad, perfección y rectitud de la Deidad Paradisiaca, y segundo, los planes experimentales, los errores de ejecución, los errores de rebeldía, el desarrollo incompleto, y la imperfección de la sabiduría de las criaturas extraparadisíacas, desde las más elevadas hasta las más modestas. La naturaleza por lo tanto trae un hilo de perfección uniforme, invariable, majestuoso y maravilloso, desde el círculo de la eternidad; pero en
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